Estrés oxidativo y reproducción femenina
El oxígeno es un
elemento necesario de la vida aeróbica, y el metabolismo oxidativo representa
una fuente principal de energía. Las células tienen un sistema de defensa
contra especies reactivas de oxígeno (ROS) bajo condiciones aeróbicas, y en
individuos sanos, hay un balance apropiado entre pro-oxidantes y antioxidantes.
El estrés oxidativo (EO) ocurre con la generación de excesivas ROS o cuando los
mecanismos de defensa antioxidantes son debilitados. Las ROS biológicamente más importantes son el anión superóxido (O2-*),
el peróxido de hidrógeno (H2O2), el radical hidroxilo (*OH),
el peroxilo (ROO*), el alkoxilo (RO*) y el hidroperoxilo (HO2*). Los radicales
libres son inestables y altamente
reactivos, pero se vuelven estables al adquirir electrones de los lípidos,
ácidos nucleicos, proteínas, carbohidratos o moléculas cercanas, causando una
cadena de reacciones que resulta en daño celular y enfermedad. El EO puede causar daño del ADN, peroxidación de
lípidos y daño de proteínas. En condiciones normales, hay dos tipos de anti-oxidantes en el cuerpo:
antioxidantes enzimáticos y antioxidantes no enzimáticos. Los antioxidantes
enzimáticos incluyen a la superóxido dismutasa (SOD), la glutatión peroxidasa (GPx),
la catalasa (CAT) y la glutatión reductasa (GSR), las cuales pueden causar la
reducción de H2O2 a agua y alcohol. Los antioxidantes no
enzimáticos son conocidos como antioxidantes sintéticos o suplementos
dietéticos, incluyendo vitamina C, vitamina E, β-carotenos, selenio, zinc,
taurina y glutatión.
Las ROS son una espada de doble filo, no
solo juegan roles importantes como mensajeros secundarios en muchas cascadas de
señalización intracelular, también
ejercen efectos indispensables en
procesos patológicos que involucran la generación de ROS. La mayoría de ROS es
producida cuando los electrones escapan de la cadena mitocondrial respiratoria.
Más de 2% del oxígeno consumido puede ser dirigido a la formación de ROS por
las mitocondrias, especialmente en los complejos I y III. El anión superóxido
es formado por la adición de un electrón al dioxigeno, pero es inestable en
soluciones acuosas debido a que es capaz de reaccionar espontáneamente consigo
mismo produciendo peróxido de hidrogeno (H2O2) y oxigeno
molecular. El O2- puede reducir Fe3+ a Fe2+
y transformarse en O2. El H2O2 no es un
radical libre, pero es muy peligroso para la célula porque es capaz de cruzar las
membranas biológicas y convertirse en el radical hidroxilo (*OH) que
es altamente reactivo. La principal fuente de radicales *OH es la
reacción Haver-Weiss (O2-
+ H2O2 → O2
+ OH- + *OH) seguida por la reacción tipo Fenton (Fe2+
+ H2O2 →Fe3+ + OH- + *OH).
Es conocido que SOD, CAT, GPx y GSR
pertenecen al mecanismo primario de defensa contra las ROS. La SOD cataliza la
dismutación de O2-* para producir H2O2
y O2 en una tasa 104
veces mayor que la dismutación espontánea en el pH fisiológico. La CAT es la
enzima que remueve H2O2 de la célula cuando se encuentra
en altas concentraciones (2H2O2 → 2H2O + O2).
La GPx es una enzima que requiere glutatión como un co-sustrato y cataliza la
reducción de H2O2 e hidroxiperóxidos orgánicos libres (H2O2
+ 2GSH → GSSG + H2O) (ROOH + 2GSH → GSSG + ROH + H2O). La
GSR es una proteína citoplasmática con
una distribución tisular similar a la de GPx. La enzima reduce al glutatión
oxidado, utilizando NADPH generada por varios sistemas (GSSG + NADPH + H+
→ 2GSH + NADP+).
El mecanismo de defensa secundario que protege
contra las ROS incluye a la enzima con
actividad peroxidasa llamada fosfolípido hidroperoxidasa, la cual es capaz de reducir lípidos hidroperóxidos sin
la acción de la fosfolipasa A2. Adicionalmente, diferentes oxidoreductasas
catalizan reacciones de reducción de tiol y otros grupos cuando estas moléculas
son dañadas oxidativamente. Las enzimas nucleares para reparación de ADN son
consideradas sistemas de defensa contra el daño oxidativo provocado por
radicales libres. La vitamina E, el mayor
anti-oxidante soluble en lípidos presente en todas las membranas celulares,
protege contra la peroxidación de lípidos. El radical tocoferil también puede
ser reducido directamente por el acople redox ácido ascórbico-GSH. El β-caroteno
actúa en bajas presiones de oxígeno y ejerce más eficientemente la acción de
rescatar radicales libres con la
vitamina E. Por otra parte, la vitamina E protege los doble enlaces conjugados
del β-caroteno de la oxidación.
El EO es descrito como un desbalance en la
generación de ROS. Estas ROS son radicales libre de oxigeno producidos por la
reducción de oxigeno molecular y generados por productos de la respiración y el
metabolismo aeróbicos. Estas moléculas son capaces de activar y modular varias
rutas de señalización incluyendo aquellas involucradas en el crecimiento, la
diferenciación y el metabolismo de las células. Ellas también pueden inducir
daño oxidativo celular interactuando con el ADN y macromoléculas intracelulares
como proteínas y lípidos de membrana para provocar un mal funcionamiento
celular que puede ser el inicio de procesos patológicos.
El EO es considerado responsable del inicio
o desarrollo de patologías que
afectan procesos reproductivos femeninos
como resorción embrionaria, perdida del embarazo recurrente, preeclampsia,
restricción del crecimiento intrauterino y muerte fetal. El nivel normal de ROS
juega un importante rol regulador a través de varias rutas de transducción de
señal en la foliculogénesis, maduración del oocito y desarrollo
feto-placentario. Sin embargo, algunas veces las ROS pueden ejercer efectos
perjudiciales cuando son expresadas de manera muy abundante. Ellas tienen una estrecha
relación con los eventos reproductivos, por lo tanto, el control de la generación de ROS es un proceso importante.
Las ROS son elementos centrales de la señalización celular, la expresión de
genes, el mantenimiento de la homeostasis redox y las rutas de transducción de
señal involucradas en la función, crecimiento, diferenciación y muerte de las
células.
El desarrollo de los folículos ováricos es
un proceso continuo de cinco estadios en la hembra de los mamíferos. Durante
estos estadios, el endometrio experimenta algunos cambios. En el ciclo estral
de la rata, los estrógenos y la progesterona son secretados por el ovario y
provocan cambios en el útero. Adicionalmente, la temperatura corporal basal
también cambia, mientras el grosor del endometrio subyace a la correspondiente
transformación. La combinación del espermatozoide con el ovulo comprende tres
etapas: disolución de la corona radiada, disolución de la zona pelúcida y
fertilización del ovulo y reacción cortical. El proceso ocurre en la región
ampular de la trompa de Falopio. El embarazo comienza cuando se forma el ovulo
fecundado. Estrógenos y progesterona aumentan durante el embarazo, mientras la
gonadotropina coriónica humana (hCG) aumenta primero y luego disminuye. Por
otra parte, la implantación del embrión es un proceso que incluye contacto, disolución,
invasión, envoltura y reparación. El desarrollo del blastocito entre la ovulación y la implantación después de la
ovulación es común en muchas especies de mamíferos.
Las ROS afectan una variedad de funciones
fisiológicas del ovario, incluyendo la producción de esteroides, la maduración
del oocito, la formación del blastocisto, la luteolisis y el mantenimiento del
cuerpo lúteo (CL) en el embarazo. El EO es un importante modulador de la
fisiología de las células germinales y células del estroma en el ovario. Las
concentraciones de ROS pueden jugar un rol mayor en la implantación y
fertilización del ovulo. Por otra parte, la expresión de SOD ha sido demostrada
en el ovario, la Cu-Zn SOD ha sido identificada en células granulosas de
folículos en crecimiento y folículos de De Graff maduros, así como también la
MnSOD, la cual ha sido detectada en
células luteales. Las ROS ejercen efectos positivos y negativos en los ovarios
de mamíferos. En el ciclo ovárico, diferentes
marcadores de EO son afectados negativamente. Macrófagos, leucocitos y
citoquinas presentes en el líquido folicular son fuentes de ROS. Las ROS están
involucradas en el crecimiento folicular, en parte, a través de la regulación
de la angiogénesis que es un proceso complejo promovido por los estrógenos, los
cuales regulan algunos factores celulares como el factor de crecimiento del
endotelio vascular (VEGF). Las ROS producidas a partir de la acción de la NADP(H)
oxidasa tienen un rol significativo en la señal VEGF.
La cantidad apropiada de ROS es requerida
para la ovulación. Las ROS producidas por el folículo preovulatorio son
consideradas inductores críticos de la ovulación. La privación de oxígeno
estimula la angiogénesis folicular, la cual es importante para el crecimiento y
desarrollo de los folículos ováricos. El desarrollo del folículo primordial a
folículo antral es acompañado por un marcado incremento en la función metabólica
de las células granulosas, especialmente un gran incremento en la actividad de
la citocromo p450 con biosíntesis de esteroides. Grandes cantidades de ROS son producidas
durante el transporte de electrones, lo cual indica que la función de las células granulosas está relacionada con el
estado pro-oxidante en los folículos. Las ROS son inducidas en el folículo
preovulatorio con oscilación de prostaglandinas, citoquinas, enzimas
proteolíticas y esteroides, lo cual resulta en alteraciones del flujo sanguíneo
y la eventual ruptura del folículo. Con excepción del folículo dominante,
liberado para la fertilización, los otros folículos en crecimiento experimentan
apoptosis, un proceso que es promovido por las ROS. En paralelo, la síntesis de
estrógenos inducida por la hormona estimulante del folículo (FSH) y la
regulación al alza de CAT y GSH en los folículos en crecimiento resisten el
proceso de apoptosis para mantener el balance de la función ovárica. Las ROS son generadas en el CL y están
involucradas en la luteolisis. Por otra parte, ROS y antioxidantes están relacionados con la síntesis de progesterona en
el CL.
La excesiva privación de oxígeno causa daño
a los folículos. La Cu-Zn SOD aumenta en el CL durante las fases luteales
temprana y media, pero disminuye durante fase de regresión del CL, lo cual
podría explicar el incremento en la concentración de ROS durante la regresión y
este cambio en la actividad de la Cu-Zn
SOD es similar al cambio de la concentración de progesterona. La fase luteal
tardía se caracteriza por elevados niveles de lípidos peróxidos y una
disminución del antioxidante SOD. Otra
posible explicación para la disminución de Cu-Zn SOD durante la fase de
regresión es un incremento en prostaglandina F2α (PGF2α) o
macrófagos; o una disminución del flujo sanguíneo del ovario. Las ROS estimulan
la secreción de PGF2α a través de la activación del NFκB. La PGF2α
estimula la producción del anión superóxido por las células luteales y los
leucocitos en el CL. La reducción del
flujo sanguíneo causa daño tisular por producción de ROS. Sin embargo, la
concentración de Mn SOD aumenta en el CL durante la regresión, rescatando las
ROS producidas en las mitocondrias por reacciones inflamatorias y citoquinas.
Por lo tanto, la completa disrupción del CL provoca una significativa
disminución de MnSOD en las células y muerte inminente. La disminución de los
niveles estrógenos y progesterona provoca una disminución de la expresión de
SOD que genera el EO en el útero que
resulta en el sangramiento endometrial.
Los niveles controlados de ROS, sin embargo, están asociados con actividad
angiogénica en el endometrio y causan la regeneración en cada ciclo menstrual. Las ROS también participan en la ovulación y
la ruptura folicular. La generación de los dos procesos es el resultado de una
cascada de cambios vasculares o de una cascada proteolítica. El
entrecruzamiento de entre ambas
cascadas es mediado por ROS, citoquinas
y VEGF. Las células granulosas y las células luteales responden al H2O2 con eliminación de la acción de las gonadotropinas e inhibición de la secreción de progesterona.
El H2O2 disminuye la esteroidogénesis dependiente -y no
dependiente- de cAMP. Por otra parte, las ROS atacan el carbono 8 de la guanina
en el ADN para generar 8-hidroxi-deoxiguanosina (8-OHDG), la cual es un
derivado oxidado de la deoxiguanosina y sus niveles son altos en los oocitos
viejos. La 8-OHDG causa mutaciones de base en la replicación de ADN que
resultan en mutaciones de G a T y G:C a
T:A. Por tanto, la 8-OHDG es un marcador de EO.
El EO ha sido implicado en diferentes
enfermedades de la mujer, incluyendo el síndrome de ovarios poliquísticos
(PCOS), la anormalidad endocrina más común de la mujer en edad reproductiva. Es
un desorden que caracteriza por hiperandrogenismo, disfunción ovulatoria y
ovarios poliquísticos. Varios estudios reflejan la presencia de EO en las
pacientes con PCOS. La disminución en el consumo de O2 mitocondrial
y en los niveles de GSH acompañada con el incremento en la producción de ROS,
explican la disfunción mitocondrial en las pacientes con PCOS. La hiperglucemia
genera incrementos en la producción de ROS por las células mononucleares, las
cuales activan la liberación de factor de necrosis tumoral-α (TNF-α) y factor
nuclear kappa B (NF-κB). El TNF-α es un conocido mediador de la resistencia a
la insulina. El EO resultante crea un ambiente inflamatorio que incrementa la
resistencia a la insulina causando una remodelación extracelular anormal en el
ovario, la formación de múltiples quistes, anovulación crónica e infertilidad.
El embarazo en sí es un estado de EO debido
a la actividad metabólica aumentada de las mitocondrias placentarias y el incremento
en la producción de ROS por la mayor demanda metabólica del feto en
crecimiento. Los aniones superóxido producidos por las mitocondrias placentaria
parecen ser la principal fuente de ROS
que contribuye al EO en la placenta, apoyada por la producción
mitocondrial de lípidos peróxidos y radicales libres que aumenta a medida que
progresa la gestación. Las
concentraciones fisiológicas de glucocorticoides endógenos favorecen el
desarrollo fetal, pero los niveles elevados de glucocorticoides en el útero
(por estrés materno) afectan adversamente al feto con la “programación” de
anormalidades que se manifiestan principalmente en el postparto. Por otra
parte, el EO provoca disfunción de células endoteliales. En el útero, la
disfunción de células endoteliales resulta en muchas enfermedades incluyendo
preeclampsia y endometriosis. Hay muchas causas que inducen disfunción de
células endoteliales. EL TNF-α, una citoquina plasmática, causa daño de
células endoteliales, pero el
antioxidante Mn-SOD neutraliza los aniones superóxido generados por el TNF-α.
EL NFκB es el punto nodal de rutas de
señalización estimuladas por la inflamación y juega un rol significativo en la
respuesta inmune, aunque también es un factor de transcripción redox sensible.
La ruta NFκB es activada cuando ocurre estrés en el embrión, lo cual incrementa una variedad de citoquinas
pro-inflamatorias que resulta en la activación del proceso de apoptosis en la
placenta. Por lo tanto, el NFκB controla la supervivencia celular a través del
aumento de la transcripción de genes anti-apoptosis. En la mayoría de células,
el NFκB es inactivo y se mantiene en el citoplasma unido a proteínas de la
familia IκB. Cuando la ruta NFκB es activada, la proteína IκB es degradada y el
complejo NFκB entra al núcleo para modular la expresión de genes.
En conclusión, el EO influye en los procesos
reproductivos de la mujer. La excesiva producción de ROS provoca eventos de EO.
Las ROS incluyendo el anión superóxido, el peróxido de hidrógeno y el radical
hidroxilo causan daño en el ADN, per-oxidación de lípidos y daño en las
proteínas. El sistema antioxidante (SOD, GPx, entre otros) es activado cuando
ocurre leve EO. El desbalance entre pro-oxidantes y antioxidantes puede
provocar enfermedades reproductivas femeninas causadas por el EO, incluyendo
PCOS, endometriosis y preeclampsia, entre otras. Muchas rutas de señalización
intracelular involucradas en la reproducción femenina son afectadas por el EO. Cuando
los niveles de ROS exceden la capacidad de recuperación antioxidante, el
sistema redox puede reparar moléculas oxidadas y dañadas usando NADPH como
fuente natural de electrones. Entonces, un alto potencial redox es un
prerrequisito para el mantenimiento del sistema reproductivo en estado sano.
Fuente: Lu J et al
(2018). A novel and compact review on the role of oxidative stress in female reproduction.
Reproductive Biology and Endocrinology 16:80.
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