Triptófano y respuesta neuroendocrina al estrés
El triptófano
(Trp), un aminoácido esencial en todos los animales, es sintetizado por
bacterias, hongos y plantas. El Trp,
además de ser un componente para la síntesis de proteínas, es también el
sustrato obligatorio para la producción de varias sustancias bioactivas. Por
ejemplo, el Trp es un sustrato para la síntesis de serotonina
(5-hidroxitriptamina, 5-HT) en cerebro e intestino, y melatonina en la glándula
pineal. En los vertebrados, la 5-HT central juega un rol integrador en la
respuesta conductual y neuroendocrina al estrés. Los efectos del Trp de la
dieta sobre la respuesta neuroendocrina al estrés han sido reportados en una
variedad de especies, desde teleósteos hasta humanos. En mamíferos, la mayor
parte de Trp es catabolizada y transformada a través de la ruta kinurénica a
sustancias bioactivas que potencialmente pueden interactuar con la respuesta al
estrés. Más aún, las infecciones, el
estrés y los cambios en el microbioma intestinal desvían el metabolismo del Trp
de la producción de 5-HT hacia la ruta kinurénica. Por otra parte, los cambios
patológicos en la respuesta al estrés, como la depresión, han sido relacionados
con factores nutricionales y la función inmune. En este contexto, está
demostrado que la manipulación de la dieta afecta la disponibilidad de Trp en
el cerebro y varios estudios han demostrado que el contenido de Trp de la dieta
afecta la respuesta endocrina y conductual al estrés.
En las neuronas serotonérgicas el Trp sirve
como precursor de 5-HT. La ruta metabólica 5-HT se inicia con la hidroxilación
del Trp para formar el intermediario 5-hidroxitriptófano (5-HTP), el cual
posteriormente es descarboxilado a 5-HT.
Los niveles tisulares de 5-HTP usualmente son bajos porque esta sustancia es
rápidamente descarboxilada por la enzima descarboxilasa de aminoácidos
aromáticos. Entonces, la etapa limitante en la biosíntesis de 5-HT es la
hidroxilación del Trp catalizada por la enzima triptófano hidroxilasa (TPH).
Esta enzima es específica para las células que producen 5-HT y está presente en dos
isoformas TPH1 y TPH2. La TPH2 muestra un Km por su sustrato que está en el
rango de los niveles cerebrales de Trp. Por lo tanto, la tasa de síntesis de
5-HT en las células que expresan TPH2 es drásticamente afectada por los cambios
en la disponibilidad de Trp. Más aún, la tasa de síntesis de 5-HT es reflejada
por la liberación de 5-HT, a menudo cuantificada por la concentración del
catabolito ácido 5-hidroxindol acético (5-HIAA) o la relación 5-HIAA/5-HT.
Entonces, los cambios en la disponibilidad de Trp pueden tener un efecto
directo sobre el tono 5-HTergico. En coherencia con esto, se ha sugerido que el
Trp puede actuar como una señal para el cerebro, transfiriendo información
sobre los retos homeostáticos periféricos al sistema 5-HT, el cual a su vez
podría actuar para defender la homeostasis. La composición de la dieta, así
como el estrés, la actividad física y la activación del sistema inmune tienen
efecto sobre la concentración plasmática de Trp y, por consiguiente, sobre la
disponibilidad de Trp en el cerebro y la actividad 5-HTergica. Los cambios en
la actividad 5-HTergica relacionados con la disponibilidad de Trp pueden tener
efectos directos sobre la conducta y el estatus endocrino a través de las proyecciones
de las neuronas serotonérgicas del rafe a áreas telencefálicas e hipotalámicas.
El Trp entra al cerebro, compitiendo con
otros aminoácidos neutros (AN, valina, leucina, isoleucina, tirosina,
fenilalanina y metionina), a través de
una proteína transportadora común. Entonces, la cantidad de Trp que entra al
cerebro depende de las concentraciones plasmáticas de Trp en relación con otros
AN. La ingesta de una fuente de proteína normal que usualmente contiene 0,5-1%
de Trp, resulta en un incremento relativamente pequeño de la concentración
plasmática de Trp y una gran elevación de las concentraciones plasmáticas de
otros AN. Esto resulta en una disminución de la relación Trp/AN plasmática, lo
cual reduce la entrada de Trp en el cerebro. Los carbohidratos de la dieta, por
el contrario, incrementan los niveles de Trp en el cerebro. Esto se debe a la
elevada concentración de insulina que promueve la captación de AN, excepto Trp,
en músculo esquelético, incrementando la relación Trp/AN plasmática y la
entrada de Trp en el cerebro. Esta captación diferencial de aminoácidos en
músculo esquelético es causada por el hecho que en el plasma el Trp, a
diferencia de otros AN está unido a albumina. La entrada de Trp en el cerebro
es promovida por la proteína transportadora común de AN en la barrera
hematoencefálica que tiene una afinidad mucho mayor por el Trp en comparación
con la albúmina.
