Regulación del
tejido adiposo marrón
El tejido adiposo marrón (TAM) es un órgano termogénico
que disipa la energía de los nutrientes como calor, protegiendo a los animales
de la hipotermia y la obesidad. La propiedad termogénica del TAM es conferida
por una proteína única, llamada proteína desacopladora 1 (UCP1), localizada en
la membrana interna de las mitocondrias
del adipocito marrón. La UCP1, a través de la conductancia de protones en la matriz mitocondrial, desacopla la oxidación
mitocondrial de la síntesis de ATP, lo
cual resulta en la generación de calor
en vez de ATP. Por mucho tiempo se consideró que el TAM sólo estaba
presente en los niños. Sin embrago, en los últimos años, la imagen metabólica
basada en el uso de análogos isotópicos
de la glucosa, proporcionó evidencia de
la existencia de TAM en humanos adultos. Esta técnica de tomografía por emisión de positrones combinada con tomografía computarizada
(PET-CT), ha demostrado la captación de fluoro-deoxi-glucosa (FDG) en tejido
graso, cuya biopsia exhibe las
características del TAM. En humanos adultos, los depósitos de TAM están
localizados en las regiones supraclavicular, cervical, paravertebral y
peri-renal.
Los estudios en roedores han proporcionado la evidencia
de dos tipos de TAM, “clásico” y “beige”, los cuales difieren en su origen pero
exhiben similares propiedades biológicas. El TAM clásico, localizado en la
región interescapular, se origina a
partir de stem cells de linaje muscular. Las células beige son similares a los
adipocitos marrones y se originan a partir de adipocitos blancos en los
depósitos de tejido adiposo blanco (TAB) a través de un proceso referido como
“marronización”. En roedores, los adipocitos beige se localizan en los depósitos de TAB
inguinales y retroperitoneales. Los depósitos TAM alrededor del cuello y en la región supraclavicular de humanos adultos consisten en mezclas de
células marrones clásicas y beige. Hasta el presente se han propuesto dos procesos para la marronización del TAB.
Algunos investigadores reportan que los
adipocitos beige provienen
directamente de la
transdiferenciación de los adipocitos
blancos maduros mientras otros
postulan que provienen de una población distinta de células
precursoras en el depósito de TAB.
El TAM es regulado por factores ambientales y
nutricionales que son mediados por mecanismos neurales y endocrinos. Algunos de
estos factores controlan la actividad termogénica, otros regulan la masa de TAM
y algunos pueden afectar ambos procesos. Por ejemplo, en roedores, la
exposición al frio estimula agudamente la función del TAM, pero después de un
periodo prolongado incrementa la masa de TAM, un proceso que involucra la proliferación
de adipocitos marrones clásicos y la expansión de los depósitos
de adipocitos beige a partir del fenómeno de marronización. Las imágenes con PET permiten estudiar la
actividad del TAM humano pues la ávida captación de FDG
refleja el contenido de UCP1 en
el tejido. La PET-CT también permite la
cuantificación del volumen de TAM
activo. Algunos investigadores interpretan un incremento en el volumen de TAM
activo en la PET-CP como “reclutamiento”
de TAM. Esta terminología implica que la
intervención ha incrementado la abundancia
o masa de TAM. Sin embargo, un incremento en el volumen de TAM puede reflejar simplemente la
estimulación de la función del depósito
de TAM más allá de un umbral detectable
de cuantificación. Por lo tanto, la PET-CT no puede diferenciar la actividad del TAM a partir de la abundancia como el mecanismo que subyace a un cambio en
volumen de TAM.
La exposición al frio estimula la actividad del TAM. Hay
una mayor prevalencia de TAM en los “scans”
realizados en invierno que en verano. La captación de FDG en el TAM aumenta
cuando los sujetos son pre-enfriados antes de un “scanning” y es más baja
cuando son precalentados. En el
TAM humano, el incremento en la captación
de FDG estimulado por el
frio es acompañado con un incremento paralelo de la capacidad oxidativa, el consumo de
oxígeno y el flujo sanguíneo. Además de su
actividad estimuladora, el enfriamiento prolongado incrementa la masa de TAM e
induce la marronización del TAB en roedores. En humanos, la evidencia que el
frio prolongado promueve la masa de TAM
aún no es totalmente concluyente. La exposición al frio durante 2-6 semanas
incrementa la avidez de la captación de FDG y el volumen de TAM activo. Sin embargo, no es posible determinar a partir de estos estudios si el incremento detectable en volumen
proviene de un aumento de la
actividad o de una expansión de la masa
de adipocitos marrones. Tres estudios han investigado si la marronización en
humanos ocurre después de la aclimatación al frio. Dos estudios emplearon un
enfriamiento a 15º C por 6 horas diarias durante 10 días, mientras en el otro
estudio el enfriamiento fue a 19º C por al menos 10 horas por día durante 1
mes. Ninguno de los estudios encontró
evidencia de marronización en
biopsias de TAB subcutáneo abdominal
bajo estas condiciones de enfriamiento. El frío estimula la
actividad del TAM a través del sistema
nervioso simpático (SNS). La activación
del SNS se refleja en un
incremento en los niveles plasmáticos y urinarios de noradrenalina (NA) en los
sujetos expuestos al frio. La desnervación simpática suprime los cambios en la
actividad del TAM inducidos por el frio en animales, proporcionando evidencia que el SNS juega un rol clave en el
efecto estimulador del frio sobre el TAM.
El TAM es
inervado por los nervios simpáticos bajo el control central del hipotálamo. La
regulación del TAM por el SNS es mediada por la liberación de NA en las
terminaciones nerviosas. Además de la NA liberada localmente, las catecolaminas
circulantes también regulan la actividad del TAM y los análisis de tejidos sugieren que la estimulación sostenida con catecolaminas
induce la marronización del TAB en humanos. La NA regula la función del adipocito marrón a través de receptores β-adrenérgicos
(β-AR). La activación del β-AR dispara una cascada de cambios intracelulares a
través de la ruta de señalización AMPc-fosfoquinasa A. Estos cambios incluyen
la activación transcripcional y la expresión
del gen UCP1 así como el incremento en la captación de glucosa y la
lipólisis, lo cual resulta en un incremento en la capacidad termogénica y la
disponibilidad de sustratos del tejido.
Hay tres tipos de β-AR (β1, β2 y β3).
El β3 es el predominante en el TAM de roedores. Por el contrario, β1
y β2 son más abundantes que β3 en adipocitos marrones
humanos. Sin embargo, un estudio reciente
reporta que la actividad del TAM
puede ser estimulada por mirabegrom, un
agonista de β3-AR.
Las hormonas
tiroideas (HT) juegan un rol importante en la regulación de la termogénesis. Las HT regulan la función
del TAM a través de mecanismos periféricos y centrales. La desyodasa tipo 2, la
cual convierte T4 en la bioactiva T3 es altamente expresada en el TAM. La T3
estimula directamente la expresión de UCP1 y la biogénesis mitocondrial en adipocitos humanos. Estudios en roedores
revelan que la T3 también interactúa con el SNS para regular hacia
arriba la expresión de β-AR y la señal NA. Más aún, la administración
intracerebral de T3 causa una marcada estimulación de la función del
TAM y pérdida de peso en ratas. Hay evidencia
que las HT también inducen la marronización del TAB en humanos. Los efectos de las HT son mediados por
receptores de HT (TR). Hay dos isoformas
de TR, TRα y TRβ, con diferente distribución tisular. Los efectos cardiacos
de las HT son mediados predominantemente
vía TRα mientras los efectos metabólicos son mediados vía TRβ.
El exceso de
glucocorticoides (GC) causa obesidad. Los mecanismos por los cuales los GC
inducen adiposidad no son muy claros. Los GC
aumentan el reclutamiento de preadipocitos e interactúan con otras
hormonas como la insulina para activar la diferenciación de adipocitos blancos.
Los GC también estimulan centralmente el
apetito. La posibilidad que la supresión
de la función del TAM pueda mediar, al menos en parte, la ganancia de
peso inducida por GC en humanos ha recibido poca atención. El TAM contiene
receptores de GC (GR) de alta afinidad y los estudios en roedores demuestran que los GC inhiben la expresión de
la UCP1. Los GC también regulan hacia abajo
los β-AR al tiempo que reducen la respuesta a la estimulación
adrenérgica y al frio. Entonces, los datos de los estudios en animales sugieren que los GC causan ganancia de peso
suprimiendo la actividad del TAM. La evidencia para un rol regulador de los GC
en el TAM de humanos es escasa. Las observaciones in vitro indican que los GC
ejercen efectos complejos en el desarrollo y la función de los adipocitos marrones en humanos y que
el TAM está involucrado en la mediación
de las consecuencias obesogénicas del exceso de GC.
Los receptores
mineralocorticoides (MR) son expresados
en muchos tejidos incluyendo al tejido adiposo. La prevalencia de síndrome metabólico aumenta en el
aldosteronismo primario y la corrección del exceso de mineralocorticoides en los
sujetos con hiperaldosteronismo primario
mejora la anormalidad metabólica. Esta observación sugiere que el
sistema mineralocorticoide puede juagar un rol en la regulación metabólica. Los
estudios en roedores indican que la aldosterona afecta la función del TAM, la
aldosterona inhibe la expresión y
función de la UCP1. Los antagonistas de los MR como la espironolactona inducen
la emergencia de células similares a
adipocitos marrones en el TAB, mejoran la tolerancia a la glucosa y previenen
la ganancia de peso en ratones alimentados con una dieta rica en grasas. Se
desconoce si el sistema
mineralocorticoide ejerce un efecto similar en el TAM de humanos.
Las hormonas
sexuales regulan la masa grasa del cuerpo. Los adipocitos marrones de ratas,
machos y hembras, expresan receptores para esteroides sexuales. Los estudios en
animales proporcionan evidencia que los estrógenos y los andrógenos regulan la
función del TAM. La ovariectomía causa atrofia de los depósitos de TAM, un
efecto que es revertido por la terapia de reemplazo de estrógenos, lo que indica los estrógenos
promueven la masa de TAM. El efecto de la testosterona sobre el TAM es menos
claro. Algunos estudios reportan un efecto negativo, mientras otros reportan un
efecto positivo. El rol de las hormonas sexuales en el control del TAM humanos es
sugerido por la observación de un
dimorfismo sexual en la prevalencia de
TAM. En este sentido, las mujeres tienen
un mayor nivel de captación de
FDG en el TAM y un mayor volumen de TAM que los hombres. Este dimorfismo sexual
sugiere que los estrógenos estimulan mientras los andrógenos suprimen la función del TAM en humanos.
El rol de la
insulina en la regulación del TAM es complejo. Los hallazgos de los estudios en
animales sugieren que la insulina tiene un rol en el mantenimiento de la masa y
la función del TAM. La insulina regula el TAM
a través de una acción directa sobre los adipocitos marrones así como
indirectamente vía SNS. La insulina
estimula la captación de glucosa y la
lipogénesis en los adipocitos marrones. En roedores, se pierde TAM cuando se
bloquea el receptor de insulina, lo que sugiere que la insulina regula el
crecimiento de TAM. La regulación de la expresión de UCP1 y la función termogénica
del TAM por la insulina requiere de la activación del SNS. En humanos, la insulina aumenta la
captación de FDG en el TAM en una extensión similar a la del músculo
esquelético. Sin embargo, el incremento en la captación de glucosa no se
acompaña con un incremento en la
termogénesis. Estos hallazgos, en concordancia con los estudios en animales,
demuestran que la insulina, por sí misma, incrementa la captación de glucosa en
el TAM pero no estimula la función termogénica. En suma: la insulina juega un
rol permisivo en la regulación de la
masa y función del TAM por el SNS,
especialmente en el largo plazo.
La ingesta de
alimentos induce la termogénesis. El contenido calórico de una comida se
correlaciona con la respuesta termogénica. La respuesta también varía con el
tipo de nutriente ingerido. Por ejemplo,
las proteínas de la dieta inducen una mayor respuesta termogénica que
las grasas o los carbohidratos. El TAM
ha sido propuesto como mediador de los efectos térmicos de los alimentos. De acuerdo
con los hallazgos en estudios en animales la sobre alimentación prolongada resulta
en hiperplasia del TAM, mientras la restricción calórica reduce la masa y función del TAM. Aunque los
datos sobre la contribución del TAM a la termogénesis inducida por la dieta son controversiales,
hay evidencia que sugiere que algunos
suplementos dietéticos ejercen efectos
térmicos en humanos a través del TAM. Por ejemplo, la capsaicina, un componente
de los pimientos picantes, estimula la termogénesis y reduce la grasa corporal en humanos y
animales. La capsaicina estimula la termogénesis en el TAM a través de mecanismos directos e
indirectos que involucran receptores
TRPV1 (vanilloid subtype 1 of transient receptor potential). La capsaicina actúa directamente sobre receptores TRPV1 en el tejido adiposo
incrementando la expresión de genes marcadores de adipocitos marrones.
El efecto indirecto de la capsaicina es
mediado por receptores TRPV1 en el tracto gastrointestinal. La activación de estos
receptores por la capsaicina incrementa la estimulación simpática del TAM. Los
estudios en roedores han proporcionado
alguna evidencia que la respuesta termogénica a una comida involucrada
la activación del TAM. La pregunta es sí
en los humanos, la termogénesis inducida por comida es también mediada por el TAM. Los resultados
de los estudios en humanos son problemáticos y difíciles de interpretar debido
al efecto competitivo de la glucosa de la comida con la captación de FDG en el
TAM y a los efectos de concentraciones
variables de insulina sobre la
captación de glucosa en los
tejidos. Por lo tanto, la evidencia para un rol
del TAM de humanos en la mediación de la termogénesis inducida por dieta
no está completamente establecida.
La noción que el
ejercicio puede inducir la marronización del TAB surgió después del
descubrimiento de una mioquina llamada irisina. La irisina es un péptido derivado
de la proteína 5 que contiene dominio fibronectina tipo III (FNDC5), liberado
por el músculo durante el ejercicio, que media la marronización de TAB en
ratones. En ratones, tres semanas de ejercicio incrementan más de 20 veces el
nivel de ARNm de UCP1 en el depósito inguinal de grasa subcutánea y dos veces el nivel plasmático de irisina.
Por otra parte, la administración intravenosa de partículas adenovirales que
expresan irisina replica el efecto de la
marronización, causando una significativa reducción en el peso corporal al
tiempo que mejora la tolerancia a la glucosa. Estos hallazgos sugieren que los
efectos metabólicos del ejercicio pueden
ser mediados por la irisina a través de la marronización del TAB. En los humanos, la evidencia que
soporta un efecto del ejercicio sobre la irisina y la marronización del TAB es
incompleta. Algunos estudios reportan un incremento agudo en el nivel
plasmático de irisina después del ejercicio, mientras otros no. Con relación al ejercicio crónico, hay
estudios que reportan duplicación del nivel plasmático de irisina después de 10 semanas de entrenamiento, mientras otros estudios reportan
un efecto opuesto después de 12 semanas
de entrenamiento. La marronización del TAB en humanos no ha sido
observada después del tratamiento in
vitro con irisina/FNDC5.
Recientemente se
han identificado varios péptidos como promotores de la marronización del TAB en
humanos: factor de crecimiento fibroblástico-21 (FGF21), proteínas
morfogenéticas del hueso (BMP) y péptidos natriuréticos cardiacos (ANP y BNP).
El FGF21 es producido principalmente por el hígado pero también es expresado en
adipocitos, músculo esquelético y páncreas. Es un regulador del metabolismo de
sustratos y el peso corporal en animales. Los estudios en humanos sugieren que
el FGF21 puede ser un mediador de la
marronización de TAB inducida por el
frio. Las BMP pertenecen a la familia del
factor de crecimiento transformante beta (TGFβ), la cual está involucrada en la
formación de células mesenquimales. En humanos, las proteínas BMP4, BMP6 y BMP7
inducen el desarrollo de adipocitos
beige y marrones a partir de stem cells
adiposas y células precursoras de músculo esquelético, respectivamente. Los
péptidos natriuréticos juegan un
rol en la ingesta de alimentos y el
gasto de energía en ratones. En humanos, ANP y BNP inducen la expresión de genes de TAM, acompañada por un incremento en el consumo de oxigeno, un
efecto potenciado por β-agonistas.
Con relación al
significado metabólico del TAM en humanos, varios estudios reportan que el TAM
activo es más frecuentemente detectado en individuos delgados que en los
obesos. La masa y actividad de TAM se
correlaciona negativamente con el índice de masa corporal. Esta observación
sugiere que la alteración de la función del TAM puede predisponer a la obesidad en humanos. Por otra parte, los
sujetos TAM “positivos” tienen un mayor incremento en el gasto de energía en reposo durante la
estimulación con frio que los sujetos TAM “negativos”. El incremento en el
gasto de energía en la estimulación con
frio es llamada termogénesis inducida
por el frio (CIT) y se correlaciona con la actividad del TAM. La diferencia en
CIT entre sujetos TAM-positivos y TAM-negativos varía entre 120 y 368 kcal por
día. En humanos adultos, se estima que
en promedio hay 50g de TAM que cuando son estimulados continuamente contribuyen
con un gasto de energía de 170 kcal por
día aproximadamente. Estos datos
proporcionan evidencia que el TAM es metabólicamente significativo en humanos.
El TAM utiliza
ácidos grasos libres y glucosa como combustibles metabólicos. Por lo tanto, es
concebible que el TAM activado pueda inducir cambios en el perfil metabólico,
reduciendo los niveles sanguíneos de triglicéridos y glucosa. En roedores, la
activación crónica del TAM por la aclimatación al frio reduce marcadamente las
concentraciones circulantes de triglicéridos y glucosa. En comparación con los
roedores, la cantidad de TAM por masa corporal es mucho más baja en los humanos
y por lo tanto la capacidad para aclarar sustratos metabólicos de la
circulación podría ser menor. Los
estudios en humanos reportan que los niveles sanguíneos de glucosa de los sujetos
TAM-positivos son significativamente menores
que los de los sujetos TAM-negativos. La evidencia convincente que la activación del TAM puede mejorar el estatus metabólico deriva de estudios recientes en sujetos
sometidos a estimulación intermitente al frio.
Los participantes se sometieron diariamente a unas horas de enfriamiento por periodos
variables de tiempo (10 días-1mes). La estimulación de la función del TAM por
el frio estuvo asociada con una caída significativa en la glucosa circulante y mejoras en la
sensibilidad a la insulina. Otro estudio reporta un aumento de la translocación
de GLUT4 en músculo esquelético después de la aclimatación al frio y una
mejoría en el metabolismo de la glucosa, principalmente en la captación de
glucosa en músculo esquelético. La intensidad de la captación de FDG en el TAM
fue comparable a la del músculo
esquelético, lo que indica que el TAM también contribuye al aclaramiento de
glucosa. En efecto, la avidez de
captación de glucosa en el TAM durante la estimulación por frio es comparable
con la captación de glucosa estimulada por insulina en el músculo esquelético. Entonces,
la evidencia apoya un significativo y beneficioso rol del TAM en el metabolismo
de la glucosa.
En conclusión,
las investigaciones de los últimos años apoyan el concepto que el TAM de humanos adultos es regulado por múltiples mecanismos y
también que es metabólicamente importante. La actividad del TAM humano es estimulada por la exposición al frio y por varios factores como la dieta y las hormonas metabólicas. La función del TAM es regulada
en dos niveles: un proceso agudo que involucra la estimulación de la actividad termogénica intrínseca de los
adipocitos marrones y un proceso crónico
de crecimiento que involucra la proliferación de adipocitos marrones pre-existentes o la
diferenciación en adipocitos marrones
a partir de adipocitos específicos en
los depósitos de tejido adiposo blanco. La actividad del TAM es reducida en la
obesidad y su estimulación por la
exposición al frio incrementa la sensibilidad a la insulina y reduce la grasa
corporal. Estas observaciones proporcionan
evidencia que el TAM juega un rol significativo en el balance energético
de los humanos y que tiene el potencial para ser un blanco terapéutico en el manejo
de la obesidad.
Fuente: Thuzar M
y Ho KKY (2016). Brown adipose tissue in
humans: regulation and metabolic significance. European Journal of
Endocrinology 175: R11-R25.
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