Geroprotectores y debilidad
La debilidad es
considerada un síndrome clínico relacionado con el proceso de envejecimiento y
a menudo asociada con un incremento en la vulnerabilidad y la dependencia.
Alrededor del 10% de personas mayores de 65 años tienen debilidad, aumentando a
25-50 % en mayores de 85 años. El reciente progreso en el campo de la
investigación sobre el envejecimiento ha generado el desarrollo de
intervenciones (también llamadas geroprotectores) con el potencial para actuar
sobre la debilidad. La principal característica de esta nueva clase de drogas
es la capacidad para actuar sobre los mecanismos fundamentales del
envejecimiento, como las respuestas al daño oxidativo, la inflamación y la senescencia.
Aproximadamente 200 compuestos han sido clasificados como geroprotectores, cada
uno de ellos enlentece el envejecimiento y/o extiende el tiempo de vida en una
variedad de organismos. Los resultados de múltiples estudios sugieren que la
debilidad puede ser retardada y revertida y que los geroprotectores juegan un rol importante.
Hay dos definiciones principales de
debilidad. El modelo fenotípico de Fried define la debilidad como un síndrome
clínico con tres o más de cinco criterios fenotípicos (FFC): flaqueza,
enlentecimiento, baja actividad física, exhaustación auto-reportada y pérdida
de peso no intencional. El modelo de déficit acumulativo propuesto por Rockwood
asume una acumulación de déficits (por ejemplo, pérdida de la audición, temblor,
demencia) que ocurren con el envejecimiento y que, combinados, pueden ser
expresados en un índice de debilidad (ID). Un ID alto está asociado con un
incremento en el riesgo de muerte.
El aumento de actividad física ha sido
propuesto como una intervención clave en el tratamiento de la debilidad en un
buen número de estudios. Sin embargo, debido a la heterogeneidad de los
protocolos de ejercicio aplicados y las diferencias en edad, género y
etnicidad de los participantes en los
estudios, es muy difícil asegurar cómo los efectos del ejercicio facilitan una vida independiente. En otros
estudios, las intervenciones de ejercicio son combinadas con suplementación
nutricional. Los resultados de estos estudios sugieren que la combinación de ejercicio y nutrición es la
más beneficiosa para reducir significativamente la debilidad en comparación con
el uso de ejercicio o nutrición solos.
Los geroprotectores tienen la capacidad para
retardar la disfunción de múltiples tejidos y las enfermedades relacionadas con
la edad. Drogas como rapamicina, resveratrol, metformina y senolíticos (fisetina,
dasatininb y quercetina, las cuales remueven las células senescentes), pueden
mejorar la salud cardiaca, cognitiva, neuromuscular, metabólica e inmune y
enlentecer el desarrollo de cataratas, sarcopenia, osteoartritis, osteoporosis,
y ateroesclerosis en modelos de
roedores. La evidencia que los geroprotectores pueden retardar el inicio de múltiples
enfermedades relacionadas con la edad sugiere que también pueden mejorar
aspectos de la debilidad como la multimorbilidad, cuando está presente. La
inhibición de la angiotensina II, a través del bloqueo de su síntesis o de su
receptor, ha sido usada por décadas como medicación primaria y efectiva en
enfermedades cardiovasculares. Como los niveles de angiotensina II aumentan con
el envejecimiento y muchas de sus acciones negativas ocurren en enfermedades
relacionadas con la edad, estas drogas han sido revisadas para otras
indicaciones incluyendo una estrategia para enlentecer el envejecimiento. En
este contexto, un estudio reciente demuestra que el inhibidor de la enzima
convertasa de angiotensina (ACE) enalapril atenúa la debilidad en ratones viejos. Por otra parte, las intervenciones usando
restricción calórica y resveratrol confieren mejoría de la salud en múltiples
órganos y sistemas. La rapamicina, inhibidor de mTOR, es un geroprotector bien
caracterizado que reduce la debilidad y mejora la memoria a largo plazo, la
coordinación neuromuscular y la arquitectura tisular en modelos de roedores.
Mientras los esfuerzos para prevenir la
debilidad se han enfocado principalmente en las intervenciones en el estilo de
vida, la Conferencia Internacional sobre Investigación en Debilidad y
Sarcopenia (ICFSR) ha reconocido que los enfoques farmacológicos son requeridos
para los individuos que tienen condiciones de comorbilidad que contribuyen y
complican el síndrome de debilidad. En este contexto, los geroprotectores surgen
como prometedores candidatos para un enfoque farmacológico y han sido usados en
investigaciones clínicas exploratorias. La rapamicina está entre los
geroprotectores más estudiados y ha sido usada en pacientes con enfermedad de
arteria coronaria sometidos a rehabilitación cardiaca. El efecto de la
rapamicina sobre las células inmunes aparentemente se debe a un mecanismo
anti-envejecimiento. Las células inmunes envejecidas son, al menos en parte,
responsables del fenotipo pro-inflamatorio que se desarrolla con la edad y está
asociado con una reducción de masa y
fuerza muscular. La metformina es usada
para el tratamiento de la diabetes pero también es uno de los geroprotectores
más ampliamente estudiados con efectos sobre la duración de la vida en humanos
y modelos animales. Los resultados de un meta-análisis indican que la
metformina reduce todas las causas de mortalidad y enfermedad. La investigación
clínica en adultos mayores diabéticos indica que la metformina reduce el riesgo de declive
cognitivo y demencia y los niveles plasmáticos de citoquinas, incluyendo la
citoquina asociada con el envejecimiento CCL11.
Hay muchas expectativas con el uso de los
senoterapeúticos: (a) senolíticos que eliminan células senescentes y (b)
senostáticos que neutralizan el fenotipo secretor asociado con senescencia
(SASP). La acumulación de células senescentes es uno de los principales
contribuyentes de la debilidad y las enfermedades relacionadas con la edad en
general. La mayoría de los senoterapeúticos son drogas con perfiles de
seguridad bien conocidos, lo cual representa el factor limitante más importante
para su aplicación sistémica pues interactúan con enzimas CYP450 que
metabolizan el 90% de drogas y pueden interferir con el metabolismo y la cinética
de otras drogas en pacientes con necesidades médicas complejas. Sin embargo,
los senoterapeúticos pueden ser usados en dosis intermitentes para limitar los
efectos colaterales. Los estudios con quercetina en combinación con dasatinib y
fisetina se han realizado en una variedad de condiciones y en adultos mayores
sanos voluntarios.
La debilidad no es considerada un indicación
por la US Food and Drug Administration (FDA) o la European Medicines Agency
(EMA) y por tanto las drogas para debilidad no son elegibles por los sistemas
de salud. Esto, en consecuencia, no es
un incentivo para que las compañías farmacéuticas puedan llevar a cabo
investigaciones en el desarrollo de tales drogas, limita los recursos
disponibles y el tamaño de los grupos de en estudio. Esto a su vez resulta en
estudios con grupos pequeños con una
mezcla de resultados. Para que la debilidad sea una indicación, hay que
cumplir con algunos factores. La indicación
tiene que ser bien definida, los modelos animales de la condición que reflejan
la mayoría de los aspectos de la indicación deben estar disponibles, y también
es necesario definir claramente los criterios seleccionados y resultados
medibles que demuestren un beneficio para el paciente. Aunque hay un acuerdo
general sobre la necesidad y utilidad de la debilidad como entidad clínica, aun
se carece de una definición de consenso y procedimientos de evaluación estandarizados para su uso en la
investigación y práctica clínica. La definición más común de debilidad es un
estado médico con múltiples causas y contribuyentes que se caracteriza por
disminución de la fuerza y la resistencia que reduce la función fisiológica e
incrementa la vulnerabilidad del individuo a los estresores. Estos pueden
variar desde pequeños estresores, como una infección o una nueva medicación,
hasta eventos más serios como una intervención quirúrgica que provoca serias
consecuencias que incrementan la dependencia y/o la muerte. La debilidad puede estar asociada con multimorbilidad
aunque también existir en ausencia de multimorbilidad, lo cual complica aún más
la definición. Los adultos mayores con debilidad tienen un considerable
incremento en el riesgo de mortalidad post-operatoria, intolerancia a la
quimioterapia y complicaciones post-operatorias. Ellos potencialmente podrían
beneficiarse con el pre-tratamiento con geroprotectores para disminuir su
vulnerabilidad al estresor.
En conclusión, la debilidad es prevalente en
la población mayor de 65 años y está fuertemente asociada con discapacidad y hospitalización,
lo cual tiene un significativo impacto en los costos de la salud y los cuidados
sociales. Los geroprotectores son una nueva clase de drogas dirigidas a actuar
sobre los mecanismos fundamentales del envejecimiento. La evidencia acumulada
en los últimos años indica que la debilidad puede ser retarda o revertida y que
los geroprotectores pueden mejorar la debilidad en modelos de roedores y en
pacientes.
Fuente:
Trendelenburg AC et al (2019). Geroprotectors: a role in the treatment of
frailty. Mechanisms of Ageing and Development 180: 11-20.
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