Metabolismo del triptófano, nutrición y estilo de vida
En años recientes,
el metabolismo del triptófano emerge como un aspecto central para el control
metabólico de procesos inmunológicos y neuropsicológicos. Varios metabolitos de
la ruta kinurenina son neuroactivos y algunos son capaces de cruzar la barrera
hemato-encefálica (BHE). La degradación de
triptófano hacia la ruta kinurenina es acelerada en una variedad de
desórdenes asociados con inflamación.
Los desórdenes inflamatorios crónicos
frecuentemente son acompañados por disminución de la calidad de vida, depresión
y síntomas neurocognitivos. Las alteraciones de la neurotransmisión
serotonérgica, noradrenérgica y glutamatérgica pueden ser provocadas por los
efectos directos de citoquinas sobre el almacenamiento y/o liberación de
neurotransmisores, pero también por mecanismos indirectos como cambios de las
concentraciones de metabolitos. Los cambios en kinurenina y la regulación a la
baja de metabolitos han sido observados en una variedad de desórdenes del
sistema nervioso central (SNC), incluyendo demencia, enfermedad de Huntington,
enfermedad de Alzheimer (EA) e infecciones del SNC. Por otra parte, la
modulación de la ruta triptófano-kinurenina por activación inmunológica y el
estrés es reconocida como un mediador de
factores ambientales sobre la cognición y la conducta y hay evidencia que
varios parámetros del estilo de vida influyen en estos circuitos metabólicos. Por
ejemplo, la enzima indolamina 2,3 dioxigenasa-1 (IDO-1) que la cataliza la primera
etapa en la degradación del triptófano en la ruta kinurenina, es susceptible a la modulación por los componentes
de la dieta, la composición de la microbiota intestinal y el ejercicio físico.
El aminoácido aromático triptófano es uno de
los nueve aminoácidos esenciales y el menos disponible de todos los aminoácidos
proteinogénicos. La disponibilidad de triptófano es un factor importante en el
control de la biosíntesis de proteínas. Esta puede ser una razón importante por
la cual el sistema inmune utiliza el
ayuno de triptófano para restringir la proliferación no deseada de patógenos y
células malignas. La activación de la enzima que degrada triptófano IDO-1 es un
mecanismo de defensa integral en la
respuesta inmune mediada por células donde la citoquina de células T
ayudadoras tipo 1 (Th1), interferón
(IFN)-γ, es el principal factor
activador. La IDO-1 cataliza la primera etapa de la degradación de triptófano a
kinurenina y la relación kinurenina/triptófano (Kin/Trp) ha sido propuesta como
estimación de la actividad de la enzima IDO-1.
El metabolismo del triptófano, además de su
función como estrategia de defensa, juega un rol central en la regulación de la
respuesta inmune, reduciendo la proliferación de células T. Más aún, la
kinurenina dispara el desarrollo de células T reguladoras (Treg) y algunos de
los metabolitos del triptófano como 3-hidroxiantranílico y ácido quinolínico
manejan selectivamente la apoptosis de las células Th1 (pero no las células
Th2). De esta manera, se establece un asa de retroalimentación negativa que
previene las reacciones inmunes y se activa un estado de inmunotolerancia. En los pacientes con un
sistema inmune activo, la actividad IDO-1 puede contribuir a la
inmunosupresión, especialmente en condiciones crónicas. El aumento de la
actividad de la IDO-1 se observa en la sangre de pacientes que sufren
infecciones como HIV-1, patologías autoinmunes como lupus eritematoso
sistémico, enfermedades malignas y desórdenes cardiovasculares y
neurodegenerativos. Por otra parte, las
bajas concentraciones de triptófano conjuntamente con altos niveles de
neopterina, un marcador de estrés oxidativo y activación inmune, están
asociados con menor supervivencia en pacientes con cáncer (por ejemplo,
cáncer colorectal y melanoma
maligno) y mayor mortalidad en pacientes
con enfermedades cardiovasculares.
A pesar de ser importante para la síntesis
de proteínas, la mayor parte del triptófano de la dieta (>95%) se dirige a la
ruta kinurenina, dando origen a diversos metabolitos cuyas concentraciones
absolutas y relativas varían entre los tipos de células debido a los diferentes
repertorios enzimáticos. Varios estudios reportan una correlación entre la degradación acelerada de triptófano y
síntomas neurológicos/neuropsiquiátricos en condiciones de inmunidad celular
activa (por ejemplo, pacientes infectados con HIV-1).
Después de la conversión de triptófano en kinurenina, el catabolismo puede dividirse
en varias ramas, permitiendo la formación de 3-hidroxikinurenina, ácido
antranílico o ácido kinurénico. El catabolismo de la 3-hidroxikinurenina puede
generar la formación de ácido picolínico, ácido quinolínico y nicotinamida.
Varios de estos metabolitos son neuroactivos. El ácido kinurénico es capaz de
bloquear a los receptores de glutamato ácido
α-amino-3-hidroxi-5-metil-4-isoxazolepropiónico (AMPA), N-metil-D-aspartato
(NMDA) y kainato. El neuroprotector ácido kinurénico está presente principalmente
en astrocitos, mientras el neurotóxico 3-hidroxikinurenina y el excitotóxico
ácido quinolínico se encuentran en las microglías. Los metabolitos del
triptófano, además de actuar sobre receptores de neurotransmisores, en
particular 3-hidroxikinurenina y ácido 3-hidroxiantranílico, son redox activos
provocando efectos que impactan la fisiología cerebral. Adicionalmente, la
activación del catabolismo del triptófano contribuye al pool del nucleótido
nicotinamida en situaciones de limitaciones dietéticas considerando que en
condiciones normales la alimentación es la principal fuente de este metabolito.
Más aún, los metabolitos kinurenina están relacionados con otras rutas
metabólicas. Por ejemplo, el ácido picolínico está involucrado en la absorción
intestinal de zinc y el ácido quinolínico regula la gluconeogénesis bloqueando
al fosfoenolpiruvato.
Para el transporte de triptófano en el
cerebro es utilizado el sistema
transportador L de aminoácidos grandes en competición con aminoácidos
neutros grandes (LNAA). La kinurenina también es transportada por el sistema L
y el mismo transportador media la captación de 3-hidroxikinurenina, ambos
compiten con L-leucina. El ácido antranílico es tomado por difusión pasiva,
mecanismo que también es utilizado, aunque menos pronunciado, para ácido kinurénico
y ácido quinolínico. El triptófano, la kinurenina y la 3-hidroxikinurenina
cruzan eficientemente la BHE mientras las concentraciones plasmáticas de los
compuestos más polares ácido quinolínico, ácido kinurénico y ácido
3-hidroxiantranílico son menos relevantes para los “pooles” cerebrales en
condiciones de BHE intacta. Las concentraciones de kinurenina no solo son
controladas por la influencia de la tasa metabólica (la cual es limitada porque
la maquinaria puede ser saturada o la acumulación de metabolitos se puede
volver tóxica), sino también a través de mecanismos de aclaramiento. El origen
de los metabolitos del triptófano en un compartimento puede cambiar en
presencia de estímulos inflamatorios. Por otra parte, la inducción de actividad
enzimática mediada por citoquina es un impacto de la inflamación sistémica
sobre la BHE.
El triptófano es también el precursor de
5-hidroxitriptamina (serotonina), la cual está involucrada en la regulación
fisiológica de varias funciones conductuales y neuroendocrinas. El intestino es
la principal fuente de este neurotransmisor en la periferia. Aproximadamente
95% de serotonina es sintetizado y almacenado en el tracto gastrointestinal,
donde actúa como un mensajero paracrino para modular la secreción y la motilidad.
Adicionalmente, la serotonina también está involucrada en el control del
apetito. La serotonina es sustrato de la
IDO-1 y en condiciones que provocan prolongada y alta actividad de IDO-1, el triptófano y la
serotonina son destruidos en el cerebro. A diferencia del triptófano, la
serotonina no pasa la BHE. La hormona melatonina derivada de la glándula pineal
es un producto final de la ruta serotonina y es importante para la regulación
del ritmo circadiano. La melatonina por si misma puede promover la actividad
IDO-1, lo cual puede representar un asa de retroalimentación negativa
involucrada en la regulación del ritmo circadiano.
Las concentraciones fisiológicas de triptófano
y kinurenina usualmente son mantenidos en un rango relativamente estrecho por
la enzima hepática triptófano dioxigenasa (TDO). Las concentraciones
plasmáticas de triptófano están en el rango de 70 ± 10 µmol/L para hombres y 65
± 10 µmol/L para mujeres. Las concentraciones de kinurenina están alrededor de
1,8 ± 0,4 µM y no difieren entre géneros porque las respuestas hepáticas
estabilizan las concentraciones circulantes de los metabolitos. El
envejecimiento, el cual está asociado con un incremento en la actividad inmune,
afecta el metabolismo del triptófano dando origen a una mayor concentración de
kinurenina y una menor concentración de triptófano que a menudo están asociadas
con síntomas neuropsiquiátricos.
Durante la activación inmune celular, con el
IFN-γ como el principal estímulo, es inducida la enzima GTP-ciclohidroxilasa
(GTP-CH-I), la cual sintetiza 7,8 dihidroneopterina trifosfato a partir de GTP.
La posterior conversión enzimática por la 6-piruvoil-tetrahidropterina
sintetasa provoca la formación de 5,6,7,8-tetrahidrobiopterina (BH4),
un cofactor para varias mono-oxigenasas. Mientras la mayoría de tipos de
células producen BH4 cuando se activa la GTP-GH-I, en los
monocitos/macrófagos humanos la ruta metabólica está dirigida hacia la
formación de neopterina y 7,8-dihidroneopterina, las cuales interfieren con una
variedad de rutas de señalización intracelular reguladas por redox. La
neopterina es un importante marcador diagnóstico de activación inmune celular
en una variedad de desórdenes asociados con estrés oxidativo incluyendo
enfermedades cardiovasculares y neurodegenerativas, infecciones virales y
rechazo de trasplantes. En el curso de una reacción inmune tipo Th1, la
formación de neopterina es paralela con la actividad IDO-1. La concentración
plasmática de neopterina está en el orden de 5,9 ± 1,6 nmol/L en humanos sanos.
Los niveles de neopterina aumentan en la vejez.
Las enzimas dependientes de BH4
incluyen triptófano 5-hidroxilasa (TPH), fenilalanina 4-hidroxilasa (PAH),
tirosina 3-mono-oxigenasa (o tirosina 3-hidroxilasa, TH), óxido nítrico
sintetasa (NOS) y alquilglicerol mono-oxigenasa. La BH4 es sensible
a la condición oxidativa derivada de la activación inmune y la inflamación y la
actividad de las enzimas dependientes de BH4 es reducida durante el
estrés oxidativo. Más aún, el ácido xanturénico, un metabolito formado a partir
de la 3-hidroxikinurenina inhibe a la sepiapterina reductasa, la enzima final
en la síntesis de novo de BH4. Estas interacciones tienen
consecuencias importantes para la generación de serotonina y catecolaminas.
Dopamina, noradrenalina y adrenalina son sintetizadas a partir de L-DOPA
derivada de tirosina. La conversión de fenilalanina a tirosina y la siguiente
reacción a L-DOPA son dependientes de BH4. La relación
fenilalanina/tirosina ha sido propuesta como un estimado de los niveles de BH4.
Las concentraciones plasmáticas de fenilalanina y tirosina están en el rango de
53-79 y 61-116 µmol/L, respectivamente.
Varios estudios in vitro e in vivo demuestran
que el metabolismo de triptófano y neopterina es altamente susceptible a
modulación por constituyentes de la
dieta incluyendo fitoquimicos, preservativos, colorantes y probióticos, así
como por factores relacionados con el estilo de vida. Hay evidencia que la
ingesta de carbohidratos con proteínas puede incrementar la disponibilidad de
triptófano en el cerebro. Cuando los carbohidratos son consumidos, el cuerpo
produce insulina que dirige otros aminoácidos hacia el tejido muscular, pero el
triptófano permanece en la circulación sanguínea. Entonces, la competencia
entre aminoácidos en la circulación disminuye y el triptófano entra más
libremente al cerebro. En condiciones de inflamación donde la concentración
periférica de triptófano es baja, el transporte de kinurenina vía LAT1 se vuelve más relevante. La L-leucina
interfiere eficientemente con el transporte de kinurenina en el cerebro, lo
cual podría contrarrestar la conducta depresiva. Otra posibilidad es que la
concentración de triptófano en la circulación sanguínea aumenta porque su
degradación es contrarrestada, lo cual puede ocurrir cuando disminuye la
inflamación y la actividad IDO-1. Por otra parte, los alimentos ricos en
compuestos antioxidantes pueden mejorar el estatus de serotonina y triptófano
en el cerebro. Estos compuestos contrarrestan la respuesta inmune y la
degradación del triptófano por la IDO-1. Un medio antioxidante estabiliza la
molécula de BH4 sensible a la oxidación, afectando la actividad de
las enzimas dependientes de BH4. Aunque los alimentos ricos en polifenoles y
fitoquímicos como resveratrol generalmente se considera que actúan como
antioxidantes, los datos sugieren que el efecto neto depende del estatus inmune
del individuo, siendo inmuno-estimuladores en individuos sanos mientras en una
situación inflamatoria puede disminuir la respuesta.
