El
esqueleto durante la lactancia
Durante la lactancia en los mamíferos incrementa
la resorción mineral del esqueleto
materno para proporcionar calcio a la leche. Los estudios en roedores indican
que aunque la absorción intestinal de calcio es regulada hacia arriba durante la lactancia, el esqueleto materno
experimenta una marcada resorción ósea para apoyar la producción de leche. La
evidencia acumulada indica que la pérdida de mineral del esqueleto materno incluye
la reducción de 25% a 35% en peso y contenido de calcio y reducción de 25% a
35% en contenido mineral óseo (BMC) o densidad ósea (BMD) medida por
absortimetría de rayos X (DXA). Los estudios sobre balance metabólico confirman
un marcado balance negativo de calcio y un marcado incremento en la resorción
ósea y propiedades materiales del hueso. La fuerza, la rigidez y la dureza de vertebras, fémur y tibia son reducidas
hasta en un 60% mientras incrementa la ductibilidad. Los efectos de la
lactancia en el esqueleto no son uniformes, la pérdida de peso óseo, contenido
mineral BMC o BMD es más marcada en los
sitios ricos en hueso trabecular (columna vertebral, fémur proximal y tibia
proximal) que en los sitios puramente corticales del esqueleto apendicular. Por
otra parte, una dieta pobre en calcio causa
pérdida de contenido mineral y posteriormente reducción en la fuerza del
hueso mientras la dieta rica en calcio tiene el efecto opuesto. La producción
de leche crea una pérdida obligatoria de calcio, de tal manera que con una
dieta pobre en calcio se puede presentar tetania y muerte súbita en la madre.
Las mujeres que alimentan a su hijo
exclusivamente con leche materna pierden en promedio 210 mg de calcio cada día
a través de la leche. La alimentación de mellizos o trillizos puede duplicar o
triplicar la pérdida de calcio, respectivamente. Los datos clínicos son
consistentes con la pérdida de calcio del esqueleto durante la lactancia para
proporcionar el calcio necesario para la producción de leche. A diferencia de los roedores, la absorción
intestinal de calcio se mantiene en la tasa pre-embarazo en la mujer durante la
lactancia. Los estudios metabólicos demuestran un significativo balance
negativo de calcio aun con el consumo de suplementos de calcio. Los marcadores
bioquímicos de resorción ósea incrementan desproporcionadamente con relación a
los marcadores de formación de hueso. La BMD
de columna lumbar disminuye 5% a 10% durante los primeros 3 a 6 meses de
lactancia, mientras los sitios altamente corticales (cadera, antebrazo) pierden
menos de la mitad o no tiene cambios significativos. Esto es consistente con
los datos en amínales que señalan que la columna vertebral rica en hueso
trabecular es más afectada que el esqueleto apendicular. A mayor producción de
leche, mayor pérdida de densidad mineral ósea. La tasa de disminución de la BDM
varía entre 1% y 3% por mes, lo cual es bastante si tomamos en cuenta que una
pérdida >1% por año es considerada rápida después de la menopausia. Varios
estudios demuestran que la alta ingesta de calcio no reduce la cantidad de contenido mineral
del esqueleto que se pierde durante la lactancia.
Con relación a los mecanismos que hacen que
el esqueleto pierda contenido mineral durante la lactancia, el primer mecanismo
claramente definido es el incremento de la resorción ósea mediada por
osteoclastos. Los estudios histomorfométricos en roedores y primates han
revelado incrementos en el número de osteoclastos y erosión en las superficies
trabecular y endocortical en las vértebras centrales, conversión de trabéculas
a partir de estructuras como placas a estructuras como bastones, reducción de
30% a 50% en el volumen del hueso trabecular, disminución de 20% en el grosor
trabecular, perforaciones trabeculares, reducción de la mineralización tisular
y disminución de la rigidez ósea. El hueso trabecular de los extremos
proximales de la tibia y el fémur
muestra cambios similares, mientras el compartimento cortical de los
huesos largos exhibe una modesta disminución en el grosor cortical, el área de
corte transversal, la densidad mineral y la rigidez ósea y un incremento en la
porosidad cortical y el perímetro endosteal.
La mayor área de superficie del hueso trabecular permite que los
osteoclastos lleven a cabo la resorción ósea
mucho más rápidamente que en el hueso cortical. Estos cambios
ultraestructurales pueden ser prevenidos con bisfosfonatos u
osteoprotegerina/denosumab y bloqueados con altas dosis de estrógenos.
El segundo mecanismo por el cual el esqueleto
pierde contenido mineral durante la lactancia es la osteolisis osteocítica, un
proceso por el cual los osteocitos funcionan como osteoclastos y resorben
mineral en sus adyacencias. Los osteocitos expresan genes relacionados con los
osteoclastos (y enzimas como la
catepsina K) y reabsorben el mineral y
la matriz proteínacea que llena las lagunas alrededor de los osteocitos. Este proceso ocurre durante la
lactancia en ratones y es dependiente de osteocitos que
expresan el receptor PTH/PTHrP. Los
osteocitos digieren la matriz perilacunar en condiciones asociadas con reducida
disponibilidad de mineral. En roedores, la osteolisis osteocítica es suprimida
por la calcitonina o una dieta rica en calcio e incrementada por una dieta baja
en calcio, la hormona paratiroidea y el embarazo. En los humanos, las lagunas
osteocíticas tienen aproximadamente 10 veces el área de superficie como hueso
trabecular, lo cual implica que la osteolisis osteocítica tiene el potencial para
movilizar el calcio del esqueleto más rápidamente que en la resorción de las
trabéculas por los osteoclastos.
¿Qué estimula a los osteoclastos y a la
osteolisis osteocítica durante la lactancia? Dos factores claramente
establecidos en roedores son los bajos niveles de estradiol y el incremento en
la concentración de la proteína relacionada con PTH (PTHrP). El incremento en
las concentraciones de prolactina y la succión del pezón inhiben el pulso de
hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) en el hipotálamo, provocando bajos
niveles de gonadotropinas y estradiol. Simultáneamente, las células epiteliales
de la glándula mamaria se convierten en una fuente importante de PTHrP, lo cual
sinérgicamente estimula la resorción ósea. Los altos niveles de PTHrP se
correlacionan con mayor pérdida de BMD en las vértebras lumbares y el cuello
del fémur. La secreción de PTHrP por la glándula mamaria es suficiente para
regular hacia arriba el recambio óseo y normalizar la hemostasia del calcio en
mujeres con hipoparatiroidismo. Ocasionalmente, la lactancia causa aún mayores concentraciones de PTHrP, lo cual
provoca un marcado incremento de la resorción ósea e hipercalcemia
(pseudohiperparatiroidismo) que usualmente se normalizan con el destete.
En modelos animales, el número de
osteoclastos cae dramáticamente por apoptosis en las primeras 24 horas del
destete, mientras aumenta el número de
osteoblastos y sus precursores y más del 75 % de las superficies óseas
se cubren con osteoide. Más aún, los osteocitos funcionan como osteoblastos y
las lagunas retornan a su tamaño normal. Los marcadores bioquímicos de
resorción ósea caen a niveles bajos, mientras la formación de hueso aumenta, lo
que sugiere un desacoplamiento del
recambio óseo en favor de la formación.
Múltiples estudios sugieren que el peso del esqueleto, la masa ósea y la fuerza
ósea son restaurados completamente después de la lactancia. 14 a 28 días
después del destete, las vértebras, los huesos de las extremidades y el esqueleto entero alcanzan un contenido
mineral igual o mayor al valor de pre-embarazo. Por otra parte, ratones hembras
que carecen del gen que codifica a la calcitonina y al péptido relacionado con el gen de
calcitonina pierden 55% de BMC
trabecular y 30% de BMC cortical durante la lactancia pero lo recuperan 18 días después del
destete. Los estudios histomorfométricos de roedores demuestran un retorno de
masa ósea, engrosamiento cortical y área cortical a los valores pre-embarazo.
