Gránulos de insulina
Los gránulos de
insulina de las células β de los islotes pancreáticos son organelos
intracelulares complejos que comprenden muchas proteínas con diferentes
actividades catalíticas y funciones de mensajero. Estos organelos subcelulares
tienen una morfología en micrografías electrónicas como una esfera de
aproximadamente 200-300 nm de diámetro que comprende una corteza cristalina de
insulina rodeada por un halo de material menos denso en una envoltura con
bicapa de fosfolípidos. El gránulo es más que un simple depósito de hormona en
la célula, es el sito de conversión proteolítica de proinsulina en
insulina. Esta estructura dinámica
también está involucrada en el transporte y la comunicación intercelulares a
través de la secreción de otras moléculas biológicamente activas. Alrededor de
10% de la población de gránulos se recambia cada hora durante la secreción
activa. Una contribución importante al conocimiento de la secreción de insulina
proviene de estudios de los gránulos, en particular la información sobre la
estructura y función de muchas proteínas de los gránulos.
La exclusividad de la presencia en las células β, hace que los gránulos de insulina
sean un blanco inmunogénico en la destrucción selectiva de células β mediada
auto-inmunológicamente que causa la diabetes tipo 1 (DT1). Hace tres décadas,
el diálogo entre fisiólogos, bioquímicos e inmunólogos resultó en la primera
evidencia de que los gránulos de insulina estimulan la autoinmunidad en los
islotes pancreáticos. Hasta entonces, los estudios inmunológicos en DT1 tenían
como foco de atención la insulina y la
proinsulina. La autoinmunidad de los gránulos mostró una mejor correlación con
el desarrollo de DT1 y la recurrencia de autoinmunidad de los islotes
pancreáticos y la pérdida de células β después del trasplante de islotes. Sin
embargo, la naturaleza de los componentes de los gránulos de insulina que
estimulan autoinmunidad de células T permanecía desconocida.
Un estudio reciente aporta conocimientos
sobre nuevos antígenos de los gránulos que son reconocidos por las células T.
Además de enzimas exclusivas de las células β e involucradas en el
procesamiento de proinsulina en insulina, otras proteínas asociadas con los
gránulos, presentes también en otros
tejidos endocrinos, son procesadas y presentadas por moléculas del complejo
mayor de histocompatibilidad (MHC) clase I y son reconocidas por células T CD8+
de individuos sanos y con DT1. Por otra parte, el análisis proteómico revela
blancos de la autoinmunidad de los islotes, incluyendo proteínas de los islotes
modificadas post-translacionalmente, péptidos híbridos que se unen a dos
proteínas diferentes de los islotes en epitopes y neoantígenos que resultan por
“splicing” alternativo o infidelidad ribosomal, creando proteínas completamente
nuevas que normalmente no son codificadas en el genoma de las células β. Todos
los tipos de proteoma de células β (nativo, modificado y neo) han demostrado
que actúan como blancos de células T. La naturaleza de los autoantígenos recién
identificados potencialmente es de relevancia en la DT1 dado que su
distribución está limitada a tejidos neuroendocrinos, lo cual garantiza futuros
estudios sobre la inmunopatogénesis de la DT1. Células similares a células T
han sido reportadas en islotes pancráticos inflamados de ratones NOD que pueden transferir diabetes
autoinmune experimental en ratones no diabéticos. Estos hallazgos en humanos y
ratones confirman a los gránulos de insulina como fuente de un amplio rango de
auto-antígenos e incorporan a las células T CD8+ como blancos que son
reconocidos por células CD4 y auto-anticuerpos.
Los gránulos de insulina, además de
proteínas, contienen otros ingredientes como esfingolípidos, incluyendo
sulfatides que contribuyen a la formación y estructura de los cristales de
insulina, los cuales poseen propiedades inmunogénicas y antiinflamatorias. Los
sulfatides son blanco de los anticuerpos islote-específicos y las células T
natural killer que unen los sistemas inmune innato y adaptativo. Los sulfatides
también poseen propiedades antiinflamatorias que pueden inhibir la
autoinmunidad de células T y potencialmente hacer a los gránulos menos
inmunogénicos. El metabolismo anormal de
los esfingolípidos de los islotes puede ser
corregido por el compuesto fenofibrate que representa una nueva
oportunidad terapéutica.
Los gránulos de insulina sirven como
mensajeros autoinmunes entre las células β y la sangre y también en el tráfico
de componentes de las células β hacia el exterior de la célula. Los macrófagos
residentes en los islotes están en contacto con las células β y los vasos
sanguíneos y tienen acceso directo a la luz de los vasos. Estos macrófagos
capturan a los gránulos de insulina intactos de las células β y presentan la
insulina a las células T. Por su naturaleza, los gránulos de insulina actúan como
complejos transportadores de haptenos que son fagocitados eficientemente por
los macrófagos. Los haptenos son pequeñas moléculas que provocan una respuesta
inmune solamente cuando están adheridos a un transportador como una proteína o
un organelo como los gránulos.
Los estudios recientes reportan que la
frecuencia de células T CD8+ circulantes no varía entre salud y enfermedad. Esto
puede reflejar parcialmente que las células T que reaccionan con los
neoantígenos de los islotes no son expresados en el timo y escapan a la
selección y formación del repertorio de células T que podría provocar la
tolerancia inmune central. Es importante hacer notar que los mecanismos
periféricos de tolerancia inmune también pueden regular la autoinmunidad de los
islotes pancreáticos. Esto es ilustrado por estudios sobre autoinmunidad de
células T en gránulos de insulina que
muestra una fuerte asociación con DT1. La función y actividad de las
células T son sometidas a inhibición por las células T reguladoras en
individuos sanos. La presencia de células T autoreactivas islote-específicas en
individuos sanos también podría explicar el desarrollo de DT1 en pacientes con
cáncer tratados con inmunoterapia que bloquea esta regulación inmune para
atenuar la inmunidad contra antígenos del tumor (inhibidores del “checkpoin”t
inmune como pembrolizumab y nivolumab).
¿Qué puede hacer que las proteínas de los
gránulos de insulina sean tan inmunogénicas? Primero, estas proteínas están
entre las más abundantes producidas por las células β. Esto hace que estén más
expuestas a la ruta de presentación MHC-I, especialmente considerando su alta
tasa de recambio, y por tanto son más proclives a desviaciones
transcripcionales y translacionales, situación que incrementa en condiciones de
estrés de células β. Segundo, varias de estas proteínas comparten una
característica clave con los antígenos primarios de los islotes: son proteínas
solubles producidas como precursores (prepro-proteínas) que forman proproteínas. Esto es seguido por
procesamiento enzimático, principalmente por proconvertasas, para dar origen a
sus productos bioactivos. Tercero, siguiendo la exocitosis de los gránulos, son
liberadas con la proinsulina a la circulación sanguínea, en su forma intacta o
degradada, y pueden ser tomadas por células dendríticas fuera del páncreas y
sensibilizar tejidos linfoides distantes.
En conclusión, el gránulo de insulina es más
que un depósito de hormona, es un organelo intracelular que comprende proteínas
con muchas actividades y funciones. Varias de estas proteínas son procesadas y
presentadas por moléculas MHC clase I y reconocidas por células T CD8+ en
individuos sanos y con DT1. Los hallazgos de los estudios en humanos y ratones
colocan a los gránulos de insulina como fuente de autoantígenos de los islotes
reconocidos por células T y anticuerpos. Las proteínas nativas así como las
proteínas modificadas post-transcripcionalmente
o post-translacionalmente -y los esfingolípidos- de los gránulos de
insulina actúan como blancos autoantigénicos o moduladores inmunes de células T
CD8+.
Fuente: Roep BO (2020). There is something
about insulin granules. Diabetes 69: 2575-2577.
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