Estrés de células tiroideas
El estrés celular
es definido como procesos en una célula que son disparados por un cambio agudo
o crónico de la homeostasis celular usual con el intento de proteger a la
célula o el organismo. El estrés celular puede ser en la forma de estrés de
retículo endoplásmico (ER), estrés mitocondrial, estrés oxidativo, o una
combinación de estos tres tipos de estrés. La célula, en un organismo o in
vitro, responde al estrés de varias maneras. El estrés menor puede ser
necesario para la homeostasis celular, mientras que el estrés mayor puede
provocar la activación de rutas celulares y metabólicas para la supervivencia
celular y en casos extremos la destrucción celular a través de la inducción de
rutas de señalización, provocando muerte celular programada o apoptosis y la
posterior eliminación de las células dañadas. Este es un ejemplo biológico
dosis-respuesta no monótona donde el estrés menor y el estrés mayor producen
respuestas diferentes. Una respuesta inmediata de la célula a un estímulo
estresante es ayudarse a sí misma a defenderse contra –y recuperarse de- el
daño. Si la señal peligrosa es muy grande para ser resuelta en la respuesta
inmediata, las células autoactivan rutas
que provocan la muerte celular. Hay diferentes tipos de estrés celular y
la respuesta de una célula para enfrentar esta condición depende del tipo de
célula, el nivel del daño y el ambiente en que reside la célula. Entonces, el
estrés celular como fenómeno biológico es un proceso celular altamente
coordinado y espacio-temporalmente regulado.
Las respuestas protectoras como la respuesta
al shock térmico o la respuesta de proteínas no plegadas median un incremento
en la actividad de proteínas chaperonas en el ER, lo cual aumenta la capacidad
de plegamiento de proteínas de la célula. Esto contrarresta el estrés debido al
mal plegamiento de proteínas y promueve la supervivencia celular. Entonces, es
la capacidad adaptativa la que última instancia determina su destino.
Por tanto, dependiendo del nivel y el tipo de estrés, diferentes mecanismos y
estrategias de supervivencia son utilizados por las células.
Los mecanismos que subyacen la muerte
celular dependen de la capacidad de la
célula para responder o sucumbir a las condiciones a las cuales es expuesta e incluyen:
(1) apoptosis, es una forma de muerte celular programada que ocurre en
organismos multicelulares. (2) Necrosis, es una forma de muerte celular en la
cual la membrana celular fracasa aparte y las enzimas celulares digieren la
célula. (3) Necropotosis, es una forma programada de muerte celular por
necrosis o inflamación. (4) Muerte celular autofágica, las células bajo una
cantidad extrema de estrés experimentan muerte celular a través de apoptosis o
necrosis. (5) Piroptosis, es una forma de muerte celular que está asociada con
la activación de un complejo citoplasmático de proteínas sensibles al daño
llamado inflamasoma. (6) Ferroptosis, es un tipo de muerte celular programada
que depende del hierro y se caracteriza por peroxidación de lípidos. Genéticamente
y bioquímicamente es distinta de las otras formas de muerte celular programada
como la apoptosis. La ferroptosis es inducida por la falla de la defensa
antioxidante dependiente de glutatión. Adicionalmente, cuando el estrés celular
extremo provoca la muerte de la célula,
ocurre un pronto y eficiente aclaramiento de restos celulares para prevenir la
necrosis secundaria a través de señales
“encuéntrame” y “cómeme” exhibidas por las células muertas.
Las especies reactivas de oxígeno (ROS),
también llamadas radicales libres de oxígeno, son una de las principales causas
de estrés oxidativo en las células. Las
ROS son moléculas altamente reactivas inducidas por formas parcialmente
reducidas de oxígeno derivadas del metabolismo celular normal y alterado,
aparecieron tempranamente en la evolución y constituyen un mecanismo de señal
de transducción para la adaptación a
cambios en nutrientes ambientales y un ambiente oxidativo. Las ROS son producidas
principalmente en los complejos mitocondriales I y III de la cadena
transportadora de electrones y pueden incluir peróxido de hidrógeno, radicales
hidroxilo, aniones superóxidos y peróxido de lípidos, los cuales tienen
propiedades químicas inherentes que les confieren reactividad con diferentes
blancos biológicos. Las ROS asociadas con estrés oxidativo pueden inducir
patología por daños a lípidos, proteínas y ácido deoxirribonucleico, provocando
respuestas genotóxicas. Sin embargo,
las ROS también pueden servir como moléculas de señalización para regular la
homeostasis celular. Entonces, las ROS pueden ser buenas o malas dependiendo
del contexto en el cual son producidas. Aún en procariotes, hay mecanismos bien
documentados donde las ROS pueden activar directamente moléculas de
señalización para la adaptación al estrés.
En eucariotes, para contrarrestar el estrés
celular, hay un balance entre los sistemas oxidante y antioxidante. Entonces,
en condiciones fisiopatológica anormales, el balance no siempre es activado, y
el daño oxidativo contribuye a una variedad de enfermedades incluyendo
enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas, neoplasias. La orbitopatía
de Graves también ha sido implicada. La evaluación de los sistemas de defensa
celular (oxidante vs antioxidante) humano en tejido tiroideo de pacientes con
enfermedad de Graves (EG) ha revelado un incremento en los niveles de radicales
libres en comparación con tejido tiroideo normal. Aunque los anticuerpos
estimulantes en el suero del paciente están implicados en la producción de ROS,
los parámetros oxidativos aumentados en el suero son difíciles de separar de
otras causas como los niveles aumentados de hormonas tiroideas que son
conocidos por incrementar la producción de ROS.
Los tipos de anticuerpos para el receptor de
hormona estimulante de la tiroides (TSHR) incluyen: (1) TSHR-Ab estimulantes:
activan al adenosina 3´,5´-monofosfato cíclico (cAMP), el cual es necesario
para la supervivencia del tirocito. (2) TSHR-Ab bloqueadores: bloquean la unión
de la TSH al TSHR y no se activa el cAMP. (3) Ab bloqueador parcial: agonista
débil capaz de cAMP en un nivel bajo e inhibir la acción de la TSH. (4) TSHR-Ab
neutro: incapaz de activar al cAMP e induce muerte celular o apoptosis cuando
no es contrarrestado por el cAMP. La observación de la inducción de ROS en
células tiroideas expuestas a anticuerpos de receptor de hormona
estimulante de la tiroides (TSHR) de la
variedad “neutra” ha dado lugar a la hipótesis que los anticuerpos, por su gran
tamaño, estresan las células tiroideas cuando se une a sus receptores en la
membrana celular porque estos macrocomplejos endocitados son difícil de ser
manejados por los procesos degradativos celulares. Sin embargo, este fenómeno
no se observa, en ciertas condiciones, con anticuerpos estimulantes o con la
exposición a TSH. Esto se debe a la capacidad de la célula tiroidea para
inducir señales de supervivencia, especialmente cAMP. No obstante, los anticuerpos
estimulantes, bajo ciertas condiciones, pueden inducir bajos niveles de ROS.
Los TSHR-Ab neutros son potentes inductores
de ROS. Las ROS inducen estrés mitocondrial y ER provocando apoptosis de
tirocitos. Esta inducción de ROS es inhibida por la ruta cAMP/proteína quinasa
A (PKA), lo que explica el bajo nivel o la carencia de la inducción de ROS con
TSHR-Ab estimulantes o TSH. Más aún, estos datos son compatibles con los
resultados de estudios con miocitos cardiacos o células β de islotes
pancreáticos que demuestran la inhibición recíproca entre la ruta cAMP/PKA y ROS.
La disminución de la secreción de insulina por las células β y las arritmias
asociadas con el incremento en la producción de ROS en los miocitos aumentan con niveles bajos de cAMP. Por otra parte,
el inhibidor específico de la ruta cAMP/PKA, H89, permite la inducción de ROS
en presencia de TSHR-Ab estimulantes o TSH. Estos hallazgos refuerzan la
observación que la señal cAMP/PKA es capaz de suprimir la producción de ROS en
los tirocitos.
El punto final de la inducción de ROS es a
menudo la apoptosis de células tiroideas vía inducción de estrés mitocondrial
y ER cuando no son contrarrestados por
la ruta de señalización cAMP/PKA. Adicionalmente, la n-acetil-1-cisteína (NAC)
y los inhibidores de NADPH (DPI) son inhibidores de ROS y también previenen la
apoptosis. Por otra parte, los TSHR-Ab neutros son menos capaces de inducir endosomas y
lisosomas debido a la carencia de inducción de proteínas de la señal Ras/Rab.
Por tanto, la ruta de señalización cAMP/PKA es vital para la supervivencia de
los tirocitos y puede ser una razón para que las células tiroideas tengan TSHR
constitutivamente activos con elevados niveles basales de cAMP. Esta actividad
constitutiva de los TSHR independiente de ligando, aunque solamente ha sido
bien demostrada in vitro, puede ser un importante recurso in vivo en la
homeostasis del receptor y la supervivencia de la célula tiroidea.
En conclusión, en las enfermedades tiroideas
autoinmunes como la EG y la tiroiditis de Hashimoto, la célula tiroidea está
bajo estrés constante por la unión de anticuerpos a sus receptores en la
membrana celular y no propiamente por un ataque inmune a partir de células T,
macrófagos y otras células inmunes. Este estrés celular inducido por
anticuerpos generalmente es bien manejado por los tirocitos, y cualquier resto
celular acumulado es apropiada y efectivamente eliminado por endosomas y
lisosomas, cuando es controlado por una ruta de señalización cAMP/PKA activa.
La falla de la señal cAMP/PKA provoca la incapacidad de la célula para manejar
los anticuerpos endocitados resultando en altos niveles de ROS y, finalmente,
en la muerte de la célula tiroidea.
Fuente: Morshed
SA, Davis TF (2020). Understanding thyroid cell stress. Journal of Clinical
Endocrinology and Metabolism 105: 1-4.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario