Trombospondina-1, fibrosis y complicaciones de la
diabetes
La diabetes
mellitus (DM) es una de las enfermedades metabólicas que ha aumentado
significativamente en naciones desarrolladas y en desarrollo. Sobre la base de
sus diferentes etiologías se reconocen dos tipos de casos de diabetes: diabetes
mellitus tipo 1 (DMT1) y diabetes mellitus tipo 2 (DMT2). Aunque los mecanismos
de patogénesis subyacentes y el número de personas afectadas no son los mismos,
algunas complicaciones crónicas inducidas por la hiperglucemia se observan en
las personas con alguno de estos tipos de diabetes. Las complicaciones
diabéticas representan un riesgo para anormalidades metabólicas como disfunción
endotelial, inflamación, vasoconstricción, oxidación y fibrosis. Estas complicaciones
aumentan significativamente la morbilidad y mortalidad de los pacientes
diabéticos.
La fibrosis puede ocurrir en varios tejidos
de los pacientes diabéticos, incluyendo corazón, hígado, riñón y retina. Aunque
el mecanismo completo para la progresión de la fibrosis en la diabetes todavía
no está muy claro, el metabolismo de la glucosa y la resistencia a la insulina
son considerados los principales factores de la etiopatogenia de la fibrosis.
El proceso de fibrosis requiere de la participación dinámica de la matriz
extracelular (MEC) y es controlado por una familia de moléculas
estructuralmente no relacionadas llamadas proteínas multicelulares. La
evidencia reciente indica que la trombospondina-1 (TSP-1), una glucoproteína extracelular
que se encuentra en la MEC, juega un rol importante en la remodelación vascular
regulando la respuesta arterial al daño. Los estudios indican que el incremento
en TSP-1 está involucrado en el proceso patológico de fibrosis en múltiples órganos
de los pacientes con DM, excepto la retina.
La TSP-1 pertenece a la familia
trombospondina (TSP) y fue identificada por primera vez a través de su
liberación en respuesta a la activación de las plaquetas por la trombina, por
lo que inicialmente fue llamada proteína sensible a la trombina (TSP). De
acuerdo con la organización molecular, la familia de genes trombospondina, la
cual comprende proteínas codificadas por cinco genes separados, está dividida
en dos subfamilias, tipo A y tipo B. TSP-1 y TSP-2 pertenecen al subgrupo A, y el subgrupo B consiste de
TSP-3, TSP-4 y TSP-5. La TSP-1 es codificada por un gen llamado THBS1 (16393
bases incluyendo 22 exones) en diferentes localizaciones cromosomales entre las
diversas especies. Los exones 2-21 codifican las 5729 bases del mARN. De
acuerdo con varios estudios, múltiples
sitios de unión en la región del promotor TSP-1 pueden ser activados por la hiperglucemia para incrementar su
expresión. Por otra parte, diferentes factores de transcripción se unen al promotor de TSP-1 para inducir su
expresión, incluyendo factores estimuladores al alza ½ (USF1/2), proteína
estimulante 1 (Sp1), factor nuclear kappa B (NF-κB), respuesta de crecimiento
temprano 1 (Egrl1) y proteína activadora 1 (AP1). La proteína TSP-1 consiste de
cinco subunidades: un dominio N-terminal (NTD), una secuencia de
oligomerización (O), una región de homología con procolageno (PC), tres tipos
de unidades repetidas (tipos 1,2 y 3) y un dominio C-terminal. En contraste con
otras proteínas estructurales de la MEC, la TSP-1 no contribuye directamente a
la integridad de una entidad física como una fibra o una membrana basal, sino
que actúa contextualmente para influir en la función celular modulando las
interacciones célula-matriz.
Los resultados de diversos estudios
demuestran que la hiperglucemia estimula la expresión de TSP-1 y múltiples
rutas y/o factores están involucrados. El proceso completo está compuesto por
tres etapas. Primero, algunas rutas son disparadas por la hiperglucemia.
Segundo, estas rutas, una vez activadas,
inducen un incremento en la actividad de los factores de transcripción,
los cuales se unen directamente al promotor de TSP-1 para inducir su expresión.
Finalmente, el incremento en la producción de TSP-1 provoca su unión a
diferentes receptores para provocar fibrosis regulando una gran proporción de
proteínas expresadas en la MEC.
La proteína quinasa C (PKC) es un mensajero
intracelular requerido para la proliferación y migración celular. La actividad de
la PKC ha sido involucrada en el
mecanismo por el cual la glucosa estimula la activación de la TSP-1, provocando
la siguiente pregunta: ¿cuál es el
mecanismo por el cual los altos niveles de glucosa incrementan la actividad de
la PKC? Algunos autores sugieren que la hiperglucemia causada por la diabetes induce
la activación inmediata de la PKC a través de la síntesis de diacilglicerol
(DAG), la cual es disparada por el estrés oxidativo. Esta suposición da lugar a
otra pregunta: ¿cuál es la ruta precisa activada por la PKC que induce la
expresión de TSP-1? Está demostrado que el incremento en la expresión de TSP-1
inducido por la PKC es mediado por la angiotensina II (Ang II). Por otra parte,
la PKC también puede ser activada vía ruta de la proteína quinasa activada por
mitogeno (MAPK) a través de la cual son activados algunos factores de
transcripción para facilitar la expresión de TSP-1.
La familia MAPK es un grupo de
serina/treonina quinasas que transduce señales de la superficie celular al
núcleo, resultando en un rango de funciones biológicas mediante la
modulación la función de factores de
transcripción y de esta manera cambiar el patrón de transcripción de genes,
incluyendo genes relacionados con la
fibrosis. La familia MAPK incluye principalmente a la quinasa c-Jun amino terminal
(JNK), la quinasa regulada por señal extracelular (ERK) y la MAPK. El bloqueo
de la ruta MAPK resulta en la inhibición de la expresión de TSP-1.
La Ang II, una molécula efectora producida
por el sistema renina-angiotensina (RAS), es activada en casos de diabetes por
los niveles elevados de productos terminales de la glicación avanzada (AGE). La
evidencia acumulada sugiere que la Ang II juega un rol en el desarrollo de la fibrosis
a través del receptor de Ang II tipo 1 (AT1), resultando en la proliferación de
fibroblastos y la acumulación neta de colágeno fibrilar. Un reporte reciente
demuestra que el candesartan es uno de los bloqueadores del receptor AT1, lo
cual ha atraído mucha atención por su potencial actividad anti-fibrosis. Esta
atenuación de la fibrosis a través del bloqueo del receptor AT1 también es
mediada por alteración de la actividad del factor de crecimiento transformante-
β1 (TGF-β1), el cual también induce la expresión de TSP-1. Aunque está
demostrado que la Ang II puede estimular la expresión de TSP-1 aún no se conoce
exactamente la ruta de señalización del receptor AT1 que media este efecto de
la Ang II. Algunos estudios sugieren que la producción de TSP-1 inducida por
Ang II puede estar asociada con
MAPK y JNK. Otros estudios indican
que la TSP-1 está asociada con la actividad del TGF-β1, el cual juega un rol
crítico pues activa directamente la ruta MAPK.
En condiciones de hiperglucemia, el
incremento en la expresión de especies reactivas de oxígeno (ROS) producido por
la oxidación de la glucosa en las mitocondrias activa el estrés de retículo
endoplásmico (RE). En el estadio inicial
del estrés RE se activa la respuesta de proteínas no plegadas (UPR) para
aumentar la degradación de estas proteínas. Sin embargo, si la activación del
estrés RE es prolongada, se inducirá fibrosis debido a la aceleración de la
proliferación de fibroblastos por proteínas de la MEC como TGF-β1 y TSP-1. La
inhibición farmacológica del estrés RE previene la fibrosis a través de la
supresión de la expresión de TGF-β1 y TSP-1. Aunque el mecanismo subyacente
todavía no está muy claro, varios estudios demuestran que la interferencia o “knockout”
del factor de transcripción proteína homóloga C/EBP (CHOP) podría reducir
significativamente la expresión de TGF-β1. El CHOP es un factor de
transcripción pro-apoptosis, el cual es activado por tres rutas: proteína
quinasa RNA (PKR)/quinasa RE pancreática (PERK), factor de transcripción
activante-6 (ATF-6) y enzima que requiere inositol 1 (IRE-1). Además de inducir
apoptosis, el CHOP juega un rol importante en la modulación de la señal NF-κB,
el cual es un regulador mayor para modular la expresión de TSP-1. Más aún, el
incremento en la producción de ROS por estrés RE también podría activar
múltiples citoquinas pro-inflamatorias, incluyendo NF-κB. Por tanto, según la hipótesis de
algunos investigadores, el estrés RE induce la expresión de TSP-1 vía NF-κB.
Los microARN (miARN) son pequeñas moléculas
de ARN no codificante que modulan la expresión de genes y la síntesis de
proteínas. En años recientes, algunos reportes demuestran que los miARN están
involucrados en el proceso de fibrosis de las complicaciones de la diabetes.
Más de 100 miARN muestran expresión diferencial en los pacientes con diabetes,
incluyendo miR-155 y miR-146a, los cuales juegan un rol importante en el
proceso de fibrosis. Estos dos miARN activan la expresión de TGF-β1 y NF-κB en
tejido renal de pacientes diabéticos y modelos animales. Por otra parte, en
condiciones de hiperglucemia aumenta el miR-21, el cual dispara la expresión de
TSP-1 a través de la activación de la señal TGF-β1/Smad7. Por el contrario,
otros miARN como miR-30c, miR-23 y miR29 disminuyen en condiciones diabéticas.
Estos miARN inhiben significativa la transición epitelio-mesenquima inducida
por TGF-β1.
La familia TGF-β está dividida en TGF-β1 y
TGF-β2. Está demostrado que la hiperglucemia estimula un incremento en la
actividad de TGF-β1, resultando en la promoción de fibrosis en diferentes
órganos en modelos de animales diabéticos. Distintas rutas están involucradas
en la activación del TGF-β1, incluyendo Ang II, MAPK y TSP-1. La TSP-1 es
crítica para la activación del TGF-β1 en células expuestas a altas
concentraciones de glucosa, lo cual contribuye a la acumulación de proteínas de
la MEC. Este proceso es necesario para la expresión de CD36 a la cual se une la
TSP-1. Después de su activación, el TGF-β1 inicia una respuesta celular
uniéndose al receptor de TGF-β tipo II (TβR-II) para aumentar la transcripción
de 60 genes relacionado con la MEC. Después de la unión del ligando, se inicia
la activación de dos rutas diferentes, una de las cuales es la señal Smad. El
TβR-II activa la TβRI quinasa, la cual
fosforila a Smad2 y Smad3 para inducir
la fibrosis. La señal Smad también es crítica en el proceso de fibrosis
inducido por otros factores pro-fibrosis como Ang II y AGE. El TGF-β1 y la Ang
II son conocidos como inductores de fibrosis que se activan mutuamente. El
TGF-β1 aumenta la expresión de Ang II vía señal Smad. Después de la
fosforilación, las proteínas Smad2 y Smad3 son trasladadas del citoplasma al
núcleo donde promueven la expresión del factor de crecimiento de tejido
conectivo (CTGF), el cual es un mediador del TFG-β1 y juega un rol esencial en
la fibrosis. El TGF-β1 es también un potente estímulo para la producción de
moléculas de la matriz como colágeno I y fibronectina a través de la ruta Smad.
Otras rutas iniciada a través de la unión de TGF-β1 al TβR-II involucra señales
no Smad e incluye las rutas ERK1/2 y MAPK p38. La MAPK puede inducir la
expresión de TSP-1. Por tanto, TSP-1 no solo es un activador de TGF-β1sino también
es regulada por TGF-β1 por lo que se establece un ciclo de retroalimentación
entre TSP-1 y TGF-β1.
El CD47, inicialmente llamado proteína
asociada a integrina, es un receptor de TSP-1. Después de unirse al dominio
C-terminal de la TSP-1, el CD47 inicia la señal de una proteína G
heterotrimérica que aumenta las funciones de la familia de integrinas β1, β2 y
β3. El CD47 tiene roles importantes en un rango de actividades celulares,
incluyendo migración y proliferación celular, activación de plaquetas y
motilidad celular. El CD47 se une a la TSP-1 para activar la ruta Rho-Rho
quinasa (ROCK)-miosina e induce defenestración, la cual es un proceso
patológico de desdiferenciación que provoca fibrosis. Adicionalmente, la señal
TSP-1-CD47 estimula la producción de ROS, las cuales son factores que aceleran
la progresión de la fibrosis.
