La importancia de la leptina para la reproducción
La disponibilidad
de alimentos es considerada el factor ambiental más importante que influye en
la reproducción de los mamíferos. La reproducción saludable requiere una
nutrición adecuada para que los eventos de maduración y el desarrollo de los
caracteres sexuales secundarios se lleven a cabo en el tiempo apropiado. La
nutrición materna es requerida para ciclos reproductivos normales que promuevan
el desarrollo de gametos femeninos saludables y preparar a la mujer para el
embarazo y la lactancia. La adecuada
nutrición también es importante para la receptividad uterina y para asegurar
que el espermatozoide pueda alcanzar un oocito viable. La deficiencia
nutricional resulta en reducción de la liberación de hormona luteinizante (LH)
en respuesta a la estimulación por hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH).
En animales, cuando la reproducción ocurre a pesar de la privación nutricional,
las consecuencias iniciales son una reducción en el número y/o tamaño de las
crías. La deficiencia nutricional severa inhibe la reproducción y la
supervivencia inmediata del animal se vuelve prioritaria sobre la reproducción.
Para responder a los retos nutricionales,
las señales metabólicas llevan información al eje hipotálamo-hipófisis-gónada
(HHG) sobre el estatus energético. Una de las señales más poderosas es la
leptina, el producto de 167 aminoácidos del gen Lep (anteriormente conocido
como ob) aislado en 1994 por Zhang y colaboradores. La leptina tiene la
distinción de ser el único biomarcador conocido de adiposidad y sus niveles
circulantes están en proporción lineal con la masa grasa. El primer rol
reconocido de la leptina fue enviar una señal de retroalimentación negativa al
cerebro cuando los depósitos de energía son adecuados, resultando en
disminución de la ingesta de alimentos e incremento en el gasto de energía. Sin
embargo, los estudios de animales que son deficientes en leptina revelan que la
leptina también juega un rol dinámico en la reproducción.
Los estudios en humanos y roedores han
demostrado que la transcripción y secreción de leptina en los adipocitos puede
ser estimulada por dexametasona y otros glucocorticoides y agonistas del
receptor activado por proliferador de peroxisomas-gamma (PPARγ). La leptina es
inhibida por catecolaminas, ácidos grasos libres y hormonas tiroideas. Los
estudios de ratas reportan que la glucosa y la insulina son estimuladores. La
secreción de leptina por adipocitos de ratas machos es estimulada por señales
de nutrientes, incluyendo sustratos glucolíticos (glucosa, fructosa o
piruvato). Adicionalmente, el aminoácido L-glutamato estimula la leptina,
mientras L-aspartato, L-valina, L-metionina y L-fenilalanina potencian la
acción de la glucosa. La L-leucina es estimuladora solamente en presencia de
glucosa.
Estudios en el tejido adiposo de humanos
adultos, varones o hembras, reportan que la hormona estimulante de la tiroides
(TSH) estimula la leptina regulando directamente a los adipocitos. Sin embargo,
esos estudios no reportan estimulación por prolactina, adrenocorticotropina
(ACTH), hormona folículo-estimulante (FSH) o LH. Como parte de su función
lipolítica, la hormona de crecimiento reduce la expresión del gen Lep y la
secreción de leptina en adipocitos de bovino o rata. Con respecto a la
regulación por hormonas reproductivas, los niveles aumentados de estradiol se
correlacionan con aumentos plasmáticos de leptina en mujeres y roedores hembras
y el tratamiento con estrógenos estimula la leptina plasmática. Por el
contrario, los andrógenos inhiben la expresión de leptina. El tratamiento con
testosterona reduce los niveles de leptina en hombres adultos.
El receptor de la leptina (LEPR), un
producto del gen Lepr y miembro de la familia de receptores citoquina clase I,
tiene seis isoformas, las cuales pueden ser expresadas en diferentes
proporciones dependiendo del tipo de célula y la especie. Las isoformas LEPR a,b.c,d,f tienen idénticos
dominios extracelular y transmembrana, pero difieren en la longitud del
fragmento intracelular. Las isoformas cortas (LEPRa,c,d,f) tienen 30-40
residuos y un C-terminal único, sugiriendo roles idénticos. La isoforma LEPRa
es ampliamente expresada y puede facilitar la transferencia de leptina a través
de la barrera hematoencefálica. La isoforma LEPRe es soluble, secretada en la
circulación sanguínea y puede transportar leptina regulando su
biodisponibilidad. El LEPR forma dímeros u oligómeros y puede heterodimerizarse
en presencia o ausencia de leptina. Los LEPR están distribuidos
intracelularmente en las células que son blancos de la leptina, con solo 10-20%
de receptores en la superficie extracelular y el resto de moléculas en retículo
endoplásmico, trans-Golgi y endosomas, las cuales están disponibles para
reciclar los receptores de la membrana plasmática cuando sea necesario.
La ruta de señalización de la leptina, activada
por la isoforma larga LEPRb, mejor caracterizada es la Janus quinasa
(JAK)/señal transductor y activador de la
transcripción (STAT 3 y STAT5). La proteína STAT5 ha sido implicada en la
competencia reproductiva. Sin embargo, la ablación de STAT5 y/o STAT3 en las células que expresan
LEPR resulta en inicio normal de la pubertad, ciclicidad y fertilidad,
sugiriendo que las células del eje HHG procesan la señal leptina a través de
múltiples rutas de señalización. Estas rutas de señalización de la leptina
involucran a la proteína quinasa activada por mitogeno (MAPK)/quinasa regulada
por señal extracelular (ERK) ½, a la fosfoinositol 3 quinasa (PI3K), al blanco
de rapamicina de mamíferos (mTOR) y/o óxido nítrico (NO).
La leptina opera en un estrecho rango de
concentración y los elevados niveles de leptina, que se observan en la
obesidad, a menudo son acompañados por resistencia a la señal leptina. Este
evento multifactorial se centra grandemente en
el tráfico y señal del LEPR e involucra inhibición por retroalimentación
vía supresor de señal de citoquina 3 (SOCS3), proteína tirosina fosfatasa 1B y
T-cell PTP. La expresión de estos reguladores negativos es elevada en el
hipotálamo de animales obesos. La alteración de SOCS3 provoca un aumento de las
acciones de la leptina y atenuación de la resistencia a la leptina en modelos
de obesidad inducida por dieta.
La producción de leptina, además de los
adipocitos, ha sido detectada en numerosos órganos. La variación en los niveles
de leptina puede reflejar la secreción diferencial de estos órganos, o una
regulación diferencial de los adipocitos. Sin embargo, hasta el presente
ninguna función extra-adipocitos de la leptina ha sido reportada. La ablación
de leptina de los adipocitos resulta en niveles plasmáticos de leptina
indetectables en ratones neonatos y adultos. Por el contrario, los ratones que
carecen de leptina solo en las células somatotropas de la hipófisis no muestran
disminución en la leptina plasmática. Estos hallazgos puntualizan a los
adipocitos como la principal, sino la única, fuente de leptina circulante y son
consistentes con la estrecha asociación entre leptina circulante y adiposidad.
La asociación entre el incremento prepuberal
en los depósitos de grasa y el inicio de la pubertad originalmente sirvió de
soporte a la hipótesis que la señal leptina es vital para el inicio de la
pubertad. Los reportes que la leptina acelera la pubertad sugerían que la
leptina podía ser el blanco metabólico primario, pero ante la falta de correlación entre los niveles plasmáticos
prepuberales de leptina y el inicio de la pubertad en roedores o primates
normales se descartó esa hipótesis. Sin embargo, hay evidencia de un aumento de
leptina durante el tercer trimestre del embarazo en el feto humano o
postnatalmente en roedores. Los estudios demuestran que este aumento en la
leptina neonatal no coincide con un incremento en la masa grasa y no está
relacionado con la regulación del apetito. Durante este período del desarrollo,
la leptina no inhibe la ingesta de alimentos y el aumento de la leptina es
crítico porque en los ratones con deficiencia de leptina, la restauración de la
maduración y el desarrollo por la leptina ocurre solo si es administrada
durante el período neonatal. Los estudios puntualizan la importancia de la
señal leptina tempranamente en el desarrollo para la función metabólica y
reproductiva en el adulto.
Los estudios que manipulan el pico neonatal
de leptina reportan que puede ser alterado por la nutrición materna deficiente o la
administración de antagonistas de la leptina con diversas consecuencias,
incluyendo la inadecuada formación de redes hipotalámicas en la alimentación y
respuestas metabólicas disfuncionales. La nutrición materna deficiente bloquea
el pico neonatal de leptina, lo cual resulta en efectos perjudiciales para la
salud metabólica de las crías. La progenie exhibe sensibilidad a una dieta rica
en grasas. Los investigadores encontraron que el bloqueo o la alteración del
pico neonatal de leptina disminuyen el crecimiento testicular y los niveles de
FSH en ratas machos y el crecimiento ovárico y los niveles de FSH en las
hembras. El inicio de la pubertad fue retardado en ambos sexos y la cantidad
de folículos ováricos primordiales
reducida en las hembras. Hubo efectos
dependientes de sexo sobre el desarrollo de los circuitos hipotalámicos que
regulan la reproducción (especialmente la red kisspeptina).
La señal leptina ha sido implicada como
regulador positivo de la pubertad. En monos machos, cuando el tiempo de inicio
de la pubertad es definido por los pulsos nocturnos de LH, los estudios
demuestran que los niveles nocturnos de leptina aumentan significativamente
antes del inicio de la pubertad con un incremento gradual en los niveles de
hormona de crecimiento (GH) y factor de crecimiento similar a insulina-1
(IGF-1). Los investigadores sugieren que la leptina estimula el eje GH-IGF-1,
el cual a su vez estimula a la GnRH y la LH. La secreción nocturna de leptina
también aumenta durante el desarrollo puberal en ratas hembras. Los estudios de
secreción de leptina durante el desarrollo postnatal y peripuberal puntualizan
la importancia del tiempo y la amplitud nocturnos como mecanismos que usa la
leptina para permitir el desarrollo de la competencia reproductiva del adulto.
En humanos adultos hay notables diferencias
de sexo en las concentraciones plasmáticas de leptina comenzando en el período
peripuberal. En varones, comenzando a los 10 años de edad hay un declive de
leptina plasmática durante la pubertad. Las mujeres con peso normal (índice de
masa corporal<30) tienen niveles de leptina promedio de 23,5±1,5 ng/ml con
un rango entre 4,7 y 46 ng/ml. Por el contario, en los hombres con peso normal,
el promedio es de 9±0,83 ng/ml con un rango de 2,565 a 20,7 ng/ml. Los niveles
promedio de leptina en mujeres están cercanos a los niveles de hombres obesos
(29±1,5 ng/dl). Esta diferencia se debe a los esteroides sexuales, los
estrógenos estimulan la liberación de leptina por los adipocitos mientras los
andrógenos inhiben la liberación de leptina. Esta asociación negativa entre
leptina y niveles de testosterona en hombres refleja la influencia inhibidora
de los andrógenos y explica la reducción peripuberal en la leptina plasmática
en los varones.
En las mujeres, la secreción de leptina no
solo es mayor que en los hombres sino que también presenta variaciones cíclicas
con un incremento de 14,9 ng/ml en la fase folicular temprana a 20,4 ng/ml en fase luteal media del ciclo
menstrual. Hay también una sincronía entre la leptina nocturna y los pulsos de
LH en las mujeres con ciclos menstruales normales. Esta sincronía de la leptina
con los pulsos de LH y estradiol se observa mejor en la noche y apoya la
hipótesis que la leptina regula las oscilaciones de LH y estradiol. No está
claro porque la leptina no se correlaciona con altos niveles de FSH. Por otra
parte, es significativo que los niveles de leptina son menores en los ciclos
anovulatorios, lo cual puntualiza la necesidad del desarrollo normal de los
folículos ováricos para producir estrógenos.
Las neuronas en el núcleo premamilar ventral
(PMV) del hipotálamo forman una ruta estimuladora, mediada por leptina, de las
neuronas kisspeptina, las cuales a su vez estimulan las neuronas GnRH. Este
hallazgo demuestra la importancia de las neuronas del núcleo PMV como blancos
de la leptina para la estimulación de las neuronas kisspeptina en los núcleos
anteroventral periventricular (AVPV) y arqueado caudal del hipotálamo y la regulación
del desarrollo puberal, los ciclos menstruales y el embarazo. Los
neurotransmisores en las neuronas PMV potenciales reguladores de esta
regulación mediada por la leptina son: el polipéptido activador de la adenil
ciclasa de la hipófisis (PACP), el glutamato y el óxido nítrico. El PACAP
regula la ingesta de alimentos y la liberación de gonadotropinas. La leptina
normalmente inhibe las neuronas orexigénicas AgRP-NPY-GABAergicas en el núcleo
arqueado. Cuando la señal leptina es reducida (por ejemplo, por privación de
alimento), estas neuronas inhiben la expresión de kisspeptina en el AVPV y el núcleo arqueado caudal. Esta
acción en última instancia inhibe las neuronas GnRH y modulan la actividad
pulsátil de la secreción de gonadotropinas.
Múltiples estudios in vivo reportan que la
leptina modula la expresión y/o secreción de gonadotropinas. Por ejemplo, la administración
de leptina restaura la secreción de LH en ratones, ratas y monos en ayuno y
normaliza los niveles de hormonas reproductivas en niños prepuberales con
deficiencia de leptina, así como también en hombres adultos y mujeres con
amenorrea. Los estudios in vitro demuestran que la leptina estimula la
secreción de LH. La leptina estimula las células gonadotropas de la hipófisis
para producir proteínas GnRHR y mARN de Fshb y activina. La leptina también
estimula la traslación de las proteínas GH y GHRHR para apoyar la función de
las células somatotropas.
Diversos estudios demuestran que los ovarios
están entre los órganos que contienen los más altos niveles de mARN de Lepr.
Los altos niveles de leptina inhiben la secreción de esteroides estimulada por
gonadotropinas en una acción conjunta con factores de crecimiento (IGF-1 o
factor de crecimiento transformante α (TGF-α)) o insulina. Los altos niveles de
leptina también inhiben el crecimiento folicular estimulado por FSH y reducen
el número de oocitos ovulados en ratas. En humanos, concentraciones de 50 a 200
ng/ml de leptina también disminuyen el número de folículos y reducen la
maduración de oocitos. Sin embargo, los estudios más recientes con modelos in
vivo e in vitro y con un rango de dosis de leptina descubrieron efectos
bifásicos de la leptina sobre las células blanco en el ovario. Todas las
células foliculares del ovario tienen LEPR y los niveles fisiológicos de
leptina estimulan células granulosas y tecales y la maduración de oocitos. Los
niveles fisiológicos de leptina conjuntamente con factores de crecimiento
(IGF-1), GH y FSH, promueven el desarrollo de folículos al estado antral. La
leptina, conjuntamente con la LH, también promueve la maduración de oocitos y
la ovulación. Los niveles de leptina aumentan en asociación con el aumento de
estradiol por los folículos (células granulosas), pues el estradiol estimula la
secreción de leptina por los adipocitos. La leptina también actúa con la LH y
factores de crecimiento para promover la meiosis del oocito y la formación del
cuerpo polar. Entonces, la leptina amplifica las acciones de FSH, LH y GH o
IGF-1 sobre la maduración y secreción folicular
y la maduración de oocitos. En ratones, las bajas concentraciones de
leptina incrementan la producción de esteroides ováricos estimulada por LH o
FSH y las altas concentraciones disminuyen el crecimiento folicular. La leptina
también estimula la progresión meiótica de oocitos de bovino en una
concentración de 12,5 ng/ml pero inhibe la progresión en 100 ng/ml.
Los estudios sobre los mecanismos que
subyacen las acciones de la leptina en los ovarios muestran efectos bifásicos
en la regulación de Lepr, la producción de progesterona y la estimulación de
STAT3 y MAPK (en concentración de 3-10 ng/nl). Los estudios in vivo en ratas
demuestran que la leptina aumenta la ovulación, incrementa la fosforilación de STAT3,
MAPK y disminuye la proteína inhibidora SOCS3. Más ejemplos de acciones
bifásicas de la leptina han sido reportados en múltiples especies. En humanos,
una baja concentración de leptina (1-10 ng/ml) estimula la secreción de
estradiol y progesterona por las células granulosas, mientras una alta
concentración de leptina la inhibe. En ratones, 10 ng/ml pero no 100 ng/ml de
leptina estimulan la degradación de la vesícula germinal y la aparición del
primer cuerpo polar. En los complejos cumulus-oocito de conejos, los niveles
fisiológicos de leptina estimulan un incremento en oocitos en metafase II, acción que es bloqueada por inhibidores de la ruta
JAK/STAT o MAPK.
El tratamiento con leptina de ratones ob/ob
eleva los niveles plasmáticos de FSH, incrementa el peso de testículo y
vesícula seminal y la cantidad de espermatozoides. En el hombre, la leptina es
estimuladora antes de la pubertad. En monos machos, los niveles plasmáticos de
leptina se correlacionan con los pulsos nocturnos de LH en la pubertad. En esencia,
en numerosas especies, muchos estudios del desarrollo de la pubertad en machos
indican que la leptina es permisiva y estimuladora a nivel de hipotálamo e
hipófisis. Los niveles de leptina en hombres adultos normales presumiblemente
son limitados por los andrógenos, lo cuales inhiben la secreción de leptina por
los adipocitos. Esto es un hecho fortuito porque la leptina inhibe la función
testicular si los niveles plasmáticos aumentan por arriba de cierto umbral. Con
respecto a las células de Leydig, los estudios demuestran que los altos niveles de leptina (por ejemplo, en obesidad)
inhiben la secreción de testosterona mediada por gonadotropinas. La supresión
de testosterona se acompaña con una reducción en androstenediona y un aumento
en metabolitos de progesterona y pregnenolona.
Después de un reporte que demostraba que la
leptina circulante pasa la barrera hemato-testicular y pasa a los túbulos
seminíferos en ratones, los investigadores estudiaron las acciones de la
leptina sobre espermatogonias, espermatocitos y células de Sertoli. Un reporte
demuestra que la leptina altera el desarrollo de los espermatozoides y los
elementos de la barrera hemato-testicular (reduce las proteínas de las uniones
estrechas: ocludina, claudina 5 y zónula occudins-1) en ratones. Las acciones
sobre las proteínas de las uniones estrechas también puntualizan las
interacciones de la leptina con las células de Sertoli, las cuales forman las
uniones estrechas y la barrera hemato-testicular. Las células de Sertoli son
vitales para el soporte físico y nutricional de la espermatogénesis,
produciendo acetato a partir de glucosa. La concentración fisiológica de
leptina incrementa las proteínas transportadoras de glucosa, indicando una ruta
por la cual la leptina puede mantener la espermatogénesis. Sin embargo, con los
niveles de obesidad, la leptina disminuye de una manera dosis dependiente la
producción de acetato, sugiriendo que los altos niveles de leptina alteran el
soporte nutricional de las células de Sertoli para la espermatogénesis.
En conclusión, la leptina actúa en un rango
de concentración relativamente estrecho: niveles muy altos o muy bajos
comprometen la fertilidad. El tiempo de la señal leptina es importante para el
desarrollo prepuberal en ambos sexos. En el cerebro, la leptina actúa sobre las
neuronas del núcleo PMV, las cuales a través de las neuronas kisspeptina
estimulan la liberación de GnRH. La supresión de neuronas kisspeptina ocurre
cuando las neuronas AgRP son activadas por reducción de leptina, porque la leptina
normalmente suprime la actividad de estas neuronas orexigénicas. En la
hipófisis, la leptina estimula la producción de receptores de GnRH y FSH. En
las hembras, el aumento de estrógenos estimula un incremento en los niveles
plasmáticos de leptina, los cuales alcanza un pico en la mitad del ciclo
menstrual en sincronía con los pulsos nocturnos de LH. La leptina, en el rango
normal de niveles plasmáticos (10-20 ng/ml) conjuntamente con gonadotropinas y
factores de crecimiento promueven las funciones de las células granulosas y
tecales del ovario y la maduración de oocitos. En varones, el aumento
prepuberal de leptina promueve el desarrollo testicular. Sin embargo, una
disminución de los niveles de leptina en la pre-pubertad aumenta los niveles de
andrógenos que inhiben la secreción de leptina por los adipocitos. En hombres
adultos, los niveles de leptina corresponden a 10-50% de los niveles de las mujeres, pero los altos
niveles de leptina inhiben la función testicular. En condiciones de nutrición
balanceada la secreción de leptina es regulada en un rango estrecho de
concentración que optimiza sus efectos tróficos.
Fuente: Childs GV
et al (2021). The importance of leptin to reproduction. Endocrinology 162:
1-18.
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