Progranulina y tono vascular
La progranulina (PGRN) es a la vez factor de
crecimiento y proteína reguladora
involucrada en el desarrollo embrionario, la cicatrización de heridas, la
carcinogénesis, la neuroprotección y la respuesta inflamatoria/inmune. La PGRN
humana es una glucoproteína de 593 aminoácidos con siete módulos de secuencia
de aminoácidos llamados granulinas (A, B, C, D, E, F, G). Cada módulo granulina
tiene 12 residuos cisteína, excepto la granulina G que tiene 10 cisteínas.
El rol de la PGRN en la regulación del tono
vascular es de interés por varias razones. En primer lugar, las enfermedades
inflamatorias crónicas y las enfermedades del tejido conectivo están asociadas
con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente
ateroesclerosis. En este contexto, la disfunción endotelial juega un rol
importante en la ateroesclerosis. Asimismo, la producción de óxido nítrico (NO) es uno de los marcadores de función del
endotelio más usados actualmente. En segundo lugar, la PGRN ha sido
recientemente identificada como una de las hormonas del tejido adiposo
(adipoquinas). Muchas adipoquinas, incluyendo leptina, adiponectina, visfatina,
resistina y omentina, están involucradas en la regulación del tono vascular y
la desregulación de estas adipoquinas contribuye a la patogénesis de
enfermedades cardiovasculares como hipertensión arterial, ateroesclerosis,
enfermedad cardiaca isquémica e insuficiencia cardiaca.
Un trabajo reciente utiliza la miografía para examinar por primera vez el
efecto de la PGRN en anillos de arteria mesentérica de rata. En concentraciones
fisiológicas (10-100 ng/ml), la PGRN no tiene efecto sobre los anillos
vasculares pre-contraídos con noradrenalina o serotonina. Sin embargo, aumenta
significativamente la vasorelajación inducida por acetilcolina. La acetilcolina induce la vasorelajación
dependiente de endotelio por tres mecanismos: NO, prostanoides vasorelajantes e
hiperpolarización dependiente de endotelio (EDH). La PGRN aumenta el efecto de
la acetilcolina mediado por NO, pero no tiene efecto sobre los otros dos
mecanismos. La sintetasa de NO endotelial (eNOS) es estimulada por dos
mecanismos principales. (1) Los vasodilatadores dependientes de endotelio como
acetilcolina y bradiquinina incrementan la entrada de Ca2+ en las
células endoteliales y rápidamente estimulan la eNOS de una manera dependiente
de Ca2+-calmodulina. (2) Muchos factores como insulina, estrógenos,
polifenoles y factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF), incrementan
la actividad de la eNOS induciendo su fosforilación en la Ser1177 por la
proteína quinasa B/Akt. La PGRN aumenta la vasorelajación inducida por
nitroprusiato de sodio (SNP), donador de NO, en anillos de arteria mesentérica precontraídos
con noradrenalina. El efecto vascular del NO es mediado por la estimulación de
la guanilil ciclasa soluble (sGC), la cual sintetiza GMPc que a su vez estimula
a la proteína quinasa G (PKG). La PGRN no aumenta la vasorelajación inducida
por análogos de GMPc y activadores de la
PKG. Estos datos sugieren que la PGRN no tiene efecto directo sobre la PKG sino
que aumenta la síntesis de GMPc inducida por NO. Por otra parte, la PGRN
aumenta la producción de GMPc inducida por SNP en anillos vasculares en
presencia de inhibidores de fosfodiesterasa. Estos resultados sugieren que
la PGRN incrementa la actividad de la sGC inducida por NO.
Los resultados del estudio de los efectos de
la PGRN sobre arteria mesentérica tienen implicaciones fisiológicas y
patológicas. En primer lugar, sugieren que la adipoquina PGRN está involucrada
en la regulación del tono vascular. Muchos estudios indican que la obesidad y
el síndrome metabólico están asociados con disfunción endotelial, y una de sus manifestaciones es la alteración de la vasorelajación
dependiente de endotelio. Este efecto, al menos parcialmente, está asociado con
las alteraciones de adipoquinas observadas en la obesidad. Por ejemplo, aunque
la leptina induce vasorelajación dependiente de endotelio en condiciones
fisiológicas, este efecto es alterado en la obesidad a pesar del incremento en
el nivel de leptina debido al fenómeno
de resistencia a la leptina. Asimismo, la insulina estimula la eNOS de
una manera dependiente de PKB/Akt, pero este efecto también es alterado en animales y humanos
obesos. Por otra parte, la adiponectina estimula la vasorelajación, pero la
secreción de adiponectina disminuye en la obesidad. Recientemente, se demostró
que la PGRN es sobreproducida en el tejido adiposo de animales obesos y que
su concentración plasmática aumenta en humanos obesos. No está claro, si este
incremento de PGRN resulta en un aumento de la vasorelajación. Es posible que
se trate de un mecanismo compensatorio que contribuye a contrarrestar el desbalance
entre factores vasocontrictores y vasodilatadores. Alternativamente, el efecto
vasodilatador de la PGRN podría ser alterado en la obesidad.
En segundo lugar, surge la pregunta sobre
los receptores involucrados en el efecto vascular de la PGRN. La PGRN es un
antagonista del receptor tipo 1 del factor de necrosis tumoral-α (TNFR1). El
TNF-α altera la vasorelajación dependiente de endotelio por varios mecanismos,
incluyendo disminución en la expresión
de eNOS, estimulación del estrés
oxidativo, alteración de la síntesis de L-arginina, sustrato de la eNOS, e incremento de la
acumulación de su inhibidor dimetilarginina, así como regulación hacia arriba
de la enzima arginasa que compite con la eNOS por el sustrato. La regulación
hacia arriba del TNF-α está involucrada en la alteración de la vasorelajación
dependiente de endotelio en diferentes condiciones, incluyendo hiperlipidemia,
diabetes, obesidad, envejecimiento o enfermedades inflamatorias crónicas,
mientras la terapia anti-TNF mejora la vasorelajación en algunas de estas
condiciones. Entonces, la evidencia experimental sugiere que la PGRN induce
vasorelajación antagonizando al TNFR1 en la pared vascular.
Con relación a los mecanismos de
señalización post-receptor involucrados
en los efectos vasculares de la PGRN, el aumento en la concentración de
GMPc en el endotelio no resulta de la
inhibición de fosfodiesterasas que degradan al GMPc. Por el contrario, la
explicación más común es que la PGRN aumenta la estimulación inducida por
NO de la sGC. Aunque el NO es el
principal activador de la sGC, hay otros mecanismos reconocidos. La sGC
vascular es activa como un dímero de subunidades α1 y β1 conectadas por un
enlace disulfuro entre dos residuos cisteína. El potencial redox intracelular
puede cambiar la actividad sGC a través de la alteración de la relación
monómero/dímero. Por otra parte, además del NO, otras moléculas endógenas como
el monóxido de carbono (CO) o el nitroxil (HNO) estimulan la sGC, aunque de
manera menos potente que el NO. El estrés oxidativo puede reducir la actividad
sGC oxidando Fe2+ a Fe3+ en su grupo hemo o vía
S-nitrosilación del residuo Cis561 de la subunidad α1. La reducción de los
niveles de O2 puede disminuir la formación de GMPc incrementando los
niveles intracelulares de inosina
trifosfato, la cual compite con el GTP por la sGC y es convertida por esta
enzima en inosina 3´,5´-monofosfato cíclico. No está claro si la PGRN afecta a
uno -o posiblemente a otro aún no identificado- de los mecanismos que regulan a
la sGC.
El efecto vascular de la PGRN es un
potencial blanco terapéutico. Aunque los
donadores de NO han sido usados por décadas para el tratamiento de enfermedades
cardiovasculares, esta terapia está asociada con importantes limitaciones como
el progresivo desarrollo de resistencia a los nitratos y el daño tisular
mediado por el estrés inducido por el exceso de NO. Los compuestos sintéticos
que estimulan a la sGC de una manera independiente de NO se encuentran
actualmente bajo desarrollo pre-clínico y clínico.
Fuente:
Beltowski J (2017). Role of progranulin in the regulation of vascular tone:
(patho)physiological implications. Acta Physiologica 219: 706-708.
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