Progesterona e implantación del blastocisto
La implantación
del blastocisto es un proceso del primer encuentro embrión-madre en el embarazo
y contiene tres eventos: aposición, adhesión e invasión del blastocisto. El
blastocisto se adhiere al epitelio luminal uterino receptivo para comenzar el
embarazo. Luego, el blastocisto invade el estroma endometrial situado debajo
del epitelio y el estroma se convierte en decidua, la cual sirve como soporte
para el crecimiento y la supervivencia del blastocisto. La implantación del
blastocisto también es el resultado de las interacciones moleculares entre el
útero y el blastocisto en estos procesos. Durante estos procesos, la hormona
ovárica progesterona (P4), referida como una “hormona del embarazo”, juega un
rol esencial a través del manejo de las funciones uterinas. La P4 es producida por el cuerpo lúteo del ovario
después de la ovulación que, más tarde, es la principal fuente de los cambios
de secreción de P4 del ovario al trofoblasto durante el primer trimestre del
embarazo. El cuerpo lúteo, a través de la P4, mejora la tasa de implantación,
indicando el significativo rol de la P4
en la implantación del embrión humano. Un posible mecanismo de falla en la
implantación del blastocisto es la “resistencia a P4”. La suplementación con P4
para el tratamiento de la infertilidad es muy común en humanos y su efectividad
en pacientes con insuficiencia luteal está bien establecida. Sin embargo, el
tratamiento con P4 no siempre ayuda a las pacientes infértiles que sufren de
falla en la implantación del blastocisto.
Un blastocisto competente para la
implantación es uno de los dos componentes indispensables para la implantación
del embrión, porque un embrión de pobre calidad es una de las principales
causas de falla en la implantación. El otro elemento esencial es la
receptividad uterina definida como la capacidad para acomodar al blastocisto
competente en el útero. El útero
receptivo exhibe proliferación del estroma y diferenciación epitelial como un
indicador del arreglo adecuado para la implantación del blastocisto, el cual es
gobernado por hormonas ováricas. La alteración morfológica dependiente de P4,
llamada pre-decidualización, ocurre durante esta etapa. El incremento en la
producción de hormonas esteroides ováricas, 17β-estradiol y P4, proporcionan al
útero la capacidad para la adhesión del blastocisto después de la
pre-decidualización. A continuación, las células del estroma que rodean al
embrión comienzan a diferenciarse concomitantemente con la formación
poliploide. Esta diferenciación estromal es llamada decidualización. El útero
permite la adhesión del blastocisto en un período limitado llamado “ventana de
implantación”. El epitelio luminal alrededor del blastocisto es exfoliado y el
trofoblasto comienza a invadir al estroma, un proceso llamado “invasión del
blastocito”.
En modelos de ratones, el día siguiente a la
ovulación es definido como el día 1 del embarazo. El útero parece hincharse
bajo la influencia del pico de E2 en el día 1 y las células epiteliales
luminales proliferan notablemente. Los niveles circulantes de P4 aumentan en el
día 3 debido a su producción por el cuerpo lúteo. Los niveles de P4 superan a
los niveles de E2 y se vuelve la hormona ovárica dominante en el día 4. La P4 mantiene la receptividad
uterina y cambia dinámicamente el estatus de proliferación celular en el útero.
Las células del estroma comienzan a proliferar mientras las células epiteliales
disminuyen su proliferación y comienzan a diferenciarse, proceso referido como
“switching” proliferación-diferenciación endometrial (PDS). Estos cambios son
acompañados por la expresión de varios genes críticos para la receptividad
uterina. Concomitantemente, la secreción ovárica de E2 proporciona las señales
iniciales al útero para la comunicación entre el blastocisto y el útero. El
blastocisto dormido es activado por los factores uterinos derivados del E2 y el
útero se vuelve receptivo. Bajo la influencia de las hormonas ováricas, el
blastocisto competente de implantación así como el útero receptivo son
preparados a través de comunicaciones moleculares entre el blatocisto y el
útero. El trofoectodermo del blastocisto se adhiere al epitelio luminal y las
células del estroma que rodean al blastocisto inician la diferenciación,
cambian su morfología estromal por una morfología tipo epitelioide que contiene
poliploide y forma una nueva capa endometrial alrededor del blastocisto como un proceso de decidualización. La
permeabilidad vascular del estroma aumenta marcadamente en los sitios de
adherencia alrededor del blastocisto. Las células del trofoblasto invaden al
estroma en el día 5 para completar la implantación del blastocisto.
La P4 actúa a través del receptor de
progesterona (PR), el cual regula la expresión de los genes que
transcripcionalmente responden a la P4 y las rutas críticas para los eventos
del embarazo, incluyendo la ovulación y la implantación. Ratones hembras PR “knockout”
muestran infertilidad debido a la falta de ovulación, lo que sugiere que la
señal P4-PR es esencial para la ovulación. El PR funcionalmente maduro contiene
un monómero receptor, un dimero de proteína de shock térmico (HSP) de 90 kDa,
la cochaperona p23 y una de cuatro cochaperonas, las cuales incluyen al tetratricopéptido repetido (TPR)
que se une a la HSP90. La inmunofilina cochaperona de 52 kDa, proteína ligadora
de FK506 (FKBP52), es una de las chaperonas que contiene TPR y se une a la
HSP90 y al PR, estabilizando la estructura del complejo PR, reforzando por
tanto la señal P4-PR. La deficiencia de FKBP52 deteriora la señal P4-PR. La
señal P4-PR dirige el PDS en el período de peri-implantación. El PDS en el
útero receptivo no solamente ocurre en ratones, sino que también en humanos. El
PR tiene dos isoformas, PR-A y PR-B. El PR-A es responsable primariamente de la
función uterina durante el embarazo, contribuyendo al PDS endometrial. Por
tanto, la señal P4-PR-A sirve al PDS endometrial y a la receptividad uterina.
