Glucocorticoides en el microambiente cardiaco
Los
glucocorticoides (GC) son producidos principalmente en la zona fasciculada de
la corteza adrenal. Estas hormonas esteroides son reguladores endocrinos
cruciales de funciones corporales en la homeostasis y la adaptación a los
cambios ambientales. Los GC endógenos actúan sobre una variedad de tipos de
células para regular la expresión de genes que controlan el metabolismo, el
crecimiento, la diferenciación y la apoptosis de las células. Los GC son
requeridos para el desarrollo de pulmones, cerebro, sistema gastrointestinal,
sistema renal y sistema cardiovascular. La evidencia acumulada indica que los
GC juegan un rol en la “programación”
del desarrollo de la salud y la enfermedad. Un gran número de estudios reportan
que el tratamiento prenatal con GC exógenos o la exposición a altos niveles de GC
endógenos como resultado del estrés materno durante el embarazo provocan el
desarrollo de muchas patologías en la descendencia, incluyendo enfermedad
cardiaca, síndrome metabólico y diabetes mellitus.
La función biológica de los GC es mediada
principalmente por la unión de estas hormonas al receptor glucocorticoide (GR)
intracelular codificado por el gen miembro 1 de la subfamilia 3 de receptores
nucleares grupo C (NR3C1). La activación del GR puede inducir directamente
activación o represión de genes e indirectamente producir efectos sobre la
transcripción de genes, lo cual altera la expresión de proteínas y puede
manifestarse como estrés en el embarazo, enfermedad, inflamación y ansiedad. La
unión de GC al GR en el citoplasma resulta en la homodimerización del receptor
seguida por la liberación del GR de proteínas de shock térmico (HSP),
incluyendo HSP90, HSP70 y la proteína 52 de unión a FK506. El receptor
homodimerizado es transportado al núcleo y se une a elementos de respuesta específicos
en el ADN, lo cual resulta en la activación de la transcripción de genes. Adicionalmente, el GR activado puede formar
complejos con algunos factores de transcripción como NF-κB o AP-1 para prevenir
su unión a los genes blanco y reprimir la expresión de genes regulados por
estos factores de transcripción. Por rutas no genómicas, los GC inducen eventos
de señalización rápidos que involucran a la fosfolipasa C, la proteína quinasa
activada por mitógenos, la fosfatidilinositol 3-quinasa, la Src quinasa, la
proteína quinasa II dependiente de Ca2+/calmodulina y la sinapsina
I, provocando cambios en la concentración intracelular de calcio, incremento en
la producción mitocondrial de especies reactivas de oxígeno (ROS) y liberación
lisosomal de catepsina B. Las rutas genómicas y no genómicas participan en
numerosos procesos fisiológicos requeridos para la homeostasis celular y
procesos patológicos mediados por los GC. Los daños tempranos en estados
críticos del desarrollo pueden provocar cambios permanentes en la estructura y
función de los tejidos, un concepto conocido como programación. La programación
ocurre en el miocardio inmaduro en desarrollo, en el cual se producen numerosas
y complejas señales e interacciones.
En la mayoría de especies de mamíferos se
produce un incremento en los niveles de GC maternos que pasan a la circulación
fetal durante la gestación tardía. Este incremento es esencial para el
desarrollo normal y la maduración estructural y funcional del corazón. Sin
embargo, aunque los GC son vitales para el desarrollo normal del corazón, una
exposición excesiva a los GC puede reducir el crecimiento fetal y producir
efectos perjudiciales a lo largo de la vida de la descendencia. La sobre
exposición prenatal a GC está asociada con hipertensión permanente,
hiperglucemia, anormalidades conductuales y otras consecuencias en la
descendencia. Estudios recientes
demuestran que el exceso prenatal de GC puede causar a largo plazo alteraciones
cardiometabólicas y otras consecuencias en la descendencia. Entonces, es
evidente que los GC y su receptor son críticos para la maduración y el
desarrollo del corazón. La exposición prenatal a los GC a través de la madre o
directamente en el feto programa las funciones cardiacas fisiológicas de la
descendencia a través de la vida.
Las células del embrión en desarrollo están
en constante comunicación unas con otras y las moléculas usadas para enviar y
recibir señales son esenciales para el desarrollo. El desarrollo y la función
del corazón no solo son determinados por las características de los
cardiomiocitos, sino que también son influenciados por su microambiente. Los
componentes críticos del microambiente cardiaco incluyen a las células de soporte, las proteínas de la
matriz extracelular, el ambiente mecánico de las células y los componentes
solubles como oxígeno y citoquinas. El corazón es un órgano pluricelular
altamente organizado con diferentes y equipotentes tipos de células incluyendo
células endoteliales, células inmunes y fibroblastos además de los cardiomiocitos.
