Esteroides sexuales en la adolescencia
En las hembras, la
producción de estradiol (E2) estimula a los receptores de estrógenos (ER) en
los tejidos sensibles a estrógenos como mama, útero, tejido adiposo y huesos.
En varones, los esteroides sexuales predominantes, testosterona (T) y su
potente derivado dihidrotestosterona (DHT), estimulan receptores de andrógenos
(AR) en los tejidos y órganos sensibles a andrógenos, como pene, escroto, piel,
próstata y músculo esquelético. T y E2
circulan y ejercen acción fisiológica envarones y hembras, pero con
diferencias según el sexo en concentraciones absolutas y proporciones.
La pubertad fisiológica se inicia cuando
aumenta la liberación pulsátil de
hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) y se activa el eje
hipotálamo-hipófisis-gónada (HHG). El eje HHG es activado transitoriamente en
el desarrollo neonatal y la infancia temprana (mini pubertad) durante la cual
las gonadotropinas y las hormonas sexuales aumentan hasta alcanzar niveles correspondientes a los niveles de la
pubertad, disminuyen después de aproximadamente
de tres meses y se mantienen bajos hasta la pubertad. En los prepúberes
hay acción de los esteroides sexuales, pero en niveles menores que en la pubertad.
La pubertad en varones y hembras comienza con la reactivación del eje HHG. Las
gonadotropinas, hormona luteinizante
(LH) y hormona estimulante del folículo (FSH), liberadas por la hipófisis en la
circulación sistémica estimulan la producción de esteroides sexuales en las
gónadas. En los varones, la LH estimula las células de Leydig del testículo
para la liberación de T en la
circulación sanguínea. La T ejerce sus acciones a través del AR, pero también
es convertida en E2 por la enzima aromatasa en el tejido adiposo y en DHT por
la enzima 5α-reductasa en los órganos
sensibles a andrógenos. En las
hembras, la LH estimula las células tecales del ovario para producir T, la cual
es convertida en E2 por la aromatsa inducida por la FSH en las células granulosas.
El E2 se une a ER en los tejidos que responden a los estrógenos.
En varones y hembras, el eje HHG es activo a
través de la vida con tres períodos distintos: en la vida fetal (segundo y
tercer trimestres), en la mini pubertad y nuevamente en la pubertad, y en la
vida adulta. En mujeres adultas hay dos fases adicionales, el climaterio y la
postmenopausia. En varones, los niveles de T son importantes para la
androgenización del feto masculino, el descenso testicular en la gestación
tardía o la vida postnatal temprana y la virilización para asegurar el fenotipo
masculino adulto. Los desórdenes con secreción de T alterada se pueden
presentar en la vida fetal o infantil (como CHH,45,X/46,XY o 47,XYY) o en
condiciones con inicio precoz o retardado de la pubertad. La actividad del eje
HHG en la vida temprana durante la mini pubertad puede ser un indicador de la
actividad gonadal adulta.
La reactivación del eje HHG es el factor
clave para el inicio de los cambios puberales en el cuerpo. Esto estimula el desarrollo
de características sexuales secundarias y un crecimiento acelerado.
Tradicionalmente, el tiempo de la pubertad es considerado normal si el
desarrollo puberal se inicia entre los 8-13 años en las hembras y 9-14 años
para los varones. Sin embargo, la edad de inicio de la pubertad ha ido
disminuyendo globalmente en las últimas décadas. Factores genéticos,
ambientales y nutricionales son importantes en el tiempo de inicio de la
pubertad. Algunos neuropéptidos hipotalámicos influyen en el inicio de la
pubertad. La kisspeptina y la neuroquinina B son neuropéptidos con un efecto
estimulador en el tiempo de inicio de la pubertad, mientras la proteína
makorina 3 (MKRN3) inhibe la pubertad. Las mutaciones en el gen MKRN3 son la
causa más frecuente de pubertad precoz central familiar. Aunque los factores
genéticos juegan un rol importante en el inicio de la pubertad, no pueden
explicar la rápida disminución en la edad de la maduración sexual, la cual
puede ser debida a cambios en los factores ambientales y nutricionales.
Especialmente, el incremento en la tasa de obesidad en el mundo es considerado como un factor mayor para la
pubertad temprana. Sin embargo, la obesidad no explica el marcado desarrollo
temprano de las mamas en Dinamarca, donde un estudio ha sugerido que los
disruptores endocrinos químicos están involucrados.
