Acciones de la prolactina en el sistema nervioso
central
La prolactina
(PRL), una proteína con un peso molecular de 23 kDa, tiene varias posibles
formas de acceso al sistema nervioso central (SNC). Primero, a través de su
paso en la circulación general, la PRL tiene acceso a sitios que carecen de
barrera hematoencefálica, áreas que incluyen la eminencia media del hipotálamo
y estructuras circunventriculares. Debido a su rol en procesos homeostáticos
que requieren la internalización de hormonas circulantes, el núcleo arqueado (ARC)
del hipotálamo, adyacente a la eminencia media, a menudo es considerado más
accesible a moléculas circulantes. La mayor parte del ARC posee una barrera
hematoencefálica intacta, pero estudios recientes han documentado la presencia
de capilares fenestrados en la eminencia media, con algunos de ellos en las
partes más ventromediales del ARC. Las hormonas circulantes (tamaño<40 kDa)
pueden difundir por los capilares fenestrados en la eminencia media e influir
en la actividad de las neuronas ARC ventromediales. La eficacia de esta
conexión vascular-neural es plástica, respondiendo a diferentes condiciones
fisiológicas con cambios en la tasa de difusión de las moléculas. Un segundo
mecanismo de acceso al cerebro, involucra un sistema de transporte de la PRL de
origen hipofisario mediado por receptor. El plexo coroideo en todos los
ventrículos cerebrales tiene niveles altos de sitios de unión para PRL. La
hipótesis es que la PRL unida a receptores en el plexo coroideo es
internalizada y secretada como parte de las proteínas del líquido
cerebroespinal (LCE). En varios estudios, los niveles de PRL en LCE son
paralelos a los del sistema vascular, lo
cual sugiere que el transporte a partir de la circulación es un mecanismo
primario para la entrada de PRL en el cerebro. Sin embargo, no todos los
estudios demuestran esto y la importancia fisiológica de este sistema de
transporte ha sido cuestionada. Las concentraciones de PRL en LCE no siempre
son paralelas con los niveles periféricos de PRL. El mecanismo preciso por el
cual la PRL puede tener acceso al cerebro se mantiene aún sin definir
completamente. Una hipótesis actual es que el transporte ocurre a nivel de los
vasos sanguíneos cerebrales mediante una molécula transportadora que permite el
acceso a través del cerebro.
El debate sobre el acceso de la PRL al
cerebro es relevante solamente si el cerebro puede responder a la PRL. En este
contexto, hay amplia evidencia de la expresión de receptores de PRL en varias
regiones cerebrales. Algunos estudios han proporcionado un cuadro consistente
de la distribución de receptores PRL en el cerebro, no solo en el núcleo
periventricular medial hipotalámico de
la región preóptica a través del ARC caudal, sino también en regiones
extra-hipotalámicas como el núcleo del lecho de la estría terminal y la
amígdala posterodorsal medial. Por otra parte, hay varios estudios que reportan
que la administración sistémica de PRL puede activar rápidamente receptores de
PRL en todas las regiones, usando la fosforilación del transductor de señal y
activador de la transcripción (STAT) 5 como marcador de la acción de PRL. Estos
datos son consistentes con el modelo propuesto que la PRL es transportada en el cerebro de una manera dispersa en los
microvasos cerebrales para activar simultáneamente neuronas en un amplio rango
de sitios.
Aunque hay extensa evidencia que la PRL sistémica es
transportada en el cerebro, así como de la expresión de receptores de PRL a
través del cerebro, también debe ser considerada la posibilidad que los
receptores de PRL en el cerebro sean influenciados por PRL de origen
cerebral. Sin embargo, actualmente sigue
siendo controversial si hay una significativa expresión del gen PRL en el
cerebro. Cuando la PRL hipofisaria es bloqueada por el tratamiento con
bromocriptina, hay ausencia completa de STAT5 fosforilada en el cerebro, lo cual
sugiere que si la PRL cerebral está presente, los niveles son insuficientes
para activar esta ruta de señalización. Por tanto, es poco probable que la PRL
cerebral tenga un rol importante en la regulación de la conducta bajo
condiciones fisiológicas normales. No obstante, es posible que la PRL cerebral
pueda jugar un rol bajo condiciones específicas, como durante el desarrollo del
cerebro o en respuesta a una lesión cerebral. En este contexto, varios estudios
in vitro reportan la capacidad de fragmentos de hipotálamo o células gliales en
cultivo para producir PRL. Hay también evidencia de producción local de PRL en
terminales de nervios sensoriales asociada con inflamación.
El receptor de PRL es miembro de la familia
de receptores citoquina con un simple dominio transmembrana y sin dominio
quinasa intrínseco. Este receptor es expresado en el cuerpo en múltiples
isoformas, en particular una isoforma larga y varias isoformas cortas con un
dominio extracelular idéntico, pero con dominios citoplasmáticos truncados. La
PRL se une a dos moléculas de receptor para formar un complejo heterotrimérico
receptor-ligando-receptor. La unión del ligando induce un cambio conformacional
en el receptor, la activación de la
Janus quinasa 2 (JAK2) asociada al receptor y, por consiguiente, la ruta de
señalización intracelular. En la glándula mamaria, el factor de transcripción
inicialmente conocido como “factor glándula mamaria” es crítico en las acciones
de la PRL sobre la expresión de genes. En 1994, el “factor glándula mamaria”
fue identificado como un miembro de la familia de proteínas STAT regulada por
citoquinas y se le asignó el nombre de STAT5. En 1995, fue identificada una
segunda isoforma que recibió el nombre de STAT5B y la primera isoforma pasó a
ser llamada STAT5A. La STAT5A es
esencial para las acciones de la PRL en la glándula mamaria, mientras la STAT5B
es crítica para las acciones de la PRL en el cerebro. La acción de la PRL en el
cerebro puede ser inducida por ligandos diferentes que actúan a través del
receptor de PRL. La PRL es el ligando natural de este receptor, pero también es
activado por el lactógeno placentario y, en humanos, por la hormona de
crecimiento.
La activación completa de la señal de
transducción JAK2/STAT5 requiere la isoforma larga del receptor de PRL,
mientras las formas cortas carecen de residuos de unión para las proteínas STAT
y, por tanto, no pueden activar muchas de las rutas de señalización que son
activadas por la forma larga del receptor. Cuando la proteína STAT5 se une al
receptor es fosforilada por la JAK2, disparando la formación de dímeros STAT
transcripcionalmente activos. Los homodímeros o heterodímeros STAT5A/STAT5B son
translocados al núcleo y se unen a secuencias específicas del ADN para activar
la transcripción de genes. La STAT5 fosforilada en el núcleo de una célula
proporciona un excelente marcador de transducción de señal activada por esta
ruta y ha sido usada para identificar neuronas que responden a la PRL. La
señalización intracelular a través de la ruta JAK/STAT es atenuada por miembros
de una familia de supresores inducidos por citoquinas. Estas proteínas son
activadas por citoquinas, incluyendo la PRL, y actúan como inhibidores
intracelulares de señalización. Además de la ruta JAK/STAT, la PRL, bajo
ciertas condiciones, puede activar la cascada de transducción de señal
fosfoinositol-3-quinasa/proteína quinasa B (o Akt) así como también las rutas
de la proteína quinasa activada por mitógeno
(MAPK) o la quinasa regulada por señal extracelular (Erk1/2)). Aunque las
formas cortas del receptor de PRL no pueden activar la ruta JAK/STAT, retienen
alguna capacidad de transducción a través de otras rutas. Hay evidencia que las
formas cortas actúan como moléculas reguladoras formando heterodímeros con la
forma larga del receptor y bloquean la señal de transducción. Estudios
recientes han identificado roles de las isoformas cortas que son distintos de
los roles de la forma larga.
La PRL, además de las acciones
transcripcionales sobre la expresión de genes mediadas por la ruta JAK/STAT, ejerce
efectos rápidos (minutos) sobre la actividad eléctrica de algunas neuronas, en
particular neuronas dopamina (DA) tuberoinfundibulares involucradas en la
regulación de la secreción de PRL por la hipófisis anterior en ratones y ratas.
La acción rápida de la PRL parece involucrar dos componentes: un componente de
bajo voltaje a partir de corrientes similares a potencial de receptor transitorio
y un componente de alto voltaje a partir de la inhibición de corrientes de K+
tipo BK dependientes de calcio. Estos componentes son mediados a través de
distintas rutas. Por ejemplo, el componente de alto voltaje involucra la ruta
PI3K. Las acciones rápidas de la PRL también han sido reportadas en neuronas del núcleo ventromedial del
hipotálamo y el área preóptica medial. La PRL también reduce la tasa de disparo
de las neuronas oxitocina. Por tanto, las acciones de la PRL sobre la conducta
pueden involucrar cambios rápidos en la actividad de las redes neuronales
sensibles a PRL o cambios más lentos en la expresión de genes en estas redes,
los cuales pueden tener efectos a largo plazo sobre la función de la red.
El área preóptica medial (APOM) es un sitio
crítico en la acción de la PRL en la promoción del inicio de la conducta
maternal en ratas. Estudios recientes en ratones revelan un rol crítico para la
acción de la PRL, vía receptores PRL, durante el embarazo y la lactancia para
iniciar el cuidado maternal. La eliminación de los receptores de PRL en la
población de neuronas del APOM reduce la capacidad de la PRL para iniciar el
cuidado maternal. Entonces, en ratas y ratones, la PRL juega un importante
papel en el cuidado maternal a través de sus acciones sobre una red neural en
el APOM. Hay numerosos sitios neurales que expresan receptor de PRL y tienen
conectividad directa con el APOM, lo cual sugiere una relación clave entre las
acciones centrales de la PRL y las respuestas maternales. En ratones machos, la
distribución de receptores de PRL en el cerebro es bastante idéntica a la de
ratones hembras. Por tanto, es posible que la PRL tenga roles similares en el
cerebro de ambos sexos, y estas acciones centrales pueden representar la razón
primaria para la retención de PRL en los machos. Las acciones conductuales de
la PRL no se limitan a las que afectan directamente la conducta maternal. La
administración en el LCE de un antisuero contra la forma larga del receptor de
PRL durante la lactancia en ratas, incrementa la ansiedad e interfiere con el
cuidado maternal sin alterar el rendimiento de la lactancia. El sitio de acción
de la PRL sugerido es el núcleo
paraventricular (NPV) del hipotálamo, posiblemente mediado por una fuente
neural de PRL. Otro estudio reporta que la PRL estimula la neurogénesis en la
zona subventricular (ZSV) de ratones hembras embarazadas. La atenuación de la
PRL en ratones hembras durante el embarazo temprano con dosis bajas de
bromocriptina reduce la neurogénesis en la ZSV y aumenta las conductas
similares a la ansiedad en el postparto, lo cual sugiere que el estado afectivo
del postparto parece ser programado por la exposición a PRL durante el
embarazo, impactando la capacidad de la madre para adaptarse a su nuevo
ambiente. La PRL también ha sido implicada en cambios en el apetito y la
ingesta de alimentos durante el embarazo y la lactancia. En general, las
acciones conductuales de la PRL se extienden a respuestas adaptativas que ayudan a modular la
capacidad de la madre para adaptarse a los retos de la maternidad.
La secreción de PRL por la hipófisis y la
respuesta neural a la PRL cambian a lo largo de la vida de las hembras. En
mujeres y ratas hembras, los niveles circulantes de PRL disminuyen después del
embarazo y la lactancia o durante el siguiente embarazo. En mujeres, esta
reducción se mantiene por una década o más y es acompañada por un incremento en
la regulación dopaminérgica de la secreción de PRL. En ratas hembras, la
paridad modifica las isoformas de receptor de DA2 en la hipófisis
anterior. Los estudios en ratas hembras reportan incrementos en la actividad
dopaminérgica central después del embarazo y la lactancia. El examen de la
expresión del gen del receptor de PRL y la ruta de transducción de la PRL central
como función del embarazo y la lactancia previos demuestran cambios a largo
plazo en el sistema PRL central. La experiencia reproductiva regula al alza la
respuesta a la PRL central. El número de células que expresan STAT5 aumenta en el APOM y NPV, lo cual es
consistente con la elevación de la expresión del gen del receptor de PRL en el
APOM. Estos hallazgos indican que la historia de vida previa de la hembra puede
modificar (por ejemplo, aumentar) su respuesta a la PRL central.
En conclusión, la hipótesis actual es que el
transporte de PRL en el cerebro ocurre a nivel de los vasos sanguíneos mediante
una molécula transportadora. El receptor de PRL es expresado en múltiples
isoformas en varias regiones cerebrales,
pero solamente la isoforma larga del receptor tiene capacidad para activar
completamente la señal de transducción JAK/STAT. Es poco probable que la PRL de
origen cerebral tenga un rol importante en las condiciones fisiológicas
normales. Sin embargo, bajo condiciones específicas puede jugar algún rol en la
regulación de la conducta. La PRL tiene un rol crítico durante el embarazo y la
lactancia para el inicio del cuidado maternal en ratas y ratones. La PRL
también está implicada en la regulación del apetito y la ingesta de alimentos
durante el embarazo y la lactancia. La experiencia reproductiva cambia la
sensibilidad a la PRL en el cerebro, lo cual puede modificar las respuestas
conductuales y fisiológicas de la hembra.
Fuente: Bridges
RS, Grattan DS (2019). 30 years after: CNS actions of prolactin: sources,
mechanisms and physiological significance. Journal of Neuroendocrinology 31:
1-12.
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