En mamíferos, la mayor parte
(aproximadamente 95%) de Trp entra en la ruta kinurénica y es convertido en
sustancias bioactivas como ácido kinurénico y ácido quinolínico. La primera
reacción de esta ruta es catalizada por la enzima hepática triptófano
2,3.dioxigenasa (TDO) y la enzima extrahepática idoleamina 2,3-dioxigenasa
(IDO), las cuales son inducidas por
glucocorticoides y citoquinas
pro-inflamatorias, respectivamente. Entonces,
el estrés crónico y las infecciones pueden desviar el Trp disponible hacia la
ruta kinurénica y por tanto disminuir la síntesis de 5-HT en el cerebro
mientras simultáneamente incrementan la producción de otras sustancias
bioactivas. Más aún, como la mayoría de
Trp sigue la ruta kinurénica, pequeños cambios en la actividad de esta ruta
pueden tener un gran impacto en la entrada de Trp en el cerebro. La disminución
de la entrada de Trp en el cerebro como resultado del estrés o inflamación/infección induce la activación de
la ruta kinurénica, la cual ha sido mencionada como un factor subyacente para
enfermedades mentales y desregulación del eje neuroendocrino del estrés.
Generalmente la IDO es menos específica que
la TDO y también cataboliza otras indolaminas. Más aún, dos distintos genes
IDO, IDO1 e IDO2, han sido identificados en vertebrados. Los análisis
filogenéticos demuestran que IDO1 está presente en reptiles y teleósteos, lo
cual sugiere que en el ancestro común de los vertebrados ocurrió una duplicación
de genes. En mamíferos, la activación de células dendríticas resulta en
inducción de IDO1 con la depleción de
los niveles de Trp localmente o sistémicamente, un mecanismo por el cual los
interferones inhiben el crecimiento de ciertas bacterias, parásitos
intracelulares y virus. Por otra parte, una elevación de la actividad de la
ruta kinurénica también inhibe la replicación de linfocitos T, lo cual resulta
en inmunosupresión y tolerogenicidad. En línea con esto, la IDO 1 juega un rol
importante en la prevención del rechazo fetal y facilita el escape inmune de
células tumorales. Adicionalmente, algunos productos de la ruta kinurénica
pueden actuar como anti-inflamatorios.
El estrés crónico resulta en una disminución
de la disponibilidad de Trp en el cerebro como consecuencia de la activación de
la ruta kinurénica. Sin embargo, el estrés agudo tiene el efecto opuesto y
eleva los niveles de Trp en el cerebro. Este incremento inducido por el estrés agudo
en la concentración cerebral de Trp parece estar relacionado, al menos en
parte, con la activación simpática y los elevados niveles plasmáticos de
catecolaminas. Las catecolaminas plasmáticas estimulan la lipólisis y por
consiguiente aumentan los niveles plasmáticos de ácidos grasos no
esterificados, los cuales podrían competir con el Trp por la unión a la
albumina y causar una elevación del pool plasmático de Trp libre disponible
para su captación por el cerebro. Adicionalmente, algunos estudios sugieren que
la activación simpática resulta en un aumento de la permeabilidad de la barrera
hematoencefálica, otro mecanismo que podría incrementar la entrada de Trp en el
cerebro.
La 5-HT juega un rol central en el control
del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal (HHA) principalmente a través de su efecto
sobre la liberación de hormona estimulante de corticotropina (CRH) por el
hipotálamo. Adicionalmente, la 5-HT extra hipotalámica parece estar involucrada
en la modulación de las respuestas conductual y neuroendocrina a los
estresores. Más aún, el eje HHA está bajo control de retroalimentación por
varios factores, incluyendo la señal 5-HT central.
Los efectos a largo plazo de las
manipulaciones del Trp de la dieta sobre la respuesta neuroendocrina al estrés han
sido observados en mamíferos y peces. Por ejemplo, en cerdos, los elevados
niveles de Trp en la dieta tienen efectos supresores del estrés, incluyendo una
elevación de los niveles hipotalámicos de 5-HT y una disminución de los niveles
plasmáticos de cortisol post- estrés, efectos que alcanzan un pico 5 días después
del enriquecimiento de la dieta con Trp. Por otra parte, los niveles
plasmáticos de cortisol post-estrés regresan tempranamente al nivel basal
después del estrés social en los cerdos alimentos con dieta rica en Trp por 7
días. La actividad 5-HTergica en el hipotálamo no sigue el efecto supresor a largo plazo inducido por
el Trp sobre los niveles de cortisol post-estrés. Sin embargo, la actividad
5-HT sigue el mismo patrón general del cortisol en el telencéfalo. La señal
5-HT del telencéfalo es muy dependiente de las proyecciones del rafe del cerebro anterior, un núcleo donde
las neuronas 5-HT son más sensibles al Trp disponible. Por otra parte, los estudios en mamíferos
demuestran que el sistema 5-HT está involucrado en la organización y desarrollo
de su propio patrón de proyecciones neurales. Adicionalmente, en ratas, ha sido
demostrada una relación positiva entre el contenido de Trp en la dieta y marcadores de proliferación neural como
5-bromo-2 deoxiuridina y factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF), lo
cual apoya la propuesta que el Trp de la dieta puede inducir cambios
estructurales en el cerebro. Entonces, considerando el hecho que el sistema
5-HT es afectado por la interacción social, los estudios en humanos y roedores
sugieren que la variación individual en la neurotransmisión 5-HT subyace a las
diferencias en la respuesta a la manipulación del Trp de la dieta.
Como se mencionó anteriormente, la entrada
de Trp en el cerebro y la señal 5-HT cerebral pueden ser moduladas por la
activación de la ruta kinurénica. Adicionalmente, los
metabolitos de esta ruta pueden afectar la señal neuronal involucrada en el
proceso del estrés. La kinurenina, el metabolito de la primera etapa de esta
ruta, pasa rápidamente la barrera hematoencefálica y en el cerebro es degradada
en ácido quinurénico o ácido quinolínico. El ácido quinolínico produce
productos neurotóxicos como agonistas del receptor NMDA y radicales oxidativos,
mientras el ácido quinurénico es neuroprotector por ser antagonista del
receptor NMDA. En mamíferos, el ácido quinurénico es producido principalmente
en los astrocitos, mientras los compuestos neurotóxicos son producidos en
macrófagos y microglías. El desbalance entre factores neurodegenerativos y
neuroprotectores está involucrado en disfunciones cerebrales, incluyendo una
pobre capacidad para enfrentar el estrés. Los estudios en ratas demuestran que
el Trp de la dieta puede afectar los niveles cerebrales de ácido kinurénico, lo
cual a su vez afecta otros neurotransmisores como dopamina y glutamina a través
de la activación del receptor NMDA y/o el receptor nicotínico de acetilcolina.
En humanos, los bajos niveles circulantes de
los ácidos grasos ω3, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico
(DHA), y una disminución de la relación de EPA con el ácido graso ω6 ácido
araquidónico (ARA) han sido asociados con enfermedades psiquiátricas y una
pobre capacidad de respuesta al estrés. Más aún, una dieta rica en DHA y EPA estimula
la transmisión serotonérgica y previene las enfermedades psiquiátricas. El
mecanismo para este efecto antidepresivo de los ácidos grasos ω3 no está
completamente establecido. Sin embrago, es posible que una dieta con un alto
contenido de ω3 resulte en una supresión de eicosanoides pro-inflamatorios, lo
cual a su vez puede reducir la actividad de la ruta quinurénica, incrementando
la entrada de Trp en el cerebro y, por consiguiente, la síntesis de 5-HT en el
cerebro.
Hay un consenso general que los bajos
niveles de la 5-HT central están asociados con
altos niveles de agresión. En línea con esto, los estudios con humanos
demuestran que alteraciones del contenido de Trp en la dieta cambian la
conducta de irritabilidad y agresividad. Por ejemplo, los estudios demuestran
que el Trp de la dieta induce un efecto dosis dependiente sobre la respuesta
agresiva donde la suplementación y la depleción de Trp, inducen menor y mayor agresión, respectivamente. Esta relación
negativa entre el contenido de Trp de la dieta y agresión ha sido apoyada por
estudios con ratas que demuestran que la carga de Trp puede atenuar la
agresividad. Entonces, el Trp afecta la señal 5-HT y el rol integrador de este
neurotransmisor en las respuesta conductual y neuroendocrina del estrés.
En conclusión, el Trp es el precursor del
neurotransmisor 5-HT. Numerosos estudios demuestran que un elevado contenido de
Trp en la dieta tiene un efecto supresor sobre la conducta agresiva y las
concentraciones plasmáticas de cortisol post-estrés. Estos efectos son mediados
por el sistema serotonérgico cerebral. La tasa de biosíntesis de 5-HT está
limitada por la disponibilidad de Trp, predominantemente en las neuronas del
rafe del cerebro anterior que expresan la isoforma 2 de la enzima TPH. Hay
factores que afectan la entrada de Trp en el cerebro. Entre estos factores está
el estrés agudo, el cual en contraste con el estrés crónico, puede resultar en
un incremento de la disponibilidad de Trp en el cerebro. Los mecanismos que
subyacen este efecto no son completamente conocidos, pero la activación
simpática juega un rol importante. El estrés crónico y las infecciones desvían
el Trp disponible hacia la ruta kinurénica y por lo tanto disminuyen la
síntesis de 5-HT en el cerebro mientras simultáneamente incrementan la
producción de otros metabolitos del Trp, los cuales potencialmente pueden
afectar las respuestas conductual y neuroendocrina al estrés. Por otro parte,
los ácidos grasos de la dieta afectan las citoquinas pro-inflamatorias y por
consiguiente, el metabolismo del Trp.
Fuente: Höglund E
et al (2019). Tryptophan metabolic pathways and brain serotonergic activity: a
comparative review. Frontiers in Endocrinology 10: 158.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario