El receptor de
hormona de crecimiento
La hormona de crecimiento (GH) tiene acciones en el
crecimiento postnatal y en la regulación del metabolismo (particularmente en hígado y tejido adiposo), así como
también sobre los sistemas inmune,
nervioso central, reproductivo y cardiovascular. La GH es requerida para la
proliferación de células del tallo cerebral y la formación de nuevas neuronas
en respuesta al ejercicio, mientras el sistema GH/IGF1 también influye en la
formación de conexiones sinápticas. Adicionalmente, el estatus de GH influye en
la capacidad cognitiva. Con relación a la función inmune, la GH directamente o
a través de la generación de IGF1 influye en muchos elementos celulares del
sistema inmune. Por ejemplo, la GH es capaz de incrementar el número de células
T ayudadoras CD4 en pacientes con SIDA. Ahora bien, dada la ubiquidad de la expresión del receptor de GH (GHR) es evidente que la
GH podría tener acciones en todos los tejidos del cuerpo. Es importante
entender que para muchas de estas acciones, la GH actúa a través de mediadores. En este
contexto, además de la inducción de IGF1, la GH es capaz de regular
positivamente al EGF, los receptores de estrógeno y andrógeno, el receptor de
angiotensina II y la expresión de BMP2/4
y el receptor BMP 1A.
Las acciones de la GH son resultado de la activación del
GHR y la pérdida de la función de este receptor tiene muchas consecuencias. Sin
embargo, dado que la GH es un modulador, tal pérdida no es letal pero
resulta en una salud subóptima con corta
estatura, disminución de la densidad ósea mineral, disminución de la fuerza
muscular, piel delgada, pubertad retardada,
adiposidad incrementada y esteatosis hepática. Interesantemente, estos
pacientes son altamente resistentes al cáncer. Por el contrario, la prolongada
activación del GHR como resultado de una variante en la secuencia de su dominio
citoplasmático que afecta la unión de SOCS2, un regulador negativo de la acción
de la GH, está asociada con un incremento del riesgo de cáncer de pulmón.
EL GHR fue el primer
receptor de la clase 1 de receptores
citoquinas en ser clonado y ha sido un ejemplo de los 30 receptores de esta clase que incluye a los receptores de
eritropoyetina, prolactina, leptina, trombopoyetina, LIF, CTNF, oncostatina-M,
carditropina-1, la mayoría de las interleuquinas y muchos de los factores
estimulantes de colonias hematopoyéticas. Estos receptores forman homodímeros o
heterodímeros con proteínas accesorias como las gp 130. Se trata de receptores
de membrana que poseen una estructura característica en su dominio extracelular
conocida como dominio de homología del receptor citoquina que consiste en
dos módulos similares a fibronectina III
(FNIII), cada uno con una estructura “sándwich” para la unión del ligando. En
el módulo FNIII inferior está presente
un fragmento WSxWS, necesario para la expresión y estabilidad del receptor.
Muchos de estos receptores liberan su dominio extracelular en la circulación y,
en el caso del GHR, esto produce la proteína transportadora de GH circulante,
la cual regula la disponibilidad de la
GH. El elemento común clave para esta clase de receptores es el segmento Box 1
rico en prolina, el cual es necesario para la unión de la tirosina (janus)
quinasa, el principal blanco del proceso de activación del receptor. Este
segmento está localizado cerca de la membrana celular y la secuencia Box 2 en
el extremo N-terminal consiste en residuos aromáticos y ácidos. La janus
quinasa fosforila directamente residuos tirosina en el dominio citoplasmático del receptor así
como otros sustratos proteicos. En el caso del GHR, los residuos tirosina del
dominio citoplasmático del receptor sirven como sitios “docking” para proteínas
que contienen dominios SH2, especialmente STAT5a y STAT5b, las cuales median
una considerable parte de la acción de la GH en el genoma. El “docking” de estos factores de
transcripción facilita su fosforilación
por la JAK2 en la tirosina 699, lo cual resulta en la formación un dímero
de STAT5 y su translocación al núcleo donde el dímero regula la expresión de genes. Un estudio reciente
reporta que la estructura del dominio citoplasmático del GHR es intrínsecamente
desordenada con algunas alfa-hélices transitorias. Esta estructura podría
conferirle máxima flexibilidad al dominio citoplasmático y permitiría la unión
a múltiples proteínas así como el acceso a la JAK2 para la fosforilación de sus
tirosinas.
