Orexinas, tejido adiposo y páncreas
Los neuropéptidos
orexina A y orexina B (hipocretinas 1 y 2) fueron identificadas originalmente
en el hipotálamo de la rata como productos del clivaje proteolítico de la proteína precursora, preproorexina. La
orexina A y la orexina B están compuestas por 33 y 28 aminoácidos,
respectivamente. Los dos péptidos se unen a receptores acoplados a proteína G llamados
receptor orexina 1 (OXR1) y receptor orexina 2 (OXR2). El OXR1 es activado
equipotencialmente por ambos péptidos, mientras el OXR2 tiene una selectividad aproximadamente
10 veces mayor por la orexina B. La señal del receptor orexina es
multifacética; no obstante, la MAPK, la adenil ciclasa, los iones calcio y las
fosfolipasas son consideradas como moléculas intracelulares esenciales para
transmitir las señales de la activación de los receptores orexina. Los reportes
iniciales señalaron la importancia de las orexinas y sus receptores en el
control del peso corporal y la homeostasis energética a través de la estimulación
de la ingesta de alimentos, el gasto de energía así como también por el control del ciclo sueño-vigilia. Los
estudios en ratones y perros proporcionaron
evidencia que la deficiencia de orexina o la inactivación genética del
OXR2 causa narcolepsia. Más aún, la deficiencia de orexina A en humanos está
asociada con narcolepsia, una excesiva somnolencia diurna. Dado que la
narcolepsia está asociada con un mayor riesgo de obesidad y diabetes mellitus
tipo 2, se asume que la deficiencia de orexina puede contribuir al desbalance
de la glucosa y a la fisiopatología de la obesidad. Los ratones transgénicos con ablación de las
neuronas que contienen orexina desarrollan narcolepsia y obesidad. Por el
contrario, la sobre expresión de orexina u OXR2 en roedores protege contra la
obesidad inducida por dieta, mejora el control de la glucosa y la sensibilidad
a la leptina. La orexina A exógena atenúa la adiposidad en ratas y ratones con
obesidad inducida por dieta, lo cual apoya las observaciones en animales modificados
genéticamente.
El mantenimiento del peso corporal y la
homeostasis energética es controlado por
múltiples factores metabólicos y hormonales. La inyección de orexina A en el
hipotálamo ventromedial activa el sistema nervioso simpático promoviendo la
captación de glucosa y la síntesis de glucógeno en el músculo esquelético.
Adicionalmente, la orexina A es requerida para mantener la actividad
motora así como también la señal
insulina en el hipotálamo, lo cual
resulta en mejoramiento de la sensibilidad a la insulina en la
periferia. Fuera del sistema nervioso central, las orexinas y/o sus receptores
son expresados en el tracto gastrointestinal, el sistema reproductivo, las
glándulas suprarrenales, el corazón, el páncreas y el tejido adiposo. La orexina
A circula en la sangre y sus niveles se
correlacionan negativamente con el índice de masa corporal en humanos. Los
niveles plasmáticos de orexina A están asociados negativamente con la
resistencia a la insulina y positivamente con la sensibilidad a la insulina en
pacientes con diabetes tipo 2. Por otra parte, los niveles plasmáticos de
orexina A son bajos en mujeres embarazadas con diabetes mellitus gestacional.
Estos datos sugieren una relevancia funcional de la orexina A en el contexto de la fisiopatología de la
obesidad y la diabetes tipo 2.
El peso corporal, el control de la glucemia
y el metabolismo son influenciados por el tejido adiposo y las células α y β
del páncreas. El tejido adiposo no solo almacena energía, también produce y
libera factores que participan en la regulación de la homeostasis energética.
La disfunción del tejido adiposo no solo es una característica de la obesidad, también
incrementa la resistencia a la insulina en la diabetes mellitus tipo2 (DMT2).
Las células α y β del páncreas producen y liberan glucagón e insulina,
respectivamente. La insulina disminuye los niveles postprandiales de la glucosa
sanguínea, mientras el glucagón aumenta la glucosa sanguínea. La pérdida de
células β y la desregulación de la secreción de insulina y glucagón contribuyen
a la alteración del control de la glucemia en la diabetes tipo 1 y tipo 2. Las
orexinas interactúan con el tejido adiposo y con el páncreas endocrino, y están
relacionadas con la fisiopatología de la obesidad y la diabetes.
Las dos isoformas de OXR están presentes en
los adipocitos. Mientras y OXR1 y OXR2
han sido identificados en adipocitos aislados de tejido adiposo
subcutáneo humano, otros estudios reportan que el OXR1, pero no el OXR2, está presente
en preadipocitos humanos. En tejido adiposo subcutáneo y visceral de porcino,
la expresión de OXR1 es mayor que la de OXR2. Por otra parte, ratones
alimentados con dieta rica en manteca de cerdo (45%) expresan dos veces más
preproorexina en tejido adiposo blanco, que los animales alimentados con dieta
suplementada con 5 % de manteca de
cerdo. Hay evidencia que la manteca de cerdo induce estrés de retículo
endoplásmico (RE) en tejido adiposo de rata. El estrés RE estimula la actividad
de numerosos factores de transcripción, lo cual sugiere que el RE puede ser
relevante en la expresión de preproorexina inducida por dieta rica en manteca
de cerdo. Sin embargo, debido a la naturaleza heterogénea del tejido adiposo,
el cual está compuesto por muchos tipos de células incluyendo preadipocitos,
adipocitos, macrófagos y fibroblastos, la fuente celular de preorexina en el
tejido adiposo es desconocida.
La orexina A estimula, mientras la orexina B
suprime la proliferación de preadipocitos de rata in vitro. La orexina A y la
orexina B pueden aumentar el crecimiento
de preadipocitos de porcino. Por otra parte, la orexina A protege a los
preadipocitos de la apoptosis. Las propiedades promitogénica y antiapoptosis de
la orexina A son mediadas por un
mecanismo dependiente de ERK1/2. El rol
de las orexinas en el control de la diferenciación de preadipocitos en
adipocitos maduros en roedores no es completamente claro. Por el contrario, en
porcinos, un estudio reciente demuestra que ambas orexinas aumentan la diferenciación
de preadipocitos a juzgar por el incremento en la acumulación de lípidos y la
expresión de genes proadipogénicos: PPARG2, C/EBPA y C/EBPB. Los estudios que evalúan el rol de las
orexinas en el contexto de la adipogénesis humana son escasos. Uno de esos
estudios reporta la incapacidad de la orexina A para inducir la expresión de marcadores adipogénicos en preadipocitos
aislados. En resumen, las orexinas pueden estimular o suprimir la proliferación
y diferenciación de una manera
específica de especie. Mientras en roedores, la orexina A estimula el
crecimiento de preadipocitos y los protege de la apoptosis, la orexina B
suprime la proliferación celular. Por el contrario, las orexinas A y B inducen
la proliferación y diferenciación de
preadipocitos aislados de cerdos. En
humanos, la orexina A falla en estimular
la diferenciación de preadipocitos.
Los adipocitos producen y liberan una
variedad de adipoquinas que influyen en el metabolismo de la glucosa, la
sensibilidad a la insulina y juegan un rol en la fisiopatología de la obesidad.
La orexina estimula la expresión y secreción de adiponectina en adipocitos,
regulan al alza las concentraciones plasmáticas de orexina A en animales
delgados, obesos y diabéticos e incrementan los niveles de FGF21 en animales
con DMT2. En vivo, la orexina A puede reducir los niveles de leptina en ratas y
ratones. Por el contrario, la orexina A estimula la expresión y secreción de
leptina en adipocitos aislados de porcino. En un modelo de rata con DMT2 y
obesidad, el tratamiento con orexina A durante cuatro semanas disminuye los
niveles de glucosa en ayunas y reduce los niveles plasmáticos de las citoquinas
proinflamatorias TNFα, resistina y visfatina. Estas tres citoquinas contribuyen
a la resistencia a la insulina, alteran la secreción de insulina y juegan un
rol en la fisiopatología de la obesidad. Dado que estas hormonas son producidas
y secretadas por los adipocitos, es posible que la orexina A pueda mejorar el
control de la glucosa y la sensibilidad a la insulina influyendo en la
liberación de adipoquinas pro- y anti-inflamatorias de una manera favorable.
La capacidad de los adipocitos marrones para
generar calor es controlada por factores ambientales y hormonales, así como
también por el sistema nervioso simpático. Los OXR son altamente
expresados en regiones cerebrales
responsables de la termorregulación como el rafe pallidus. Por otra parte, el
frío provoca la estimulación de preproorexina en el hipotálamo lateral, lo cual
indica que las orexinas pueden estar involucradas en el control de la
temperatura corporal. En este contexto, la administración de orexina A en el
rafe pallidus induce la termogénesis en el tejido adiposo marrón. En ratones,
las neuronas orexina son requeridas para la fiebre inducida por prostaglandina
E2 así como para la adaptación al frío ambiental. Un estudio reciente demuestra
que ratones con deficiencia de orexinas tienen mayor cantidad de depósitos de
tejido adiposo marrón. Adicionalmente, los ratones obesos con deficiencia de
orexinas tienen reducción de gasto de energía y consumo de oxígeno. La orexina
A es requerida para la adipogénesis en el tejido adiposo marrón en roedores. Los
efectos positivos directos de las orexinas sobre la diferenciación de
preadipocitos marrones han sido confirmados en experimentos in vitro. Los
mecanismos de diferenciación de los preadipocitos marrones estimulada por
orexinas incluyen la activación mediada por OXR1 de fosfolipasa C y MAPK. Por
el contrario, hay evidencia que la orexina A falla en estimular la
diferenciación de preadipocitos marrones así como la expresión de genes
termogénicos en preadipocitos marrones obtenidos de humanos. Por lo tanto, las
propiedades termogénicas de la orexina A podrían ser específica de especie.
Un buen número de estudios evalúan la
presencia del sistema orexina en el páncreas endocrino. La presencia de OXR1,
pero no OXR2, ha sido detectada en islotes pancreáticos de rata. La orexina A
ha sido identificada en células β de rata y cobayo y en células α de islotes de
rata. Por otra parte, la inmunoreactividad de orexina A ha sido reportada en
células endocrinas de páncreas humano. La secreción de orexina A por islotes
pancreáticos aislados de rata incrementa con las bajas concentraciones (2,8 mM)
de glucosa, mientras con altas concentraciones (16,7 mM) de glucosa, disminuye
la liberación de orexina A. Por otra parte, la aplicación de glucagón reduce la
secreción de orexina A en islotes pancreáticos de ratas con bajas y altas concentraciones
de glucosa. La reducción de la liberación de orexina A por el glucagón no es
revertida por la co-incubación con diazoxide, un bloqueador de la secreción de
insulina, lo cual sugiere que la inhibición de la liberación de orexina A por
el glucagón es independiente de insulina. La relevancia del glucagón en la
supresión de los niveles de orexina A ha sido confirmada in vivo. La
administración de glucagón reduce los niveles circulantes de orexina A en
humanos delgados sanos y pacientes con
diabetes tipo 1 así como también en ratones obesos no diabéticos. Considerando los efectos opuestos de la
orexina A y el glucagón sobre los niveles sanguíneos de glucosa (reducción vs
aumento), el glucagón puede prevenir una
excesiva disminución de la concentración sanguínea de glucosa en respuesta a la
orexina A. Por otra parte, el glucagón puede estimular la lipólisis, mientras
la orexina A suprime este proceso. Entonces, la inhibición de la secreción de
orexina A por el glucagón puede ser un evento relevante para el metabolismo de lípidos
modulado por orexina A y explica, al menos parcialmente, porque la carencia de
orexina A promueve la lipogénesis in vivo.
La inyección subcutánea aguda así como la
administración prolongada de orexina A y orexina B provoca un incremento en los
niveles sanguíneos de insulina en ratas. In vitro, los estudios de perfusión
demuestran que la orexina A aumenta la secreción de insulina en el páncreas de
la rata. La orexina B también es capaz de incrementar la liberación de insulina
por tejido pancreático de ratas sanas y diabéticas. En humanos, la elevación de
los niveles sanguíneos de insulina ha sido reportada durante la infusión de
orexina A. La adenil ciclasa y los receptores rianodina intervienen en los
efectos de la orexina A sobre la exocitosis de insulina, lo cual sugiere que la
estimulación de la secreción de insulina por la orexina A es mediada por
mecanismos dependientes de AMP cíclico y calcio. Sin embargo, es necesario
puntualizar que hay datos contradictorios con relación al rol de la orexina A
en la regulación de la secreción de insulina. Por ejemplo, algunos estudios
reportan que la orexina A exógena disminuye los niveles sanguíneos de glucosa
en ratas sanas y diabéticas sin afectar la concentración de insulina. Con
relación a la regulación de la secreción de glucagón por la orexina A, los
hallazgos reportados son más consistentes. La orexina A suprime la secreción de
glucagón en páncreas perfundido in situ de rata e islotes pancreáticos aislados
de rata. Adicionalmente, un estudio in vitro reciente demuestra que la orexina
A disminuye la secreción de glucagón en islotes pancreáticos de porcino. Sin
embargo, los estudios en humanos no demuestran cambios en los niveles
plasmáticos de glucagón durante la infusión con orexina A. La orexina B también
incrementa la secreción de glucagón en fragmentos de tejido pancreático
derivado de ratas no diabéticas.
La orexina A estimula la proliferación de
células β pancreáticas. Un mecanismo dependiente de PI3K/PKB activado por OXR1
está involucrado en los efectos de la orexina A sobre la proliferación de
células β. Por otra parte, la orexina A es capaz de proteger a las células β
contra la apoptosis. Este efecto es mediado vía OXR1 y PKB. Un estudio reciente
demuestra que el efecto anti-apoptosis de la orexina A en las células
endocrinas del páncreas no ocurre solamente en roedores. En islotes
pancreáticos aislados de porcino, la orexina A estimula la viabilidad de los
islotes y los protege de la apoptosis vía una señal dependiente de ERK1/2. En
ratas con DMT2, la infusión subcutánea continua de orexina A por cuatro semanas
atenúa la reducción de células β y reduce el área de células α. Estos datos
sugieren que la señal del receptor orexina
en las células α y β puede
proteger a los islotes pancreáticos contra la disfunción y la pérdida de
células β en la DMT2. Por otra parte, a
la luz de los datos que demuestran que la señal OXR1 suprime la muerte de células
β, no se puede excluir que la regulación al alza del OXR1 en las células apoptósicas forma parte de un sistema
de auto-defensa celular.
En conclusión, la orexina A promueve la
proliferación de preadipocitos pero no la diferenciación en adipocitos maduros
en ratas y ratones. Por el contrario, la
orexina B suprime el crecimiento de preadipocitos. Ambas isoformas de orexina
estimulan la diferenciación y proliferación de preadipocitos porcinos, lo que
sugiere que hay diferencias entre las
especies en las acciones de las orexinas. En adipocitos maduros de
roedores y porcinos, la orexina estimula la captación de glucosa, la
acumulación de lípidos y la producción de adiponectina. En humanos, OXR1 y OXR2
están presentes en los adipocitos blancos diferenciados. Sin embargo, los datos
recientes indican que el OXR1, pero no el OXR2, está presente en preadipocitos,
mientras ambos receptores están ausentes en adipocitos maduros. Por otra parte,
la orexina A suprime la lipólisis y estimula la expresión de PPARG en
adipocitos de humanos y roedores. La
orexina A modula la formación y función de tejido adiposo marrón, lo cual es
relevante en la promoción del gasto de energía, el balance energético negativo
y la protección contra la obesidad. En el páncreas endocrino, la evidencia
acumulada indica que la orexina A estimula la secreción de insulina mientras
inhibe la liberación de glucagón.
Adicionalmente, la orexina A estimula la proliferación células β
productoras de insulina y protege a los
islotes pancreáticos contra la disfunción y la pérdida de células β en la
diabetes mellitus tipo 2.
Fuente: Skrzypski
M et al (2018). The role of orexin in controlling the activity of the
adipo-pancreatic axis. Journal of Endocrinology 238: R95-R108.
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