Cirugía bariátrica y hormonas gastrointestinales
La obesidad, definida como un índice de masa corporal
sobre 30 kg/m2, es uno de los mayores problemas de salud pública de
nuestro tiempo. La obesidad está
asociada con múltiples trastornos metabólicos, incluyendo la diabetes tipo 2.
La cirugía bariátrica ayuda a promover la pérdida de peso reduciendo el tamaño del estomago o desviando
el trayecto de los alimentos a una porción del intestino y está asociada con beneficios metabólicos y una efectiva
pérdida de peso a largo plazo. El
mecanismo que subyace a estos efectos de la cirugía bariátrica aún no está muy
claro, pero incluye efectos sobre hormonas peptídicas, particularmente péptidos
derivados del intestino.
El desarrollo de la cirugía bariátrica comenzó en la
década de 1950. En general, los procedimientos bariátricos actúan para reducir
el tamaño o la capacidad del estómago,
desviar la ruta digestiva hacia una porción del intestino o por una mezcla de los dos procedimientos. Los procedimientos más usados hasta el presente son la banda
gástrica, la gastrectomía en manga y el bypass gástrico en Y de Roux (RYGB). La
banda gástrica fue introducida en los años 70 e involucra la colocación de un
anillo de silicona alrededor del estómago para crear una pequeña bolsa gástrica
en el extremo inferior del esófago. Este procedimiento es seguro, bien
tolerado y eficiente con un bajo
riesgo de complicaciones serias como malabsorción. La banda
necesita ser ajustada
intermitentemente para optimizar la pérdida de peso y minimizar las
complicaciones. La gastrectomía en manga
fue desarrollada inicialmente como precursor
de un procedimiento mayor, pero debido a su eficacia se ha incrementado
su uso como tal. La técnica quirúrgica involucra
crear una larga y delgada bolsa o manga gástrica engrapando longitudinalmente el estómago. Esto reduce el
volumen del estómago pero deja intacto
el píloro. En la actualidad, es uno procedimientos
de cirugía bariátrica más comunes. El
RYGB involucra la creación de una pequeña bolsa gástrica
que drena en el yeyuno (extremidad alimentaria) para que los nutrientes
no tengan contacto con el píloro y el duodeno. La bilis y el jugo pancreático
drenan en duodeno y yeyuno (extremidad biliopancreática) pero solamente se
mezclan con los alimentos después de la anastomosis de las extremidades
alimentaria y biliopancreática que crea
una extremidad común. La longitud de la extremidad común es importante para determinar el riesgo de
malabsorción y las deficiencias de nutrientes. En el RYGB estándar, la extremidad alimentaria
tiene 0,75-1,5 metros de longitud y la extremidad común mide 3 metros aproximadamente, lo cual es
adecuado para la absorción de
macronutrientes y micronutrientes. Una
técnica de “bypass distal” ha sido usada para reducir aproximadamente 75
cm la extremidad común, pero representa
un mayor riesgo de deficiencia de nutrientes.
Aunque el RYGB es ampliamente usado para pérdida de peso, puede
causar síndrome “dumping”, debido a la
carencia del control pilórico sobre el vaciamiento gástrico. El síndrome
dumping ocurre cuando una carga altamente osmolar alcanza rápidamente el
intestino, lo que provoca la entrada de
líquido en la luz intestinal y causa hipovolemia, distensión abdominal,
náuseas, vómitos, diarrea, mareos y
fatiga. En algunos pacientes también puede ocurrir hipoglucemia debido a la
respuesta de insulina, la cual es estimulada por las incretinas secretadas por el ileum cuando es expuesto a los
nutrientes ingeridos.
Muchos efectos metabólicos beneficiosos de la cirugía bariátrica han sido atribuidos
a perfiles hormonales alterados, especialmente de péptidos intestinales y
pancreáticos. La absorción y digestión
de nutrientes requiere un tracto gastrointestinal bajo control de influencias
nerviosas y hormonales. Varias hormonas intestinales son responsables de la regulación
de la saciedad y el apetito y también
controlan los movimientos intestinales y por lo tanto el transito de los
alimentos a través de los intestinos. En este contexto, la gastrina, producida
por células enteroendocrinas G principalmente en el antro gástrico y el duodeno,
es liberada en respuesta a la ingesta de alimento y la distensión
gástrica. Sin embargo, más que una entidad molecular única, la gastrina es una
familia de péptidos de longitud variable
y diferentes grados de actividad biológica. La gastrina actúa incrementando la secreción de ácido
clorhídrico (HCl), pepsinógeno y jugo pancreático al tiempo que reduce el
apetito. La secreción de gastrina parece ser más alta cuando los nutrientes
están en contacto directo con las células G. Teóricamente, procedimientos como el RYGB que excluyen el antro gástrico o
el duodeno reducen el contacto entre los
nutrientes y la mayoría de células G, lo
cual podría causar una disminución en la
secreción de gastrina. Por otra parte, la producción de HCl en el remanente
gástrico sin el efecto buffer sobre los nutrientes ingeridos estimula la
producción de secretina y somatostatina, hormonas que inhiben la secreción de
gastrina. Hay evidencia que los niveles postprandiales de gastrina caen después
del RYGB debido a múltiples cambios histológicos en el remanente gástrico.
Estos cambios incluyen gastritis crónica y gastritis atrófica. Un estudio reciente
reporta un incremento en la tasa de proliferación en el epitelio del antro gástrico excluido acoplado
con una reducción en el número de
células G. La excesiva producción de HCl puede estar involucrada en la
patogénesis de los hallazgos histológicos anormales en el estómago después del
RYGB. No está claro si la secreción de gastrina es causa o consecuencia de la alteración
de la histología gástrica. En la práctica clínica, muchos pacientes reducen la
producción de ácido gástrico a través de una
terapia postoperatoria que inhibe la bomba de protones e incrementa la
producción de gastrina y previene las complicaciones relacionadas con el ácido
gástrico. Otros procedimientos de cirugía bariátrica donde las células G son
expuestas a nutrientes están asociados con diferentes efectos. Por ejemplo, un
estudio en 24 pacientes con banda gástrica
no reporta ningún cambio en la concentración de gastrina en ayunas durante 6-12 meses
después de la cirugía. Por el contrario, hay reportes de gastrectomía en manga
asociada con niveles aumentados de gastrina en estudios en humanos y animales.
La ghrelina es producida en el estómago y el páncreas en
respuesta al ayuno y está asociada con el hambre. La forma más activa de ghrelina es la acilada con un grupo octanoíl adherido en su tercer residuo
de aminoácidos, lo cual ocurre debido a la acción de la enzima ghrelina-O-aciltransferasa
(GOAT). La ghrelina acilada es capaz de activar el receptor de secretagogo de hormona de crecimiento (GHSR), el cual se
encuentra principalmente en el
hipotálamo y la hipófisis. Por otra parte, la ghrelina es una hormona
orexigénica. En la obesidad, la concentración de ghrelina, en ayunas y
postprandial, es menor que en los individuos con peso normal, pero la
proporción de ghrelina acilada es mayor
en los obesos. Los niveles de ghrelina aumentan con el ayuno prolongado y caen
después de una comida. Por lo tanto, la perdida de peso a través de restricción
calórica incrementa los niveles de
ghrelina, un fenómeno que puede contribuir a la pobre eficacia a largo plazo de las manipulaciones
dietéticas para controlar la obesidad. Los efectos en el corto y largo
plazo de la cirugía bariátrica sobre los niveles de ghrelina aún no son muy
claros. Los procedimientos de cirugía bariátrica tienen diferentes efectos
sobre la secreción de ghrelina, posiblemente debido a los cambios en el grado de contacto entre los nutrientes
ingeridos y el mucus del fundus gástrico
donde se encuentra la mayoría de las células productoras de ghrelina. La banda
gástrica parece estar asociada con incrementos en los niveles de ghrelina. Los
pacientes con RYGB tienen disminuciones
significativas en los niveles de
ghrelina debido a la exclusión del fundus gástrico. Hay evidencia que los
efectos del RYGB sobre la secreción de ghrelina son importantes para la
eficacia de la operación en términos de la promoción y el sostenimiento de la
perdida de peso. Por otra parte, la gastrectomía en manga puede disminuir las
concentraciones circulantes de ghrelina acilada posiblemente debido a la
remoción de las células productoras de
ghrelina en el estómago.
