Chemerina y balance energético
La chemerina,
codificada por el gen Rarres2 (retinoic acid receptor responder 2), también
conocido como TIG2 (tazarotene-induced gene 2), es una adipoquina con roles
autocrinos, paracrinos y endocrinos. La chemerina es una citoquina inflamatoria
descubierta originalmente como un gen que responde al ácido retinoico en
lesiones de la piel con psoriasis, lo cual implica un rol inmunomodulador.
Inicialmente, la chemerina fue llamada TIG2 porque incrementa su expresión después
del tratamiento de cultivos de piel con tazarotone, un retinoide sintético.
Posteriormente, fue caracterizado como gen que responde a retinoides y por lo
tanto fue llamado receptor que responde a retinoides 2 (Rarres 2). La respuesta
de la chemerina al ácido retinoico fue confirmada más tarde en varias células
y tejidos. Varios estudios
revelaron que la chemerina es altamente
expresada en tejido adiposo blanco (TAB), hígado y pulmones mientras su
receptor CMKLR1 es expresado predominantemente en adipocitos y células inmunes.
En células de mamíferos, la chemerina es
inicialmente sintetizada como un pro-precursor (preprochimerina) de 163
aminoácidos. La “truncación” N-terminal del péptido señal de 20 aa resulta en
la liberación de un precursor inactivo (prochemerina-S163) en los nichos
extracelulares o la circulación sistémica. En el medio extracelular, el
precursor requiere un clivaje C-terminal en varios sitios para generar
chemerina activa y desactivada. Por ejemplo, el clivaje proteolítico en el
extremo C-terminal por plasmina, elastasa y catepsina G activa la chemerina y
genera varias isoformas (chemerina-K158, -S157 y -F156) con diferentes
afinidades por el CMKLR1. El posterior clivaje de la chemerina bioactiva por
una quimasa produce chemerina-F154 y termina su actividad. Entonces, el
procesamiento enzimático del extremo C-terminal sirve como mecanismo regulador
clave para determinar la concentración local y sistémica de la chemerina
activa. Hasta el presente se han identificado ocho serina proteasas para el
procesamiento del extremo C-terminal de la chemerina y su precursor. Estas
serina proteasas generalmente son secretadas en la matriz extracelular o el
plasma para ejercer su efecto biológico.
Después de ser secretado, el precursor
de chemerina es procesado por varias
proteasas extracelulares pertenecientes a las cascadas de coagulación,
fibrinolítica e inflamación, las cuales son expresadas diferencialmente en
diferentes tejidos y por lo tanto producen diversas isoformas de la chemerina. Aunque
el precursor inerte de chemerina es la isoforma dominante en el plasma de
humanos sanos, en condiciones de inflamación han sido detectadas diferentes
isoformas en sangre (chemerina-A155, -S157 y-K158), liquido cerebroespinal
(chemerina-K158), ascitis (chemerina-S157), hemofiltrado (chemerina-F154) y
liquido sinovial (chemerina-K158). Los resultados de los análisis con
espectrometría de masa indican que la generación de chemerina bioactiva tiene
lugar en las etapas iniciales de la inflamación. Por otra parte, los análisis
con ELISA usando anticuerpos contra
péptidos C-terminal han demostrado que la chemerina-K158 es la isoforma
dominante en líquido sinovial de
pacientes con artritis. Varios estudios reportan que la fracción de chemerina
bioactiva es mucho mayor en líquido cerebroespinal y líquido sinovial de
pacientes con artritis que en el plasma de voluntarios sanos. En el tejido
adiposo de pacientes con obesidad, las isoformas de la chemerina exhiben un
perfil diferente al del plasma con niveles mínimos de precursor de chemerina y
niveles significativos de chemerina-S157 bioactiva.
