Disfunción tiroidea y desórdenes del sueño
Los desórdenes de
la glándula tiroides y los disturbios del sueño son problemas comunes en la
población general. Millones de personas tienen disturbios relacionados con el
sueño. Las causas, severidad y consecuencias de los disturbios del sueño varían
ampliamente. Una gran porción de la
investigación en medicina del sueño ha sido dedicada al impacto de los
desórdenes del sueño (por ejemplo, insomnio, apnea obstructiva del sueño) sobre
la salud cardiovascular y neurológica. Esto ha llevado a que los efectos de los
desórdenes del sueño sobre otros sistemas sean explorados con menos detalles.
La glándula tiroides produce dos hormonas
principales, tiroxina (T4) y triyodotironina (T3), las cuales afectan numerosos
procesos fisiológicos en el cuerpo, incluyendo el mantenimiento de la
temperatura corporal, la digestión y funciones vitales como la frecuencia
cardiaca y la respiración. Los síntomas que se desarrollan debido a la
producción inadecuada de estas hormonas varían en severidad dependiendo de la
causa de la disfunción tiroidea. El hipotiroidismo generalmente es causado por
baja actividad de la glándula tiroides y afecta aproximadamente al 5% de la
población. El hipertiroidismo, causado generalmente por sobre actividad de la
tiroides, afecta aproximadamente al 1% de la población. Ambas condiciones
usualmente son tratadas farmacológicamente con reemplazo de hormona tiroidea en
el hipotiroidismo, o bloqueando la producción o efecto (o ambos) del exceso de
hormona tiroidea en el hipertiroidismo. Aunque la disfunción tiroidea afecta
muchos sistemas del cuerpo, la relación entre desórdenes tiroideos y sueño aún no es bien entendida. Dado que los
desórdenes del sueño raras veces se presentan como único síntoma de la disfunción
tiroidea, es importante considerar la relación entre función tiroidea y sueño
en los pacientes con desórdenes tiroideos.
El hipertiroidismo, definido como la
presencia de actividad aumentada de la glándula tiroides y la tirotoxicosis son
causas comunes y bien conocidas de
disfunción del sueño. A menudo, los disturbios del sueño asociados a
hipertiroidismo son causados por características hiperquinéticas del desorden.
Un estudio con pacientes con enfermedad de Graves, la causa más común de
hipertiroidismo, sugiere que los elevados niveles de hormona tiroidea están
asociados con varios componentes de disfunción del sueño, incluyendo latencia
prolongada, dificultad para mantener el sueño y excesiva somnolencia diurna.
Específicamente, los cambios mediados por hormona tiroidea en el apetito, los
movimientos intestinales y el incremento de la ansiedad están asociados con la
latencia del sueño significativamente prolongada. Adicionalmente, los pacientes
con temblor causado por elevados niveles de hormona tiroidea tienen una marcada
dificultad para mantener el sueño. Los estudios recientes demuestran una
correlación directa entre niveles de hormona estimulante de la tiroides (TSH),
T3 y T4 y la severidad de los síntomas
del insomnio.
El hipertiroidismo puede causar también
condiciones de ansiedad o depresión, las cuales pueden alterar el sueño. Un estudio en la India con pacientes con
enfermedad de Graves y comorbilidad psiquiátrica incluyendo ansiedad
generalizada y desorden
obsesivo-compulsivo, reporta insomnio e irritabilidad. La medicación con
drogas anti-tiroideas mejoró significativamente los síntomas de insomnio,
irritabilidad y ansiedad. Estos hallazgos apoyan la idea que los desórdenes del
sueño y los problemas psiquiátricos están asociados con excesiva actividad de
la glándula tiroides y que el tratamiento de la disfunción tiroidea puede mejorar o resolver los síntomas
psiquiátricos asociados.
El hipotiroidismo, definido como la
producción disminuida de hormonas tiroideas,
puede afectar la calidad del sueño. Aunque ninguna conexión bioquímica
ha sido establecida hasta ahora entre hipotiroidismo e insomnio, algunos
estudios demuestran una relación entre hipotiroidismo subclínico no tratado y
pobre calidad del sueño. Las personas con bajos niveles de hormonas tiroideas o
con hipotiroidismo subclínico generalmente tienen prolongada latencia del sueño, duración más corta del
sueño y menor satisfacción con su calidad de sueño en comparación con
individuos eutiroideos. Una posible razón por la cual puede co-ocurrir
hipotiroidismo e insomnio es porque los síntomas asociados con deficiencia de
hormona tiroidea pueden contribuir al insomnio. Por ejemplo, la baja actividad
de la glándula tiroides está asociada con dolor muscular y articular,
intolerancia al frío y aumento de la ansiedad. Estos síntomas pueden contribuir
a la deficiencia de sueño. Un gran número de comorbilidades médicas están
asociadas con un alto riesgo de insomnio. Por tanto, si la deficiencia de
hormona tiroidea no causa directamente insomnio, el amplio rango de síntomas
asociados con disfunción tiroidea puede fácilmente exacerbar las dificultades
de sueño y reducir la capacidad de las personas para activar un sueño de buena
calidad.
La apnea obstructiva del sueño (AOS) es otro
desorden con muchas causas que afecta a una gran porción de la población
general. Un estudio reciente reporta que entre los adultos con edades entre 30
y 60 años, la prevalencia de AOS es de 9% para mujeres y 24% para hombres.
Aunque la disfunción tiroidea generalmente no se encuentra entre las causas
primarias de AOS, los estudios demuestran una asociación significativa entre
hipotiroidismo y AOS. Los pacientes obesos con y sin disturbios del sueño
muestran una mayor prevalencia de hipotiroidismo entre los pacientes referidos
a las clínicas de sueño. Los estudios apoyan la hipótesis que el hipotiroidismo
puede contribuir a la AOS. Sin embargo, los mecanismos fisiopatológicos
específicos se mantienen relativamente elusivos. Varios estudios describen
algunos mecanismos mediante los cuales el hipotiroidismo puede estar asociado
con los síntomas de AOS. Por ejemplo,
algunos pacientes con hipotiroidismo pueden tener aumento de tamaño de
la glándula tiroides que causa obstrucción de las vías aéreas superiores. El
hipotiroidismo también puede alterar la ventilación y la función de los
músculos respiratorios.
La terapia de reemplazo con T4 mejora los
síntomas de AOS en algunos pacientes. Este hallazgo ha sido corroborado por
varios estudios que demuestran que la terapia con hormona tiroidea puede
disminuir (o en algunos casos, eliminar completamente) los episodios apnéicos y
la desaturación de oxígeno arterial, mejorando la satisfacción y eficiencia del
sueño. Sin embargo otros estudios indican que aunque el hipotiroidismo puede
ser un contribuyente, si no causa, de AOS para algunos pacientes, la mayoría de
pacientes con AOS tienen función tiroidea normal o no tienen mejoría en los
síntomas del sueño con la terapia
tiroidea. En efecto, muchos estudios demuestran que los niveles de TSH y T4 no
son significativamente diferentes entre pacientes con moderada o severa AOS, sugiriendo que los niveles de hormonas
tiroideas no necesariamente son un marcador de la severidad de la AOS. Otro
estudio con pacientes con AOS severa reporta que 10,4% de los pacientes tenían
síndrome de enfermedad no tiroidea, definido como niveles normales de TSH y T4,
mientras 8% de los pacientes tenían hipotiroidismo subclínico definido por
niveles elevados de TSH y niveles normales de T4.
Estos estudios arrojan luces a la relación
entre hipotiroidismo y AOS, pero también ponen de manifiesto la heterogeneidad
de causas y factores contribuyentes que pueden influir en los síntomas de los
pacientes. Aunque muchos estudios apoyan la hipótesis que la AOS está asociada
con disfunción tiroidea, el nivel de disfunción tiroidea no parece predecir la
severidad de la AOS, la cual puede tener efectos sobre los niveles de hormonas
tiroideas. Actualmente, el mecanismo exacto que subyace a la relación entre
AOS y función de la glándula tiroides no está claro.
Un ejemplo bien conocido de disfunción tiroidea
que contribuye a los disturbios del
sueño es el incremento en el riesgo de síndrome de piernas inquietas (SPI). Las
personas con SPI tienen una sensación no placentera en sus piernas o el cuerpo
cuando están en reposo. Los síntomas de SPI comúnmente ocurren cuando una
persona trata de dormir y pueden provocar insomnio y disfunción del sueño. Condiciones
con altos niveles de hormonas tiroideas (por ejemplo, embarazo, enfermedad de
Graves) también están asociadas con una mayor prevalencia de síntomas de SPI.
La fisiopatología exacta del SPI aún está
siendo investigada. Varios estudios proponen la hipótesis que el sistema
dopaminérgico tiene un rol importante en vista de la efectividad de agonistas
de la dopamina contra los síntomas de SPI. Otros estudios sugieren que los
elevados niveles de hormonas tiroideas pueden ser un estímulo para los síntomas
de SPI como temblor, estados hiperquinéticos e insomnio. Los hallazgos de estos
estudios apoyan la idea que el hipertiroidismo y el hipotiroidismo pueden
exacerbar los síntomas de SPI aunque no necesariamente son los disparadores
primarios del desorden.
Los síntomas del SPI son más prevalentes en
pacientes con hipotiroidismo que en personas con función tiroidea normal.
Adicionalmente, los pacientes que tenían hipertiroidismo antes de su
hipotiroidismo, lo cual puede ocurrir en procesos autoinmunes como la
tiroiditis de Hashimoto, tienen considerablemente más síntomas de SPI en
comparación con los pacientes con hipotiroidismo que no han tenido previamente
hipertiroidismo. Por otra parte, los pacientes con SPI que posteriormente
presentan enfermedad de Graves tienen un agravamiento de los síntomas del SPI
durante el estado hipertiroideo. Aunque la disfunción tiroidea no parece ser
una causa directa de SPI, está demostrado que afecta los síntomas de SPI. Por
tanto, los niveles de hormonas tiroideas son un potencial factor de riesgo para
SPI y los clínicos deben considerar
corregir las anormalidades tiroideas para minimizar los síntomas de SPI y sus
efectos sobre el sueño.
En conclusión, la disfunción tiroidea puede
contribuir a la diversidad de síntomas que involucra a casi todos los sistemas
en el cuerpo. Aunque la evidencia actual sugiere que los niveles de hormonas
tiroideas no son marcadores de disfunción del sueño, la disfunción tiroidea no
tratada puede afectar la capacidad de
una persona para lograr un sueño saludable y placentero. Por otra parte, si
bien la disfunción del sueño no está entre los síntomas más comunes que los
clínicos asocian con los desórdenes tiroideos, las disfunciones tiroidea y del
sueño comúnmente co-ocurren. Por tanto, los clínicos deben tener en mente esta
asociación cuando tratan pacientes con disfunción tiroidea y desórdenes del
sueño.
Fuente: Green ME
et al (2021). Thyroid dysfunction and sleep disorders. Frontiers in
Endocrinology 12:725829.
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