El tiempo de los signos físicos de la
pubertad es evaluado con la escala de Tanner para vello púbico, desarrollo
genital y mamario. En varones, la pubertad se inicia con crecimiento
testicular, crecimiento de escroto, pene y vello púbico. 2-3 años después del
inicio de la pubertad ocurre la velocidad pico de crecimiento lineal, el cambio
de voz y la espermaquia. Este continuo es descrito en cinco estadios distintos
para el desarrollo genital (G1 a G5) y seis estadios para el desarrollo del
vello púbico (PH1 a PH6). En las hembras, los aspectos físicos de la pubertad
incluyen el desarrollo de las mamas y el vello púbico. Las hembras tienden a
tener un brote de crecimiento lineal en un estadio temprano de la pubertad,
mientras la menarquia es un marcador tardío de la pubertad. Este desarrollo
continuo es categorizado en cinco estadios distintos para el desarrollo mamario
(B1 a B5) y el desarrollo del vello púbico (PH1 a PH5). La telarquia precede a
la pubarquia en la mayoría de niñas caucásicas, mientras las niñas
afro-americanas tienden a entrar en la pubertad más tempranamente y a menudo
con la pubarquia como primer signo físico de la pubertad.
La acción de los esteroides sexuales en
bajas concentraciones estimula el crecimiento lineal en la pubertad y resulta
en un brote de crecimiento puberal cuya velocidad máxima ocurre algunos años
después del inicio de la pubertad, dependiendo del sexo. El incremento en los
niveles de esteroides sexuales estimula el crecimiento lineal a través de
efectos directos sobre la placa de crecimiento en las epífisis, pero también
indirectamente a través de la estimulación de la secreción de hormona de
crecimiento (GH) por la hipófisis, la cual a su vez estimula la liberación del
factor de crecimiento similar a insulina-I (IGF-I) por el hígado. Los
esteroides sexuales (primariamente el E2) en altas concentraciones también son
responsables del cierre de las epífisis y el cese del crecimiento lineal. La
pubertad precoz resulta en un alto pico de velocidad de crecimiento lineal,
pero también en un cierre temprano de las epífisis. Los sujetos que carecen de
acción de los estrógenos debida a mutación en el ER o deficiencia de aromatasa
(mutación CYP19) continúan creciendo y pueden terminar con gigantismo debido a
la falta de cierre de las epífisis. La exposición a esteroides sexuales del
cuerpo adolescente resulta en cambios marcados que provocan el fenotipo adulto
normal, dependiendo del tipo de exposición (estrógenos y/o andrógenos), el
nivel de esteroide y el tiempo. Los
cambios patológicos por la exposición a
esteroides sexuales se observan en desórdenes comunes de la pubertad como también
en enfermedades endocrinas raras. La acción demasiado temprana de los
esteroides sexuales se observa en la pubertad precoz y sus variantes. La acción
demasiado tardía de los esteroides sexuales se observa en el retardo del
crecimiento y la pubertad. La exposición a demasiados esteroides sexuales puede
resultar en virilización en las hembras debido al exceso de andrógenos, (por
ejemplo, hiperplasia adrenal congénita (CAH) y síndrome de ovarios
poliquísticos (PCOS)) o feminización (ginecomastia) en los varones debido al
exceso de estrógenos. La acción demasiado poca de los esteroides sexuales se
observa en niños con hipogonadismo hipogonadotrópico (HH), defectos en la
síntesis de esteroides sexuales o insuficiencia gonadal prematura (POI), por
ejemplo, debida a síndrome de Turner (45,X) en hembras así como anorquia o síndrome de Klinefelter (47, XXY) en varones.
El tratamiento con esteroides sexuales exógenos altera la apariencia física y puede
ser usado como herramienta en la reducción de la estatura final o puede ser
parte de la terapia hormonal en adolescentes con disforia de género.
La pubertad precoz (PP) tradicionalmente es
definida por signos clínicos de la pubertad antes de los 8 años de edad en
hembras y antes de los 9 años en varones. La PP es más frecuente en hembras que
en varones en una proporción de 10:1. La PP no tratada puede causar una
estatura final más corta y está asociada con distrés psicológico, bajo nivel
educacional y alteraciones conductuales como abuso del alcohol. La PP puede ser
dividida en dos tipos: dependiente de GnRH (central) o independiente de GnRH
(periférica). El tipo más común es la PP
central causada por activación de hipotálamo e hipófisis y reconocida por un
incremento en los niveles plasmáticos de LH, FSH y esteroides sexuales. La PP
periférica es causada por la producción de cantidades suprafisiológicas de
esteroides sexuales en glándulas endocrinas o tumores. Los pacientes con PP
periférica presentan altos niveles sanguíneos de esteroides sexuales pero con
supresión de gonadotropinas y sin activación central. La PP central es a menudo
benigna y sin causa orgánica. Esto se conoce como PP central idiopática aunque
también puede ser causada por patologías cerebrales como hamartomas y tumores
cerebrales benignos o malignos. La PP periférica se observa en enfermedades
como CAH de inicio tardío, tumores de células granulosas, testotoxicosis o
síndrome de McCune Albright. La razón para referir a un sujeto para evaluación
de PP a menudo es el desarrollo mamario, el crecimiento de vello púbico o
axilar y/o rápido crecimiento. La evaluación diagnostica de PP incluye historia
familiar, historia médica personal, examen físico con énfasis en la escala de
Tanner, evaluación del crecimiento, determinación de la edad ósea y medición de
esteroides sexuales y gonadotropinas.
La prueba diagnóstica estándar para la PP es
la prueba de estimulación con GnRH. Si la concentración pico de LH es >5 UI/L (o la relación LH/FSH >0,6)
con la estimulación con GnRH, el diagnostico de PP central es confirmado. En
niños de 1 a 3 años, los niveles de hormonas sexuales tienen que ser mayores
debido a la mini pubertad y el pico de LH debe ser >9 UI/L con la
estimulación con GnRH para confirmar el diagnóstico de PP central. La prueba con
GnRH no es necesaria, si los niveles basales de gonadotropinas están en el
rango puberal. La resonancia magnética (MRI) de cerebro puede ser indicada si
se sospecha alguna patología intracraneal, pero la incidencia de hallazgos
patológicos es baja y la MRI solo es indicada en ciertos grupos de riesgo. Por
ejemplo, niños con síntomas neurológicos (especialmente síntomas focales como
hemianopsia bitemporal por sospecha de
tumor en el área preóptica y la hipófisis).
El desarrollo prematuro de mamas o vello
púbico a menudo se debe a variantes auto-limitantes, como telarquia prematura
(PT) o adrenarquia prematura (PA), para lo cual no es necesario indicar
tratamiento. Sin embargo, el seguimiento clínico es importante para este grupo
de pacientes, pues tienen mayor riesgo de desarrollar PP central más tarde. La
PP central puede ser tratada con agonistas de la GnRH con el objetivo de
retardar el desarrollo puberal y asegurar la estatura máxima, pues las niñas
con PP central tienden a tener una talla final más corta debido la maduración temprana de los huesos. Los
agonistas GnRH a menudo son administrados en inyecciones depósito cada 1-3
meses, pero las inyecciones cada seis meses también son usadas. Los implantes
subcutáneos de 1 año con agonistas GnRH también resultan en una adecuada
supresión. El tratamiento de la PP periférica depende mucho de la causa. Los
tumores de células granulosas requieren remoción quirúrgica, mientras la CAH de
inicio tardío es un defecto en la síntesis de esteroides que requiere
tratamiento con hidrocortisona exógena. La testotoxicosis y el síndrome de McCune-Albright responden al tratamiento
con inhibidores de la aromatasa.
La acción/producción tardía de esteroides
sexuales se presenta más a menudo en varones que en hembras. La pubertad
retardada puede causar carencia de virilización/feminización y problemas de
fertilidad en la adultez así como problemas psicosociales y baja autoestima. En
varones, el retardo en el crecimiento es una forma común benigna de la pubertad
retardada, pero los síndromes subyacentes deben ser descartados. Por el
contrario, en las hembras con pubertad retardada hay que prestar mucha atención
porque a menudo tienen una condición patológica subyacente.
El hipogonadismo hipogonadotrópico congénito
(CHH) es causado por el mal funcionamiento, total o parcial, del eje HHG con o
sin anosmia o hiposmia asociada, debida a mutaciones genéticas. Los tumores
intracerebrales y los desórdenes en el área hipotálamo-hipófisis son causas
raras de CHH, pero el riesgo de craniofaringioma debe ser considerado, pues
este tumor de crecimiento lento se presenta con pubertad retardada como primer
síntoma en 19% de los casos. El hipogonadismo hipogonadotrópico funcional (FHH)
es una condición reversible y puede ser causada por insuficiencia nutricional,
hábitos de alimentación restrictivos, malabsorción, disponibilidad calórica
reducida o ejercicio excesivo. En las hembras adolescentes, los desórdenes de
la alimentación (anorexia, bulimia) o los deportes de élite son causas
frecuentes de amenorrea hipotalámica funcional (FHA). Algunos estudios sugieren
que el estrés psicosocial podría disparar la FHA a través del incremento en los
niveles de cortisol, pero el impacto de este mecanismo es desconocido. El HH
debido a insuficiencia gonadal primaria se presenta en niñas con POI,
comúnmente causada por síndrome de Turner, y en varones con síndrome de
Klinefelter o anorquia. Estas condiciones pueden acompañarse con pubertad
retarda o ausencia de pubertad. El HH también puede ser secundario radioterapia
o quimioterapia gonadotóxica en las hembras, mientras los varones que reciben
terapia gonadotóxica iatrogénica experimentan baja fertilidad, pero los niveles
de esteroides sexuales generalmente son normales.
La evaluación diagnóstica de la pubertad
retardada incluye historia familia, historia médica, examen físico,
determinación de la edad ósea, pruebas bioquímicas incluyendo niveles de INSL3
(marcador de células de Leydig), FSH, LH, esteroides sexuales, IGF-1 y hormona
estimulante de tiroides (TSH). Si los niveles de gonadotropinas son bajos, la
segunda línea de evaluación puede incluir una prueba de GnRH y/o una prueba de
estimulación con gonadotropina coriónica humana (hCG) para determinar los
niveles pico de testosterona. Si se detecta CHH, se debe realizar MRI de
cerebro para descartar patología intracraneal. Si se detecta hipogonadismo
hipergonadotrópico, debe realizarse un cariotipo para determinar posibles
defectos cromosómicos.
En los casos de poca producción de esteroides
sexuales, los sujetos entran a la pubertad en el tiempo esperado pero los niveles y la acción de las hormonas sexuales
son subnormales. La acción demasiado baja de esteroides sexuales se observa en
pacientes con defectos en la síntesis de esteroides o con defectos en el AR (síndrome de
insensibilidad a andrógenos parcial (PAIS) o completa (CAIS)). Los varones con
PAIS presentan micropene, hipospadia y desarrollan ginecomastia debido a altos
niveles de E2 y desbalance T/E2. Los pacientes con CAIS virtualmente siempre se
identifican como hembras y desarrollan características sexuales secundarias
femeninas, aunque sus niveles plasmáticos de T y E2 están en un rango
masculino. Los defectos en la acción de los esteroides sexuales también se
observan en pacientes con deficiencia de
5α-reductasa. Esta deficiencia impide la conversión de T en DHT en los
tejidos sensibles a andrógenos y los individuos con este defecto a menudo se
presentan como hembras 46,XY. Los niños con desórdenes cromosómicos como 47,XXY
o 45,X/46,XY pueden tener diversos fenotipos. Las hembras con síndrome de
Turner se caracterizan por carencia parcial o completa de un cromosoma X,
causando baja estatura, hipogonadismo hipergonadotrópico, ausencia de pubertad
y problemas de fertilidad en la adultez. La mayoría de las hembras con síndrome
de Turner necesitan terapia de reemplazo hormonal para inducir la pubertad y
mantener las características sexuales secundarias en la adultez.
La finalidad del tratamiento con esteroides
sexuales para inducir la pubertad en adolescentes es asegurar la progresión y
el máximo potencial de crecimiento así como minimizar los efectos adversos.
Optimizar el tiempo de inicio de la terapia puede minimizar las consecuencias
psicosociales negativas. El tratamiento para la pubertad retardada depende de
la etiología, el sexo, la edad y la preferencia del paciente. Para pacientes
masculinos existen varias formulaciones de T que pueden ser usadas en este
tratamiento. Por ejemplo, enantato de testosterona intramuscular (dosis inicial
50 mg mensual con incremento progresivo de la dosis), undecanoato de
testosterona oral (dosis inicial 40 mg/día con incrementos graduales hasta 80
mg/día) o testosterona transdérmica (TD) (dosis inicial 10 mg cada día o cada
dos días con incrementos graduales), con monitoreo continuo de los signos
clínicos, la edad ósea y hormonas reproductivas. En las hembras con
hipogonadismo, la inducción de la pubertad puede hacerse con E2 natural
preferiblemente por parches TD. El estrógeno es metabolizado en el hígado, lo
cual se puede evitar con el tratamiento TD. El tratamiento se debe iniciar a
los 11-12 años de edad con una dosis baja TD (dosis inicial 6,25 µg en
aplicación nocturna), con incrementos en la dosis en un período aproximado de dos años hasta alcanzar niveles circulantes
apropiados de E2. Dos años después de iniciado el tratamiento, como tiempo
máximo, se agrega progestina.
