FSH más allá de la fertilidad
La hormona folículo-estimulante
(FSH) es conocida por ejercer sus efectos en tejidos gonadales, principalmente
en las células de Sertoli en los testículos y las células granulosas en los
ovarios. Recientemente, la expresión de los receptores de FSH (FSHR) ha sido
identificada en tejidos extra-gonadales, incluyendo endotelio, monocitos, placenta,
endometrio, tejidos malignos, huesos y tejido adiposo. En modelos de ratones,
la FSH regula la masa ósea, incrementando la resorción ósea por los
osteoclastos. Los resultados del Study of Women´s Health Across the Nation
(SWAN) indican una significativa reducción en la densidad mineral ósea (DMO) y una
alta tasa de resorción ósea 2-3 años
antes de la menopausia asociadas con un aumento en el peso corporal y la
adiposidad visceral. Estos cambios tienen lugar cuando el nivel plasmático de FSH aumenta y el nivel de estrógenos se mantiene normal. La evidencia
epidemiológica sugiere una relación entre la FSH y varios factores de riesgo
cardiovascular como deposición de calcio en arterias coronarias, engrosamiento
de la íntima-media de la arteria carótida y el número de placas aórticas. En
particular, la FSH interactúa con su receptor en monocitos, regula al alza la
expresión de RANK y promueve la infiltración monocítica de la placa
ateroesclerótica. Con esta evidencia, el concepto que la FSH actúa solamente
como una hormona gonadal ha cambiado en los últimos años y se han descrito
nuevos roles de la FSH en la fisiopatología de ciertas enfermedades como
osteoporosis, obesidad, desordenes cardiovasculares y cáncer.
La FSH, la hormona luteinizante (LH), la
hormona estimulante de la tiroides (TSH) y la gonadotropina coriónica humana
(hGC) son glucoproteínas, las cuales exhiben la misma subunidad α y difieren en
su subunidad β, específica para cada una de las moléculas. La liberación
pulsátil de la hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) por el hipotálamo
estimula la liberación de FSH y LH por la hipófisis. La inhibina B y el
estradiol son los inhibidores primarios de la secreción de FSH. Otras proteínas
reguladoras como la activina y la folistatina han sido implicadas en la
secreción y acción de la FSH. La actividad de la FSH es regulada en parte por
glucosilación. La FSH ejerce su acción biológica a través del FSHR, un receptor
acoplado a proteína G. Una proteína estimuladora Gαs inicia la
transducción de la señal a través de la ruta cAMP/proteína quinasa A (PKA).
Esta cascada de eventos permite la activación de la proteína ligadora del
elemento regulador de cAMP (CREB). Además del CREB, la ruta cAMP/PKA activa
otros factores como p38 MAP quinasa, p70-S6 quinasa, fosfoinositido-3-quinasa
(PI3K), PKB/Akt y FOXO 1. De acuerdo con los datos recientes, el efecto de la
activación del FSHR no se limita a la ruta clásica, sino que también produce su
acción a través de Gαi, Gαq y otras moléculas, incluyendo
β-arrestinas. La FSH juega un rol clave en el desarrollo y regulación de los
sistemas reproductivos masculino y femenino a través de su acción sobre el FSHR
el cual es predominantemente expresado en células de Sertoli y células
granulosas. En hembras, la FSH induce crecimiento y maduración folicular, y
contribuye a la ovulación disparada por la LH y la luteinización. En varones,
la FSH regula la proliferación mitótica de las células de Sertoli, apoya su
crecimiento y maduración y promueve la liberación de la proteína ligadora de
andrógenos. Más aún, en testículos, el
FSHR endotelial media el transporte de FSH a través de la barrera endotelial
gonadal.
Tradicionalmente, la pérdida ósea en mujeres
peri- y postmenopáusicas ha sido atribuida primariamente a la reducción en la
producción de estrógenos debida al envejecimiento ovárico. Sin embargo, la FSH
ha sido implicada en la pérdida ósea en mujeres en edad reproductiva y no
reproductiva así como también en mujeres en transición menopáusica. El estudio
epidemiológico SWAN demostró que los cambios en los marcadores de recambio óseo
y la densidad de masa ósea (DMO) en mujeres en transición menopáusica son
independientes del estradiol plasmático, pero inversamente relacionados a
cambios en el nivel de FSH. Entonces, la pérdida ósea durante la perimenopausia
no solo depende de los estrógenos, también puede ser debida en parte a la acción de la FSH sobre el hueso. El efecto
perjudicial de la FSH sobre el hueso durante los años reproductivos de la mujer
puede ser observado en condiciones hipergonadotrópicas. En mujeres
hipergonadotrópicas, los niveles de FSH tienen una relación negativa con la DMO
de la espina lumbar. La función del FSHR en humanos ha sido explorada en
estudios genéticos. En particular, mujeres con polimorfismo FSHRN680S
tienen mayor riesgo de desarrollar osteoporosis postmenopáusica,
independientemente de los niveles de FSH y estrógenos. Por lo tanto, los datos
epidemiológicos derivados de varios estudios conjuntamente con los estudios genéticos sugieren un efecto
perjudicial de la FSH sobre el hueso.
La regulación directa de la masa ósea por la
FSH resulta principalmente de la resorción ósea osteoclástica en roedores. La
evidencia acumulada demuestra que la FSH actúa directamente sobre el hueso a través de la isoforma corta del FSHR (identificada en
humanos), lo cual incrementa la osteoclastogénesis y estimula la resorción
ósea. El nivel de glucosilación de la FSH es importante, la isoforma FSH
recombinante completamente glucosilada (24 kD) tiene mayor afinidad por el FSHR
óseo que la molécula FSH parcialmente glucosilada (isoforma 21 kD), la cual es
más activa en las gónadas. La FSH actúa sobre el FSHR en los osteoclastos,
estimulando las rutas NFκB, MEK/Erk y AKT, para promover la formación, función
y supervivencia de los osteoclastos. El FSHR osteoclástico está acoplado con la
proteína Gsi2 y su activación causa reducción intracelular de cAMP.
Esto es contrario a lo que ocurre en el ovario, donde el FSHR está acoplado con
una proteína Gαs y dispara un incremento en cAMP. La estimulación de
los osteoclastos por la FSH también ocurre a través de una ruta indirecta: la
regulación al alza del receptor del activador NFκB (RANK) incrementa la
síntesis de interleuquina-1β (IL-1β), interleuquina-6 (IL-6) y factor de
necrosis tumoral α (TNFα) proporcionalmente a la expresión de FSHR. Más aún, la
FSH puede interactuar con el adaptador ITAM (immunoreceptor tyrosine-based activation
motif) para aumentar la osteoclastogénesis. En vivo, la inyección de FSH
aumenta la pérdida ósea, mientras la administración de un inhibidor de FSH
disminuye la resorción ósea en ratas ovariectomizadas. Es conocido también que
la FSH actúa vía FSHR sobre las “stem
cells” mesenquimales para suprimir su diferenciación en osteoblastos.
Hay una fuerte evidencia correlativa entre
altos niveles de FSH y grasa corporal en mujeres postmenopáusicas. Un estudio
con un grupo grande de mujeres postmenopáusicas, demostró que los mejores
predictores de la relación muñeca-cadera son los niveles de FSH y estradiol y
el índice de masa corporal (IMC). Una relación positiva entre FSH y obesidad central
ha sido reportada en mujeres infértiles de edad reproductiva. Sin embargo,
varios grupos reportan una relación inversa entre niveles de FSH e IMC en
mujeres, particularmente aquellas en edad reproductiva. Este fenómeno puede ser
explicado por la inhibición de la secreción de FSH por retroalimentación
negativa de los estrógenos producidos en el tejido adiposo. Esta observación es
consistente con correlación negativa observada tanto con la FSH como la
LH con respecto al IMC de hembras en la perimenarquia y adultas jóvenes.
En los estudios observacionales de hombres no se ha identificado correlación
significativa entre IMC y FSH. Sin embargo, los datos de un estudio clínico
reciente sugieren que los altos niveles plasmáticos de FSH causan un incremento
en la grasa corporal en ausencia de cambios en otras hormonas. Por otra
parte, algunos estudios reportan
incrementos en los niveles de FSH después de la orquiectomía. Los hombres
tratados con orquiectomía experimentan notables incrementos en la masa grasa
total, la masa de tejido adiposo subcutáneo y el peso corporal. Con relación al
síndrome metabólico, limitados datos sugieren que la FSH plasmática puede estar
relacionada con dicha enfermedad y podría ser un predictor más seguro que la
leptina o la proteína C reactiva en mujeres menopáusicas. El rol de la FSH en
el hígado graso no alcohólico no ha sido bien establecido. No obstante, unos
pocos estudios han reportado una asociación entre los niveles plasmáticos de
FSH y la deposición de grasa en el hígado, detectada por ultrasonografía.
La FSH promueve el desarrollo de riesgo
cardiovascular en hombres tratados con terapia de privación de andrógenos. Más
aún, varios estudios en mujeres han demostrado efectos de la FSH sobre las
medidas de riesgo cardiovascular como deposición de calcio en arterias
coronarias y engrosamiento de la íntima-media de carótida. En ratones que
reciben terapia de privación de andrógenos, la interacción de la FSH con el
FSHR en monocitos regula al alza la expresión de RANK y promueve la
infiltración monocítica en las placas ateroescleróticas. Las células Th1 helper
liberan RANKL, el cual activa al RANK en los monocitos, provocando la formación
de osteoclastos. Los osteoclastos resorben áreas calcificadas y provocan inestabilidad
de la placa ateroesclerótica, incrementando el riesgo de ruptura y trombosis.
Por otra parte, la FSH puede actuar estimulando la formación de nuevos vasos
(tan efectivamente como el factor de crecimiento endotelial vascular) vía FSHR
presente en las células del endotelio vascular. El mecanismo incluye la
estimulación de la síntesis de VCAM-1 por el FSHR expresado en las células
endoteliales. El VCAM-1 recluta monocitos para afectar su migración y
diferenciación en macrófagos que acumulan gotas de lípidos y eventualmente se
vuelven células foam. La FSH también puede elevar la producción de
citoquinas, particularmente IL-6 y TNFα, a partir de macrófagos para causar
inflamación de bajo grado, desarrollo de ateroesclerosis y resistencia a la
insulina.
El FSHR ha sido detectado en células
endoteliales y epiteliales de varios tipos de canceres incluyendo cáncer de
próstata y cáncer de ovario. Los datos recientes indican que la expresión de
FSHR endotelial está asociada con remodelación vascular y angiogénesis tumoral,
mientras el FSHR epitelial induce proliferación, migración e invasión de las
células cancerosas. La FSH estimula la proliferación de células de cáncer de
ovario a través de la isoforma 3 del
FSHR, la cual no está acoplada a proteína G ni asociada con la
producción de cAMP, pero activa la ruta Erk de una manera dependiente de Ca2+.
La transición epitelial-mesenquimal en cáncer de ovario es estimulada a través
de la señal PI3K/Akt.
En conclusión, en la fase transicional de la
vida reproductiva a la menopausia de una mujer, con la disminución de los
niveles de estrógenos aumentan los niveles de FSH, los cuales han sido
implicados en la patogénesis del riesgo de osteoporosis, obesidad, enfermedad
cardiovascular y cáncer. Varios hallazgos claves emergen en la relación de la
FSH con estas enfermedades. Actualmente es bien conocido que la pérdida ósea
comienza aun antes de la alteración de los niveles de estrógenos en la
perimenopausia. La FSH impacta directamente las células óseas –osteoclastos y
precursores de osteoblastos. Los mecanismos subyacentes incluyen una acción
directa sobre los osteoclastos a través del aumento de la señal RANKL y
acciones indirectas para aumentar la expresión de RANK en los osteoclastos, y
estimula la síntesis de citoquinas pro-resortivas, incluyendo TNFα, IL-1β e
IL-6. Los estudios también demuestran la expresión de FSHR en tejido adiposo
y los altos niveles plasmáticos de FSH
causan un incremento en la grasa corporal. El incremento en el riesgo de
eventos cardiovasculares entre mujeres postmenopáusicas también puede ser
atribuido al menos en parte a la ateroesclerosis clínica promovida por los
niveles elevados de FSH. La FSH también puede contribuir al desarrollo de
ciertos tipos de cáncer, particularmente tumores de ovario.
Fuente: Lizneva D
et al (2019). FSH beyond fertility. Frontiers in Endocrinology 10: 136.
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