La comunicación entre estos tipos de células en una red de estructuras juega un
rol vital en la producción de las proteínas de la matriz extracelular y los
componentes solubles, y responde al ambiente mecánico de las células. Por
tanto, las células de soporte en el microambiente cardiaco son cruciales para
el desarrollo, la autorregulación y la adaptación del corazón.
Es posible que, además de los cardiomiocitos, otros tipos de células
estén involucrados en el desarrollo y la función del corazón mediados por los
GC.
En el desarrollo cardiaco, las células
endoteliales (CE) pueden secretar mediadores que modulan el desarrollo, la
supervivencia y la contracción de los cardiomiocitos. Varios estudios indican
que las células endoteliales forman un nicho vascular que promueve el
crecimiento y la regeneración de órganos a través de rutas de señalización
paracrinas. En respuesta a estímulos fisiológicos y patológicos, las CE pueden actuar sobre los
tipos de células vecinos a través de la secreción de angiocrinas. Aunque muy
poco se conoce de las angiocrinas cardiacas, un número creciente de factores
derivados de las CE que actúan sobre los cardiomiocitos han sido identificados
en los últimos años, incluyendo óxido nítrico (NO), endotelina-1, neuregulina-1,
angiotensina II, angiopoyetinas, prostaglandinas, factor de crecimiento de
tejido conectivo, factor de crecimiento de fibroblastos, factor de crecimiento
del endotelio vascular, Dickkopf-3, apelina y miARN endotelial. Estudios recientes demuestran la regulación GC/GR sobre
varios factores derivados de CE. Por
ejemplo, el elemento de respuesta a GR ha sido identificado en la región
promotora del gen que codifica a la sintetasa de óxido nítrico endotelial
(eNOS), el cual modula la supresión de eNOS inducida por GC. Aunque el efecto
de los GC en la regulación de la actividad y la función de las CE cardiacas se
mantiene bastante elusivo tiene un potencial terapéutico en la regulación de la
programación del microambiente cardiaco derivado de CE en el corazón en
desarrollo y en enfermedad.
Los GC endógenos y farmacológicos ejercen
efectos sobre diferentes células inmunes como macrófagos, linfocitos B y
células T para regular procesos inflamatorios e inmunes. Los macrófagos
derivados de monocitos incrementan la quimioquina pro-inflamatoria CCL5 y
disminuyen la interleuquina 1α (IL-1α), una citoquina que juega un rol central
en el retardo de la diferenciación de miofibroblastos durante la fase
inflamatoria después del daño isquémico del miocardio. Por otra parte, el
bloqueo del GR inhibe la infiltración de macrófagos y la expresión de los genes
de la proteína quimioatrayente de monocitos-1, osteopontina, ciclooxigenasa-2 y
factor de necrosis tumoral-α (TNF-α) en el miocardio que contribuyen a atenuar
el daño cardiaco. Es conocido que la IL-10 es un gen blanco del GR en los
macrófagos y regula la polarización de macrófagos después del infarto de miocardio. Adicionalmente, es conocido que el corazón
adulto contiene subgrupos específicos de macrófagos embrionarios y derivados de
adulto en estado estacionario y en respuesta al estrés cardiaco.
Los fibroblastos cardiacos son generados
durante el desarrollo embrionario a partir del endocardio y el epicardio a
través de la transición epitelio-mesénquima que dura hasta la adultez. La
disrupción de la actividad de los fibroblastos durante el desarrollo
embrionario produce un corazón con cámaras ventriculares más pequeñas,
reducción del grosor del miocardio o defectos en el septum. Físicamente, los fibroblastos pueden sostener
la geometría y la función cardiaca produciendo la red de matriz extracelular en
el corazón adulto. Durante los procesos de enfermedades, como infarto de miocardio, los fibroblastos
funcionan en la inflamación post-infarto y en la reparación cardiaca en el
microambiente de la lesión. La sobre actividad de los fibroblastos puede causar
un desbalance que promueve la hipertrofia del miocardio que culmina en
dilatación cardiaca. La hidrocortisona en dosis de 127 ng/ml (equivalente al
nivel basal endógeno de GC) inhibe la producción inducida por lipopolisacárido
(LPS) de TNF-α e IL-1β en los fibroblastos cardiacos, provocando la inhibición
de desórdenes inflamatorios crónicos durante la enfermedad cardiaca. Por otra
parte, el GR de macrófagos regula la diferenciación de miofibroblastos en el microambiente infartado durante la fase
temprana de la cicatrización de la lesión.