La microbiota intestinal puede ser una
fuente de triptófano y metabolitos derivados del triptófano, algunos de los
cuales pueden ser transportados a través de las membranas, y de neurotransmisores
y precursores como noradrenalina, ácido γ-aminobutírico (GABA) y otras
sustancias neuroactivas. La influencia de la composición de la microbiota
intestinal sobre condiciones
neuropsiquiátricas como ansiedad, depresión y desórdenes del espectro autista
es ampliamente aceptada y hay una relación entre las señales derivadas del
intestino y el desarrollo sano del cerebro, pero también con la progresión de
desórdenes neurológicos. Por ejemplo, un incremento en la permeabilidad de la
barrera intestinal que permite la entrada de microbios y metabolitos en la
circulación sanguínea está asociado con la patogénesis de la enfermedad de
Alzheimer.
En línea con un aumento del metabolismo
oxidativo, un incremento en el metabolismo del triptófano y la formación de
neopterina se observa con los diferentes tipos de ejercicio. Por ejemplo, los
corredores de maratón muestran disminución de la concentración de triptófano e
incremento de la concentración de kinurenina. Por otra parte, el ejercicio
induce un incremento en la expresión de kinurenina aminotransferasa, el cual es
mediado por el coactivador del receptor activado por proliferador de
peroxisoma-1α (PGC-1α), un coactivador transcripcional clave en el metabolismo
energético. La kinurenina aminotransferasa contribuye a disminuir la
concentración plasmática de kinurenina. El
catabolismo de fenilalanina también puede ser manejado por el ejercicio y el
incremento de la disponibilidad de sustrato para la neurotransmisión
dopaminérgica podría contrarrestar las consecuencias negativas de la depresión
resultante de la degradación acelerada de triptófano, aunque tales efectos dependen del tipo y la duración del ejercicio.
Está bien establecido que el ejercicio de resistencia prolongado puede estar
asociado con inmunosupresión así como con baja depresión.
Una alta concentración de triptófano ha sido
reportada en pacientes con rinitis alérgica acompañada con un incremento en la
concentración de óxido nítrico (NO) debido al bloqueo específico de la
actividad de la IDO-1. Una influencia de la elevada concentración de nitritos
podría ser una explicación razonable en estos pacientes pues es bien conocido
que el NO aumenta en ciertas alergias e inhibe a la IDO-1. Por otra parte, la
concentración elevada de serotonina está asociada con síntomas conductuales.
En conclusión, el mantenimiento del balance
triptófano-kinurenina es crítico para la homeostasis fisiológica. Lo mismo
aplica para la concentración de neopterina. Ambos son indicadores del estatus
inmunológico individual. En humanos, usualmente hay una fuerte relación entre
la degradación de triptófano y el aumento de los niveles de biomarcadores como
la neopterina, lo cual tiene particular relevancia para enfermedades agudas y
crónicas. Adicionalmente, el triptófano
es importante como precursor de serotonina y varios catabolitos de la ruta
kinurenina son neuroactivos. Sin embargo, una variedad de factores
fisiológicos, ambientales, nutricionales y del estilo de vida afectan el
metabolismo del triptófano y las rutas
metabólicas relacionadas. Aunque el organismo puede balancear aumentos o
disminuciones leves o temporales en estos metabolitos, las perturbaciones de
larga duración pueden estar asociadas con síntomas severos. Un desvío hacia la
síntesis de neopterina durante el estrés oxidativo puede indicar una
disminución de tetrahidrobiopterina, un cofactor de varias mono-oxigenasas que
también funciona enlace entre el metabolismo del triptófano y la
neurotransmisión serotonérgica y
catecolaminérgica.
Fuente: Gostner JM
et al (2020). Tryptophan metabolism and related pathways in
psychoneuroimmunology: the impact of nutrition and lifestyle.
Neuropsychobiology 79: 89-99.
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