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martes, 2 de julio de 2013

El rol de los estrógenos en la espermatogénesis



En los testículos, como ocurre en otros tejidos, la aromatasa es la enzima que transforma irreversiblemente los andrógenos (esteroides de 19C) en estrógenos (esteroides de 18C). Es bien conocido que en el testículo adulto la aromatasa está localizada en las células de Leydig. Sin embargo,  la evidencia acumulada en los últimos años en diversas especies animales adultas indica que en los túbulos seminíferos las células germinales también participan en la producción de estrógenos. En efecto, en la rata inmadura, las células de Sertoli son la principal fuente de estrógenos, mientras que en el animal adulto son  las células germinales y las células de Leydig, lo que sugiere un  desvío relacionado con la edad en la expresión de la aromatasa. Por otro lado, la actividad aromatasa es más importante  en las células germinales haploides que en las células más jóvenes aunque la cantidad  de transcripto de aromatasa es mayor en los espermatocitos que en las espermatides. Por lo tanto, todas las células testiculares, excepto las células miodeas peritubulares, expresan aomatasa.

La espermatogénesis tiene lugar en los túbulos seminíferos y puede ser dividida en tres etapas. (1) La primera etapa corresponde  a la fase de proliferación por mitosis de las espermatogonias, (2) la última división permite la formación de espermatocitos preleptotene los cuales dan origen  a las espermátides redondas vía meiosis, (3) finalmente, la espermiogénesis permite la maduración  de las espermátides  en espermatozoides maduros. Esta etapa es un largo período que puede ser dividido  en varias etapas (6 en el humano, 19 en la rata). Durante esta etapa, las espermátides  experimentan algunas modificaciones morfológicas como el establecimiento del flagelo, la formación del acrosoma y la elongación del núcleo. Una gran parte del citoplasma es eliminada y progresivamente la cromatina se va condensando con los cambios de histonas por proteínas de transición y luego por protaminas.  La espermatogénesis es  un proceso altamente regulado por factores endocrinos, paracrinos o autocrinos. Además de las gonadotropinas y los andrógenos, los estrógenos son reconocidos  como reguladores de la espermatogénesis en numerosas especies, incluyendo los humanos. 

Los estrógenos, para ejercer un efecto biológico, deben interactuar con receptores de estrógenos de alta afinidad (REα y REβ) los cuales a su vez modulan la transcripción de genes (efecto genómico) y/o activan diferentes rutas de señalización a través de receptores GPR30 transmembrana  acoplados a proteína G (efecto no genómico). En contraste con el receptor de andrógenos localizado principalmente en células somáticas, los receptores de estrógenos han sido descritos en todas las células testiculares de la rata. Los estrógenos se unen  a receptores de membrana  y se activan  diferentes rutas de señalización: Ca2+, AMPc, óxido nítrico y la activación de receptores tirosina quinasa (EGFR, IGF-IR), quinasa proteína/lípidos (PI3K, Akt) o quinasas Src, PKA, PKC. Datos recientes han demostrado que los GPR30 están involucrados  en los efectos proliferativos de los estrógenos en las células testiculares. Los estrógenos a través de receptores GPR30 y de efectos genómicos son capaces de activar cascadas de señalización, que a su vez disparan una ruta apoptótica mitocondrial (a través de un incremento en la expresión de Bax, un marcador apoptótico) y una disminución concomitante  de la expresión de los genes de las ciclinas A1 y B1 en espermatocitos, así como también de controlar la apoptosis y la maduración/diferenciación de las espermátides redondas.  

En los humanos, la presencia de una aromatasa biológicamente activa y de receptores de estrógenos (REα y REβ) ha sido reportada en las células de Leydig, en las células germinales inmaduras y en los espermatozoides eyaculados.  Los espermatozoides humanos también expresan el receptor GPR30. Si bien el rol de los estrógenos en la espermatogénesis es aún materia de debate, las observaciones  de disminución en el número y la motilidad de los  espermatozoides en hombres genéticamente  deficientes en aromatasa y los datos reportados en la literatura sugieren un rol para los estrógenos no sólo durante el desarrollo y mantenimiento de la espermatogénesis sino también en la maduración final  de los espermatozoides.  

En conclusión, el rol de los estrógenos (intracrino, paracrino o autocrino) en la espermatogénesis (proliferación, apoptosis, supervivencia y maduración) es ahora obvio tomando en cuenta la presencia simultánea  de una aromataa biológicamente activa y la amplia distribución  de los receptores de estrógenos,  especialmente durante la espermiogénesis.


Fuente: Carreau S et al. (2012). Estrogen, a female hormone involved in spermatogenesis. Advances in Medical Sciences 57: 31-36.


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