Los desórdenes con exceso de andrógenos, en
las hembras, resultan en hirsutismo con un patrón “masculino” de crecimiento de
vello corporal y acné. En los casos con producción rápida y pronunciada de T,
ocurre virilización con agrandamiento del clítoris y voz grave. El hirsutismo
es resultado de un desbalance endocrino, adrenal u ovárico, y una causa común
es el PCOS. El exceso de producción adrenal de andrógenos también se observa en
la CAH de inicio tardío, una enfermedad autosómica recesiva de la corteza
adrenal usualmente causada por mutaciones en el gen CYP21A2. La alteración de
la biosíntesis de cortisol debida a la deficiencia de la enzima resulta en
altos niveles de ACTH que causan sobre estimulación de las glándulas adrenales
y, por tanto, exceso de la producción de andrógenos. Las causas raras de
producción de andrógenos son los tumores en ovario o en la glándula adrenal que
causan un rápido desarrollo de la virilización. El hirsutismo en las hembras
adolescentes a menudo causa distrés psicológico y dificultades sociales debidos
a estigmas culturales.
La ginecomastia es la inapropiada aparición
de tejido glandular mamario y es causada por un desbalance en la relación
andrógeno/estrógeno. Esto puede ser causado por niveles bajos de andrógenos o niveles elevados de estrógenos, pues los
andrógenos inhiben la proliferación de tejido mamario a través de AR mientras los estrógenos aumentan la proliferación vía
ER. La ginecomastia transitoria es un fenómeno fisiológico en varones que se
presenta en la mitad de la pubertad (estadios genitales 3-4) y desaparece en un
período de 6-24 meses. La ginecomastia persistente puede ser un signo de
niveles disminuidos de andrógenos como se observa en el síndrome de Klinefelter
o puede ser debida a defectos en la señal del AR como se observa en los varones
con PAIS.
La acción tardía de los esteroides sexuales
tiene consecuencias a largo plazo para la salud ósea. Los hombres con pubertad
retardada tienen mayor riesgo de osteopenia. La evidencia epidemiológica
reciente indica que la pubertad tardía está
asociada con incremento en el riesgo de asma, eczema, enfermedad intestinal
inflamatoria y desórdenes psiquiátricos (enfermedad bipolar, síndrome de fatiga
crónica, depresión). El tiempo de acción de los esteroides sexuales es clave.
El tiempo de la pubertad temprana o tardía en hembras y varones está asociado con mayores riesgos de
consecuencias adversas a través de
canceres y enfermedades cardio-metabólicas, ginecológicas/obstétricas,
gastrointestinales, musculoesqueléticas y neuro-cognitivas, aunque la
enfermedad crónica algunas veces puede ser la causa de la pubertad retardada.
En conclusión, los cambios en los niveles de
esteroides sexuales en la transición puberal resultan en cambios en el cuerpo y
la mente. La pubertad es reconocida como un período de inestabilidad y
vulnerabilidad emocional e inmadurez en la toma de decisiones, así como también
aceleración del crecimiento, desarrollo
de las características sexuales secundarias y ajustes psicomotores. Las
situaciones con muy poca acción de los esteroides sexuales se observan, por
ejemplo, en casos con síndrome de Turner, síndrome de Klinefelter o insensibilidad parcial o completa a los
andrógenos. La demasiada acción de los esteroides sexuales se puede observar en
pacientes con PCOS, CAH y ginecomastia. La acción tardía de los esteroides
sexuales causa retardo en el crecimiento y la pubertad, mientras la acción
temprana de los esteroides sexuales causa pubertad precoz. La acción demasiado
tardía de los esteroides sexuales se observa en el CHH y la actividad demasiado
temprana se observa en la PP central, telarquia prematura, adrenarquia
prematura, síndrome de McCune Albright y testotoxicosis.
Fuente: Hansen AB
et al (2021). Sex steroid action in adolescence: too much, too little; too
early, too late. European Journal of Endocrinology 184: R17-R28.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario