Hormonas tiroideas y páncreas
Las hormonas
tiroideas (HT) están involucradas en varios procesos, tales como crecimiento,
desarrollo, reproducción y metabolismo. Las HT incluyen a la 3,5,3´,5´-tetrayodo-L-tironina
(T4) y la 3,5,3´-triyodo-L-tironina (T3); ambas hormonas son sintetizadas y
secretadas por la glándula tiroides. La secreción de HT por la glándula tiroides es estimulada por
la hormona estimulante de la tiroides (TSH), la cual es secretada por la
hipófisis anterior. La secreción de TSH, a su vez, es regulada por la hormona
liberadora de tirotropina (TRH) producida por el hipotálamo. En la sangre, la
mayor parte de T3 y T4 circula unida con proteínas, mientras pequeñas
cantidades de encuentran en su forma libre. Solamente la T3 libre y la T4 libre
tienen acción biológica; la T3 tiene la función fisiológica más potente. La T3
libre deriva principalmente de la T4 por acción de las 5´-desyodasas (D1 y D2)
y la conversión tiene lugar en las células blanco de las HT. La D3
inactiva moléculas de T4 y T3 para
terminar la acción de las HT. Antes de ser reconocidas por sus receptores, las
HT deben ser transportadas en las células por moléculas transmembrana
especiales. Un transportador altamente específico es el transportador de
monocarboxilato 8 (MCT8). Otros transportadores secundarios de HT incluyen al
transportador de aminoácidos aromáticos (MCT10), los polipéptidos
transportadores de aniones orgánicos (OATP1C1, OATP1A2 y OATP1A4), los
transportadores de grandes aminoácidos neutros (LAT1 y LAT2) y los intercambiadores
de L-cistina y L-glutamato. Los patrones
de expresión de los transportadores primarios y secundarios varían en
los órganos blancos de HT, lo cual sugiere diferentes acciones locales de las
HT.
La función fisiológica de las HT requiere la
interacción con sus receptores nucleares (TR). Hay dos isoformas principales de
TR, TRα y TRβ, codificadas en genes
separados. El gen TRα codifica tres isoformas: TRα1, TRα2 y TRα3. Entre las isoformas TRα, solamente la
TRα1 es capaz de unirse a T3 para activar o reprimir genes, mientras TRα2 y
TRα3 no se unen a T3, antagonizando su acción. Por el contrario, todas las
isoformas TRβ (TRβ1, TRβ2 y TRβ3) se unen a su ligando T3 con alta afinidad
para mediar la expresión de genes. Los TR pueden unirse a los elementos de
respuesta de HT (TRE), los cuales se localizan en la región promotora de los
genes blancos de las HT y también pueden formar homodímeros o heterodímeros con
el receptor retinoide X (RXR) y otros receptores (como el receptor de
estrógenos). Por otra parte, las HT también producen efectos no genómicos, los
cuales no dependen de los TR nucleares y son inducidos por rutas de
señalización relacionadas con la membrana celular. Los efectos no genómicos usualmente
involucran quinasas o calmodulina, Ca2+-ATPasa, adenilato ciclasa y
transportadores de glucosa (GLUT). Es bien conocido que las HT pueden afectar
la acción de otras hormonas (como retinoides por el RXR) y también tienen
efectos sobre otras glándulas endocrinas. Una de esas glándulas es el páncreas,
la cual está involucrada en enfermedades crónicas como la diabetes. Por lo
tanto, la disfunción tiroidea, incluyendo enfermedad tiroidea autoinmune,
hipertiroidismo e hipertiroidismo podrían causar disfunciones pancreáticas.
El páncreas comprende dos partes
funcionales: la porción exocrina y la porción endocrina. La porción exocrina corresponde
a 98-99% de la masa pancreática y secreta enzimas digestivas en el duodeno.
Estas enzimas, las cuales incluyen tripsina, quimotripsina, amilasa y
lipasa, participan en la digestión de
alimentos en el intestino. La porción endocrina (también conocida como islotes
de Langerhans) produce y secreta cinco hormonas, las células α secretan
glucagón, las células β secretan insulina, las células δ secretan
somatostatina, las células γ secretan polipéptido pancreático y las células ε secretan ghrelina. Glucagón e
insulina son las principales hormonas responsables del mantenimiento de la
homeostasis de la glucosa. Los desórdenes de la función de las células β han
atraído la atención de los investigadores, pues alteran la secreción de
insulina. Como consecuencia, en la diabetes, la homeostasis de la glucosa es
alterada y el metabolismo energético tisular es afectado.
En el páncreas embrionario, el patrón de
expresión de TR ha sido examinado solamente en modelos animales. La expresión
de TRα comienza a los 12,5 días del desarrollo embrionario e incrementa
rápidamente hasta alcanzar niveles máximos en el nacimiento. Por el contrario,
la expresión de TRβ comienza a los 15,5 días
y aumenta dramáticamente en las etapas tardías del desarrollo
embrionario y en el nacimiento. Esta expresión diferencial de los TR sugiere la existencia de diferentes rutas de
señalización de las HT para el desarrollo embrionario del páncreas. En el
páncreas postnatal humano están presentes los diferentes subtipos de TR y la T4
tiene una fuerte capacidad de unión a TR en el páncreas adulto. Los
transportadores de HT son reguladores claves de la disponibilidad de HT en las
células. Esta regulación se basa en los niveles de HT, pues la disponibilidad
local juega un rol en el órgano blanco. El transportador MCT8 es altamente
expresado en el páncreas adulto y es el principal responsable de la captación
de T3, lo cual sugiere un rol clave en la función normal del páncreas. Otros
transportadores como LAT1 y MCT10 han sido detectados en islotes pancreáticos
humanos. Por otra parte, receptores para TRH y TSH han sido observados en el páncreas. Los
estudios sobre estos receptores han proporcionado la siguiente información:
primero, la TRH puede ser secretada por el páncreas e induce la activación del receptor del factor de crecimiento epidermal (EGF). Segundo, la
TRH tiene un efecto anti-apoptosis en el páncreas. Tercero, la TRH tiene una
secreción rítmica durante el ciclo día-noche en tejidos periféricos como el
hígado regulando funciones metabólicas. Con relación a la TSH, hay un reporte
que demuestra que la TSH puede estimular la transcripción del gen GLUT2 a
través de la activación de la ruta de
señalización p38MAPK.
La investigación sobre el rol fisiológico de
las HT en el páncreas comenzó en la década de los años cuarenta. Uno de los primeros estudios descubrió que el
tratamiento con HT producía un doble efecto en perros pancreatectomizados en el
corto y largo plazo: hiperglucemia reversible (diabetes pretiroidea) o diabetes
(lesiones en el páncreas y patología irreversible). Otro estudio encontró que
la T4 podía ser desyodada a T3 en el páncreas, lo cual promovía la liberación
de insulina. En la década siguiente, los estudios se enfocaron en los roles de
las HT sobre el metabolismo energético y los efectos de las HT sobre las rutas
de señalización de la insulina en órganos distintos al páncreas. Estos estudios
asociaron los niveles de HT y sus rutas de señalización con el riesgo de
desarrollar diabetes. Recientemente, las investigaciones se ocupan
principalmente de la función de las HT en los mecanismos que gobiernan la
patología de la diabetes.
El desarrollo normal del páncreas
(particularmente la porción endocrina)
es esencial para el normal desarrollo del cuerpo. Las alteraciones de la
función del páncreas podrían comenzar en la vida fetal. Por ejemplo, la
insulina es un potente factor de crecimiento y su deficiencia está asociada con
retardo en el crecimiento fetal en humanos y animales. Las HT son las más
poderosas hormonas del desarrollo. Los estudios in vitro e in vivo han
confirmado que la HT tienen un rol en
diferentes fases del desarrollo fisiológico del páncreas. La T3 induce un
incremento en el número de células ductales y células β. La T3 también induce
la disminución del compartimento acinar, lo cual sugiere transdiferenciación de
células endocrinas, posiblemente relacionada con la activación de la ruta de
señalización Akt. Un estudio reciente demuestra que la T3 también promueve la
diferenciación de stem cells embrionarias en células β incrementando el
contenido y la secreción de insulina. Por el contrario, la deficiencia de HT
disminuye la maduración de células pancreáticas. Un estudio reciente demuestra
que el hipotiroidismo agudo disminuye la secreción de péptido C humano. El daño
de la función del páncreas en el feto debido a hipotiroidismo materno podría
tener efectos después del nacimiento, los cuales podrían contribuir a
incrementar el riesgo de diabetes tipo 2. La disminución en la expresión de
GLUT y glucoquinasa (GcK) en los islotes constituye un potencial mecanismo de mayor
riesgo de diabetes en los descendientes de madres que sufren hipotiroidismo.
En el período perinatal, la T3 es importante
para la maduración de células β de acuerdo a la edad gestacional. En este
proceso, las células β responden más a la glucosa con niveles aumentados de T3.
La baja concentración local de HT en la mujer embarazada durante la gestación
tardía solamente mantiene la proliferación de células β y la secreción basal de
insulina, pero no promueve la maduración de la capacidad reguladora de la
secreción de insulina estimulada por glucosa. Esto podría provocar menor
sensibilidad del páncreas a la estimulación por la glucosa, deteriorar la
morfología de los islotes pancreáticos y disminuir la secreción de insulina.
Estos datos indican que el hipotiroidismo materno reduce el número de células β
en el feto.
Aunque los efectos de las HT sobre el
desarrollo del páncreas en el período neonatal son menos cruciales que en la
vida fetal, la función del páncreas es
aún considerada inmadura en la fase neonatal. Los estudios en animales confirman
que las HT son esenciales para el desarrollo postnatal del páncreas. Sin
embargo, entender completamente los efectos de las HT sobre el desarrollo
postnatal del páncreas endocrino es complicado. Es posible involucrar varios
niveles de rutas de señalización. Primero, la ruta de señalización de las HT
puede ser aumentada en alguna extensión por la disminución de la expresión de
D3 e incremento en los niveles de D1 en el islote, lo cual promueve mayores
niveles de T3 activa en ratas. Los cambios en las isoformas de receptores de HT
a través del desarrollo postnatal proporcionan el segundo mecanismo de
regulación de la acción de las HT sobre el páncreas. El TRα predomina en los
estadios tempranos, luego TRα y TRβ son iguales entre los 9 y 15 días
postnatales, posteriormente predomina el TRβ.
Estudios recientes demuestran que las
enfermedades tiroideas autoinmunes a menudo aparecen simultáneamente con la
diabetes tipo 1, lo cual sugiere que la mal función tiroidea puede estar
involucrada en el proceso patológico de diabetes. Las enfermedades tiroideas
autoinmunes, presentes como hipotiroidismo o hipertiroidismo, dependen
principalmente de diferentes tipos de auto-anticuerpos plasmáticos: el hipotiroidismo
a menudo es acompañado por anticuerpos anti-peroxidasa tiroidea (TPO Ab) o anticuerpos
anti-tiroglobulina (Tg Ab), mientras el hipertiroidismo a menudo es asociado
con la presencia de anticuerpos anti-receptor de TSH. El hipotiroidismo
autoinmune altera la función del páncreas relacionada con la diabetes. Los
niveles plasmáticos de TPO Ab y auto-anticuerpos proteína-2 asociada con
insulinoma (IA-2 Ab), así como niveles plasmáticos bajos de péptido C en
condiciones de ayuno han sido relacionados con la necesidad de tratamiento con
insulina en los pacientes con diabetes tipo 1. Entonces, estos anticuerpos son
una indicación del inicio del daño en los islotes pancreáticos. En las enfermedades tiroideas autoinmunes,
como la tiroiditis de Hashimoto, la glándula tiroides es hipoactiva y no
produce suficiente HT. Esto afecta directamente al páncreas a través de los TR.
Por el contrario, los reportes acerca de los efectos del hipertiroidismo
autoinmune sobre la función pancreática son inconsistentes. Un estudio
demuestra un efecto dual en células β en pacientes con hipertiroidismo:
disminución de la liberación de insulina en respuesta a la hiperglucemia e
incremento en los niveles de proinsulina
tanto en ayuno como en respuesta a una comida. El hipertiroidismo
predice la presencia de anticuerpo pancreáticos y, en menor grado, el
desarrollo de diabetes. Los altos niveles de HT en el hipertiroidismo influyen
en la función pancreática. En este contexto, el tratamiento con altos niveles
de T4 puede inducir apoptosis de células β pancreáticas. Por otra parte, un
estudio reciente demuestra secreción de insulina estimulada por glucosa altera
y masa de células β reducida en ratas hipertiroideas. El primer efecto puede
estar relacionado con la disminución de la sensibilidad de los canales de K+
sensibles a ATP (KATP) y canales de Ca2+ tipo L de las
células β. La disminución de la vida media de la insulina circulante en el
hipertiroidismo agrava la disfunción pancreática y la diabetes. Por lo tanto,
aunque se carece de evidencia para probar que los elevados niveles de HT causan
diabetes, está claro que agravan la patogénesis pancreática durante la
diabetes.
En conclusión, la función tiroidea ha sido
asociada con la función pancreática. La identificación de TR funcionales en el
páncreas sugiere un rol de las HT en la función pancreática. Por otra parte,
los niveles normales de HT y la expresión normal de TR se relacionan
directamente con la función pancreática normal. En primer lugar, niveles
apropiados de HT en el feto son necesarios para el desarrollo normal del
páncreas. En segundo lugar, las anormalidades en los niveles de HT en
hipotiroidismo e hipertiroidismo, afectan la función endocrina del páncreas.
Los bajos niveles de HT y la baja función de la glándula tiroides están
relacionados con la patología de los islotes pancreáticos. Por otra parte, los
niveles elevados de HT promueven el desarrollo de disfunción pancreática. Las
investigaciones epidemiológicas y las investigaciones en animales sugieren una
relación entre enfermedades autoinmunes, disfunción tiroidea y patología
pancreática.
Fuente: Chen C et
al (2018). The roles of thyroid and thyroid hormone in pancreas: physiology and
pathology. International Journal of Endocrinology, Article ID 2861034.
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