Disfunción mitocondrial en enfermedad
Las mitocondrias
son organelos esenciales para muchos aspectos de la homeostasis celular,
incluyendo la producción de energía a través de la fosforilación oxidativa, el
mantenimiento de la homeostasis del calcio y como componente crítico de la
apoptosis. Debido a estos roles en las células, la función mitocondrial juega
un rol importante en la salud celular y metabólica. Las alteraciones de la
función mitocondrial pueden provocar un amplio rango de desórdenes como
demencia, enfermedad de Alzheimer, epilepsia, enfermedad de Parkinson, ataxia,
cardiomiopatía, enfermedad de arteria coronaria, síndrome de fatiga crónica,
hepatitis C, cirrosis biliar primaria, diabetes y disfunción ovárica.
Aunque la
investigación sobre las mitocondrias comenzó a finales del siglo XIX, su
función y relevancia para la salud aún no está completamente entendida. Por
ejemplo, aunque la disfunción mitocondrial ha sido asociada con la resistencia
a la insulina (RI), una gran variedad de estudios, así como también
manipulaciones genéticas en roedores, han reportado resultados contradictorios.
Aún no está claro si existe una relación directa y si los cambios en la
capacidad mitocondrial son causa o consecuencia de la RI. Otros estudios
sugieren que la disfunción mitocondrial puede ser un mecanismo clave para la
trasmisión intergeneracional de enfermedades metabólica a través de la
reprogramación de la RI en la descendencia. La disminución en la fertilidad
relacionada con la edad también ha sido asociada con la disfunción mitocondrial
que puede causar envejecimiento ovárico. Esta idea es apoyada por la asociación
de mutaciones en los genes mitocondriales con casos raros de insuficiencia ovárica
primaria (IOP). Sin embargo, los datos sobre estos genes en particular son
escasos, y la disfunción mitocondrial en general, contribuye a la mayoría de
casos de IOP que carecen de una etiología conocida.
Las mitocondrias
son organelos, heredados maternalmente, de doble membrana que son esenciales
para producir energía en la forma de 5´-adenosina trifosfato (ATP) a partir de
la oxidación de metabolitos de ácidos grasos, glucosa y aminoácidos a través de
la acción combinada del ciclo de ácidos tricarboxílicos (TCA) en la matriz
mitocondrial y la fosforilación oxidativa (OXPHOS) en la cadena transportadora
de electrones (ETC) en la membrana interna mitocondrial. Las mitocondrias son
organelos semiautónomos que tienen un genoma de 16,7 kilobases y contienen 37
genes que codifican 13 proteínas que funcionan en la ruta OXPHOS, así como 22
ARN de transferencia y 2 ARN ribosomales. Sin embargo, los estudios de
proteomica mitocondrial han detectado al menos 1500 proteínas localizadas en
las mitocondrias y la gran mayoría son
codificadas por el genoma nuclear. A diferencia del genoma nuclear, el genoma
mitocondrial carece de histonas protectoras y de un mecanismo de reparación de
ADN efectivo y esto hace al ADN mitocondrial (mtADN) más vulnerable a las
mutaciones. La actividad de la cadena
respiratoria normal requiere un genoma mitocondrial intacto y funcional, y la
interacción coordinada entre el ADN nuclear y el mtADN es esencial para una
adecuada función mitocondrial que apoye muchas funciones celulares críticas como
biogénesis de proteínas y ácidos nucleicos, síntesis de lípidos, regulación del
ciclo celular y muerte celular programada, señal de calcio, ciclo del ácido
cítrico, generación de especies reactivas de oxígeno (ROS) y protección
antioxidante. Para proteger su integridad funcional, las mitocondrias emplean
varias rutas de control de calidad que les permiten mantener sus funciones
metabólicas normales. Las mitocondrias son organelos extremadamente dinámicos y
pueden experimentar fisión y fusión para facilitar la adaptación a varios
factores y estresores por remodelación de la red mitocondrial. Este proceso de
control de calidad también ayuda a la destrucción por mitofagia (una forma de
autofagia específica de las mitocondrias) en situaciones de disfunción
mitocondrial. Otra ruta de control de calidad esencial es la respuesta de las
proteínas no plegadas mitocondriales (mtUPR), la cual detecta proteínas mal
plegadas de la matriz e induce un programa transcripcional adaptativo para
mantener la proteostasis mitocondrial, y
también activa una respuesta citoplasmática induciendo componentes de la
respuesta al shock térmico. Cuando el daño celular es muy grande, las
mitocondrias juegan un rol esencial en la apoptosis, un mecanismo de muerte
celular programada.
