Kisspeptina y PCOS
El síndrome de
ovario poliquístico (PCOS) es un desorden endocrino y metabólico, el cual se
caracteriza por anovulación crónica, ovarios poliquísticos e hiperandrogenismo
que afecta a 5-22% de las mujeres en edad reproductiva. Aunque la patogénesis
del PCOS aún no está clara, la
alteración del eje hipotálamo-hipófisis-gonadal (HHG) que eleva la relación hormona
luteinizante (LH)/hormona estimulante folicular (FSH), está fuertemente asociada
con el desarrollo de PCOS en aproximadamente 35-90% de las pacientes. Sin
embargo, el mecanismo involucrado en la desregulación del eje HHG en el PCOS
aún no ha sido bien ilustrado.
La kispeptina (Kp) es un péptido
hipotalámico codificado por el gen KISS1, aislado por primera vez de la
placenta humana. A partir de su descubrimiento, estudios en humanos y modelos
animales reportan un rol clave de la Kp en la regulación del eje HHG. Algunos
estudios indican que la administración de Kp aumenta dos veces el nivel de LH,
acompañada por una pequeña –o ninguna-elevación del nivel de FSH. Por otra parte, varios investigadores
notaron que la Kp ejerce un efecto directo en la regulación al alza de las
neuronas que producen hormona liberadora de gonadotropinas (GnRH) en términos
de despolarización, mayor tasa de disparo y regulación hacia arriba de la
expresión del mARN de GnRH, lo cual
explica el aumento de la relación LH/FSH después de la administración de Kp.
Aunque la presencia de receptores de Kp en la hipófisis ha sido reportada en
varios estudios, estos receptores tienen poco efecto estimulador sobre la
liberación de gonadotropinas cuando se aplican antagonistas de la GnRH, lo que
sugiere que el efecto directo de la Kp sobre los receptores expresados en las neuronas
GnRH es la ruta principal. De acuerdo con la evidencia existente de la
regulación del eje HHG por la Kp, es posible que el número de neuronas Kp
pueda correlacionarse positivamente con
el nivel de LH, aunque no está claro si los niveles circulantes de Kp reflejan
el número de neuronas Kp en el hipotálamo.
De acuerdo con los hallazgos in vivo e in
vitro, biológicamente es posible que el nivel de Kp sea mayor en mujeres con
PCOS que en mujeres sin PCOS. En este contexto, varios estudios reportan un
mayor nivel de Kp en mujeres con PCOS en comparación con los controles sin PCOS.
Sin embargo, algunos estudios no comparan
edad e índice de masa corporal entre los grupos PCOS y no PCOS y solo
consideran la “oligomenorrea” y el “ovario anormal” en el criterio diagnóstico
de PCOS. Otros solo consideran “anovulación crónica” e “hiperandrogenismo” en
el diagnóstico de PCOS en las participantes de sus investigaciones. En la
actualidad, hay diferentes fenotipos de PCOS caracterizados por varios rasgos
metabólicos, lo que aumenta la posibilidad que el nivel de Kp no se encuentre
aumentado en todos los fenotipos. Además
de la sobre actividad hipotalámica, otros factores como la disfunción de la
hipófisis y/o del ovario también pueden contribuir, al menos parcialmente, al
desarrollo de PCOS. Para algunas pacientes, la sobre actividad hipotalámica
puede ser menos severa que la disfunción ovárica, mientras el rol de la Kp en
el ovario raramente ha sido reportado y aparentemente es insignificante, lo
cual explica porque estas pacientes muestran síntomas de PCOS pero los elevados
niveles de Kp no son detectados en su sangre.
La Kp es un efectivo estimulador de la
liberación pulsátil de GnRH, lo cual predominantemente determina los niveles
circulantes de LH. Por tanto, no es sorprendente encontrar una correlación
positiva entre concentración de Kp y niveles circulantes de LH. Sin embargo, la
mayoría de estudios fallan en proporcionar una adecuada evidencia estadística
para apoyar esta teoría. Aunque estos estudios reportan una mayor concentración
de Kp en mujeres con PCOS en comparación con su contraparte sin PCOS, los
niveles de Kp y LH no se correlacionan. Por otra parte, mientras varios
investigadores reportan una correlación positiva entre los niveles de Kp y LH,
fallan en encontrar un nivel significativamente alto de Kp en mujeres con PCOS
en comparación con el grupo control sin PCOS. Un estudio reciente puede ayudar
a explicar este fenómeno al proporcionar evidencia que en las pacientes con
PCOS, la secreción espontánea episódica de Kp está acoplada con los pulsos de
LH solamente en las pacientes sin oligomenorrea. Las pacientes con
oligomenorrea no muestran acoplamiento de los pulsos de Kp con la pulsatilidad
de la LH, lo cual sugiere que la regulación del eje HHG por la Kp podría estar
ya alterada. Por lo tanto, debido a la heterogénea constitución de pacientes
con/sin oligomenorrea en los diferentes estudios, la relación entre Kp y
secreción de LH no está clara.
La resistencia a la insulina (RI) se
encuentra en 50-70% de mujeres con PCOS, lo cual es ampliamente aceptado como
un significativo factor de riesgo para el desarrollo de síndrome metabólico.
Sin embargo, la evidencia existente es conflictiva en términos de la relación
entre Kp y RI. Aunque algunos estudios reportan que la Kp podría inhibir la
secreción de insulina, otros estudios no encontraron ningún cambio en la
secreción de insulina después de la administración de Kp. Por otra parte, los
estudios in vitro demuestran que la Kp facilita la secreción de insulina
inducida por glucosa en islotes pancreáticos de humano, porcino y roedores.
Adicionalmente, un estudio reciente demuestra un rol beneficioso de la Kp en la
secreción de insulina in vivo en humanos, lo cual tiene significativas
implicaciones en la relación entre metabolismo y reproducción. Con relación a otros
marcadores metabólicos, varios estudios reportan una correlación positiva
entre Kp y concentración plasmática de
testosterona, sulfato de dehidroepiandrosterona, índice de andrógeno libre,
leptina, proteína ligadora de retinol, lipoproteína de alta densidad y
globulina ligadora de hormonas sexuales.
Dos poblaciones de neuronas kisspeptina han
sido descritas en roedores, las cuales están localizadas en el núcleo arqueado
del hipotálamo (ARC) y el núcleo anteroventral periventricular (AVPV). En
roedores, las neuronas Kp en el ARC son consideradas un generador Kp más
importante que las neuronas Kp en el AVPV, y son llamadas neuronas KNDy (kisspeptina,
neuroquinina B, dinorfina). Estas neuronas autosinápticamente regulan la
secreción pulsátil de Kp a través de receptores de neuroquinina B y receptores
kappa de péptidos opioides. Aunque alguna evidencia sugiere que la Kp es
importante en la regulación fisiológica del eje HHG, la función del sistema
KISS1 en la patogénesis del PCOS aún no está clara. Recientemente varios
estudios midieron la expresión del gen KISS 1 y la inmunoreactividad Kp en
modelos de ratas con PCOS, sugiriendo que el sistema KISS1 actúa de manera
diferente en varios modelos de PCOS. En uno de estos estudios, la
inmunoreactividad Kp en el hipotálamo está reducida en modelos de ratas con
PCOS inducido por dihidrotestosterona (DHT). Por otra parte, la regulación a la
baja de la expresión del gen KISS1 inducida por testosterona y estradiol fue
detectada en modelos de rata con PCOS. Por
el contrario, un estudio reciente falló en encontrar una diferencia en la
inmunoreactividad Kp postnatal inducida
por DHT en ratas en comparación con los controles. Sin embargo, encontraron un
incremento en la expresión del gen KISS1 en el modelo de rata con PCOS inducido
prenatalmente por DHT. En dos modelos de
ratas con PCOS inducido por letrozole, los autores notaron en uno de ellos más
células Kp positivas en el ARC que el AVPV. En el otro modelo también encontraron mayor expresión del mARN
de Kp en el ARC que en el AVPV, lo cual apoya la teoría que el ARC es el regulador más importante del sistema KISS1 en
modelos de animales con PCOS. Por lo tanto, los modelos animales de PCOS con
distintos fenotipos metabólicos pueden resultar en diferencias en la expresión
de Kp en las diversas partes del hipotálamo. Entonces, el sistema KISS1 es
sobre activado solamente en los modelos animales con elevados niveles de LH, en
línea con la presunta función de la Kp en la regulación del eje HHG. Además, la
inmunoreactividad Kp está disminuida en las ratas con PCOS de mayor peso, lo
cual sugiere que el peso corporal se correlaciona negativamente con la actividad
del sistema KISS1. Los hallazgos en modelos animales sugieren que el sistema
KISS1 solamente es regulado al alza en los fenotipos PCOS con mayores niveles
de LH y peso corporal normal.
En conclusión, aunque la patogénesis del
PCOS aún no está clara, la alteración del eje HHG es considerada la principal
causa en el desarrollo del PCOS. La Kp es un factor clave en la regulación de la secreción de LH/FSH, lo cual
potencialmente podría estar involucrado con el desarrollo de PCOS. En general,
los niveles de Kp son mayores en la población PCOS, lo cual apoya la hipótesis
que un sistema KISS1 sobre activo causa un incremento en la actividad del eje
HHG, provocando aumento de la relación LH/FSH, ciclos menstruales irregulares y
excesiva liberación de andrógenos en las mujeres con PCOS. Sin embargo, los
hallazgos de los estudios con animales sugieren que los niveles de Kp no
aumentan en todos los subtipos de PCOS. La concentración de Kp es elevada en
los subtipos de PCOS con altos niveles de LH y peso corporal normal.
Fuente: Tang R et
al (2019). Kisspeptin and polycystic ovary syndrome. Frontiers in Endocrinology
10:298.
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