Vitamina D y testosterona
La deficiencia de
vitamina D es clasificada como un importante problema de salud pública. La
vitamina D es conocida por su rol en el mantenimiento de la homeostasis del
calcio y la promoción de la mineralización ósea. La relación entre deficiencia
de vitamina D y enfermedades músculo-esqueléticas está bien establecida. Por otra parte, la evidencia acumulada indica que la deficiencia
de vitamina D es un factor de riesgo
para la resistencia a la insulina, la enfermedad cardiovascular, las
infecciones, las enfermedades
autoinmunes, el cáncer, el incremento de la mortalidad y la disminución de la
fertilidad.
Los estudios poblacionales reportan que en al
menos 30-40% de las parejas infértiles, la causa está en el factor masculino.
Uno de los principales aspectos de la fertilidad masculina es la compleja
interacción entre la hipófisis y el testículo. La testosterona no solo es
un importante regulador de la
espermatogénesis, sino que la disminución de los niveles de testosterona puede contribuir a muchos de los aspectos
adversos del envejecimiento. Varias líneas de evidencia sugieren que los bajos niveles de
testosterona están asociados con mayor mortalidad cardiovascular. En este
contexto, es de hacer notar la asociación entre la vitamina D y el metabolismo
de los andrógenos en hombres. La asociación de vitamina D y testosterona en
hombres ha sido investigada en varios tipos de estudios incluyendo estudios
sobre mecanismos moleculares, estudios observacionales que analizan la relación
entre el estatus de vitamina D y los niveles circulantes de testosterona y
estudios de intervención clínica que evalúan el efecto del tratamiento con
vitamina D sobre los niveles de testosterona.
La testosterona, además de su importante
efecto regulador en la espermatogénesis, es una hormona anabólica con un amplio
espectro de efectos beneficiosos en la salud de los hombres, incluyendo
importantes efectos fisiológicos en cerebro, músculo, hueso y tejido adiposo.
La evidencia acumulada sugiere que la deficiencia de andrógenos puede
contribuir al inicio y progreso de la
enfermedad cardiovascular y juega un importante rol en el desarrollo del
síndrome metabólico. Los hombres con deficiencia combinada de vitamina D y andrógenos tienen mayor riesgo
de mortalidad cardiovascular, lo cual sugiere que la deficiencia paralela de
ambas hormonas es un marcador de pobre salud general. Entonces, una relación
causal entre vitamina D y testosterona,
en particular un potencial incremento de niveles de testosterona después
del tratamiento con vitamina D, es de alto interés clínico.
La testosterona es producida en las células
de Leydig con estimulación de la secreción pulsátil de hormona luteinizante
(LH), pero su producción es también
modulada por las señales paracrinas y autocrinas de factores de crecimiento y
citoquinas secretados en el testículo. El receptor de vitamina D (VDR) es
expresado en casi todas las células humanas, lo cual subyace al significado
clínico del sistema endocrino vitamina D. El VDR y las enzimas que metabolizan
a la vitamina D son expresados en el tracto reproductivo masculino, incluyendo
las células de Leydig. La expresión del VDR sugiere acciones locales autocrinas
y paracrinas de la vitamina D e indica
que la vitamina D está involucrada en la regulación de la función testicular.
Obviamente, los metabolitos de vitamina D son sintetizados y degradados
localmente y el metabolismo de la vitamina D es regulado por factores locales y
sistémicos. El efecto negativo de la orquiectomía y la disfunción testicular
sobre los niveles circulantes de
25-hidroxivitamina D (25(OH)D), apoya la
hipótesis de la síntesis de vitamina D en el testículo.
Un estudio experimental reciente demuestra
la secreción basal de 25(OH)D por las
células de Leydig de ratón, la
cual también es estimulada por la gonadotropina coriónica humana (hCG). Esta
noción es apoyada por el hecho que el tratamiento con hCG de hombres con
hipogonadismo de inicio tardío incrementa los niveles circulantes de 25(OH)D.
Sin embargo, la regulación exacta del metabolismo de vitamina D en el testículo
es bastante desconocida. Algunas evidencias sugieren que los mecanismos
reguladores son similares a los que existen el riñón, incluyendo las rutas de
señalización del factor de crecimiento fibroblástico 23 (FGF23) y moléculas relacionadas con la hormona
paratiroidea (PTH). Los andrógenos incrementan la expresión de 1-α-hidroxilasa,
una enzima clave en el metabolismo de la vitamina D que convierte 25(OH)D en 1,25-dihidroxivitamina D (1,25(OH)2D).
Adicionalmente, la expresión de genes por metabolitos de la vitamina D es modificada de acuerdo con los niveles de
andrógenos. Por otra parte, la vitamina D incrementa significativamente la
producción de testosterona en cultivos
de células de testículo humano. Después de la suplementación con 1,25(OH)2D, 63 genes fueron
regulados al alza, en las células testiculares incluyendo IGF-1, ALPL, DPP4 y
otros genes asociados con el hueso y el sistema inmune.
La vitamina D puede ser crítica para la
función testicular porque el tratamiento con vitamina D regula al alza ciertos
genes específicos del testículo, incluyendo ABCA1 (ATP-binding cassette
transporter 1). Los ratones ABCA1-knockout tienen significativamente reducidos los
niveles de testosterona intratesticular
así como reducidas las cantidades de espermatozoides. Los estudios
experimentales también indican que la secreción de testosterona puede ser
modulada por cambios inducidos por vitamina D en la homeostasis del calcio
intracelular en las células de Leydig mediados vía calbindina-D28K. La calbindina-D28K es una proteína
citoplasmática ligadora de calcio involucrada no solo en la regulación de la
homeostasis del calcio intracelular sino también en la producción de hormonas testiculares.
Los efectos de la vitamina D sobre la producción de testosterona también pueden
ser mediados vía osteocalcina, la cual es producida por los osteoblastos y está
involucrada en el metabolismo óseo. La estimulación de la expresión de osteocalcina mediada por
vitamina D puede tener un relevante rol indirecto en la modulación de la
producción de testosterona por el testículo.
La mayoría de los estudios observacionales
reportan una asociación independiente de la vitamina D con los niveles
circulantes de testosterona o hipogonadismo en hombres. Uno de esos estudios
reporta una asociación significativa de
25(OH)D y niveles de testosterona total
en hombres. Otro estudio reporta una asociación independiente de 25(OH)D con los niveles de testosterona total y
testosterona libre en 1362 hombres
participantes del Health Professionals Follow-up Study. Adicionalmente, una
significativa asociación positiva de testosterona total y SHBG (Sex Hormone Binding Globulin) con los
niveles de 25(OH)D fue reportada en un
estudio de 382 hombres chinos y malasios. Otra investigación reporta una significativa asociación positiva
de 25(OH)D y testosterona total y SHBG
en 1315 hombre ajustados por edad ,
raza, porcentaje de grasa corporal y tabaquismo. Con relación al riesgo de hipogonadismo masculino, los estudios sugieren
concentraciones optimas de 25(OH)D entre 82 y 102 nmol/L.
Algunos estudios de intervención clínica
evalúan los efectos de la vitamina D sobre los niveles de andrógenos en
hombres. Por ejemplo, un estudio investigó el efecto del colecalciferol (5000
UI por semana) en 66 pacientes con hipogonadismo sin encontrar un efecto
significativo sobre los niveles de testosterona total. Por el contrario, otro
estudio reporta un incremento significativo en los niveles de testosterona
total en 102 hombres de edad media con 25(OH)D<75 nmol/L quienes recibieron
una dosis inicial de Ergocalciferol en solución oral (600000 UI/1,5ml) y
seguidamente un régimen de tratamiento con vitamina D. Por otra parte, la
evidencia de los estudios aleatorios controlados (RCT) sobre vitamina D y testosterona total es
escasa y revela resultados conflictivos. Los efectos de un año de
suplementación de vitamina D (3332 UI/día) sobre los andrógenos fueron estudiados
en 54 hombres (vitamina D n=31, placebo n=23). Los investigadores observaron un
incremento significativo en los niveles de testosterona total, testosterona
bioactiva y testosterona libre en comparación con los niveles basales en el
grupo que recibió vitamina D, mientras no encontraron ningún cambio
significativo en el grupo placebo. En un estudio reciente con 100 hombres sanos
con niveles de testosterona total>10,4nmol/L y 25(OH)D <75nmol/L que
recibieron 20000UI/semana de vitamina D3 (n=50) o placebo (n=50) por 12 semanas,
los investigadores no encontraron efecto significativo sobre los niveles de
andrógenos.
En conclusión, la vitamina D puede jugar un
importante rol en el metabolismo de los andrógenos. En hombres, el estatus de
vitamina D ha sido asociado con niveles de andrógenos e hipogonadismo. Hay
alguna evidencia de un efecto favorable de la suplementación de vitamina D
sobre la concentración de testosterona, aunque otros estudios fallaron en
demostrar un efecto significativo.
Fuente: Trummer C
et al (2018). Vitamin D, PCOS and androgens in men: a systematic review.
Endocrine Connections 7: R95-R113.
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