Trombospondina 1 en enfermedades metabólicas
La trombospondina
1 (TSP1) fue descubierta en 1971 como
una glucoproteína secretada por plaquetas activadas, sugiriendo que la
principal función de la proteína podría estar asociada con la hemostasia. Sin
embargo, estudios posteriores reportan una variedad de funciones de la TSP1,
incluyendo la regulación de la migración celular, la apoptosis y la
angiogénesis. La TSP1 puede unirse a receptores y proteínas específicas
ancladas o secretadas en la matriz extracelular. La TSP1 es, por tanto, una
proteína angiogénica que modula la migración y adhesión celulares, controla la
deposición de colágeno y modula la inmunidad.
La familia trombospondina comprende cinco
glucoproteínas multifuncionales, cuyo miembro mejor estudiado es la TSP1. La TSP1
tiene una estructura trimérica (450 kDa) que incluye un dominio de unión con la
heparina con un dominio homologo al procolágeno en el amino terminal y tipo I,
II y III repetidos en el carboxilo terminal. El tipo I también es llamado
trombospondina estructural repetida (TSR). En los TSR, la secuencia CSVTCG
muestra afinidad por CD36 (también conocida como ácido graso translocasa, FAT).
La CD36 es una proteína glucosilada, miembro de la familia del receptor
rescatador clase B. A través de la unión con CD36, la TSP1 induce apoptosis en
células endoteliales. La secuencia RFK está localizada entre la primera y la
segunda TSR y media la activación de la forma latente del factor de crecimiento
transformante beta 1 (TGFβ1). El tipo III de TSP1 contiene dominios para
interactuar con la elastasa de los neutrófilos e inhibe el efecto angiogénico
del factor de crecimiento de fibroblastos 2 (FGF2), El dominio carboxilo terminal
de la TSP1 muestra afinidad por CD47, también conocida como proteína asociada a
integrina (IAP), un importante receptor de TSP1. La CD47 regula los efectos del
óxido nítrico (NO) en enfermedades metabólicas y tiene funciones en la
inmunidad y la hemostasia. Este dominio también interactúa con integrinas
modulando la adhesión celular.
La TSP1 es débilmente expresada en el
corazón normal. Sin embargo, los estudios en pacientes con condiciones
cardiovasculares conocidas indican que la medición del nivel de TSP1 en plasma
es útil para el diagnóstico y pronóstico de estas condiciones. Más aún,
polimorfismos en el gen TSP1 están relacionados con propensión genética a
infarto de miocardio. En un modelo de
infarto de miocardio, los ratones Thbs1-/- mostraron más inflamación,
intensa y difusa, alrededor del área infartada del corazón. Estos efectos de la
TSP1 son sexo-dependientes. Un estudio pre-clínico en ratones usando modelo de
infarto de miocardio demostró que las
hembras muestran menos inflamación cardiaca que los machos. Los
leucocitos fueron aislados e identificados como neutrófilos. La menor
concentración de TSP1 en los leucocitos de las hembras fue evidente así como
también el menor nivel de IL-6 en plasma. Menos TSP1 y menos producción de ROS
mejoran significativamente la inflamación y reducen la unión de TSP1 con el
receptor de diferenciación CD36. Este receptor multifuncional tiene funciones
relevantes en interacciones metabólicas e inmunes, incluyendo la captación de
ácidos grasos circulantes en las células. El CD36 es altamente expresado en
cardiomiocitos y su alteración reduce la captación y el almacenamiento de
lípidos y la inducción de genes relacionados con el metabolismo de ácidos
grasos. El CD36 regula a la baja la proteína quinasa activada por 5´adenosina
monofosfato (AMPK). Sin embargo, el CD36 al
unirse con ácidos grasos promueve la activación de AMPK aumentando la
oxidación de ácidos grasos.
La TSP1 contribuye a la rápida remodelación de la matriz
extracelular. La TSP1, directa e indirectamente, regula al alza y se une a
metaloproteínas de la matriz (MMP), promueve la activación de MMP a través de
la inducción de genes pro-fibrosis o la activación del TGFβ1 latente. Este es
un importante mecanismo en la patología cardiovascular. El TGFβ1 también
acelera la diferenciación de fibroblastos inactivos en miofibroblastos e induce
la transcripción de genes pro-fibrosis. Adicionalmente, este factor de
crecimiento exacerba la respuesta inflamatoria. Un incremento en TSP1 ha sido
detectado en adultos con cardiomiopatía dilatada donde la fibrosis es más
profusa. Estos resultados sugieren que la TSP1 promueve la activación de TGFβ1
y MMP en el corazón adulto y aumenta la remodelación y fibrosis del músculo
cardiaco, indicando un claro rol de la TSP1 en patología cardiovascular durante
el envejecimiento.
La hipoxia puede provocar estrés oxidativo y
producción de especies reactivas de oxígeno (ROS) por las mitocondrias. El
estrés oxidativo y la generación de ROS aceleran el envejecimiento. La TSP1,
conjuntamente con CD47, contribuye al proceso de envejecimiento del músculo
cardiaco y las células endoteliales. El CD47 es expresado en muchos tipos de
células. La unión de CD47 a TSP1 es significativa en la fisiología
cardiovascular. El corazón de ratones envejecidos con deficiencia de CD47 y
TSP1 muestra elevada frecuencia cardiaca e incremento en el gasto cardiaco.
Estos pueden ser cambios compensatorios, pero el nivel de cAMP es elevado
después de la exposición a NO, sugiriendo actividad inotrópica y cronotrópica
intrínseca en el músculo cardiaco.
El rol de la TSP1 es bastante relevante en
enfermedades vasculares como la ateroesclerosis. Esta enfermedad es disparada
por daño endotelial e inflamación. El daño a las células endoteliales ocurre
debido a cambios en el flujo sanguíneo, productos lípidos y mediadores
inflamatorios que alteran la barrera endotelial. Ocurre una fibrosis gradual y
acumulación de leucocitos y lípidos en la capa íntima de la pared vascular y
las células de músculo liso (CML) migran de la capa media en respuesta a citoquinas liberadas por células inmunes. La
TSP1 es altamente expresada en la pared arterial en condiciones de daño
endotelial, lo que favorece la adherencia y penetración de monocitos y
macrófagos en la pared arterial. La TSP1 también aumenta la migración y
adhesión de macrófagos, CML y fibroblastos en la pared vascular y promueve la migración
y proliferación de CML.
En condiciones inflamatorias como la
ateroesclerosis, el factor inducible por hipoxia-1 alfa (HIF1α) aumenta la
liberación de IL-6, factor de necrosis tumoral alfa (TNFα) y TSP1, los cuales
actúan como factores pro-fibrosis y alteran la homeostasis vascular. En
patologías como la hipertensión pulmonar, el HIF2α también es requerido para la
regulación al alza de TSP1 en los vasos pulmonares bajo condiciones de hipoxia.
La TSP1 también modula la vasodilatación y perfusión de los tejidos a través de
la regulación de NO. La TSP1 disminuye los niveles de cAMP y cGMP inhibiendo al
NO producido por las células endoteliales, limitando la respuesta de las CML y
bloqueando la vasodilatación. Los ratones que carecen de TSP1 y CD47 exhiben
hipotensión arterial y son más resistentes a la hipertensión inducida por
estrés.
La carencia de TSP1 puede contribuir a la
estabilización de la placa ateroesclerótica por inhibición de la eferocitosis.
Esta función es mediada por la unión de TSP1 con CD47. El CD47 es una proteína
de superficie que inactiva macrófagos a través de su unión con la proteína
reguladora de señal alfa (SIRPα) y por inhibición de la activación de
integrinas. El CD47 es regulado al alza durante el proceso aterogénico. Los
ratones que carecen de CD47 son más susceptibles a la ateroesclerosis. La
interacción entre TSP1 y CD47 es crítica para la migración y proliferación de
CML. El CD47 puede afectar la eferocitosis de CML y, por tanto, promover su proliferación.
Las CML desdiferenciadas de los ateromas sobre expresan CD47 y componente 3 del
complemento (C3). El C3 es una proteína clave del sistema complemento cuyas
subunidades C3a y C3b actúan como efectores en la opsonización, la fagocitosis
y la inflamación. Es posible que las funciones de TSP1 dependan del tipo de
vaso sanguíneo, el estado de las lesiones y la asociación con obesidad, diabetes u otras enfermedades metabólicas. Sin duda,
la influencia de la TSP1 en las enfermedades cardiovasculares es aún más
compleja debido a la variabilidad en la activación y funcionamiento de los
co-receptores endoteliales. Por ejemplo, la TSP1 puede activar receptores
endoteliales CD 36 o CD47 diferencialmente o ellos pueden inducir respuestas
diferentes dependiendo del tipo de integrina expresado.
La activación de TGFβ1 por la TSP1 aumenta
la fibrosis y rigidez en arterias en condiciones anormales sin un flujo
vascular laminar normal. Estos mecanismos pueden estar implicados en la
disección aortica y otras patologías arteriales. Los péptidos capaces de
bloquear la unión de TSP1 con receptores e inhibir su activación del TGFβ1 pueden
ser agentes terapéuticos para enfermedades cardiovasculares y otras
enfermedades metabólicas.
La placa fibrosa provoca ulceración,
hemorragia y depósitos de tejido cicatrizado. La activación de la cascada de
coagulación juega un rol importante en la formación del ateroma provocando
trombosis y embolismo. Estas complicaciones son causadas en primer lugar por el
enlentecimiento y turbulencia del flujo sanguíneo. Las etapas siguientes
involucran la adhesión de plaquetas al endotelio con la consiguiente activación
y agregación de plaquetas. Hay evidencia que la TSP1 es un promotor de la
activación y agregación de plaquetas. La TSP1 liberada por los gránulos alfa de
las plaquetas activadas suprime la señal cAMP e incrementa la fosfodiesterasa
3 (PDE3A) favoreciendo la hemostasia. El
CD36 es requerido, en parte, para estos procesos porque la TSP1 puede
incrementar la expresión de fosfatidilserina interactuando con CD36, aumentando
la estabilización del trombo. Estudios recientes demuestran que un péptido
derivado de CD47, TAX2, inhibe la trombosis bloqueando la fosforilación de
plaquetas en contacto con colágeno. La propiedad antitrombótica del TAX2 es
mediada por la señal NO/cGMP.
En una condición pre-diabética, los niveles
de glucemia no son altos para establecer un diagnóstico de diabetes. Sin
embargo, la inflamación crónica, el daño endotelial y la remodelación
extracelular podrían provocar diabetes y sus complicaciones. La TSP1 está
asociada con estos procesos y también está involucrada en el metabolismo de la
glucosa. La relación entre la TSP1 y el metabolismo de la glucosa es
evidenciada por el hecho que los ratones Thbs1-/- muestran tolerancia a la glucosa alterada.
Estos ratones exhiben tejido pancreático hipertrófico que produce menos
proinsulina. La tolerancia a la glucosa anormal podría ser causada por
oxidación anormal de la glucosa y disfunción mitocondrial. Adicionalmente, el
tejido pancreático de estos ratones muestra una alta expresión de proteína
desacopladora 2 (UCP2), la cual es una proteína de la membrana interna
mitocondrial involucrada en la oxidación y metabolismo de ROS. Los
polimorfismos de UCP2 han sido relacionados con obesidad y diabetes en humanos.
Los islotes pancreáticos de estos ratones también producen más lactato,
indicando un desvío hacia la glucólisis, lo cual resulta en disminución de la
producción de ATP y proinsulina. Estos resultados indican que la TSP1 es vital
para el mantenimiento de la homeostasis pancreática en condiciones de glucemia
normal.
La perfusión vascular y la angiogénesis son
cruciales para el funcionamiento del páncreas. Los islotes pancreáticos tienen
más vascularización y flujo sanguíneo que el componente acinar. Adicionalmente,
el endotelio de los islotes es altamente fenestrado y está involucrado en la producción y secreción de insulina. Las
células endoteliales de los islotes pancreáticos producen TSP1, pero también
secretan VEGF. La reducción de VEGF en los islotes altera la liberación de
insulina en el sistema vascular y los ratones con disminución de la producción
de VEGF muestran tolerancia a la glucosa alterada. Por tanto, es necesario un
balance entre TSP1 y VEGF para mantener una secreción de insulina saludable y
niveles normales de glucosa sanguínea. En condiciones de glucemia normal, la
proteína quinasa dependiente de cGMP (PKG) disminuye la expresión del gen TSP1
y por consiguiente la activación de TGFβ1 por la TSP1. Sin embargo, durante la
hiperglucemia, la expresión del gen TSP1 es aumentada por la regulación a la
baja de PKG. Este estatus provoca la regulación al alza de la proteína nuclear
de transcripción factor estimulador 2 (USF2), el cual puede unirse a una región
localizada en el promotor TSP1 y aumentar la transcripción de TSP1. Estudios
recientes reportan que USF2 es un supresor de tumor que reduce la proliferación
celular, la migración celular y el estrés oxidativo, funciones protectoras que
también son ejercidas por la TSP1 en algunas enfermedades inflamatorias y
canceres.
Los altos niveles de glucosa promueven el
estrés oxidativo. El estrés oxidativo, la resistencia a la insulina y los
niveles aumentados de productos glucosilados provocan disfunción endotelial en
la hiperglucemia. La glucosilación y la expresión de TSP1 en CML podrían ser
mediados por la activación de la ruta hexosamina. Los azucares y los
activadores de esta ruta pueden aumentar
directamente la proliferación de CML y promover la expresión transcripcional de
TSP1. Alta expresión de TSP1 ha sido
observada en CML durante la hiperglucemia. El CD47 regula la migración de CML
en condiciones de hiperglucemia interactuando con SIRPα. Esta unión bloquea la
migración de CML mediada por la señal del receptor del factor de crecimiento
similar a insulina 1 (IGF1R). Cuando el CD47 se une a la TSP1 o un péptido
derivado del dominio CD47 de la TSP1, la unión de CD47 a SIRPα se reduce debido
a la activación de la señal de IGF1R. Sin embargo, los altos niveles de glucosa
protegen al CD47 de la degradación y promueven su asociación con SIRPα. Como la
edad predispone al cuerpo a resistencia a la insulina e hiperglucemia, el CD47
inhibe la proliferación de CML y la angiogénesis. Estos resultados sugieren que
la angiogénesis en diabetes puede ser regulada por el eje TSP1-CD47.
El CD36 juega un rol significativo en el
metabolismo de lípidos y glucosa y puede promover resistencia a la insulina e
hiperinsulinemia. Sin embargo, sus funciones en estas condiciones son
contradictorias. El CD36 es una proteína multifuncional con efectos que podrían
ser independientes de su interacción con TSP1. El CD36 puede tener efectos diferentes dependiendo del tipo de célula y órgano donde
es expresado. Por ejemplo, la pérdida de CD36 reduce la expresión de genes
relacionados con el metabolismo de la glucosa en cardiomiocitos, pero aumenta
su expresión en células endoteliales. Adicionalmente, los ratones que carecen
de CD36 y son alimentados con dieta baja en grasas muestran aumento de la
gluconeogénesis y disminución de los niveles de glucógeno hepático indicando un
estado pre-diabético.
Agregando más complejidad al rol de la TSP1
en hiperglucemia está el hecho que su expresión puede ser regulada por
microARN. La sobre expresión de miR467 inhibe la secreción de TSP1 por células
endoteliales durante la hiperglucemia y aumenta la angiogénesis en tumores de
mama. Adicionalmente, los microARN pueden regular al alza a la TSP1 y los genes
involucrados en la ruta TGFβ1.
Una complicación común de la diabetes es la
nefropatía. La TSP1 y el TGFβ1 están involucrados en esta condición. La TSP1 es
altamente expresada en las células mesangiales del glomérulo renal a medida que
progresa la nefropatía diabética.
Durante la hiperglucemia crónica, la activación de TGFβ1 mediada por
TSP1 puede agravar la nefropatía
diabética induciendo fibrosis. El
bloqueo de esta activación podría ser un mecanismo alternativo para prevenir
esta complicación.
El tejido adiposo es uno de los tejidos más
altamente vascularizados del cuerpo y la angiogénesis está involucrada en su
remodelación y metabolismo. Además del bien conocido rol de la TSP1 en la
inhibición de la angiogénesis, varios estudios demuestran que la carencia de
TSP1 podría disminuir la grasa abdominal sin cambios en la densidad vascular.
La TSP1 es regulada al alza en la grasa visceral de ratones, resultados
similares han sido reportados en estudios clínicos. La adipogénesis y el
crecimiento y distribución del tejido adiposo están asociados con la
angiogénesis. Las células endoteliales producen citoquinas y factores de
crecimiento como VEGF que favorecen la lipogénesis y la expansión del tejido
adiposo. Estos factores pro-angiogénesis también pueden promover la
transdiferenciación de adipocitos blancos en adipocitos marrones. La TSP1
puede estar involucrada en estos
procesos interactuando con argonauta 1 (AGO1), una proteína requerida para
silenciar genes. TSP1 y AGO1 son reguladas al alza en células endoteliales de ratones obesos y
con diabetes tipo 2, sugiriendo que la TSP1, reduciendo la angiogénesis, puede promover obesidad y resistencia a la
insulina.
Ciertamente, la TSP1 contribuye al
metabolismo del tejido adiposo de varias maneras, además de su función
anti-angiogénesis. La relevancia de la
TSP1 en la inflamación y la obesidad es mediada principalmente por macrófagos. La
deficiencia de TSP1 y una disminución de la activación de TGFβ1 podrían
proteger contra la inflamación y la obesidad. Como la obesidad es considerada
una condición inflamatoria crónica, la interacción entre macrófagos y
adipocitos ocurre durante su desarrollo y progresión. El CD36 contribuye
significativamente al aumento de las
funciones inflamatorias de los macrófagos en el tejido adiposo. La interacción
entre CD36 con TSP1 también puede regular el daño inducido por ácidos grasas saturados durante
la obesidad y la dislipidemia. La evidencia reciente indica que la señal CD36
es dependiente de la activación del transductor de señal y activador de la
transcripción 3 (STAT3) en el tejido adiposo. La dieta rica en grasas
incrementa la fosforilación de la señal STAT3 a través de la activación de
CD36. La STAT3 es un importante factor de transcripción en la inflamación y la
inmunidad.
El tejido adiposo es un órgano endocrino que
produce varias hormonas (adipoquinas), incluyendo la leptina. Los receptores de
leptina están involucrados en el apetito, la ingesta de alimentos y la
secreción de insulina. Varios estudios clínicos y en animales demuestran que el
incremento en los niveles plasmáticos de leptina está asociado con alta masa
corporal y ateroesclerosis. La activación de las rutas de señalización JAK2 y
MAPK está implicada en la regulación al alza de TSP1 por la leptina en CML
vascular durante la aterogénesis.
La TSP1 podría ser un marcador de pérdida de
peso y alto metabolismo basal. En estudios clínicos, alta expresión de TSP1 ha
sido detectada en la grasa visceral de pacientes sometidos a un programa de pérdida de peso con baja
ingesta de calorías e incremento de la actividad física. En estos pacientes,
los niveles de TSP1 en suero fueron altos y se correlacionaron con obesidad
abdominal, hipertensión arterial, hiperglucemia y altos niveles de leptina.
Estas asociaciones fueron observadas particularmente en mujeres
premenopáusicas. Sin embargo, estos resultados deben ser interpretados con
precaución porque los niveles de TSP1 en suero pueden resultar de la activación de plaquetas y no
reflejar la alta concentración fisiológica
de TSP1 observada en muestras de plasma.
En conclusión, la TSP1 es un potente agente
anti-angiogénesis que inhibe la migración y proliferación endotelial e induce
apoptosis endotelial. Los estudios han demostrado un rol regulador de la TSP1
en la migración celular y en la activación de la forma latente del TGFβ1. Estas
funciones de la TSP1 se manifiestan en la modulación de procesos inmunes. Mientras
en el pasado, la mayoría de estudios se centraban en el rol de la TSP1 en el
cáncer y la inflamación, los estudios recientes revelan nuevos roles en
desórdenes fisiológicos y metabólicos, incluyendo obesidad, diabetes y
enfermedad cardiovascular. La TSP1 regula al NO, activa al TGFβ1 e interactúa
con receptores CD36 y CD47 para roles importantes en el metabolismo celular.
Por tanto, la TSP1 y sus principales receptores pueden ser considerados
potenciales blancos terapéuticos para enfermedades metabólicas.
Fuente: Gutiérrez
LS, Gutiérrez J (2021). Thrombospondin 1 in metabolic diseases. Frontiers in
Endocrinology 12: 638536.
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