Efectos fisiológicos de la ghrelina
La ghrelina, un
péptido de 28 aminoácidos, es una hormona en el sistema endocrino y un
neurotransmisor en el sistema nervioso. Es también llamada secretagogo de
hormona de crecimiento o péptido relacionado con la motilina. La ghrelina fue
descubierta en 1999 por Kojima en Japón después del descubrimiento del receptor
de secretagogo de hormona de crecimiento tipo 1a (GHSR1a) en 1996. El nombre
está basado en su rol como péptido liberador de hormona de crecimiento y está relacionado con la raíz
proto-indo-europea ghre que significa crecer (Growth Hormone Releasing
Inducing= ghrelin).
La ghrelina tiene dos formas: acil ghrelina
(forma octanoilada) y des-acil ghrelina (forma no octanoilada). La
octanoilación de la ghrelina es crítica para la mayoría de sus funciones
fisiológicas y es catalizada por la ghrelina O-aciltransferasa (GOAT), 20% de ghrelina tiene un grupo n-octanoil
adherido a la serina en posición 3. La des-acil ghrelina es una forma no
octanoilada e inactiva que no activa al receptor de secretagogo de hormona de
crecimiento, el cual es un blanco de la forma acilada para la liberación de
hormona de crecimiento (GH). No se conoce que la forma des-acil ghrelina tenga
funcionalidad independiente. Los receptores (GHSR) 1a y 1b, codificados por un
gen localizado en 3q26.31, se encuentran en mucha partes del cuerpo, aun en
tumores y metástasis. La ghrelina y sus receptores son expresados ampliamente
en muchas regiones del cerebro, hipófisis, intestino, riñón, glándula tiroides,
pulmón, corazón, islotes pancreáticos, ovarios, testículos y glándulas
sebáceas. El GHSR1a es expresado principalmente en hipófisis anterior, islotes
pancreáticos, glándula adrenal, tiroides, miocardio, núcleo arqueado (ARC) del
hipotálamo, hipocampo, pars compacta de la sustancia negra, área tegmental
ventral (VTA), núcleos del rafe, corteza cerebral y región talámica
parafascicular. Esta amplia distribución de los receptores de ghrelina implica
una gran variedad de efectos fisiológicos.
La ghrelina es producida por las células
similares a X/A en ratas y las células
P/Di en humanos, las cuales se encuentran distribuidas en la mucosa del
estómago. Este discreto tipo de células del estómago es la mayor fuente de
ghrelina circulante. Las tasas de secreción, degradación y aclaramiento de
ghrelina determinan su nivel sanguíneo. La acil ghrelina es des-acilada por esterasas
plasmáticas y la ghrelina circulante es capturada por su receptor, degradada
por proteasas plasmáticas y excretada en la orina. La síntesis y la secreción
de ghrelina son afectadas por diferentes condiciones como el ayuno y
condiciones patológicas. Los niveles plasmáticos de ghrelina aumentan durante
el ayuno y disminuyen en la alimentación. El mecanismo de incremento en los
niveles de ghrelina durante el ayuno es mediado por la noradrenalina y la
disminución postprandial por aumento en glucosa e insulina. La expresión y
secreción de ghrelina están asociados inversamente con la señal del blanco de
rapamicina (mTOR). El mTOR es un sensor de energía intracelular y su actividad
es regulada por nutrientes, aporte de energía y varias hormonas. La ingesta
crónica de dietas con alto contenido de calorías, la exposición prolongada a
dietas ricas en grasas y la obesidad resultan en una reducción de la producción
y secreción de ghrelina por el estómago. Sin embargo, algunos estudios reportan
un incremento en el número de células secretoras de ghrelina en respuesta a una
dieta rica en grasas. La extensión en la que el incremento en adiposidad ejerce
una influencia inhibidora sobre la producción y secreción de ghrelina por el
estómago todavía no es bien conocida.
La liberación de ghrelina es también
modulada por diferentes factores, como hormonas peptídicas, neurotransmisores
monoaminérgicos, glucosa, ácidos grasos, segundos mensajeros y enzimas
efectoras y canales iónicos. La glucosa, los ácidos grasos de cadena larga, la
insulina, el glucagón, la oxitocina y la dopamina regulan la liberación de
ghrelina actuando directamente sobre las células productoras de ghrelina. La
glucosa o los aminoácidos suprimen los niveles de ghrelina más rápidamente y
efectivamente que las infusiones de lípidos. Esto puede ser debido a la
diferencia en la tasa de absorción de glucosa y aminoácidos, los cuales son
absorbidos rápidamente en el intestino, suprimiendo la secreción de ghrelina
rápidamente y profundamente, mientras los lípidos requieren de su digestión antes de ser absorbidos en el
intestino provocando una débil supresión de los niveles de ghrelina. El posible
mecanismo para la supresión de la producción de ghrelina por alimentos puede
ser debido a la capacidad de las células productoras de ghrelina para “sensar”
directamente nutrientes u hormonas intestinales (péptido similar a glucagón-1
(GLP-1), péptido YY (PYY) y colecistoquinina (CCK)) producidas después de
ingerir una comida. Numerosas observaciones en humanos indican que la insulina
puede inhibir la secreción de ghrelina. El GLP-1 aumenta los niveles
pre-prandiales de ghrelina disminuidos por la insulina en humanos. El efecto
inhibidor de la glucosa sobre la liberación de ghrelina puede ser mediado por
su efecto estimulador sobre la secreción de insulina. El glucagón puede
estimular directamente la transcripción del gen de la ghrelina. La leptina
inhibe tanto la secreción de ghrelina por el estómago como la estimulación de
la secreción de ghrelina inducida por alimentos. La GH ejerce una acción de
retroalimentación negativa sobre la producción y secreción de ghrelina. El factor de crecimiento similar a insulina-1
(IGF-1) induce la secreción de ghrelina directamente o indirectamente
inhibiendo la secreción de GH. El cortisol y los ácidos grasos también ejercen
retroalimentación negativa sobre la secreción de ghrelina.
El sistema nervioso autónomo es también uno
de los principales reguladores de la
producción de ghrelina. La secreción de ghrelina es modulada por el balance
entre los tonos colinérgico y adrenérgico que controlan al sistema nervioso
entérico. Un estudio en ratas y humanos demuestra que la ghrelina plasmática
aumenta después de la administración de agonistas muscarínicos y disminuye
después de la administración de antagonistas muscarínicos. La concentración
plasmática de acil ghrelina es aumentada por antagonistas α-adrenérgicos y
agonistas β-adrenérgicos que actúan directamente sobre receptores β1 en las
células secretoras de ghrelina. La excitación del nervio vago y el sistema
nervioso entérico en la mucosa del estómago estimula directamente a las células
productoras de ghrelina.
Los más prominentes y conocidos efectos de
la ghrelina desde su descubrimiento son la estimulación del apetito y la
estimulación de la liberación de GH.
Actualmente, diferentes estudios han demostrado que la ghrelina tiene muchas
otras funciones. La ghrelina tiene un efecto en muchas partes del cerebro,
principalmente sobre el hipotálamo. El hipotálamo es el principal blanco de la
ghrelina para la regulación del apetito y otras funciones endocrinas. La estimulación
del GHSR por la ghrelina en áreas del
cerebro como el tallo cerebral caudal y tercero y cuarto ventrículos incrementa
significativamente el apetito y la ingesta de alimentos. Sin embargo, las áreas
cerebrales, distintas a los órganos circunventriculares, que son blanco de la
ghrelina están protegidas por la barrera hematoencefálica (BHE). Es conocido
que la ghrelina humana no cruza la BHE y por tanto a menudo requiere
transportadores saturables especializados. La ghrelina humana es rápidamente transportada
por un sistema saturable en ambas direcciones. El sistema de transporte
saturable en dirección cerebro-sangre requiere la presencia del componente
octanoil de la molécula de ghrelina. Una vez que la ghrelina logra acceso a las
diferentes regiones del cerebro promueve la alimentación y también tiene un
efecto sobe las funciones superiores del cerebro, las funciones motoras y las
funciones sensoriales.