La activación de
la ruta de las respuestas al estrés en mitocondrias individuales puede provocar
deterioro de su función. Sin embargo, el origen global de la disfunción
mitocondrial puede deberse a muchas causas, incluyendo una disminución en la
biogénesis mitocondrial o un incremento en la pérdida mitocondrial, una
reducción del contenido de proteínas mitocondriales o una reducción de la actividad
de las enzimas del ciclo TCA o la ETC. En
algunos estudios, se refieren a la disfunción mitocondrial como una disminución
de la actividad mitocondrial y la OXPHOS, otros señalan disminución del número de
mitocondrias, mientras varios estudios
se centran en la generación de ROS. El deterioro de la función mitocondrial,
independientemente de su causa, es una característica prominente de
enfermedades metabólicas, cardiovasculares, renales, inflamatorias,
reproductivas, musculares y neurodegenerativas, así como también del cáncer.
Por ejemplo, varios estudios metabólicos en humanos sugieren la existencia de
disfunción mitocondrial en individuos obesos y resistentes a la insulina y en
pacientes con diabetes mellitus tipo 2 (DMT2). Estos individuos exhiben menor
actividad de enzimas oxidativas y disminución del metabolismo de lípidos en
músculo esquelético en comparación con los individuos delgados controles. La
disfunción mitocondrial también ha sido documentada en mujeres con diabetes
mellitus gestacional (DMG) quienes tienen el riesgo de desarrollar DMT2 más
tarde. Específicamente, las pacientes con DMG tienen un reducido contenido mitocondrial placentario que podría
afectar el desarrollo fetal. La función mitocondrial óptima no solo es crucial
para el desarrollo embrionario, sino también para la preservación de la calidad
del oocito y la reserva ovárica.
La disfunción
mitocondrial ha sido reportada en pacientes con DMT2 y también en individuos no
diabéticos con RI. Muchos estudios han demostrado que la RI es fundamental para
el desarrollo de DMT2 y está presente en la mayoría de individuos
prediabéticos. Es también generalmente aceptado
que la DMT2 requiere tanto RI como defectos en la secreción de insulina.
El análisis metabólico de los individuos con tolerancia a la glucosa normal con
historia familiar de DMT2 indica que la RI predice el desarrollo de DMT2. Por
el contrario, los estudios longitudinales demuestran que los defectos en la
secreción de insulina emergen relativamente tarde en los individuos que
desarrollan DMT2. La RI es definida como
la reducida capacidad de la insulina para promover el almacenamiento de
nutrientes en músculo esquelético y tejido adiposo y para restringir la
lipólisis y la producción hepática de glucosa.
La alteración en
la función mitocondrial provoca una
reducción de la oxidación mitocondrial de
sustratos incluyendo ácidos grasos, lo cual resulta en la acumulación ectópica de lípidos e
incremento en los niveles de diacilgliceroles (DAG) y ceramidas (CER). DAG y
CER inhiben la señal insulina. Numerosos estudios sugieren que los DAG provocan
RI en hígado y músculo esquelético a través de la activación de la proteína
quinasa C (PKC) que fosforila al receptor de insulina e inhibe su actividad
tirosina quinasa, mientras las CER causan RI activando fosfatasas que inhiben
la señal dependiente de insulina a nivel de la proteína quinasa AKT. Por otra
parte, una disminución en el flujo de electrones a través de la ETC
mitocondrial incrementa el escape de electrones hacia el oxígeno y la formación
de superóxido. La producción de ROS daña los componentes miocondriales y
celulares, lo cual normalmente resulta en mitofagia para mantener la
homeostasis mitocondrial. Los altos niveles de ROS y estrés metabólico también
pueden alterar la mitofagia resultando en la insuficiencia para aclarar
mitocondrias dañadas y disfuncionales, exacerbando el estrés oxidativo y
causando apoptosis. In vitro, la producción mitocondrial de ROS atenúa la
acción de la insulina en adipocitos y miotubos en ratones, y elimina la translocación
de GLUT4 estimulada por insulina interfiriendo con la activación por insulina
de IRS-1 y PI3-quinasa. Estudios recientes indican que la desregulación de la
homeostasis intracelular de Ca2+ puede jugar un rol en la
patogénesis de la insensibilidad a la insulina y DMT2, pues la captación de Ca2+ en las mitocondrias regula
enzimas dependientes de Ca2+ que participan en el metabolismo de
ácidos grasos vía OXPHOS y ciclo TCA.
Los estudios de
individuos con RI, con DMT2 establecida o prediabéticos, han confirmado algunos de los defectos en la
función mitocondrial. Los humanos obesos con RI alimentados con una dieta rica
en grasa exhiben aumento de la producción de H2O2 en
músculo esquelético. Sin embargo, no está claro si la disfunción mitocondrial
es primaria o secundaria al daño en el metabolismo de glucosa y lípidos. Esta
controversia ha sido motivo de mucho debate en la comunidad científica. Algunos
estudios reportan anormalidades en la función mitocondrial en biopsias de
músculo esquelético de pacientes con RI y DMT2 con reducción de la síntesis de
ATP en reposo en individuos con RI en comparación con individuos sensibles a
insulina. Otros estudios reportan disminución
en el número de mitocondrias y la actividad de la ETC en individuos
obesos y con DMT2 en comparación con voluntarios delgados. A nivel molecular,
las enzimas citrato sintetasa, carnitina-palmitoil transferasa 1 y
ciclooxigenasa están disminuidas en individuos obesos. La baja capacidad OXPHOS
ha sido encontrada en biopsias de músculo esquelético y mitocondrias aisladas
de individuos con DMT2. La biogénesis mitocondrial también puede contribuir a las
alteraciones observadas en el número y la función de las mitocondrias. Los
estudios transcriptómicos revelan una reducción coordinada en la expresión de
genes regulada por el coactivador del receptor activado por proliferador de
peroxisoma 1α (PGC1α), un factor de transcripción clave de la biogénesis
mitocondrial, en pacientes con DMT2 tanto en ayuno como en estados estimulados
por insulina. Las dinámicas
mitocondriales también son importantes. Los individuos obesos con RI
tienen reducida la expresión del gen mitofusina 2 de la fusión mitocondrial en
músculo esquelético, mientras las mutaciones de la proteína de fusión
atrofia óptica 1 reduce la síntesis de ATP mitocondrial en músculo esquelético. La pérdida del receptor
de estrógeno en músculo esquelético o la remoción de los ovarios en ratones
hembras causa RI y disminución de la masa y la función mitocondriales.
Varios grupos de
investigadores han indicado un incremento compensatorio en la capacidad
oxidativa mitocondrial asociada con la RI. Ratones y ratas alimentados con
dietas ricas en grasas muestran mejoras en la sensibilidad a la insulina con
función mitocondrial reducida. El incremento en el daño mitocondrial en ratones
con mutaciones en la polimerasa causa estrés oxidativo y activación de la mtUPR
en músculo esquelético provocando una elevada expresión de factor de
crecimiento de diferenciación 15 (GDF15) y FGF21, los cuales protegen contra la
RI. La mejora de la sensibilidad a la insulina también se observa en ratones
con deficiencia de la proteína atrofia óptica 1 en músculo esquelético,
posiblemente debida también al incremento en la producción de FGF21. El
incremento compensatorio en la función mitocondrial en el contexto de RI
sugiere que la disfunción mitocondrial no es un prerrequisito para RI en todas
las circunstancias.
La disfunción
mitocondrial en DMT2 y RI también tiene
efectos sobre la salud reproductiva y la reprogramación metabólica en las
crías. Las mitocondrias son heredadas a partir de la madre por lo que la
disfunción mitocondrial materna puede pasar al feto. La DMG es una forma de
diabetes que puede ocurrir durante el embarazo y confiere un mayor riesgo de desarrollo de
DMT2 en la madre y el niño. Los estudios demuestran un incremento en la
prevalencia de RI en niños nacidos de madres con DMG. Las mujeres con DMG
tienen disfunción mitocondrial con un reducido contenido de mitocondrias en la
placenta, el cual potencialmente podría ser trasmitido al niño y afectar el
desarrollo fetal. Estas observaciones son apoyadas por estudios con ratones. La
obesidad materna previa a la concepción está acoplada con función mitocondrial
alterada en oocitos y cigotos que causa deficiencia en el desarrollo del
blastocisto. Otro estudio demuestra que la disfunción mitocondrial en músculo
esquelético puede pasar a la cría a partir de hembras obesas con RI,
potencialmente a través de la disfunción
mitocondrial en los oocitos.
El síndrome de
ovarios poliquísticos (PCOS) se caracteriza por hiperandrogenismo y
oligo-ovulación, y ocurre en 6-10% de mujeres en edad reproductiva. La IOP,
también referida como insuficiencia ovárica prematura, se distingue por la
pérdida o función irregular de folículos ováricos antes de los 40 años de edad
y se caracteriza por oleadas de calor, disturbios del sueño y disminución de
energía en mujeres que presentan oligomenorrea o amenorrea. Las mujeres con
PCOS tienen RI y un elevado riesgo para
desarrollar DMT2, enfermedad cardiovascular y cáncer endometrial, mientras las
mujeres con IOP tienen incremento en el riesgo de sufrir DMT2, enfermedad
cardiaca isquémica y disminución de la densidad ósea. Estas anormalidades reproductivas han sido
relacionadas con disfunción mitocondrial como modulador clave en la progresión
de la enfermedad. Si la alteración de la
disfunción mitocondrial tiene un efecto causal o simplemente sirve para agravar
la enfermedad, aún no está claro. La edad es un factor porque la fertilidad
femenina disminuye después de un pico alrededor de los 20 años de edad con disminución
severa alrededor de los 35 años de edad. Ambas enfermedades juegan un rol clave
en la capacidad reproductiva de la mujer.
El contenido
mitocondrial aumenta dramáticamente durante la oogénesis con una célula
germinal primordial que contiene 10 mitocondrias por célula hasta más de 100000 mitocondrias en el oocito
preovulatorio maduro. Las mitocondrias son pequeñas y esféricas, contienen
pocos cristales y una matriz densa. Con el incremento en el número de
mitocondrias, la probabilidad de mutaciones en mtADN aumenta, lo cual podría provocar heteroplasmia y, en última
instancia, dañar a la cría. Sin embargo, la mayoría de las mitocondrias son
inactivas en el oocito y replican
solamente en el estadio de blastocisto. Consistente con el incremento en el
número de mitocondrias, las mutaciones en los genes que controlan la homeostasis
mitocondrial, incluyendo aquellos involucrados en la fusión, fisión, respuesta
al estrés y producción de energía, se encuentran en mujeres con PCOS o IOP. El
incremento en mutaciones provoca un aumento en la producción de ROS por las
mitocondrias que en última instancia maneja el envejecimiento prematuro. Los
oocitos con mutaciones mtADN muestran bajas tasas de fertilización en estudios
en ratones. Consistente con este hallazgo, los blastocistos de mujeres de
edad avanzada tienen mayor contenido de
mutaciones mtADN.
La calidad del
oocito depende de la capacidad de las células granulosas (CG) del ovario para
generar la energía requerida durante la oogénesis. La acumulación de ROS en el
líquido folicular y las CG podría ser la causa de la alteración de la calidad
del oocito y el pobre desarrollo embrionario en mujeres con PCOS o IOP. Por
tanto, la regulación de los niveles de ROS en las mitocondrias es crítico
porque los niveles de ROS están relacionados con la respuesta al estrés, la
inducción de mtUPR, la captación de lípidos, la producción de esteroides y la
muerte celular. Adicionalmente, los altos niveles de testosterona en las
mujeres con PCOS puede incrementar la susceptibilidad al daño del ADN, La
mitocondria es el sitio del metabolismo del colesterol y la producción de
esterol. El colesterol es transportado a la membrana mitocondrial interna en la
célula tecal del ovario por la proteína reguladora aguda de esteroides (StAR),
donde es convertido en progesterona y andrógenos, los cuales son absorbidos por
las CG y convertidos en estrógenos. Las mujeres con PCOS tienen elevada la
relación andrógeno/estrógeno debido a la alteración en la aromatización de los
andrógenos. Por otra parte, la obesidad
está relacionada con un incremento en la expresión/secreción de
andrógenos y bajos niveles de estrógenos
en mujeres con IOP.
En la ETC, la
coenzima transportadora de electrones Q10 sirve para transportar los electrones
de los complejos I y II al complejo III y también sirve como antioxidante. Por
esta razón, la coenzima Q10 ha sido usada como un blanco terapéutico para
mejorar la calidad del oocito en estudios con animales. La proteína
desacetilasa dependiente de NAD sirtuina-1 (SIRT1) promueve la biogénesis
mitocondrial a través de efectos sobre la acetilación del PGC1α. El resveratrol, un activador de SIRT1,
incrementa los niveles de mtADN y el potencial de membrana, aumentando, los niveles de ATP en el oocito y disminuyendo
los niveles de ROS y, por tanto, mejora la fertilización en animales. Asimismo,
la melatonina puede reducir el estrés oxidativo y prevenir la disminución en la
fertilidad.
En conclusión, durante
los últimos 25 años, muchos estudios han reportado cambios en la función mitocondrial en la patogénesis
de enfermedades, incluyendo DMT2 y disfunción ovárica. El hallazgo que la
disfunción mitocondrial y la RI pueden pasar de la madre a la cría sugiere que
la disfunción mitocondrial puede ser el defecto subyacente común que relaciona
el desbalance metabólico con problemas reproductivos. La disfunción
mitocondrial puede involucrar mutación de mtADN, reducción en el contenido y/o
la biogénesis de mitocondrias, alteración de la dinámica (fisión/fusión) mitocondrial y la
mitofagia, disminución de la producción de energía y la actividad enzimática,
aumento de la producción de ROS y un
desbalance en la homeostasis de calcio que causa disminución de la oxidación de
glucosa y lípidos. El incremento en el contenido mitocondrial en oocitos
preovulatorios maduros y células granulosas aumenta la probabilidad de
mutaciones en el mtADN, la activación de mtURP y la producción de ROS que
disminuyen la calidad del oocito y la reproducción.
Fuente: Das M et
al (2021). Mitochondrial dysfunction in obesity and reproduction. Endocrinology
162:1-13.
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