Los mecanismos epigenéticos como metilación
del ADN, modificaciones de histonas, miARN y lncARN son señales relativamente estables que
contribuyen al desarrollo de la salud y la enfermedad. La metilación de ADN
catalizada por ADN metiltransferasas es un mecanismo epigenético para la
regulación de genes. La metilación de ADN es vital para el desarrollo y la función del
corazón durante los procesos de desarrollo y el progreso de enfermedades. El
aumento de la metilación de ADN media la acción de los GC sobre la inhibición
de la proliferación de cardiomiocitos y la estimulación de la prematura
diferenciación de células terminales en el corazón en desarrollo. La hipoxia
perinatal y la exposición a GC contribuyen a la programación durante el
desarrollo fetal, provocando un aumento del riesgo de enfermedad en el adulto.
El ambiente intrauterino adverso como la hipoxia materna puede disminuir el
número de GR en el corazón y esta reducción de GR es sostenida en el adulto. La
hipoxia materna podría regular la expresión de GR a través de la metilación de
ADN y, por lo tanto, modificar la acción de los GC sobre el desarrollo y la
función del corazón. La metilación de ADN es un potencial enlace entre la
hipoxia prenatal y la regulación epigenética de la expresión de GR de la
descendencia adulta en ratas. Entonces, la metilación de ADN es un mecanismo
epigenético esencial en la mediación de los efectos de los GC en el desarrollo
óptimo del corazón y en la función cardiaca después del nacimiento.
Las modificaciones en la acetilación de
histonas tienen un rol prominente en el desarrollo del corazón y los defectos
cardiovasculares. El GR carece de actividad acetilasa por sí mismo. Sin
embargo, puede interactuar con muchos de los complejos correpresores nucleares
para reclutar desacetilasas de histonas. La desacetilasa de histona 2 (HDAC2)
es requerida para el efecto inhibidor de los GC sobre la respuesta
inflamatoria. En los macrófagos estimulados por LPS, la activación del GR
atenúa el reclutamiento de p300 y la acetilación de histonas. Esta modificación
de histonas dirige la represión manejada por GR de genes de la respuesta
inflamatoria como IL-1a e IL-1b en los macrófagos estimulados por LPS. Por
tanto, la desacetilación de histonas media el efecto inhibidor de los GC sobre
la respuesta inflamatoria y guía la adaptación, manejada por la señal
glucocorticoide, en el microambiente cardiaco durante el desarrollo
cardiovascular y la enfermedad.
Los miARN regulan numerosos procesos
celulares y fisiológicos y su desregulación ha sido asociada con la enfermedad
cardiaca. La interacción entre GC y miARN es un potencial mecanismo por el cual
el estrés modula selectivamente la expresión de genes y por consiguiente
influye en la salud cardiaca. La evidencia acumulada en los últimos años indica
que los miARN modulan la producción de GC en la glándula adrenal y la respuesta
a los GC de varios efectores como células inmunes, osteoblastos, células
hepáticas y células esplénicas. Más aún, los GC influyen en la proliferación,
supervivencia y función de las células,
en parte, regulando la expresión de
miARN. Por ejemplo, miARN-30c-5p y miARN-125b-5p juegan un rol esencial en la
red reguladora de genes expresados diferencialmente relacionados con la señal
GC e implicados en la cardiomiogénesis o la función cardiaca. Por tanto, los
miARN juegan un rol esencial en la regulación de la expresión de GR y la señal
GC en las células de soporte cardiaco, lo cual podría influir en el desarrollo
y la salud del corazón.
Estudios recientes revelan un importante rol
de los lncARN en el desarrollo cardiaco, la regeneración y la enfermedad cardiaca.
Los lncARN están relacionados con la señal GC en CE, fibroblastos y macrófagos.
Dado que los GC son críticos para el desarrollo cardiaco, los cambios en los
lncARN pueden contribuir al desarrollo y la función del corazón. Los patrones
de la expresión de genes forman la base de la función de las CE incluyendo las
CE cardiacas. El lncARN lethe puede ser inducido por agonistas del GR para
inhibir la señal inducida por NF-κB y la inflamación en fibroblastos y
macrófagos embrionarios.
En conclusión, la señal GC/GR juega un
rol esencial en la maduración de la
función cardiaca durante la gestación tardía poco tiempo antes del nacimiento,
mientras una señal GC insuficiente puede contribuir a complicaciones
cardiovasculares comunes. Por otra parte, las investigaciones emergentes han
encontrado que la excesiva exposición prenatal a los GC puede retardar la
maduración cardiaca y causar problemas cardiovasculares en el adulto. Los GC
participan en la programación del microambiente cardiaco, especialmente con
acciones sobre las células de soporte incluyendo células endoteliales, células
inmunes y fibroblastos.
Fuente: Song R et
al (2019). Glucocorticoids and programming of the microenvironment in heart.
Journal of Endocrinology 242: T121-T133.
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