El GHSR es expresado ampliamente en regiones
cerebrales como hipocampo y otras áreas que controlan las respuestas
emocionales, la memoria y el aprendizaje. Numerosos estudios demuestran que la
ghrelina puede regular funciones superiores del cerebro incluyendo aprendizaje,
memoria y conducta de recompensa. Los principales sitios cerebrales responsables
de la memoria y el aprendizaje son el hipocampo y la formación parahipocampal
que comprende las cortezas entorinal y peririnal. Estas áreas tienen un rol
significativo en la adquisición de nuevas memorias y la retención de la memoria
a largo plazo. La ghrelina actúa sobre numerosos sitios en el hipocampo principalmente
sobre el girus dentado y las regiones cornu ammonis (CA) CA1 y CA3 para mejorar
la memoria a través de su acción neuroprotectora. La ghrelina también influye
en rutas involucradas en la plasticidad neuronal, lo cual es importante para la
memoria. Adicionalmente, la ghrelina es importante para
la regulación del sueño y un estudio en hombres sanos revela que la ghrelina
promueve el sueño de ondas lentas. Por otra parte, la ghrelina activa el
sistema recompensa, propiamente el sistema dopaminérgico (DA) mesolímbico. La
principal ruta involucrada en la motivación por el alimento es la proyección DA
del VTA al núcleo acumbens (NAcc). La ghrelina activa esta ruta directamente a nivel
del VTA, lo cual a su vez proporciona un potencial mecanismo para promover la
ingesta de alimentos aun cuando los centros hipotalámicos homeostáticos como el
ARC o el área hipotalámica lateral (LHA) indique un estado de saciedad. La
ghrelina estimula directamente las neuronas DA del VTA uniéndose a receptores
GHSR localizados en su superficie e indirectamente incrementando la relación de
sinapsis excitadoras/inhibidoras. Esta estimulación incrementa la frecuencia y
probabilidad de la liberación de DA por las proyecciones en NAcc. A nivel del VTA, la señal opioide es
requerida para los efectos de la ghrelina sobre la motivación por el alimento. La
supresión de la señal ghrelina interrumpe la recompensa por drogas química de
abuso como alcohol, nicotina, cocaína y anfetamina.
La ghrelina tiene un efecto sobre la función
sensorial del sistema nervioso. Varios estudios en ratas reportan que la
ghrelina tiene efectos analgésicos sobre el dolor periférico, el cual es
mediado a través del receptor transitorio vaniloide tipo 1 y un estudio
reciente en ratones revela que la inyección de ghrelina inicialmente activa al
GHSR1a, el cual a su vez incrementa la liberación de proencefalina endógena
para la activación del receptor δ-opioide y producir anti-nocicepción. La ghrelina
también ejerce efectos analgésicos sobre el dolor inflamatorio a través de la
modulación de los niveles de interleuquina 10 (IL-10) y factor de necrosis
tumoral-β (TNF-β) en ratas. Más aún, la ghrelina es importante para la
sensación del gusto y el olfato. La ghrelina hace que el sistema olfatorio
responda más a los olores.
La presencia de GHSR1a en la ruta
dopaminérgica y el bajo nivel de ghrelina en la enfermedad de Parkinson,
caracterizada por un bajo nivel de DA, indican que la ghrelina tiene un rol en
la señal DA o la ruta dopaminérgica. Las inyecciones intraperitoneales de acil
ghrelina en ratones protegen las neuronas dopaminérgicas de la sustancia nigra
contra la muerte neuronal. La
interacción de ghrelina y DA en el sistema mesocorticolímbico controla la
actividad locomotora basada en la recompensa. En la ruta dopaminérgica
mesolímbica, la administración central de ghrelina en el tercer ventrículo
induce un incremento agudo en la actividad locomotora. La ghrelina antagoniza
la pérdida de neuronas dopaminérgicas en la pars compacta de la sustancia nigra
y la depleción de niveles de DA en el cuerpo estriado.