La chemerina tiene varios roles en la
patogenia de enfermedades inflamatorias y metabólicas en múltiples órganos,
incluyendo tejido adiposo, pulmón, piel, sistema cardiovascular, tracto
reproductivo, tracto gastrointestinal, esqueleto y articulaciones. La función
biológica de la chemerina como modulador pro- o anti-inflamatorio se mantiene controversial. En el inicio de la
reacción inflamatoria, las células polimorfonucleares son reclutadas en el
sitio dañado, donde promueven la generación de chemerina bioactiva mediante la
liberación en el medio de las proteasas elastasa y catepsina G. En seguida, la
chemerina aumenta la quimiotaxis de células dendríticas inmaduras y macrófagos
para el inicio de la respuesta inmune. Por el contrario, el tratamiento con
chemerina reduce el reclutamiento de neutrófilos y macrófagos en el sitio de la inflamación y la expresión
de citoquinas pro-inflamatorias dependiendo de los sistemas biológicos. Estos
estudios sugieren que la chemerina actúa como un modulador pro-inflamatorio o
anti-inflamatorio dependiendo de los sistemas biológicos. Un cambio fundamental
en el entendimiento de la función de la chemerina ocurrió en el año 2007 cuando
se encontró que la chemerina es altamente expresada en el TAB. Los estudios
posteriores revelaron que la chemerina actúa sobre su receptor CMKLR1 para
afectar la adipogénesis, la angiogénesis y la inflamación en el tejido adiposo.
La chemerina, además del metabolismo de lípidos, influye en la desregulación
del metabolismo de la glucosa. En concordancia con los importantes roles de la
chemerina en el metabolismo de glucosa y lípidos, los datos clínicos indican
que los niveles de chemerina local y/o circulante aumentan en los pacientes con
obesidad, diabetes y enfermedad cardiovascular.
Como proteína quimioatrayente, la chemerina
fue identificada inicialmente como ligando natural del receptor acoplado a
proteína G CMKLR1, también conocido como ChemR23. Más tarde, debido a una
secuencia idéntica, la chemerina también fue reconocida como ligando del
receptor GPR1, otro receptor acoplado a proteína G. El tercer receptor de chemerina,
CCRL2 (chemokine (C-C motif) receptor-like 2), fue identificado en experimentos
con ensayos de unión. La chemerina se une con similar afinidad a CMKLR1 y GPR1,
pero con baja afinidad al CCRL2. Los receptores de chemerina exhiben perfiles
de expresión célula-específicos, por lo que la comparación de la activación del
receptor en un mismo tejido se vuelve muy difícil.
El CMKLR1 es un receptor acoplado a la
proteína Gi/o que activa su señal intracelular a través de las rutas proteína quinasa activada por mitogenos
(MAPK), quinasa regulada por señal extracelular (ERK) y fosfatidilinositol 3
quinasa (PI3K)-AKT para regular funciones biológicas como angiogénesis e
inflamación y es ampliamente expresado en diferentes órganos y tejidos. El
CMKLR1 es expresado en el sistema inmune con alto nivel de transcripción en macrófagos, células “killer” naturales,
células dendríticas inmaduras y leucocitos. Adicionalmente, ha sido detectado
en el sistema cardiovascular (incluyendo células de músculo liso, células
endoteliales y cardiomiocitos), el sistema reproductivo y la piel. En línea con
el rol de la chemerina como adipoquina, el CMKLR1 es expresado en el tejido
adiposo con mayores niveles en los adipocitos blancos que en los adipocitos
marrones. En el cerebro, el CMKLR1 se encuentra en microglías del hipocampo y
células ependimales y tanicitos del hipotálamo. El GPR1 es expresado
predominantemente en el sistema nervioso central (células de glioblastoma,
microglías y células similares a fibroblastos), aunque también ha sido
reportado en células de la piel, adipocitos blancos, células de Leydig y
células granulosas. El GPR1 activa las rutas de señalización ERK1/2-MAPK. Por
otra parte, la unión de chemerina a los receptores CMKLR1 y GPR1 promueve rutas
dependientes de RhoA/ROCK. La unión de la chemerina al receptor CCRL2 no induce
rutas de señalización y es designado como un receptor atípico, silente. El CCRL2 tiene la capacidad de amplificar la
concentración local de chemerina para la interacción con el CMKLR1.
