Andrógenos de origen adrenal
Los andrógenos
precursores dehidroepiandrosterona (DHEA) y sulfato de dehidroepiandrosterona
(DHEAS) son producidos en altas cantidades por la corteza adrenal en humanos
(3-25 mg/d) y otros primates. Otro precursor directo de la testosterona,
androstenediona (androst-4-ene-3-17-diona), es producido en mujeres en
cantidades diarias de 1,5-6 mg/día, la mitad en los ovarios y la otra mitad en
las adrenales. El potencial androgénico de estos esteroides es bajo. Sin
embargo, la adrenal humana también secreta andrógenos 11-oxigenadas
(11-oxi-andrógenos), incluyendo 11β-hidroxi-androstenediona. Los niveles
plasmáticos de 11β-hidroxi-androstenediona en personas sanas en la mañana son
8,69±2,88 nmol/l (hombres), 7,72±2,85 nmol/l (mujeres). Las concentraciones de
estas hormonas siguen el patrón de ritmo circadiano del cortisol, aumentan
marcadamente después de la estimulación con corticotropina y son suprimidas por
la dexametasona. La 11β-hidroxi-androstenediona sirve como precursor de varios
andrógenos altamente potentes, los derivados 11-oxigenados de testosterona y
dihidrotestosterona.
Recientemente, los C19-esteroides
11-oxigenados: 11β-hidroxi-testosterona, 11-ceto-testosterona y
11β-hidroxi-dihidrotestosterona han recibido mucha atención por su alta
actividad androgénica. La 11-ceto-testosterona es conocida desde hace décadas
por ser el principal andrógeno producido en las gónadas masculinas de los peces
teleósteos, identificado en plasma de salmón en 1960. Es esencial no solo para
la espermatogénesis del pez, sino también para la migración del pez. En
contraste con los peces, las concentraciones plasmáticas de
11-ceto-testosterona son similares en machos y hembras de primates, a pesar de
los niveles circulantes significativamente altos de testosterona en los machos,
sugiriendo que en primates la producción de 11-ceto-testosterona es
primariamente de origen adrenal a partir de precursores 11-oxi-androgenos.
La principal producción de
11β-hidroxi-testosterona es en las adrenales y es estimulada por la ACTH. Una
pequeña proporción de su secreción diaria puede ocurrir en los ovarios y una
cantidad aún más pequeña en los testículos. El contenido de ARN para CYP11B1 es
menos de 2% en los ovarios y menos de 1% en los testículos en comparación con
las adrenales. La 11β-hidroxi-testosterona es formada principalmente a partir
de la 11β-hidroxi-androstene-3,17-diona por la 17β-hidroxiesteroide
deshidrogenasa y puede ser convertida en 11-ceto-testosterona, la cual puede
ser reducida extraadrenalmente por la 5α-esteroide reductasa a la forma más
activa 11-ceto-dihidrotestosterona. Varios estudios han confirmado la alta
potencia androgénica de la 11-ceto-testosterona y la
11-ceto-dihidrotestosterona. La adrenal tiene baja concentración de
5α-esteroide deshidrogenasa por lo que la producción de los derivados de la
dihidrotestosterona tiene lugar fuera de la adrenal. Por otra parte, la
dihidrotestosterona se inactiva más rápidamente que la
11-ceto-dihidrotestosterona.
En individuos sanos, los niveles de
11-ceto-testosterona pueden ser el doble de los niveles de testosterona. Las
concentraciones de casi todos los C19-esteroides 11 oxigenados son
hasta tres veces más altas en los pacientes con hiperplasia adrenal debido a la
deficiencia de 21-hidroxilasa, en comparación con los controles. Por otra
parte, en el período de la adrenarquia, las hembras tienen niveles de
11-ceto-testosterona que son más del doble de los niveles de testosterona.
Cuando por razones diagnósticas se necesita
conocer los niveles de andrógenos, es razonable medir también los andrógenos de
origen adrenal, especialmente 11-ceto-testosterona y
11-ceto-dihidrotestosterona. Esto es particularmente cierto en los casos de
desórdenes enzimáticos con androgenización. En la hiperplasia adrenal congénita
(HAC) debida a deficiencia de 21-hidroxilasa, los niveles de
11-ceto-testosterona son en promedio tres veces más altos que en los
controles. Por el contrario, en casos de
deficiencia de 11β-hidroxilasa, como en la HAC con hipertensión, se observan
niveles bajos de 11-ceto-testosterona. El nivel de 11-ceto-testosterona puede
ser útil en la interpretación de la androgenización de la piel o en los
desórdenes endocrinos femeninos más comunes como el síndrome de ovarios
poliquisticos (PCOS). En las mujeres con PCOS, se observa una alta actividad
adrenal, pero la concentración de C19-esteroides 11 oxigenados no
puede ser registrada como un marcador para este síndrome. En algunos casos
leves de androgenización femenina (por ejemplo, hirsutismo idiopático), la
determinación de 11-ceto-testosterona y 11-ceto-dihidrotestosterona puede
explicar el conflicto entre la intensidad de las manifestaciones clínicas y los
niveles de testosterona o dihidrotestosterona.
Un estudio reciente demuestra que la
11-cetoandrostendiona y la 11-cetotestosterona son estables durante el ciclo
menstrual y hacen la mayor contribución cuantitativa al pool de andrógenos
circulantes. Todos los C19-andrógenos disminuyen con la edad antes de la
menopausia; por tanto se requieren rangos de referencia edad-específicos para
la interpretación de los niveles de andrógenos en las mujeres premenopáusicas.
Desde un punto de vista terapéutico, las
adrenales son una importante fuente de andrógenos que pueden influir fundamentalmente
en la terapia de privación de andrógenos para cáncer de próstata. El análisis
de tejido en la hiperplasia prostática benigna (HPB) ha identificado altos
niveles de 11β-hidroxiandrosterona (4-14 ng/g) y 11ceto-androsterona (9-160
ng/g), conjuntamente con androstenediona (7,5 ng/g). La alta actividad de la
5α-esteroide reductasa en metástasis en nodos linfáticos de cáncer de próstata
permite la producción del andrógeno 11-ceto-dihidrotestosterona en las células
de tumores de próstata. La terapia de privación de andrógenos para cáncer de
próstata requiere del bloqueo de la actividad de los andrógenos gonadales a
nivel del receptor de andrógenos o de su producción a nivel del eje
hipotálamo-hipófisis-testículo. Después de un cierto tiempo, usualmente
alrededor de dos años, la terapia comienza a ser inefectiva. Los andrógenos
adrenales activos juegan un rol biológicamente importante durante el bloqueo de
la biosíntesis de andrógenos gonadales. Es posible que con el bloqueo de la
producción de andrógenos gonadales conjuntamente con el bloqueo de la función adrenal a través de
corticoides, adrenostáticos o adrenalectomía, la terapia de privación de
andrógenos pueda continuar siendo efectiva.
En conclusión, las glándulas adrenales
producen cantidades significativas de hormonas esteroides y sus metabolitos. El
hallazgo que algunos C19 esteroides 11-oxigenados tienen actividad
estrogénica alta como los andrógenos
clásicos testosterona y dihidrotestosterona, con niveles circulantes similares a
la de estos esteroides, ha generado un cambio en la perspectiva de los
marcadores de androgenización. Este hecho tiene importancia clínica, por
ejemplo, en varios tipos de hiperplasia adrenal congénita con androgenización o
en el síndrome de ovarios poliquísticos. Otra área de interés es el tratamiento
de cáncer de próstata con privación de andrógenos. El bloqueo de la secreción
de C19-esteroides adrenales, simultáneamente con la terapia, podría incrementar la efectividad de la
terapia de privación de andrógenos.
Fuente: Stárka L
et al (2020). 11-keto-testosterona y otros andrógenos de origen adrenal.
Physiological Research 69: S187-S192.
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