Dihidrotestosterona
en próstata y piel
En 1968, Brochosky y
Wilson publicaron los primeros dos trabajos sobre la dihidrotestosterona
(DHT). Posteriormente, Wilson y Col. demostraron que la 5α reducción de testosterona en DHT es esencial para el desarrollo genital fetal masculino y el
desarrollo prostático. A partir de esos trabajos, la DHT ha sido reconocida
como uno de los tres principales esteroides sexuales en hombres conjuntamente
con la testosterona y el estradiol. La testosterona es un esteroide sexual que
actúa como una hormona en hombres (y mujeres). La deficiencia en la secreción
de testosterona por los testículos resulta en bajas concentraciones
plasmáticas, pérdida de masa muscular y disminución de la eritropoyesis. Algunos
de los efectos de la deficiencia de testosterona como pérdida de masa ósea o incremento de masa grasa resultan de la
carencia de sustrato para la aromatización local de testosterona a estradiol,
pero estos efectos en última instancia son debidos a bajas concentraciones
plasmáticas de testosterona.
Las formulaciones exógenas de testosterona incrementan las concentraciones plasmáticas
de DHT por arriba de las concentraciones fisiológicamente normales. Un aspecto
primario de las concentraciones suprafisiológicas de DHT es el potencial riesgo
de enfermedad prostática (hiperplasia prostática benigna y cáncer de próstata).
Un riesgo menor es la alopecia androgénica. Los inhibidores de la
5α-reductasa son usados para tratar la
hiperplasia prostática benigna y la
alopecía androgénica y (más controversialmente) pueden ser efectivos en la
quimioprevención del cáncer de próstata. El silogismo es el siguiente: “si los
inhibidores de la 5α-reductasa que reducen la DHT plasmática son útiles en el tratamiento (o prevención) de
estas enfermedades, entonces las concentraciones plasmáticas suprafisiológicas
de DHT podrían incrementar la incidencia
de estas enfermedades”.
En hombres eugonadales sanos, la próstata sintetiza DHT a partir de la
testosterona circulante que difunde en la próstata como sustrato.
Adicionalmente, la próstata también produce DHT directamente a partir de
progestinas (17-hidroxipregnenolona y 17-hidroxiprogesterona) en una serie de
etapas con varios intermediarios, incluyendo 5α-androstano-3α, 17β-diol y
eventualmente DHT. En una tercera ruta, la dehidroepiandrosterona (DHEA) y el
sulfato de DHEA de las glándulas suprarrenales pueden ser convertidos en varias
etapas directamente en DHT o en
testosterona y posteriormente en DHT. En hombres normales, la producción local
de DHT por la próstata resulta en
concentraciones que son 10 veces mayores
que las concentraciones plasmáticas. La disminución farmacológica de las
concentraciones plasmáticas de testosterona
a niveles asociados con la castración
resulta en una disminución de las concentraciones prostáticas de DHT,
las cuales aún en estas condiciones son 20 veces mayores que las
concentraciones plasmáticas de DHT. Como resultado de las rutas prostáticas de
producción de DHT, disminuciones modestas en la testosterona plasmática no
cambian la concentración prostática normal de DHT.
Dos estudios de hombres eugonadales reportan que la
administración exógena de testosterona (en dosis para tratamiento de hipogonadismo)
aumenta significativamente las concentraciones plasmáticas de DHT
(aproximadamente dos o tres veces), pero este incremento no afecta la
concentración prostática de DHT. La administración de DHT suficiente para
incrementar siete veces la concentración plasmática de DHT tampoco afecta la
concentración prostática de DHT.
Colectivamente, estos datos indican que la próstata
auto-regula las concentraciones de DHT independientemente de las
concentraciones plasmáticas de DHT. En un rango de bajo a normal alto de
concentraciones plasmáticas de testosterona, las concentraciones prostáticas de
DHT se mantienen estables. Dosis altas de testosterona podrían no afectar la
concentración prostática de DHT a través de difusión pasiva y la concentración
plasmática de DHT podría no exceder la
concentración prostática de DHT que normalmente es diez veces mayor que la
concentración circulante de DHT. Sin embargo, dosis muy altas de testosterona
podrían elevar la concentración prostática de DHT al proporcionar más sustrato
para la síntesis de DHT.
La piel sintetiza DHT a partir de testosterona, a través
de una 5α-reductasa diferente a la prostática, y hay poca correlación entre la
concentración circulante de DHT y la concentración en la piel en hombres o
mujeres. Aunque los inhibidores de la 5α-reductasa son efectivos en el
tratamiento de la alopecia andrógenica masculina, la DHT no parece tener un rol
primario en la patogenia de la alopecia y el acné masculinos o femeninos. Los
polimorfismos en el receptor de andrógenos (AR) y las diferencias en las
concentraciones de AR y enzimas que convierten esteroides son los principales
contribuyentes de la alopecia masculina. No hay correlación entre concentración
plasmática de DHT y la alopecia
androgénica o el acné. La evidencia
clínica apoya esta observación.
Entonces, la DHT actúa de manera paracrina,
independientemente de su concentración circulante, en dos de sus principales
blancos en el adulto: próstata y piel. Es posible, sin embargo, que la DHT
pueda tener efectos específicos de manera endocrina. Aunque la DHT se une al
mismo AR de la testosterona, la DHT tiene efectos fisiológicos diferentes a los
de la testosterona debido a diferencias en la afinidad del receptor y en la
interacción con el AR. Las concentraciones circulantes de DHT pueden tener
efectos directos sobre tejidos distintos a la próstata y la piel. La evidencia acumulada
sugiere que la DHT puede modular directamente la función sexual, pero al mismo
tiempo es insuficiente para concluir que
la DHT tiene efectos clínicamente significativos sobe una variedad de
funciones, incluyendo la salud cardiovascular, la función cognitiva, la función
inmune, la eritropoyesis y el metabolismo de glucosa y lípidos.
La administración de DHT resulta en la supresión de
testosterona y estradiol (vía retroalimentación en el eje
hipotálamo-hipófisis-gónada) y la supresión de la producción endógena de DHT
también afecta la producción de testosterona y estradiol. La administración de
inhibidores de la 5α-reductasa suprime
la producción tisular de DHT y la concentración circulante de DHT, pero incrementa
las concentraciones circulantes y tisulares de testosterona y estradiol. Los
datos de los estudios sobre inhibidores de la 5α-reductasa indican que la DHT no parece ser necesaria
para los efectos directos de la testosterona sobre la función muscular y la
eritropoyesis y los efectos indirectos (vía aromatización a estradiol) sobre
hueso y tejido adiposo. La supresión de
las concentraciones circulantes y tisulares de DHT está asociada con
disminución en la líbido y la función eréctil en algunos hombres y una pequeña
disminución en la concentración promedio de espermatozoides.
La administración de altas dosis de DHT mantiene la
mayoría de los efectos androgénicos de la testosterona exógena en hombres con
insuficiencia de andrógenos con excepción de la libido y la densidad mineral
ósea. La DHT exógena suprime marcadamente las concentraciones plasmáticas de
testosterona y estradiol, incrementa la eritropoyesis y disminuye la masa
grasa, pero no afecta el volumen prostático.
En conclusión, la DHT es principalmente una hormona
paracrina. Las concentraciones circulantes de DHT tienen poca relación con las
concentraciones de DHT en próstata y piel. Los cambios en las concentraciones
plasmáticas de testosterona tienen poco efecto sobre las concentraciones
prostática de DHT.
Fuente: Anawalt BD (2017). Is dihydrotestosterone a
classic hormone? Endocrine Reviews 38: 170-172.
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