Diferentes estudios demuestran que la
ghrelina inhibe la actividad del sistema nervioso simpático. La inyección
intravenosa de ghrelina en ratas reduce significativamente el nivel de
noradrenalina y TNF-α, lo cual es revertido con la administración de un
antagonista de GHSR1a. Esto implica un efecto inhibidor de la ghrelina sobre el
sistema nervioso simpático. El mismo resultado ha sido reportado por un estudio
en voluntarios sanos. La administración simple de ghrelina disminuye la
frecuencia cardiaca y la presión sanguínea. Este efecto apoya el potencial uso
de la ghrelina en la preparación de drogas antihipertensivas.
La actividad del tracto gastrointestinal
(TGI) depende de hormonas. De las hormonas gastrointestinales que controlan el
apetito y la ingesta de alimentos, solamente la ghrelina tiene acción
orexigénica. Todas las partes del TGI tienen igual distribución del receptor de
ghrelina. La ghrelina controla la secreción de ácido gástrico, la cual es
mediada por histamina, y la motilidad gástrica a través del eje
intestino-cerebro. La ghrelina también contribuye a la citoprotección de los
hepatocitos durante el daño hepático inducido por isquemia/reperfusión. El
pretratamiento con ghrelina reduce significativamente los niveles plasmáticos
de alanina aminotransferasa y lactato deshidrogenasa, las cuales son marcadores
de daño hepático. La ghrelina estimula la secreción de enzimas digestivas en el
TGI, principalmente en estómago, intestino y páncreas. La administración
periférica de ghrelina en humanos promueve la motilidad gástrica y del
intestino delgado a través de la estimulación de las neuronas entéricas
colinérgicas con un rol adicional de la serotonina. Adicionalmente, la
ghrelina, como la motilina, promueve el vaciamiento gástrico. La motilidad del colon es activada por la
ghrelina solamente cuando es administrada centralmente.
La ghrelina alcanza un nivel pico durante los
períodos de ayuno, lo cual intensifica el hambre. Este nivel pico cae
inmediatamente después que se ingiere una comida y se desarrolla la saciedad.
La ghrelina transportada por la sangre se une al GHSR1a en los terminales
aferentes del nervio vago, mientras
inhibe la actividad eléctrica de las fibras eferentes del nervio vago
para enviar señales de hambre al sistema nervioso central (SNC). En el
hipotálamo, la ghrelina actúa sobre el ARC, el núcleo paraventricular (NPV) y
la región dorsomedial a través de las
fibras aferentes del nervio vago vía núcleo del tracto solitario y activa las
neuronas neuropeptido Y (NPY)/péptido relacionado con el agouti (AgRP)
presentes en el ARC. Eventualmente, las rutas neuronales relacionadas con la
alimentación son estimuladas y se incrementa el apetito. El ARC del hipotálamo
es el principal sitio de la actividad de la ghrelina en el SNC. La des-acil
ghrelina inhibe directamente al ARC de una manera independiente de receptor de
ghrelina para alterar el efecto orexigénico de la ghrelina. Los blancos de la
ghrelina en el hipotálamo y los núcleos del tallo cerebral incrementan el
apetito, disminuyen el gasto de energía y promueven el uso de carbohidratos
como fuente de combustible mientras economizan las grasas para incrementar el
peso corporal. El receptor de ghrelina es un importante regulador de la
termogénesis y la señal ghrelina a través de este receptor disminuye la
termogénesis para reducir el gasto de energía. La ghrelina también reduce el
gasto de energía a través de la disminución de la actividad locomotora y la
actividad del sistema nervioso simpático, especialmente en el tejido adiposo
marrón. En ratas, la ghrelina estimula
la diferenciación de preadipocitos y la adipogénesis, inhibe la apoptosis de
adipocitos y antagoniza la lipólisis. La ghrelina induce la ganancia de peso
corporal incrementando la adiposidad de
una manera independiente de la alimentación.
La ghrelina también promueve la adiposidad
por la activación de las neuronas orexigénicas del hipotálamo, la estimulación
de la expresión de proteínas relacionadas con el almacenamiento de grasas, el
incremento de la lipogénesis y la captación de triglicéridos en los adipocitos,
especialmente en el tejido adiposo blanco (TAB). Más aún, la ghrelina ejerce
efectos periféricos directos sobre el metabolismo de lípidos, incluyendo un
incremento en TAB y la estimulación de la lipogenesis en el hígado a través de
rutas específicas en el SNC que conectan directamente con el TAB y el hígado. Los
núcleos hipotalámicos incluyendo ARC, NPV, dorsomedial y ventromedial (NVM)
contienen altos niveles de enzimas que modulan el metabolismo de lípidos como
proteína quinasa activada por AMP (AMPK), acetil CoA carboxilasa (ACC),
carnitina palmitoiltransferasa 1 (CPT1), sintetasa de ácidos grasos (FAS) y
malonil CoA descarboxilasa. El ayuno reduce la producción de malonil coA en el
hipotálamo, desviando la utilización de sustratos metabólicos de la glucólisis
hacia la oxidación de lípidos. El malonil CoA actúa indirectamente sobre la
CPT1 y previene el acceso de ácidos grasos de cadena larga acil CoA a las
mitocondrias, lo cual podría disminuir la ingesta de alimentos. El metabolismo
hipotalámico de ácidos grasos media el efecto orexigénico de la ghrelina. La
ingesta de alimento inducida por la ghrelina activa en el hipotálamo a la
sirtuina 1 (SIRT1), la cual desacetila a la p53 y, por tanto, activa a la AMPK.
La AMPK activada inhibe la síntesis de
ácidos grasos, provocando bajos niveles hipotalámicos de malonil CoA e incremento en la actividad de la CPT1. La oxidación de ácidos grasos en
el hipotálamo modulada por la AMPK conjuntamente con la disminución en la
expresión de FAS en el NVM y la activación de CPT1, provocan cambios en la
respiración mitocondrial y la producción de sustancias reactivas de oxígeno
(ROS). El metabolismo periférico de lípidos es regulado por la ghrelina central
principalmente de una manera independiente de GH. Los efectos centrales de la
ghrelina sobre el metabolismo de los adipocitos estimulan la lipogénesis en el
TAB vía sistema nervioso simpático independientemente de la ingesta de
alimento. La ghrelina también incrementa
la oxidación de ácidos grasos en
músculos esqueléticos oxidativos y glucolíticos, posiblemente por fosforilación de la AMPK.
La ghrelina es importante para el
mejoramiento del rendimiento cardiaco regulando la concentración intracelular
de calcio. En humanos, la administración SC e IV de ghrelina incrementa el
gasto cardiaco, pero el mecanismo es diferente: la administración SC incrementa
la contractilidad del ventrículo izquierdo, lo cual provoca un aumento de la
fracción de eyección, mientras la inyección IV incrementa el gasto cardiaco
disminuyendo la postcarga del ventrículo izquierdo. Esta disminución de la postcarga
puede ser un resultado del efecto central de la ghrelina sobre el núcleo del
tracto solitario y su potente efecto vasodilatador. La ghrelina también tiene
un efecto sobre la actividad eléctrica del corazón suprimiendo la actividad simpática
y estimulando la actividad parasimpática en el corazón. Adicionalmente, la
ghrelina proporciona un rol protector para el corazón, inhibiendo la apoptosis
de cardiomiocitos, reduciendo la fibrosis y mejorando la función cardiaca. En
los vasos sanguíneos, la ghrelina tiene una influencia vasodilatadora
disminuyendo la presión arterial media sin cambios en la frecuencia cardiaca en
sujetos sanos e inhibe la formación de
la placa ateroesclerótica. La ghrelina causa vasodilatación a través de la
inhibición del sistema nervioso simpático o de una manera dependiente de óxido
nítrico (NO).
La ghrelina es un péptido antimicrobiano y
antiinflamatorio ampliamente distribuido en todos los tejidos del cuerpo y
especialmente abundante en órganos inmunes no específicos (barreras físicas)
como la cavidad oral, el estómago, el intestino y la piel. Los efectos
antiinflamatorios de la ghrelina se observan en células inmunes de los linajes
mieloide y linfático. La ghrelina actúa sobre los linfocitos T y los monocitos humanos vía GHSR para inhibir específicamente
el mARN y la expresión de citoquinas inflamatorias como IL-1β, IL-6 y TNF-α y
aumentar la expresión de la citoquina antiinflamatoria IL-10 e inhibir la
apoptosis de células inmunes. La ghrelina humana también juega un rol importante
en el restablecimiento de la proliferación de células T CD4.
La ghrelina induce efectos beneficiosos
sobre la fuerza muscular y el metabolismo energético a través de un mecanismo
dependiente de GH, previene la atrofia muscular regulando a la baja la
inflamación. Este rol de la ghrelina es importante para prevenir la caquexia,
la cual es una complicación de muchas enfermedades crónicas. La ghrelina afecta
los tres tipos de músculo: esquelético, cardiaco y liso. Por otra parte, la
ghrelina y su receptor son expresados en los osteoblastos del hueso y
diferentes estudios demuestran que la ghrelina incrementa la densidad mineral
ósea. La ghrelina también regula la formación de hueso activando la
fosforilación de la AMPK.
Durante la vida intrauterina, el pulmón es
una de las principales fuentes de ghrelina con niveles de expresión que
disminuyen a través de la gestación. El
pulmón y el páncreas expresan ghrelina más tempranamente que otros órganos, sugiriendo
que la ghrelina puede actuar como un regulador del desarrollo del pulmón fetal
por mecanismos autocrinos/paracrinos. La ghrelina producida en el pulmón
representa uno de los mayores factores responsables del pico de GH en la mitad
de la gestación. La ghrelina también tiene un rol protector en el riñón al
inhibir la fibrosis a través de la atenuación de la producción de colágeno, la
deposición de matriz extracelular y fibronectina. Por otra parte, la ghrelina
ha sido implicada en la modulación de la función reproductiva actuando en todos
los niveles del eje hipotálamo-hipófisis-gónada. Varios estudios indican que la
ghrelina tiene un efecto inhibidor sobre la pulsatilidad de gonadotropinas, la
cual está involucrada en la regulación del inicio de la pubertad y puede
regular la espermatogénesis, el desarrollo folicular y las funciones de las
células ováricas en humanos.
En el sistema endocrino, la ghrelina
estimula la liberación de GH mediante un efecto sinérgico con la hormona
liberadora de hormona de crecimiento (GHRH) e indirectamente inhibiendo a la
hormona inhibidora de hormona de crecimiento. En la hipófisis anterior, la
ghrelina modula la actividad de células lactotropas y corticotropas y estimula
la liberación de prolactina y hormona adrenocorticotrópica (ACTH),
respectivamente. En humanos, la ghrelina vía GHSR estimula directamente la
secreción de glucagón en las células α pancreáticas. Por otra parte, la
ghrelina juega un rol inhibidor en la regulación de hormonas tiroideas en el
NPV del hipotálamo. Varios estudios in vivo en ratas demuestran que la
inyección de ghrelina causa una disminución de hormona liberadora de
tirotropina (TRH), hormona estimulante de la tiroides (TSH), triyodotironina
(T3) y tiroxina (T4). Estudios similares
en humanos confirman el rol inhibidor de la ghrelina sobre la concentración
plasmática de TSH.
En conclusión, la ghrelina tiene un amplio
rango de efectos fisiológicos en todos los sistemas del cuerpo, contribuyendo a
una variedad de funciones. La señal
ghrelina promueve la ingesta de alimentos, el balance energético positivo y
facilita el desarrollo de adiposidad disminuyendo la oxidación de grasas. La
ghrelina es importante para el aprendizaje, la memoria, la recompensa, la
cognicón y el sueño. La ghrelina también induce funciones gastrointestinales y
la secreción de ácido gástrico. También tiene un rol citoprotector en la
mayoría de sistemas del cuerpo y previene enfermedades inflamatorias crónicas
por su efecto antiinflamatorio, antimicrobiano, antifibrótico y antiapoptosis.
La ghrelina mejora las funciones cardiovasculares a través de un incremento en
el rendimiento cardiaco y su efecto vasodilatador. La
ghrelina tiene un efecto inhibidor sobre el sistema inmune y el sistema
nervioso simpático. En el sistema endocrino, la ghrelina estimula la liberación
de hormona de crecimiento, prolactina, ACTH y glucagón.
Fuente: Akalu Y et
al (2020). Physiological Effect of ghrelin on body systems. International
Journal of Endocrinology Article ID1385138.
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