P53 y homeostasis del hierro
El hierro es
esencial para muchos procesos celulares incluyendo el crecimiento y la
proliferación. La característica más
importante del hierro es que media la transferencia de electrones
intercambiando los estados ferroso (Fe (II), Fe2+) y férrico (Fe
(III), Fe3+). El hierro actúa como un donador de electrones en el
estado ferroso y como un aceptor de electrones en el estado férrico. En
consecuencia, el hierro juega un rol vital en muchas actividades bioquímicas
fundamentales, como transporte de oxígeno, metabolismo energético y síntesis de
ADN. Sin embargo, el hierro puede ser altamente tóxico por su capacidad para
participar en la reacción de Fenton. El hierro ferroso dona un electrón en una
reacción con peróxido de hidrógeno para generar el radical hidroxilo, una
especie reactiva de oxígeno (ROS) que provoca estrés oxidativo, peroxidación de
lípidos y daño del ADN. Por tanto, la
captación, el almacenamiento y el uso del hierro necesitan ser rigurosamente
controlados.
El hierro circulante en el cuerpo es
controlado principalmente por cuatro
tipos de células: enterocitos en el duodeno que absorben el hierro de la dieta;
precursores de eritrocitos en la médula ósea que incorporan hierro en la
hemoglobina; macrófagos en hígado, bazo y medula ósea que reciclan hierro; y
hepatocitos en el hígado que almacenan hierro. El control del hierro circulante
es mediado por factores que pueden manejar
los niveles de hierro y regular la
expresión de genes necesarios para la homeostasis del hierro. Uno de los
mayores mecanismos reguladores es el eje hepcidina-ferroportina (FPN). La FPN
es una proteína transmembrana que permite el transporte de hierro de la célula
a la circulación sanguínea. Los mayores niveles de FPN se encuentran en
enterocitos, macrófagos y hepatocitos. La salida de hierro mediada por FPN es
negativamente controlada por la hepcidina, una hormona de 25 aminoácidos
producida por los hepatocitos. La hepcidina circulante inhibe la salida de
hierro de macrófagos, enterocitos y hepatocitos y por tanto regula la cantidad
de hierro en la circulación sanguínea. La hepcidina se une al dominio
extracelular de la FPN e induce su endocitosis y su posterior degradación,
provocando una reducción de la salida del hierro celular. La importancia del
eje hepcidina-FPN en la homeostasis sistémica del hierro es ejemplificada por
varios desórdenes de hierro. Por ejemplo, la disminución de la actividad de la
FPN, provocada por altos niveles de hepcidina, se observa en los síndromes por
restricción de hierro, incluyendo la anemia por deficiencia de hierro
refractaria a hierro (IRIDA) o la anemia de la inflamación, en las cuales el
hierro se acumula en macrófagos y enterocitos, pero puede ser insuficiente en
otros tejidos. Por el contrario, una FPN hiperactiva, usualmente como resultado
de la deficiencia de hepcidina, se
observa en la hemocromatosis hereditaria o la β-talasemia intermedia, en las
cuales la excesiva absorción de hierro y la deposición tóxica de hierro ocurren
en los hepatocitos y otras células parenquimales, pero en los macrófagos ocurre una relativa
depleción de hierro.
La homeostasis celular del hierro es
regulada a través de la captación, el tráfico y la exportación de hierro. Estos
procesos son controlados por las proteínas reguladoras de hierro 1 (IRP1) y 2
(IRP2), también conocidas como ACO1 e IREB2, respectivamente. Las IRP son
proteínas unidas a ARN que interactúan con estructuras conocidas como elementos
de respuesta al hierro (IRE), los cuales están presentes en las regiones no
transladadas 5´o 3´ (UTR) de los mARN. Generalmente, las IRP inhiben la
translación de mARN que contienen un IRE en su 5´UTR e incrementan la
estabilidad de mARN que contienen un IRE en su 3´UTR. La actividad de las IRP
es controlada por el hierro. Cuando los niveles intracelulares de hierro son
bajos, las IRP son activas y estabilizan los mARN para proteínas involucradas
en la captación de hierro pero reprimen la translación de mARN para proteínas
involucradas en el almacenamiento y la exportación de hierro. En las células
repletas de hierro, la IRP1 funciona como una aconitasa y no como proteína
unida a ARN, mientras la IRP2 experimenta una degradación dependiente de
hierro. Como resultado, ambas IRP son inactivas e incapaces de incrementar el
nivel de proteínas involucradas en la captación de hierro o disminuir el nivel
de proteínas involucradas en el almacenamiento y la exportación de hierro. El
significado biológico de las IRP en la regulación de la homeostasis celular del
hierro ha sido confirmado en ratones. La deficiencia de IRP2 provoca
distribución anormal de hierro en el cuerpo, anemia microcítica leve y
neurodegeneración. Por otra parte, la sobre expresión de IRP1 reduce -mientras
la sobre expresión de IRP2 promueve- el crecimiento tumoral in vivo. Estos
datos sugieren que IRP1 e IRP2 pueden tener diferentes impactos con respecto al
cáncer.
Las mitocondrias juegan un rol central en la
producción de energía, el transporte de oxígeno y la síntesis de desoxinucleótidos.
Las mitocondrias también son esenciales para el metabolismo del hierro. El
hierro intracelular puede ser transportado a las mitocondrias, donde es
utilizado en la síntesis de cofactores esenciales para diversas proteínas. La
mitocondria es el único sitio donde es sintetizado el heme. El heme es un grupo
prostético para proteínas involucradas en la respiración celular, el
transporte/almacenamiento de oxígeno y las funciones enzimáticas, como
hemoglobina, mioglobina y citocromo C. Una reacción multi-etapas es necesaria para la biogénesis del heme, la
cual es catalizada por ocho enzimas. La primera etapa ocurre en la mitocondria
y es mediada por la sintetasa de ácido δ-aminolevulínico (ALAS1/2) para formar
ácido δ-aminolevulínico (ALA). El ALA es exportado al citoplasma y convertido
en coproporfirinogeno III (CPgenIII), el cual es transportado de nuevo a la mitocondria y convertido en
protoporfirina IX (PPIX). La etapa final es mediada por la ferroquelatasa
(FECH), la cual inserta ion ferroso en la PPIX para formar heme. La síntesis defectuosa de heme
está asociada con la anemia sideroblástica, en la cual los eritroblastos no
pueden hacer hemoglobina debido a la disrupción en la producción de heme. Los
pacientes con anemia sideroblástica tienen mutaciones hereditarias de los genes
ALAS2 y FECH, los cuales son requeridos para la síntesis del heme.
Las mitocondrias son los mayores sitios de
producción de “clusters” hierro-sulfuro (ISC), los cuales son cofactores esenciales
para proteínas involucradas en la respiración mitocondrial, la
replicación/reparación de ADN y funciones enzimáticas. El ensamble inicial de
un ISC lo lleva a cabo un complejo multimérico de proteínas. Adicionalmente, la
ferredoxina reductasa (FDXR) y las ferredoxinas 1 y 2 (FDX1/2) proporcionan un
electrón que reduce el sulfano a sulfuro para activar la configuración
electrónica apropiada del ISC. Una vez formado, el ISC es transferido a las
apoproteínas receptoras. Las mutaciones genéticas de los genes involucrados en
la biosíntesis de ISC han sido identificadas en enfermedades neurodegenerativas
y metabólicas, como la ataxia de Friedreich, una enfermedad autosómica recesiva
caracterizada por severa neurodegeneración y cardiomiopatía.
La desregulación del metabolismo del hierro ha sido implicada en
varios tipos de cáncer con anormalidades en la captación, utilización y
almacenamiento del hierro. Las células cancerosas a menudo tienen un incremento
en la expresión de importadores de hierro y una disminución de la expresión de
exportadores de hierro. Por ejemplo, la expresión de FPN está reducida en el
cáncer de mama con un incremento en los niveles del pool de hierro y
crecimiento del tumor. La expresión de
FPN también disminuye en cáncer de próstata y cáncer de ovario. Por el
contrario, la hepcidina, regulador negativo de la FPN, se encuentra aumentada
en pacientes con cáncer de próstata, cáncer de mama, carcinoma hepatocelular y
cáncer de ovario. Adicionalmente, la ferritina (FT), el receptor de ferritina (FTR)
y la STEAP3, una metaloreductasa que convierte al hierro férrico insoluble en la forma ferrosa soluble, son altamente expresados en
células cancerosas para incrementar la entrada de hierro. Un estudio reciente
reporta que el NFSI, un regulador del ensamble de ISC, promueve el cáncer de
pulmón regulando la homeostasis del hierro. El hierro promueve la formación de
tumores como factor de crecimiento y es necesario para la función de muchas
enzimas involucradas en la síntesis de ADN y el ciclo celular. Por el
contrario, la depleción de hierro inhibe la proliferación celular disminuyendo
la expresión de ciclina D1 y Cdk2. Por otra parte, el hierro puede funcionar
como promotor de tumor generando ROS a través de la reacción de Fenton. Esta
reacción no solo daña lípidos y proteínas, también causa daño oxidativo al ADN,
incluyendo modificaciones en las bases y bandas del ADN, lo cual puede ser
mutagénico.
El supresor de tumor p53 a menudo es
referido como “guardián del genoma”. La mutación del gen p53 es la más común en el cáncer humano y la
pérdida de p53 juega un rol central en el desarrollo del tumor. La importancia
del p53 en la supresión del tumor está dada por su capacidad como factor de
transcripción para regular una serie de genes necesarios para la supervivencia
y muerte de las células. Los estudios recientes sugieren que el p53 juega un
rol en la homeostasis del hierro y es regulado por varios reguladores claves
del metabolismo del hierro. En el tratamiento con quelantes de hierro, la
expresión de p53 aumenta e induce la inhibición del crecimiento activando genes
como el p21. El aumento en la expresión de p53 por los quelantes de hierro se
debe al incremento en la estabilidad de la proteína p53 por parte del factor
inducible por hipoxia 1 alfa (HIF1α). El HIF1α es activado en respuesta a
condiciones con privación de hierro. Por el contrario, la expresión de p53
disminuye por exposición a exceso o sobre carga de hierro a través de la
interacción heme-p53. Por ejemplo, la expresión de p53 disminuye en los ratones
Hfe-/- que exhiben hemocromatosis hereditaria, una enfermedad con
sobre carga de hierro. El heme interactúa con el dominio de unión a ADN del
p53, lo cual promueve la salida del p53 del núcleo y su posterior degradación.
Los ratones C57BL/6 alimentados con una
dieta rica en hierro muestran una disminución de los niveles de la proteína p53
en el hígado. Consistente con esto, la pérdida de p53 provoca un aumento en los
niveles plasmáticos de hierro en ratones alimentos con una dieta rica en
hierro. Como regulador master, el p53
regula la expresión de sensores de hierro claves para el control del pool
intracelular de hierro. En este contexto, el promotor de HAMP, el gen que
codifica a la hepcidina, contiene un potencial elemento de respuesta a p53 que
puede ser activado por p53, pero disminuye cuando el p53 es silenciado. El incremento en el nivel de hepcidina
inducido por p53 juega un rol en la patogenia de la anemia, la anormalidad
hematológica más común en los pacientes con cáncer, cuyos niveles de p53 a
menudo aumentan durante el tratamiento del cáncer. Adicionalmente, p53
incrementa la expresión de la enzima ensambladora de ISC (ISCU), lo cual
protege a las células de la sobre carga de hierro. La ISCU sirve como mediador
de p53 para mantener el pool intracelular de hierro.
El p53 modula varias proteínas
mitocondriales involucradas en el metabolismo del hierro, como la FDXR. La FDXR
es la única ferredoxina reductasa humana involucrada en la biosíntesis de ISC y heme. Los ratones deficientes en
FDXR son letales embriológicamente debido a la sobre carga de hierro en el
embrión en desarrollo. La expresión de FDXR mediada por p53 juega un rol en la
homeostasis mitocondrial del hierro y en la modulación de ISC o la síntesis de
heme. Adicionalmente, la frataxina (FXN), un regulador clave de la síntesis de
ISC, es regulada por el p53. La expresión de FXN está asociada con el estatus
de p53 y el promotor del gen FXN contiene un potencial elemento de respuesta al
p53. Dado que el p53 modula varios reguladores de hierro, es de esperar que
algunos de estos reguladores a su vez modulen la expresión de p53. Por ejemplo,
la FT, una proteína de almacenamiento de hierro, activa la expresión de p53 en
condiciones de estrés oxidativo.
Específicamente, la FT se une al p53 y
posteriormente incrementa la actividad transcripcional del p53, la cual es
independiente de la actividad ferroxidasa de la FT. Por otra parte, la FT
mitocondrial (FTmt), una proteína mitocondrial de almacenamiento de hierro,
activa la expresión de p53 provocando la supresión del crecimiento.
La ferroptosis es una ruta de muerte
celular, independiente de caspasas, mediada por hierro que requiere la
acumulación de hidroperóxidos lípidos. Los estudios sugieren que la ferroptosis
puede ser una nueva opción para la terapia del cáncer. La ferroptosis es un
componente crucial de la supresión de tumor mediada por p53. El p53 induce la
ferroptosis, al menos en parte, a través de la represión transcripcional de
SLC7A11, un componente del sistema xc-, un antiporter cistina/glutamato.
Adicionalmente, el p53 media la ferroptosis activando GLS2 y SAT1. Sin embargo,
varios estudios reportan que el p53 inhibe la ferroptosis inhibiendo la
actividad de la dipeptidil peptidasa 4 (DPPIV) de una manera independiente de
transcripción en células de cáncer colorectal humano. En otro estudio, el p53
disminuye la actividad del sistema xc- y simultáneamente reduce la sensibilidad
de las células a la ferroptosis mediada por estrés metabólico. Estas
observaciones aparentemente opuestas pueden deberse a enfoques diferentes. Por
ejemplo, el p53 basal induce ferroptosis, mientras el p53 inducido por estrés
inhibe la ferroptosis.
En conclusión, el hierro juega un rol vital
en muchos procesos bioquímicos fundamentales. La desregulación del metabolismo
del hierro causa enfermedades como la anemia por deficiencia de hierro y la
hemocromatosis hereditaria. Por otra parte, la evidencia emergente sugiere que
la desregulación del metabolismo del hierro contribuye a la tumorigénesis y
muchos genes reguladores del hierro son alterados en los canceres. Generalmente, las células cancerosas requieren una alta cantidad de
hierro para su proliferación y, por tanto, son vulnerables a la deficiencia de
hierro. Actualmente, los quelantes de
hierro son considerados una estrategia
terapéutica para varios tipos de
canceres incluyendo tumores sólidos y canceres sanguíneos. El efecto anti-tumor
de un quelante de hierro es, al menos en parte, a través de la activación del
p53. El p53 no solo es necesario para inducir la supresión del crecimiento tumoral
mediante la depleción de hierro, también modula la expresión de genes
involucrados en la homeostasis sistémica y celular del hierro. Adicionalmente,
existen varias asas reguladoras entre
p53 y reguladores mitocondriales de hierro, como FDXR-p53 y
frataxina-p53.
Fuente: Zhang J,
Chen X (2019). P53 tumor suppressor
and iron homeostasis. The FEBS Journal 286: 620-629.
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