El CD36 fue conocido inicialmente como
glucoproteína IV, su síntesis aumenta en
las personas con diabetes y está asociado con la patogénesis de las
complicaciones de la diabetes. El CD36 está involucrado en una variedad de
procesos biológicos, incluyendo metabolismo de lípidos, inflamación,
ateroesclerosis y angiogénesis, dependiendo de la naturaleza del ligando al
cual está expuesto, pues hay múltiples proteínas que se unen al CD36,
incluyendo la TSP-1. El CD36 interactúa con la TSP-1 a través de la secuencia
CSVTCG de la TSP-1. Después de la unión, el complejo CD36-TSP-1 activa al
TGF-β1 para iniciar la fibrosis celular. Por tanto, el CD36 es un factor
importante en una ruta que conduce a la fibrosis.
La fibrosis, la cual se caracteriza por
acumulación de MEC, es una respuesta patológica común que provoca
complicaciones de la diabetes y es también una de las principales causas de
morbilidad y mortalidad de pacientes diabéticos. Aunque la expresión de TSP-1
ocurre en diferentes tejidos y órganos, la activación de proteínas de la MEC
inducida por la TSP-1difiere cualitativamente y cuantitativamente de tejido a
tejido y en los diversos órganos.
La nefropatía diabética (ND) es una
complicación común en los pacientes con diabetes, marcada por la acumulación de
MEC y relacionada con el incremento en la producción y actividad del TGF-β1.
Dado que la TSP-1 convierte al TGF-β1 latente en la forma activa, la expresión
de ambos aumenta significativamente en los riñones en la ND. Además del TGF-β1,
otras rutas como CTGF, fibronectina y colágeno tipo I, tipo III y tipo IV han sido
observadas en la ND. Estos hallazgos sugieren que diferentes tipos de proteínas
de la MEC pueden aumentar para producir fibrosis en la ND.
La cardiomiopatía diabética (CD) se
caracteriza por extensos cambios fibróticos y la expansión de áreas
intersticiales cardiacas provocando hipertrofia del miocardio y disfunción
diastólica. La expresión de TSP-1 es regulada al alza en el miocardio de
personas diabéticas mostrando hipertrofia y fibrosis intersticial. Por otra
parte, TGF-β1, fibronectina, colágeno (tipos I, III y IV) y CTGF también
aumentan en la CD. Todos estos marcadores están asociados con la regulación al
alza de la TSP-1. La TSP-1 es un mediador significativo de la complicación
fibrótica de la diabetes asociada con la estimulación de la Ang II, la cual
también es regulada al alza en la diabetes y ha sido implicada en la fibrosis
cardiaca. Esta clase de proliferación de fibroblastos cardiacos y la
acumulación neta de colágeno fibrilar son debidas al incremento en la expresión
de TSP-1 inducida por Ang II. Adicionalmente, la activación de las rutas PKC y
MAPK también aumenta en los pacientes con CD. Por tanto, hay múltiples rutas
involucradas en el incremento de la expresión de TSP-1 en los casos de CD.
La retinopatía diabética (RD) es una
complicación vascular de la diabetes que progresa al estado proliferativo con
neovascularización activa. Un marcador clínico de la RD es el engrosamiento de
la membrana basal de los capilares que resulta del incremento en la producción
de colágeno tipo I, III y IV, fibronectina, CTGF y TGF-β1. Por el contrario, la
expresión de TSP-1 es virtualmente ausente en el tejido retiniano de ratas
diabéticas. Es bastante interesante que la mayoría de las proteínas de la MEC
aumentan significativamente, pero este incremento no es mediado por la TSP-1.
De acuerdo con los datos de varios estudios, la TSP-1, además de su función en
la fibrosis, tiene efectos
anti-angiogénesis. En los pacientes con RD, la actividad anti-angiogénesis de
la TSP-1 es predominante en la retina.
Por tanto, el proceso de fibrosis es inducido principalmente por
neovascularización activa y angiogénesis. El factor de crecimiento de la célula
del endotelio vascular (VEGF), un factor angiogénico que contribuye a la
neovascularización de la retina, aumenta en presencia de diabetes. Algunos
estudios reportan cambios dinámicos en la expresión de TSP-1 y VEGF en casos de
neovascularización retiniana inducida por isquemia. Un incremento temprano en
la expresión de VEGF favorece la proliferación y migración de células
endoteliales vasculares, lo cual más tarde inhibe la producción de TSP-1. Por
otra parte, algunos miARN como miR-27b y miR-320a, los cuales están implicados
en la angiogénesis, podrían suprimir la expresión de TSP-1 en la RD.
La disfunción eréctil (DE) es una complicación secundaria de la diabetes que
afecta a más del 37% de los hombres con diabetes. Los mecanismos de la DE
relacionada con la diabetes son multifactoriales y diferentes tipos de células
son afectadas, incluyendo células endoteliales y de músculo liso. También se
observa engrosamiento de los haces de colágeno y proliferación de la matriz intercelular. Está
demostrado que niveles significativamente elevados de estrés oxidativo y bajos
niveles de antioxidantes en los tejidos del pene contribuyen a aumentar los
depósitos de colágeno y la fibrosis del tejido eréctil. La expresión de TSP-1 es regulada al alza en
el tejido cavernoso de ratas diabéticas. La activación de TSP-1 y TGF-β1 bajo
condiciones de hiperglucemia resulta en engrosamiento de la túnica albugínea,
daño de las fibras de colágeno del pene y degeneración de las células de
músculo liso. Esto, a su vez, está relacionado con la patogénesis de la DE asociada a diabetes. CTGF, fibronectina y colágeno tipo III y tipo
IV inducidos por la TGF-β1 también aumentan en el cuerpo cavernoso. El estrés
RE también juega un rol importante en la progresión de la DE a través de la
activación de la respuesta inflamatoria.
La enfermedad hepática grasa no alcohólica
(NAFLD) es una enfermedad común en la diabetes que también se caracteriza por
fibrosis. Los marcadores de fibrosis, incluyendo TGF-β1, colágeno tipo I, III y
IV, CTGF y fibronectina se observan en el tejido hepático diabético. Más aún,
la regulación al alza de la expresión de TSP-1 también se observa en el tejido
hepático. En modelos animales de diabetes, la TSP-1 juega un rol crítico en la
fibrosis en la NAFLD pues PKC, MAPK, Ang II y estrés RE son activados en el
tejido hepático después de la estimulación con hiperglucemia.
Es bien conocido que la hiperglucemia
diabética afecta la progresión de la angiogénesis pues los niveles elevados de
glucosa provocan pérdida de la integridad de los capilares y disfunción de las
células endoteliales. Los efectos anti-angiogénesis de la TSP-1 están
implicados en el desarrollo de las complicaciones vasculares de la diabetes, lo
cual puede estar asociado con la inhibición del crecimiento de las células endoteliales. A nivel celular, la célula
endotelial es un determinante del inicio de la angiogénesis a través de la
expresión de VEGF. La TSP-1 inhibe la
transducción de la señal VEGF a través de la disminución de la fosforilación
del receptor VEGFR2. Adicionalmente, la unión de la TSP-1 al CD36 resulta en
supresión de la angiogénesis a través de la inhibición de la migración de
células endoteliales y la inducción de la
apoptosis de células endoteliales. Por otra parte, la inhibición del
óxido nítrico (NO) por la TSP-1 también inhibe la angiogénesis pues el NO tiene
un efecto sobre la proliferación celular.
En conclusión, la TSP-1 tiene un rol
importante en la progresión de la fibrosis en las complicaciones de la diabetes. El rol de la TSP-1 puede ser
diferente en los tejidos y órganos dañados por la diabetes. Es bien conocido
que la expresión de TSP-1 no solo está asociada con muchas proteínas, también
puede estimular diferentes sustancias para acelerar la progresión de la
fibrosis. Múltiples rutas y proteínas de
la MEC disparan la progresión de la fibrosis como resultado del incremento en
la expresión de TSP-1.
Fuente: Xu L et al
(2020). Thrombospondin-1: a key protein that induces fibrosis in diabetic
complications. Journal of Diabetes Research Article ID 8043135.
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