El exceso –y la carencia– de E2 pueden
prevenir la implantación del blastocisto. La falla en la implantación del
blastocisto debida al exceso de E2 ha sido observada en modelos de ratones. Un
estudio en ratones demuestra que el co-activador de receptor nuclear 6 (NCOA6)
no actúa como co-activador sino que promueve la ubiquitinización y degradación
del receptor de estrógenos ERα, atenuando la señal E2-ERα en el período de
peri-implantación. La ausencia de NCOA6
causa en ratones la acumulación de ERα y aumenta la sensibilidad al E2,
provocando falla en la implantación del blastocisto. La proteína tirosina
fosfatasa-2 (TF-2) se localiza primariamente en el núcleo de las células
uterinas durante la implantación del blastocisto, aumenta la fosforilación de
la tirosina del ERα mediada por la quinasa del co-activador de receptor
esteroide-2, facilita la unión del ERα al promotor PR y promueve la actividad
transcripcional del ERα en la peri-implantación. Por otra parte, los ratones
con deficiencia del transductor de señal y activador de la transcripción 3
(STAT3) presentan falla en la implantación del blatocisto con relativamente
mayor influencia de la señal E2-ERα que de la señal P4-PR, aunque no se ha
dilucidado completamente cómo influye el STAT 3 en la señal E2/P4 en la
peri-implantación.
El estroma endometrial, bajo la influencia
de la señal P4-PR, expresa la proteína HAND2
que impide el PDS endometrial a través de la supresión de factores de
crecimiento fibroblástico, a pesar de no contribuir a la proliferación del
estroma. La HAND2 actúa como un bloqueador de la señal E2 epitelial durante la
implantación del blastocisto. Por otra parte, el IHH (Indian hedgehot), un
factor de la ruta de señalización P4, es expresado fuertemente en el epitelio
luminal uterino inmediatamente antes de la adhesion del blastocisto. El IHH
actúa a través de su receptor Patched-1 (PTCH1), localizado en el estroma e
induce la proliferación del estroma. Los
dos principales blancos de la señal IHH son los
factores de transcripción GLI y COUP-TFII. El GLI contribuye a la
proliferación del estroma y el COUP-TFII mantiene el balance entre la señal
E2/PR.
El PDS endometrial ocurre de manera espacial
entre el útero y el cérvix. El blastocisto no se implanta en el cérvix sino en
el útero en un embarazo normal. El útero de ratón exhibe PDS endometrial y el
cérvix no muestra cambios de proliferación y diferenciación en el epitelio y el
estroma. El útero humano también presenta un PDS dinámico entre las fases
proliferativa y secretora sin cambios significativos en el estatus de
proliferación en el cérvix. Sobre la
base de estos hallazgos, se plantea la hipótesis que hay diferentes maquinarias
para reducir la señal P4-PR en el cérvix y aumentarla en el útero. La señal
P4-PR se debilita en el cérvix debido a la acción del microARN (MiR) 200a en
dos eventos. Uno es la reducción de los niveles
de P4 en el cérvix por regulación transcripcional. El otro es el
metabolismo local de P4 en el cérvix, en el cual el MiR200a regula al alza a la
20α-hidroxiesteroide deshidrogenasa, una enzima que metaboliza a la P4 a través
de la regulación a la baja de STAT5. Más aún, los niveles de expresión de
MiR200a son bajos en el útero receptivo en comparación con el útero
pre-receptivo, lo que indica que el MiR200a hace que la señal P4-PR sea
apropiada para la implantación del blastocisto.
La señal P4-PR es crítica no solo en el
proceso de adquisición de la receptividad uterina sino que también en la
adhesión del blastocisto a través del embarazo. Sin embargo, estudios recientes
reportan otros reguladores claves de la adhesión e invasión del blastocisto. La
proteína Forkhead box 2 (FOXA2) regula la adhesión del blastocisto y el factor
inducible por hipoxia 2α (HIF2α) controla la invasión del blastocisto. El E2 es
un iniciador de la adhesión del blastocisto. El factor inhibidor de leucemia
(LIF) es secretado por el endometrio en
respuesta al E2 secretado por los ovarios y juega un rol crucial en la adhesión
del blastocisto. La concentración de oxígeno en la superficie del endometrio en
el embarazo humano temprano es más baja que en el endometrio interno, lo que
sugiere que la cavidad uterina y la superficie endometrial se encuentran
en estados hipóxicos durante la implantación
del blastocisto. El HIF es un factor de transcripción inducible por baja
tensión de oxígeno y el HIF2α es expresado en el útero durante la implantación
del blastocisto.
En conclusión, la implantación del
blastocisto contiene tres procesos: aposición, adhesión e invasión. La hormona ovárica progesterona regula estos
procesos. Las comunicaciones moleculares inducidas por la progesterona entre el
epitelio endometrial y el estroma, así como también el switching
proliferación-diferenciación endometrial hasta la adhesión del blastocisto son
etapas fundamentales en la implantación del blastocisto.
Fuente: Hirota Y
(2019). Progesterone governs endometrial proliferation-differentiation
switching and blastocyst implantation. Endocrine Journal 66: 199-206.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario