AMH y reserva
ovárica
El ovario de
mamíferos tiene un número finito de los
oocitos que son formados durante el desarrollo fetal. En el desarrollo
embrionario, las células germinales primordiales migran de la placa primitiva a través del endodermo a la cresta genital
donde se diferencian en oogonias mientras se forma el ovario fetal. Después de
la explosión inicial de proliferación de
oogonias, las células comienzan la meiosis, pero el proceso se detiene en la
profase I. En estas condiciones, los oocitos
inicialmente forman grupos que son encapsulados en células
pre-granulosas formando una estructura conocida como folículo primordial que
representa un estadio de no crecimiento.
La activación de folículos primordiales es la primera etapa en la fase de
desarrollo y crecimiento que eventualmente provoca la generación de un folículo preovulatorio capaz de liberar un oocito viable. Los folículos
primordiales son activados después de su formación inicial y no se sabe
porque algunos folículos son activados tempranamente en la vida,
mientras otros son capaces de permanecer
dormidos por meses, años o
décadas. La tasa de activación de
folículos primordiales excede a la tasa en la cual los oocitos maduros son ovulados y el exceso de folículos en desarrollo es removido a
través de un proceso conocido como atresia.
El tamaño del pool de folículos
primordiales (reserva ovárica) disminuye a través de la vida, por lo que es un
determinante clave de la vida reproductiva.
Esto es particularmente cierto para humanos, orcas y ballenas, los cuales
experimentan depleción de la reserva
ovárica y menopausia, muchos años antes del final de su vida natural. La
menopausia es rara a través del reino
animal, pero la evidencia acumulada
sugiere que la senescencia reproductiva
es común. En humanos, la subfertilidad femenina es evidente a partir de los 30 años. Esto sugiere que la
senescencia reproductiva ocurre con el avance de la depleción de la reserva ovárica. Sin embargo, poco se
conoce acerca de cómo el ovario
regula la tasa en la cual la reserva de folículos primordiales
disminuye y los mecanismos precisos.
La hormona anti-mülleriana (AMH) es una glucoproteína de
la superfamilia TGFβ, una familia grande y diversa de factores de crecimiento y
hormonas. En el ovario, la AMH es producida primariamente en las células
granulosas de folículos no atrésicos en
desarrollo. Las células granulosas de los folículos primordiales no expresan
AMH, pero su expresión es evidente después de la activación y transición al estadio de folículo primario.
En humanos, la expresión de AMH aumenta
en la medida que avanza el desarrollo del folículo a través de los estadios preantral y antral pequeño. Patrones similares ocurren en
primates no humanos, ratones, ratas, hamsters siberianos, vacas, cabra y
ovejas. La expresión de AMH disminuye cuando los folículos progresan a través del
estadio antral grande de la
foliculogénesis, con poca producción de AMH en los folículos
preovulatorios. Sin embargo, la expresión de AMH se mantiene elevada en el cúmulus de las células granulosas de
los folículos grandes hasta inmediatamente antes de la ovulación. La expresión de AMH es casi indetectable en los folículos atrésicos. La señal AMH requiere simultáneamente la unión a uno de tres tipos
de tres receptores (ACVR1, BMPR1A
o BMPR1B) y al receptor de AMH tipo 2 (AMHR2). La AMH es el único miembro conocido de los TGFβ que
no comparte su receptor tipo 2 con otros ligandos. En el ovario, el AMHR2 es expresado
en las células granulosas con patrones
similares a los de la AMH, es decir, niveles altos en los estadios iniciales del desarrollo folicular y disminución en el
estadio de antral grande. Los efectos de la AMH
sobre los folículos primordiales
han sido replicados extensamente, pero el mecanismo de señalización no está claro. Hay un debate sobre si los
folículos primordiales expresan bajos
niveles -o nada- de AMHR2. Un experimento funcional sugiere que el
efecto es dependiente de AMHR2, pero el mecanismo de la acción de la AMH sobre los folículos
primordiales aún no ha sido dilucidado.
La expresión de AMH ha sido detectada en el ovario, el cerebro, la placenta y el
útero, pero los niveles circulantes disminuyen rápidamente después de la
ooforectomía, lo que indica que el
ovario es el contribuyente primario de
la AMH circulante en mujeres. Los niveles de AMH muestran un mínimo diurno o variación circadiana en
mujeres. En la mujer, los niveles
circulantes de AMH son bajos en el nacimiento pero aumentan lentamente hasta alcanzar un pico aproximadamente a los 25 años de edad.
Posteriormente, los niveles de AMH disminuyen
con poca o ninguna AMH detectable
después de la menopausia, un tiempo en el cual el ovario se queda sin
folículos primordiales y folículos en
desarrollo. Los lentos cambios en los niveles de AMH sugieren que regula procesos de larga
duración durante la vida. Los estudios de correlación indican que el tamaño del
pool de folículos en desarrollo es el
determinante primario de la
concentración de AMH en mujeres. En esencia, las células que responden a la AMH
(fuera de los folículos en desarrollo) son reguladas por el tamaño del pool de
folículos en desarrollo. Las mujeres que
comienzan su vida con una baja cuenta de folículos antrales /reserva ovárica tienden
a experimentar bajos niveles de AMH en
relación con otras mujeres de la misma edad. Esta relación
también se observa en otras especies
incluyendo ratones, vacas, cabras y caballos.
La AMH en el ovario también tiene funciones que no están relacionadas
con la activación de folículos
primordiales, como la modulación de la
sensibilidad a la FSH de las células granulosas. En este contexto, la señal AMH
es intrafolicular y no está sujeta a los cambios en concentración relacionados
con la edad que se observan en la circulación
y el ambiente extrafolicular en el ovario. Hasta el presente, la señal AMH intrafolicular-autocrina
no parece ser esencial para la función
reproductiva. Ratones sin AMH (AMH-/-)
solamente muestran alteración de la respuesta
ovulatoria con dosis suprafisiológicas de FSH.
Los folículos primordiales son capaces
de avanzar al estadio de folículos primarios prontamente después de su
formación, aunque una gran proporción permace quiescente hasta hasta tarde en
la vida reproductiva. Hasta el presente se han identificado numerosos
reguladores que inducen activación de los
folículos ováricos incluyendo KIT-ligando, factor de crecimiento epidermal,
factor de crecimiento fibroblástico 2 y 7, factor de crecimiento activado por
plaquetas, proteína morfogénetica del hueso 4 y 7, factor de crecimiento y
diferenciación 9, neurotrofina 3, factor neurotrófico derivado del cerebro,
factor neurotrófico derivado de glías, insulina, interleuquina 16, factor
inhibidor de leucemia y gremlina. Asimismo, se han descrito inhibidores de la
activación de folículos primordiales
incluyendo CXCL12, estradiol, hormona de crecimiento, señal Hippo y AMH. Los
estudios en ratones hembras AMH -/- demuestran que la pérdida de AMH
acelera la tasa de activación de
folículos primordiales provocando la
depleción de la reserva ovárica, similar
a la menopausia humana. Estos animales tienen aumentados los pooles de
folículos antrales y antrales pequeños, pero concomitantemente aumenta la
atresia folicular que tiene una
influencia correctiva sobre la cuenta de folículos antrales. Otros experimentos
han demostrado que los reguladores positivos de la activación de folículos
primordiales antagonizan los efectos de
la AMH. Esto sugiere que la activación
de folículos primordiales involucra un balance entre factores que promueven la activación y factores que inhiben la activación.
En general, los activadores de folículos primordiales son producidos en los
folículos o en tejidos asociados. Las señales que promueven la activación de
folículos primordiales son
principalmente autocrinas (intrafoliculares). Las señales paracrinas
(extrafoliculares) a partir de
folículos primordiales adyacentes
también pueden tener un efecto, pero las señales extrafoliculares son más
débiles que las señales intrafoliculares debido a la pérdida de concentración con la distancia de difusión. El pool de
folículos primordiales colectivamente
puede producir una señal extracelular
que se correlaciona con el tamaño
de la reserva ovárica., pero no se
conoce el mecanismo por el cual los
folículos primordiales pueden distinguir entre una débil señal
extrafolicular y una fuerte señal
intrafolicular autocrina. Las señales
como la AMH pueden correlacionarse con el
tamaño del pool de folículos en
desarrollo, pero también pueden actuar
como una señal sustituta por el tamaño del pool de folículos
primordiales, pues estas variables están altamente correlacionadas. Más aún, la
AMH secretada por folículos en desarrollo no compite con la señal local autocrina
en los folículos primordiales. El patrón de expresión de AMH sugiere que inhibe la activación de folículos primordiales de una manera que se correlaciona con el
tamaño de la reserva ovárica/pool de folículos en desarrollo.
La gran variabilidad entre individuos en la reserva
ovárica inicial y el tamaño de la
reserva en la pubertad, ha sido observada en múltiples especies de mamíferos.
La eficacia de múltiples procesos, incluyendo la migración de células germinales primordiales, la proliferación de oogonias, la transferencia de organelos a
células y la incorporación de oogonias
en folículos primordiales, contribuye a
la cuenta inicial de folículos primordiales. Posteriormente, la activación de folículos primordiales, la muerte celular
programada y la expulsión de oocitos son procesos que afectan el tamaño de la
reserva ovárica en la pubertad. La variabilidad en la reserva ovárica en el
comienzo de la fase reproductiva de la
vida es una consecuencia del desarrollo ovárico en los mamíferos. Es posible que las hembras con pérdida de la
reserva ovárica tengan desventaja reproductiva. Una posibilidad alternativa es
que la tasa de reclutamiento de
folículos primordiales sea óptima para
un determinado tamaño de reserva ovárica.
Por otra parte, el fenotipo de ratones
AMH -/- sugiere que el
rol de la AMH es prevenir que la reserva ovárica sea depletada rápidamente. Una reserva
ovárica inicial pequeña se correlaciona
con un inicio más temprano de la menopausia.
En este contexto, las hembras que nacen con una alta reserva ovárica
producen grandes cantidades de AMH en la vida reproductiva temprana, surge
entonces la pregunta ¿por qué las hembras con mayor reserva ovárica tienen mayor inhibición de la activación de folículos primordiales? Es posible que conservar la reserva ovárica
solamente sea una ventaja cuando la reserva
ovárica es grande. Si esto es cierto, la modulación vía AMH de la tasa de reclutamiento de folículos primordiales dependiente de la
reserva ovárica puede ser
importante para manejar el potencial
reproductivo durante la vida.
En las mujeres, el pool
de folículos primordiales
disminuye con la edad. La tasa absoluta
de activación de folículos primordiales
es una función del tamaño de la
reserva ovárica y la proporción de la
reserva activada en un período determinado.
El tamaño de la reserva ovárica está determinado por eventos pasados,
pero la tasa relativa de activación es
una variable que puede ser modificada por factores reguladores. Cuando la tasa
de activación de folículos primordiales
es considerada como una proporción
del pool de folículos remanentes, se observa una aceleración en la tasa de disminución de folículos en la cuarta y la quinta décadas de
vida. La cuenta de folículos antrales
también disminuye a través de la vida
pero con una tasa más lenta que los folículos primordiales y cualquier
aceleración relacionada con la edad de
la tasa de disminución es sutil, aunque
algunas evidencias sugieren que se mantiene constante. Por lo
tanto, es posible que los incrementos
relativos en la tasa de activación de folículos primordiales permitan mantener
pooles de folículos antrales más grandes.
El mecanismo por el cual
el ovario envejecido incrementa la tasa de reclutamiento de folículos primordiales no ha sido identificado, pero la
reducción de inhibición de la activación de folículos es una posibilidad. Los niveles del potencial
inhibidor estradiol comienzan a disminuir en la perimenopausia. Sin embargo, los niveles circulantes de
hormona de crecimiento y AMH disminuyen
progresivamente con la edad. La señal Hippo
responde a los cambios en la
elasticidad de los tejidos adyacentes, los cuales se ven afectados por la fibrosis relacionada con la edad. Por
lo tanto, el incremento en la
activación de folículos primordiales
relacionado con la edad puede tener su origen en una reducción de señales inhibitorias más que en un incremento de los reguladores que promueven la activación. A través de la vida, los incrementos en la tasa de
activación de folículos primordiales tienden a coincidir con menores niveles de inhibición de la activación de folículos primordiales,
incluyendo a la AMH.
El cese de ciclos ovulatorios en la menopausia es considerado como el final absoluto de la vida reproductiva en las mujeres. Sin embargo, la edad del
último embarazo generalmente ocurre aproximadamente 10 años antes, lo que
significa el fin de la fertilidad en un
sentido funcional. El inicio de la infertilidad ocurre gradualmente, y la
calidad de los oocitos es un factor
clave en la infertilidad relacionada con
la edad. Las tasas de implantación de embriones en FIV son mayores en mujeres
de edad avanzada cuando se usan
oocitos de donantes jóvenes que cuando se usan sus propios oocitos. La combinación
de calidad del oocito y cantidad de oocitos en desarrollo es determinante en la fertilidad femenina. El tiempo que los oocitos pasan en la meiosis I ha sido propuesto como un
factor que provoca la acumulación de defectos degenerativos que podrían explicar la infertilidad relacionada con la edad. El
oocito aneuploide frecuentemente proviene de
la reanudación de la meiosis
I y es embriológicamente letal en la
mayoría de los casos. La tasa de oocitos
aneuploides aumenta con la edad en humanos y ratones, con evidencia que
sugiere que podría estar involucrada en
ello la degradación relacionada con la
edad de proteínas cohesina en el núcleo. Las mitocondrias del oocito también
disminuyen en hembras de edad avanzada,
provocando disminución de la viabilidad
de los embriones. Hasta ahora, no hay
evidencia que la AMH afecte directamente la calidad del oocito en la
reproducción asistida. Sin embargo, esto no excluye la posibilidad que la AMH afecte indirectamente la fertilidad
alterando la tasa de activación
de folículos primordiales.
La hipótesis del pool limitado de oocitos postula que una
reserva ovárica en declinación provoca una mayor tasa de oocitos aneuploides
debido a un pequeño pool de folículos antrales.
Se propone que, en ausencia de un folículo apropiado, un folículo sobre
–o sub- maduro con una mayor propensión para liberar un oocito aneuploide
podría ser seleccionado para ovulación. En humanos, múltiples estudios sugieren que el
incremento en la tasa de oocitos aneuploides o una incapacidad para activar la
gestación está asociado con una baja reserva ovárica. Otros estudios han producidos resultados contradictorios y
no detectaron ninguna asociación entre los marcadores de la reducción de la
reserva ovárica y la tasa de oocitos
aneuploides o la tasa de embarazos. Esto ha dado lugar a cuestionamientos de la
hipótesis del pool limitado de oocitos,
pero los estudios en humanos a menudo involucran mujeres consideradas
infértiles antes del advenimiento de las
tecnologías de reproducción asistida. En
este contexto, se mantiene la pregunta: ¿qué tamaño de reserva ovárica se
considera pequeño para mantener la fertilidad y cómo afecta la edad en la cual
ocurre la infertilidad?
Las características que determinan cual folículo es seleccionado para ser dominante o preovulatorio no son claras. Presumiblemente, la
selección se basa en la calidad del
oocito. Hay evidencia que apoya esto, el oocito secreta señales a
las células granulosas y tecales que promueven la supervivencia del folículo.
Sin embargo, en ausencia de un folículo de alta
calidad, el eje hipotálamo-hipófisis-gónada selecciona cualquier folículo disponible. Los datos en
humanos sugieren que el ovario continúa ovulando muchos años después de la edad
de inicio de la infertilidad. El modelo
de selección de folículo preovulatorio
propone un escenario donde es beneficioso un pool grande de folículos en desarrollo. La reducción
del tamaño de ese pool puede
provocar la selección de un gran número
de oocitos de baja calidad (inviables) en este sistema. El incremento
relacionado con la edad en la proporción
de oocitos no viables combinado
con la reducción relacionada con
la edad en la cuenta de folículos
antrales exacerba el problema. En este contexto, la hipótesis del pool
limitado de oocitos es compatible con la
reducción relacionada con la edad en la calidad de oocitos. En teoría,
este modelo no está restringido a los oocitos aneuploides y podría aplicarse a
cualquier forma de calidad reducida de oocitos.
En humanos, un solo folículo preovulatorio es
seleccionado por ciclo. El modelo propuesto implica que los efectos sobre la
calidad de oocitos en especies
monovulatorias solamente se observan
cuando la cuenta de folículos
antrales es muy pequeña. Sin embargo, varios aspectos de la biología
ovárica limitan el tamaño funcional de
la reserva ovárica durante el envejecimiento reproductivo. Una sustancial
proporción de mujeres tienen baja cuenta
de folículos antrales en la edad
de 35 años. Más aún, la selección del
folículo dominante ocurre en una ventana
de corto tiempo (pocos días) y solamente una proporción de folículos
antrales están en un estado apropiado
para la selección durante la ventana,
particularmente en mujeres de edad avanzada.
Es posible que ocurra un efecto
similar al pool limitado de oocitos en
la fase temprana del declive de la
fertilidad relacionado con la edad. En esta circunstancia es posible que la
reducción de reguladores negativos como
la AMH promueva la formación de pooles
más grandes de folículos en desarrollo y
retarde el inicio de la senescencia reproductiva.
Las funciones de
la AMH se han conservado en los mamíferos pero la regulación del tamaño del pool de folículos en desarrollo puede ser
más importante para ciertas especies. Por ejemplo, ratones hembras envejecidas mantienen
un pool de folículos antrales
grandes de tamaño similar al de
las jóvenes pero las primeras los reclutan
de los pooles de folículos primarios más pequeños y tienen tasas mayores de oocitos aneuploides. En algunas
cepas de ratones, la baja reserva ovárica
o el envejecimiento reproductivo
están asociados con reducción de la función del cuerpo lúteo.
En estos casos, el mecanismo de infertilidad
puede
manifestarse en una capacidad reducida para mantener el embarazo más que
en la producción de oocitos de baja
calidad. Por lo tanto, es posible que la
selección tenga sistemas preservados que generan
un pool de folículos en desarrollo comparativamente más grande cuando la
reserva ovárica es baja. Los cambios
más grandes en los niveles
extrafoliculares de AMH ocurren a través de la vida de la mujer, lo que
sugiere que regula procesos de larga duración. Cualquier inhibición de la activación de folículos
primordiales mediada por la AMH es más
fuerte en etapas tempranas de la vida
reproductiva, con disminución del efecto a medida que avanza la edad. En el contexto de la hipótesis del pool limitado de oocitos,
la calidad y cantidad de oocitos son factores importantes para la
fertilidad. La AMH puede ayudar a
generar un pool de folículos en
desarrollo que sea optimo para la
reserva ovárica. En este sentido se han propuesto tres hipótesis sobre las posibles
funciones biológicas de la AMH. (1) La disminución de AMH en las etapas tardías de la vida
reproductiva estimula un incremento en
la tasa relativa de activación de
folículos primordiales. El incremento en la tasa de activación resulta en una depleción más rápida de la reserva ovárica pero puede permitir al
pool de folículos en desarrollo permanecer
más tiempo para que la fertilidad
a su vez dure mayor tiempo. (2)
Las hembras con reserva ovárica pequeña en la pubertad tienen niveles bajos de AMH y
proporcionalmente altas tasas de activación de folículos primordiales en la
vida reproductiva. La tasa absoluta de
activación de folículos primordiales es
baja pero los niveles reducidos de AMH pueden mitigar el efecto
de la reserva ovárica baja y permitir
a la mujer mantener un pool de folículos en desarrollo
relativamente grande. (3) Las hembras con una gran reserva ovárica en la
pubertad tienen niveles altos de AMH y proporcionalmente bajas tasas de activación de folículos
primordiales en las etapas tempranas de
la vida reproductiva. En esta circunstancia, en la mujer con una gran reserva
ovárica, la inhibición de la activación de folículos primordiales extenderá la
vida reproductiva mientras un gran
pool de folículos en desarrollo permitirá una alta fertilidad.
En conclusión, la AMH altera la tasa relativa de activación de folículos primordiales de una manera
dependiente de contexto para maximizar
el tiempo de vida reproductiva.
El control de la activación de folículos primordiales es complejo y esta
función de la AMH es parte
de un sistema más grande con múltiples
reguladores interactuando. La
tasa de activación de folículos primordiales
determina el tamaño del pool de
folículos en desarrollo el cual, a su vez, determina cuantos oocitos son disponibles para la selección del
folículo preovulatorio.
Fuente: Pankurst MW (2017). A putative role for anti-Müllerian
hormone (AMH) in optimising ovarian reserve expenditure reserve expenditure.
Journal of Endocrinology 233: R1-R13.
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