Varios estudios sugieren que la chemerina
juega un rol crucial en la adipogénesis y está implicada en el control del
tejido adiposo, la regulación de la homeostasis de la glucosa y el desarrollo
de obesidad. En general, resultados contradictorios han sido reportados con
relación al rol de la chemerina en el metabolismo corporal. Inicialmente, los
estudios en humanos reportaron que la expresión del gen chemerina y los niveles
circulantes se correlacionan positivamente con el incremento del índice de masa
corporal y los biomarcadores relacionados con la obesidad. En apoyo de esta
noción, los niveles plasmáticos de chemerina aumentan en ratones con obesidad
inducida por dieta y disminuyen con el ayuno. En ratas mantenidas con dieta
restringida, la disminución de chemerina en el TAB está asociada con una
disminución en la concentración plasmática de chemerina. Cuando se suspende la
restricción y las ratas son realimentadas, aumentan la expresión de chemerina
en el TAB y la concentración plasmática de chemerina. Sorprendentemente, la
inyección intraperitoneal de chemerina en ratas resulta en disminución de peso corporal. Esto
contradice la noción que los niveles plasmáticos elevados de chemerina
promueven la obesidad. En este contexto, un estudio con inyecciones de
chemerina directamente en el cerebro sugiere que hay una respuesta bimodal
sobre el peso corporal y la ingesta de alimento. La inyección
intracerebroventricular (icv) aguda de chemerina disminuye el peso corporal
mientras la infusión crónica incrementa el peso corporal. Entonces, la
chemerina puede ejercer acciones biológicas diferentes dependiendo del tiempo
investigado. Por otra parte, las inyecciones intraperitoneales de chemerina en
ratones sanos no afectan la tolerancia a
la glucosa, pero incrementan la intolerancia a la glucosa en ratones ob/ob y db/db. Los ratones Gpr1-knockout
alimentados con dieta rica en grasas incrementan la intolerancia a la glucosa,
pero no se observan cambios en el peso corporal, la composición corporal y el
gasto de energía.
La chemerina y sus receptores se localizan
en distintas regiones cerebrales, lo que indica un potencial rol central. En
ratas y ratones, la chemerina es expresada en el hipotálamo. En ratas, el
CMKLR1 es expresado en corteza prefrontal, hipocampo, cerebelo e hipotálamo.
CMKLR1 y GPR1 son altamente expresados en el cerebro de ratón, pero la
especificidad tisular no ha sido identificada entre las diferentes regiones
cerebrales. En el hipotálamo de la rata,
la chemerina y el CMKLR1 se localizan en células ependimales y tanicitos
de tercer ventrículo y núcleo arqueado, áreas relacionadas con la regulación
del apetito. El receptor CCRL2 también se localiza en el hipotálamo e
incrementa la señal local de la chemerina. En ratones, la chemerina es
expresada predominantemente en células ependimales pero no en los tanicitos. La
observación que la chemerina no es expresada uniformemente en el hipotálamo
sugiere que juega roles diferentes en
regiones distintas. La relación entre la
chemerina y la regulación del apetito y el peso corporal en el hipotálamo fue
identificada inicialmente en investigaciones sobre expresión de genoma. Las investigaciones posteriores en ratas F344
sensibles al fotoperíodo identificaron a
la chemerina como blanco de la señal de ácido retinoico en el hipotálamo. Las
inyecciones de ácido retiónico todo trans en el tercer ventrículo de ratas F344
incrementaron la expresión de chemerina en células ependimales y tanicitos. En el hipotálamo de las ratas
F344, la chemerina es regulada fuertemente por cambios en el fotoperíodo. Más
aún, la administración icv de chemerina en ratas F344 altera la ingesta de
alimento y el peso corporal con cambios asociados en los neuropéptidos
hipotalámicos involucrados en la alimentación y el crecimiento. Sin embargo,
esta respuesta en las ratas F344 es transitoria y no sostenida en el tiempo. En
otro estudio, los investigadores usaron inyecciones periféricas de chemerina y
observaron una reducción en la ingesta de alimento y el peso corporal, pero
solamente un efecto menor sobre la expresión de los neuropéptidos
hipotalámicos. Estos estudios indican que la chemerina puede no actuar
directamente a través de las rutas neuroendocrinas conocidas que regulan el
apetito para ejercer sus efectos. Esta idea es apoyada por el hallazgo que
ratones que carecen de CMKLR1 exhiben reducción de la ingesta de alimento y el
peso corporal pero no cambios en los neuropéptidos hipotalámicos. Una
posibilidad es que la chemerina puede jugar un rol en la remodelación celular
del hipotálamo. La administración central de chemerina (aguda o crónica)
incrementa la expresión de vimentina, una proteína usada como marcador para
visualizar células ependimales y tanicitos. Adicionalmente, la infusión central
de larga duración de chemerina resulta
en cambios morfológicos en el hipotálamo. Estos resultados sugieren que la
chemerina juega un rol importante en la remodelación hipotalámica disparando
cambios de larga duración en la regulación del peso corporal y la ingesta de
alimento. Independientemente del rol neuroendocrino de la chemerina, el CMKLR1
es regulado al alza en pacientes con enfermedad de Alzheimer y ratones y ha
sido identificado como un receptor para péptidos amiloides-β, lo cual sugiere
un potencial rol de la chemerina en el progreso de la enfermedad de Alzheimer. Adicionalmente,
la expresión de CMKLR1 en hipocampo y corteza prefrontal de ratas ha sido relacionada con depresión,
posiblemente a través de la activación
de resolvinas, agregando otro nivel de complejidad al rol biológico de
la chemerina.
La chemerina y el CMKLR1 son expresados en
altos niveles en el TAB pero en bajos niveles en el tejido adiposo marón (TAM).
El TAM está asociado con la termogénesis, lo cual sugiere que la chemerina
ejerce su efecto sobre el peso corporal regulando la adipogénesis más que la
termogénesis. Sin embargo, recientemente se ha demostrado que la pérdida de
CMKLR1 suprime la expresión de genes relacionados con la termogénesis en TAB y
TAM. Debido a su capacidad para producir calor, en vez de ATP, que resulta en
pérdida de peso, el TAM ha sido identificado como un potencial blanco para el
tratamiento de la obesidad. Por otra parte, el ácido retinoico juega un rol
clave en la regulación de la termogénesis del TAM. Dado que la chemerina es
regulada por la señal de ácido
retinoico, es posible que la chemerina promueva la actividad del TAM y/o la
marronización del TAB. Durante la diferenciación de preadipocitos humanos en
adipocitos, la expresión de chemerina y CMKLR1 aumenta dramáticamente. La
activación del eje chemerina-CMKLR1 facilita la proliferación y
diferenciación de los preadipocitos a
través de la inducción de las cascadas de señalización AKT-mTOR y ERK.
El CMKLR1 es expresado en células
endoteliales de tejido adiposo humano y es regulado al alza por citoquinas
pro-inflamatorias. La chemerina activa rutas angiogénicas a través de las señales PI3K-AKT y MAPK-ERK e induce angiogénesis in
vitro promoviendo la proliferación, diferenciación y migración de células
endoteliales. La expresión de chemerina en células endoteliales ha sido
asociada con la regulación al alza del factor de crecimiento endotelial
vascular (VEGF) que promueve la angiogénesis. El tejido adiposo, además de
adipocitos y células endoteliales,
contiene células inmunes. Es ampliamente aceptado que el incremento de
la adiposidad está asociada con inflamación sistémica de bajo grado crónica. El inicio de la inflamación local y
sistémica por la interacción
adipocito-inmunocito contribuye significativamente a la resistencia a la insulina y la obesidad.
El CMKLR1 es expresado las células inmunes que se acumulan en el tejido adiposo
obeso, incluyendo células dendríticas, macrófagos y células killer. Un estudio
reciente confirma que la chemerina recluta células dendríticas circulantes en
el tejido adiposo visceral. Por lo tanto, la chemerina exacerba la adiposidad
reclutando células inmunes en el tejido adiposo. El incremento en la
concentración plasmática de chemerina que ocurre en la obesidad se correlaciona
con el desarrollo de diabetes mellitus tipo 2
en humanos. La chemerima y su receptor CMKLR1 son expresados en las
células β del páncreas, lo que implica un rol en la modulación de la secreción de
insulina. En efecto, la señal chemerina incrementa la secreción de insulina aunque el mecanismo preciso no está claro. La
chemerina también regula la sensibilidad a la insulina y la captación de
glucosa. La chemerina, regulada al alza en obesidad y diabetes, reduce la
captación de glucosa en hígado pero no en tejido adiposo o músculo esquelético.
Más aún, la pérdida de chemerina altera la supresión inducida por insulina de la producción hepática de glucosa.
En conclusión, la chemerina, codificada por
el gen Rarres2, es una adipoquina involucrada en inflamación, adipogénesis,
angiogénesis y metabolismo energético.
En humanos, los niveles locales y circulantes de chemerina se
correlacionan positivamente con el índice de masa corporal y biomarcadores relacionados con la obesidad. La chemerina
incrementa la ingesta de alimento en animales estacionales a través de su
acción sobre los tanicitos del hipotálamo.
Fuente: Helfer G y
Wu GF (2018). Chemerin: a multifaceted adipokine involved in metabolic disorders.
Journal of Endocrinology 238: R79-R94.
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