Sin embargo, los estudios de microscopía electrónica indican que la masa ósea y
la microarquitectura mejoran con
diferentes tasas en cada sitio del
esqueleto. Los parámetros de hueso trabecular son rápidamente y completamente
restaurados en las vértebras. En ratas, el fémur recupera el contenido mineral
en las partes proximal y distal, pero la microarquitectura trabecular no se recupera completamente, lo cual indica
que la extensión de la recuperación puede variar en el mismo hueso. Algunos estudios
demuestran que en vértebras, fémur y tibia los parámetros de fuerza ósea
retornan a los valores pre-embarazo, por lo que es posible que los cambios en
la microarquitectura ósea no afecten la fuerza ósea. Estos hallazgos indican
que la recuperación del esqueleto (mineralización y fuerza) después del
destete puede ser debida al menos en
parte a que los osteocitos actuando como osteoblastos restauran el mineral en
sus adyacencias.
En mujeres, la disminución en BMD durante la
lactancia parece ser revertida completamente 12 meses después del destete,
aunque la velocidad de recuperación difiere del sitio del esqueleto. Un estudio
con mujeres que amamantaron durante 9 meses, reporta que la microarquitectura
cortical fue grandemente restaurada a
los 9 meses, incluyendo el grosor cortical, pero con déficit en el grosor trabecular.
Otros estudios reportan que la lactancia
induce cambios irreversibles en la microarquitectura en la parte distal de
tibia y radio. Algunos autores sugieren que el incremento post-destete en el
tamaño del hueso podría explicar la restauración de la fuerza muscular a pesar del déficit persistente en la
microarquitectura del esqueleto.
¿Qué estimula la recuperación post-destete
del esqueleto? La pérdida de hueso durante la lactancia es rápidamente y
completamente recuperada en algunos sitios del esqueleto y es diferente a las
secuelas de otras causas de pérdida
ósea en adultos. Los estudios en modelos
animales demuestran que PTH, PTHrP, calcitonina, vitamina D, receptor de
vitamina D y estradiol no son requeridos para recuperar el peso, la BMC o la
fuerza ósea. Otros estudios reportan que la adecuada ingesta de calcio es
requerida porque una dieta pobre en
calcio evita la recuperación del esqueleto hasta que la dieta es normalizada.
Por otra parte, cuando la pérdida de hueso
es prevenida con el tratamiento con OPG no se observa la mejoría en los
parámetros esqueléticos. Esto simplemente significa que sin resorción ósea
durante la lactancia no hay señal que regule hacia arriba la formación de hueso
o la mineralización ósea después del destete. En mujeres, la reanudación de la
menstruación, el incremento en los niveles de estradiol y la caída en los
niveles de PTHrP contribuyen a la reducción en la tasa de pérdida de hueso, pero
no estimulan directamente la formación de hueso. Una mujer con
hipoparatiroidismo muestra un incremento post-destete de 40% en la BMD en vértebras lumbares y 7,5%
en la BMD en el cuello femoral, lo cual es consistente con los datos en modelos animales que señalan
que la PTH no es requerida la recuperación post-destete.
En conclusión, durante la lactancia la
resorción ósea en el esqueleto materno proporciona calcio para la leche. La
mujer pierde un promedio de 210 mg de calcio en la leche cada día. Los efectos
de la lactancia no son uniformes a través del esqueleto, son mucho más marcados
en las vértebras ricas en hueso trabecular que en el esqueleto apendicular. Después
del destete, el esqueleto recupera completamente el contenido mineral y la fuerza ósea en modelos animales y
humanos a pesar que a nivel microestructural la recuperación no es completa.
Fuente: Kovacs CS (2017).
The skeleton is a storehouse of mineral that is plundered during lactation and
(fully?) replenished afterwards. Journal of Bone and Mineral Research 32:
676-680.
Este articulo me parecio super interesante, puesto que actualmente estoy amamantando exclusivamente a mi hija de 8 meses, y es increible como el metabolismo y la fisiologia de la madre se adapta y se recupera para la formacion de leche con todos sus nutrientes. Queda claro la importancia de una alimentacion rica en calcio antes durante y despues del embarazo y durante toda la etapa de lactancia.
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