En general, se acepta que los receptores citoquina clase
1 son activados por un mecanismo de dimerización/oligomerización
dependiente de ligando. Sin embargo, el GHR existe como dímero en la superficie
celular antes de su unión al ligando y el principal elemento responsable para
la dimerización del GHR es el dominio transmembrana. La interacción
receptor-receptor en el dominio extracelular involucra al dominio FNIII
inferior y la rotación relativa de los dos receptores (aproximadamente 45o), representa
el estado sin ligando del dímero. Este movimiento requiere una rotación de las
hélices que resulta en el íntimo contacto de dos residuos glicina en el centro
del dominio transmembrana y la remoción de dos residuos fenilalanina en la
superficie de interacción del dímero paralelo (estado basal).
Con relación a la activación de la JAK2, un punto
clave es que estas
tirosina quinasas poseen un dominio
pseudoquinasa inhibidor. Este dominio debe ser removido para que ocurra la
señalización intracelular. En este
contexto, se ha propuesto la hipótesis
que señala que el dominio
pseudoquinasa de una JAK2 es inhibido por el dominio quinasa de la otra JAK2
provocando una separación de los segmentos Box1, lo cual desplaza al dominio
pseudoquinasa hacia el otro dominio quinasa. Esto remueve la pseudoquinasa
inhibidora de una JAK2 del dominio quinasa de la otra JAK2 (y viceversa), al tiempo que acerca
los dominios quinasa para que
pueda ocurrir la trans-activación de las
JAK2. Por otra parte, estudios in vitro reportan la existencia de una quinasa
de la familia Src (SFK) asociada con el GHR que activa una señal
independiente de la JAK2, con una
orientación diferente del dominio transmembrana, que provoca la activación de
ERK y Jun. En respuesta a la GH, la ruta
Src-ERK-Jun induce la expresión del gen que codifica a una potente proteína de la inmunotolerancia
conocida como HLA-G. Los niveles plasmáticos
de esta proteína se
correlacionan con el éxito de trasplantes de riñón, corazón, pulmón e
hígado en humanos.
En conclusión, el GHR está ampliamente distribuido en el cuerpo en
correspondencia con las múltiples funciones de la GH. La GH ejerce estas
acciones a través de alteraciones en la expresión de genes iniciadas por la
activación de su receptor de membrana y la activación resultante de quinasa
asociadas. El GHR usa dos tirosina quinasas (JAK2 y SFK) para su señalización
que son activadas por diferentes cambios conformacionales en el dímero
constitutivo. La activación del GHR involucra movimientos iniciados por la GH
en un homodímero del receptor más que la simple dimerización del receptor. La
unión de la GH realinea la orientación de los dos receptores mediante una
rotación relativa y por una aposición más cercana justamente por debajo de la
membrana celular. Esto es consecuencia de la asimetría de los sitios de unión
en la GH. La unión resulta en la conversión de los dominios transmembrana de los receptores en una orientación cruzada, lo cual produce la separación de la
parte inferior de las hélices transmembrana. La activación del GHR resulta en
la separación de las dos JAK2 asociadas y en particular en la remoción del
dominio pseudoquinasa inhibidor del dominio quinasa de la otra JAK2 (y
viceversa). Esto coloca los dos dominios quinasa en posición para la transactivación
y el inicio de la fosforilación de
tirosinas del dominio citoplasmático del GHR y otros sustratos como STAT5, el
factor de transcripción clave en la mayoría de acciones genómicas de la GH. Un
limitado número de acciones genómicas de la GH son iniciadas por la SKF.
Fuente: Waters MJ (2016). The growth hormone receptor.
Growth hormone & IGF Research 28: 6-10.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario