Ácido úrico y disfunción de células β pancreáticas
La prevalencia de
diabetes en el mundo es aproximadamente 8-9% y su incidencia varía entre 2,9 y
23,5 por 1000 habitantes. La prevalencia mundial de gota, definida como la
deposición de cristales de urato monosódico mayormente en las articulaciones
periféricas, varía de 0,1 a 10% y su incidencia
varía entre 0,3 a 6% por 1000 habitantes. La prevalencia y la incidencia
de diabetes son mayores en pacientes con gota.
El ácido úrico (AU), es el producto final
del metabolismo de purinas, endógenas y exógenas (adenina y guanina). El hígado
y el intestino son los sitios de mayor producción de AU endógeno, la cual es
aproximadamente de 300-400 mg/día. La contribución de la dieta es
aproximadamente de 300 mg/día con un pool total de 1200 mg en hombres y 600 mg
en mujeres. La homeostasis del AU depende de un balance entre producción y
catabolismo, donde 20-40% de AU es excretado por el tracto gastrointestinal y
60-80% por los riñones. El AU secretado por el intestino es posteriormente metabolizado
por las bacterias intestinales (uricolisis intestinal). En los riñones, el AU
es filtrado libremente, de la carga filtrada (concentración plasmática de AU x
tasa de filtración glomerular) 90% es reabsorbido y, por tanto, la fracción de
excreción de AU es aproximadamente de 10% (7-12%). Las funciones fisiológicas
del AU incluyen, pero se no limitan a,
propiedades antioxidantes, mantenimiento de la función endotelial y defensa
contra enfermedades neurológicas y autoinmunes.
Los altos niveles de AU en suero constituyen
un factor de riesgo de diabetes mellitus tipo 2 (DMT2). De acuerdo con los
análisis de estudios de cohorte, cada mg/dl (59,48 µmol/L) de incremento en el
nivel de AU en suero aumenta aproximadamente 6-17% el riesgo de desarrollar
DMT2. Las altas concentraciones de AU están asociadas con resistencia a la
insulina y disfunción de células β pancreáticas, dos defectos que son claves en
la fisiopatología de la DMT2. En sujetos
sanos con concentraciones de AU en suero normales se reporta una correlación
positiva entre niveles de AU en suero y concentraciones plasmáticas de glucosa,
un índice de resistencia a la insulina. Adicionalmente, el aclaramiento renal
de AU está inversamente asociado con resistencia a la insulina. Por otra parte,
la hiperinsulinemia euglucémica aguda disminuye la excreción fraccional de AU
por 26% (de 6,1 ± 0,8% a 4,5 ± 0,6%) en sujetos sanos, indicando que la
insulina inhibe la excreción renal de AU y que los altos niveles de AU causan
resistencia a la insulina afectando las rutas de señalización de la insulina.
Aunque una relación causa-efecto entre hiperuricemia y diabetes es aún materia
de debate, la evidencia experimental indica que los altos niveles de AU pueden
dañar las células β pancreáticas.
Los transportadores de urato incluyen: (i)
transportador de urato 1/familia transportador de soluto 22, miembro 12
(URAT1/SLC22A12), (ii) subfamilia G unida a ATP, miembro2/ proteína de
resistencia al cáncer de mama (ABCG2/BCRP), (iii) transportador de glucosa 9
(GLUT9/SLC2A9). La expresión de URAT1 en el páncreas endocrino es controversial
y las variantes GLUT9 (GLUT9a y GLUT9b) son expresadas en células MIN6 de
insulinoma de ratón, islotes pancreáticos de ratón e islotes pancreáticos
humanos. La expresión de GLUT9 en células β pancreáticas es específica. Aunque
el GLUT9 humano es un transportador de urato, este transportador también
participa en la función de las células β.
En 1948, Griffiths reportó que conejos
alimentados con una dieta deficiente en metionina y cisteína por 6-7 semanas
disminuyó los niveles sanguíneos de glutatión por aproximadamente 40-53%. La
inyección intraperitoneal de AU (1 g/kg) a estos conejos incrementó las concentraciones
sanguíneas de glucosa a niveles hiperglucémicos y, por tanto, se sugirió que el AU ejerce una acción
diabetogénica. Está demostrado que la inhibición de la uricasa (urato oxidasa)
en ratas con alimentación con AU, incrementa la glucosa en suero y disminuye la
insulina en suero y, por tanto, disminuye la relación insulina/glucosa. Los
ratones uricasa KO tienen intolerancia a la glucosa y son más susceptibles a
desarrollar diabetes. Adicionalmente, en sujetos hiperuricémicos, las células β
pancreáticas fallan en compensar las variaciones de sensibilidad a la insulina.
El AU inhibe la secreción de insulina
estimulada por glucosa (GSIS) en islotes pancreáticos aislados de rata, islotes
pancreáticos de ratón y líneas de células β pancreática. La inhibición varía
entre 30 y 80% dependiendo de la dosis de AU, tiempo de exposición y diferentes
líneas celulares y animales estudiados. Altas concentraciones de AU disminuyen
la GSIS aproximadamente 30-42% en células Min6, 46% en islotes aislados de
ratón y 80% en islotes aislados de rata. La disminución de la GSIS en
hiperuricemia puede ser debida a disminución de la expresión de la proteína
MafA, un regulador clave de la secreción de insulina en las células β
pancreáticas.
La asociación entre AU y secreción de
insulina es bastante compleja. Está
demostrado que el AU incrementa la GSIS en páncreas perfundido aislado de rata. Adicionalmente, se ha
reportado una correlación positiva entre AU en suero y secreción de insulina
total usando la técnica de clamp hiperglucémico en pacientes con diabetes tipo
2 sin hiperuricemia. Los efectos de los altos niveles de AU sobre la secreción
basal de insulina no son consistentes. En este contexto, ha sido reportada
inhibición en islotes pancreáticos de rata así como ningún efecto sobre células
Min6 e islotes pancreáticos aislados de rata.
Además de disminución de la GSIS, otros
mecanismos están involucrados en disfunción de células β pancreáticas, desarrollo de intolerancia a la
glucosa y DMT2 inducida por hiperuricemia. Estos mecanismos incluyen incremento
de la producción de óxido nítrico (NO) por acción de la óxido nítrico sintetasa
inducible (iNOS), incremento de la inflamación, incremento del estrés oxidativo
e incremento de la muerte de células β por apoptosis. Estos mecanismos pueden
ser incluidos en dos rutas que son activadas por el AU: (1) la ruta de
señalización factor nuclear kappa B (NF-κB)-iNOS-NO, y (2) la ruta de
señalización especies reactivas de oxígeno (ROS)-proteína quinasa activada por
AMP (AMPK)- quinasa regulada por señal extracelular (ERK). El Au probablemente
entra a las células β vía transportador GLUT9. El AU intracelular incrementa la
producción de ROS, lo cual fosforila y activa la AMPK y posteriormente la ERK.
La ERK fosforilada causa apoptosis de células pancreáticas.
En células Min6, el AU activa la ruta de
señalización NF-κB por fosforilación y degradación del inhibidor de κB (IκB);
el NF-κB incrementa la expresión de iNOS y por tanto la producción de NO, lo
cual causa disminución de GSIS y apoptosis de células β. En células RIN-m5F, el
AU incrementa la expresión de mARN de mediadores inflamatorios, incluyendo
quimioquina (dominio C-X-C) ligando 1 (CXCL-1 o KC), proteína quimioatrayente
de monocitos-1 (MCP-1) e interleuquina-6 (IL-6).
Los altos niveles de AU inhiben el
crecimiento de las líneas de células β pancreáticas INS-1 y RIN-m5F de una
manera dependiente de dosis y tiempo vía ruta de señalización ROS-AMPK-ERK. Las
altas concentraciones de AU también inducen estrés oxidativo en estas líneas de
células. La elevación de ROS incrementa la fosforilación de AMPK, la cual a su
vez incrementa la fosforilación de ERK, inhibiendo el crecimiento celular. La
luteolina (un flavonoide) suprime la ruta de señalización NF-κB-iNOS-NO y el
resveratrol (un compuesto polifenólico) incrementa la expresión de miR-126 y,
por tanto, protege a las células β pancreáticas de la disfunción inducida por
AU.
Está demostrado que el tiempo del pico de AU
en suero (5:08) y el nadir de NO en suero (5:32) coinciden en hombres sanos,
sugiriendo que sus concentraciones están fisiológicamente relacionadas.
Adicionalmente, en ratas machos, los
niveles de AU en suero se correlacionan inversamente con los metabolitos de NO
en suero, con la hiperuricemia disminuyendo los niveles de metabolitos de NO en
suero aproximadamente 40-50%.
El AU incrementa la expresión de iNOS en las
células β, disminuye la GSIS y causa apoptosis. Sin embargo, el rol potencial
del NO en la disfunción de células β inducida por AU necesita más
investigación. El NO producido por las diferentes isoformas NOS (NOS endotelial
(eNOS), NOS neural (nNOS) e iNOS) ejerce diferentes efectos sobre la función de
las células β y, en muchos casos, el NO derivado de eNOS/nNOS tiene relevancia
fisiológica, mientras el NO derivado de iNOS en general tiene efectos
patológicos. En células endoteliales, altos niveles de AU disminuyen la
producción de NO, incrementan la actividad arginasa y suprimen la fosforilación
estimulada por insulina de PKB (Akt) y
eNOS. En células endoteliales de vena
umbilical, una alta concentración de AU causa
sobre carga mitocondrial de calcio probablemente por cambio de dirección
del intercambiador mitocondrial sodio-calcio (NCXmito) pasando de salida de
calcio a entrada de calcio. Esta sobrecarga de calcio incrementa la producción
de ROS, lo cual disminuye la expresión de eNOS y la liberación de NO,
provocando disfunción endotelial. Debido a que el NCXmito está involucrado en
la secreción de insulina por las células β, se puede especular que la
hiperuricemia afecta la función de las células β por esta vía.
Varias líneas de evidencia indican un
potencial efecto favorable para la diabetes de las drogas que disminuyen los
niveles de AU. El zurapamic, inhibidor de la reabsorción de AU en los riñones,
protege células INS-1 e islotes pancreáticos aislados de rata contra el daño
inducido por AU, disminuyendo la expresión de URAT1 y el estrés oxidativo. El
alopurinol, inhibidor competitivo de la xantina oxidasa que disminuye la
producción de AU, protege islotes pancreáticos aislados de rata neonatal contra
los efectos citotóxicos de la estireptozotocina, probablemente a través de la
disminución de los niveles intracelulares de AU. El alopurinol mejora la función
endotelial en pacientes hipertensivos diabéticos tipo 2. El benzbromarone, una
droga uricosúrica, inhibe la proteína ligadora de ácidos grasos 4 y mejora la
tolerancia a la glucosa en ratones db/db con diabetes tipo 2. Un estudio
reciente demuestra que en comparación con no usuarios, la incidencia de
diabetes de nuevo inicio es más baja en pacientes con gota tratados con benzbromarone.
En conclusión, la hiperuricemia está
asociada con resistencia a la insulina, disfunción de células β pancreáticas y
por tanto con el desarrollo de diabetes tipo 2. Aunque una relación directa
entre altos niveles de AU y el desarrollo de diabetes es aún controversial hay
alguna evidencia de daño de células β como resultado de altos niveles de AU en
suero. La literatura disponible indica que el AU induce estrés oxidativo y
respuesta inflamatoria en las células β pancreáticas. Asimismo, causa
disminución de la GSIS y apoptosis de células β. El AU estimula la expresión del gen iNOS
provocando un incremento en la producción de NO, lo cual en general tiene
efectos patológicas para las células β. Los investigadores que estudian las acciones del AU sobre las células β proponen la hipótesis que los efectos
perjudiciales del AU ocurren con una concentración determinada. En apoyo de
esta noción está demostrado que el efecto inhibidor del AU sobre la GSIS tiene
una ocurrencia súbita en un umbral de 6,7 mg/dl (0,4 mM). Otra hipótesis de una
potencial relación entre AU y diabetes es que los efectos de la hiperuricemia
son potenciados en presencia de otros factores de riesgo como obesidad. Es
importante tener presente que la extensión de resultados de estudios animales a
humanos debe hacerse con precaución
porque el metabolismo de AU es diferente en humanos y roedores. A diferencia de
los humanos, los roedores tienen uricasa y por tanto degradan AU más
rápidamente. Esto hace que las concentraciones circulantes de AU en humano sean
5-20 veces mayores que en la mayoría de mamíferos.
Fuente: Ghasemi A
(2021). Uric acid-induced pancreatic β-cell dysfunction. BMC Endocrine
Disorders 21: 24.
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