La colecistoquinina (CCK) es secretada por las células L
en la mucosa duodenal y actúa promoviendo la contracción de la vesícula biliar
y la liberación de enzimas digestivas
por el páncreas. La CCK también enlentece el vaciamiento gástrico y está asociada con la saciedad. Varios
estudios reportan un incremento en los niveles
de CCK después de la ingesta de
una comida mixta en sujetos con RYGB. Este hallazgo no deja de ser
sorprendente, pues el principal estimulo fisiológico para la liberación de CCK
es la presencia de aminoácidos y ácidos grasos en el duodeno, lo cual no
es posible con el RYGB. Sin embargo, hay que considerar otros factores estimuladores de la liberación de CCK como los impulsos
parasimpáticos y factores liberadores intra-luminales que pueden ser
importantes después del RYGB. Otra
posible explicación es que la cirugía
puede incrementar la estimulación de
células productoras de CCK en la parte
más distal del intestino delgado. Muy pocos estudios han examinado los
cambios en los niveles de CCK después de
los otros procedimientos bariátricos. En el caso de la gastrectomía en manga,
la cirugía ha sido asociada con mayores
incrementos en los niveles de CCK en comparación con el RYGB. El efecto de la banda gástrica sobre las
concentraciones de CCK es desconocido. El rol de la CCK en la eficacia de la cirugía bariátrica no está claro.
Teóricamente, después del RYGB, los altos niveles de CCK pueden contribuir a aumentar la saciedad y mejorar la
homeostasis de la glucosa.
El polipéptido insulinotrópico dependiente de glucosa
(GIP) es secretado por las células K del intestino delgado, principalmente en
duodeno y yeyuno. Originalmente, fue llamado polipéptido inhibidor gástrico e
identificado en perros como un factor
que inhibe la secreción de ácido gástrico. Sin embargo, este efecto es
casi nulo en humanos. El GIP está asociado con un efecto insulinogénico después
de la ingesta oral de glucosa (efecto incretina). Los procedimientos
bariátricos que reducen o previenen la
exposición de nutrientes en el duodeno y el yeyuno, como el RYGB reducen la
secreción postprandial de GIP, un efecto que es más pronunciado en los sujetos
diabéticos. La banda gástrica aparentemente no produce cambios en la
concentración en ayunas de GIP en los
primeros 6-12 meses después de la cirugía, sin embargo, los niveles
postprandiales pueden estar disminuidos.
El péptido similar a glucagón 1 (GLP-1) es secretado por
las células L principalmente en ileum distal y colon. Aunque las concentraciones en ayunas de GLP-1
no parecen cambiar marcadamente después de la cirugía bariatrica, hay evidencia
que sugiere que los niveles postprandiales aumentan en comparación con los valores previos a la cirugía. Las
razones para este incremento, aunque no
están muy claras, han sido atribuidas al
mayor manejo de los nutrientes intactos por el ileum. Una hipótesis alterna
sugiere que la exclusión del segmento superior del intestino delgado es la
responsable de los aspectos beneficiosos de la cirugía bariátrica,
posiblemente a través de la
disminución de la secreción de un factor
“anti-incretina”. Los efectos
beneficiosos de la cirugía bariátrica
sobre el apetito y la homeostasis de la glucosa han sido atribuidos, al menos
en parte, al incremento en la secreción de GLP-1. La unión del GLP-1 a su
receptor en las células β del páncreas
activa la adenil ciclasa e incrementa la concentración de AMPc, lo cual aumenta la secreción de insulina dependiente de glucosa. La capacidad del
GLP-1 para promover la secreción de insulina depende de la concentración de
glucosa, con efecto reducido o ausente
con concentraciones bajas de glucosa. Hay evidencia que la acción del
GLP-1 es fundamental en la mejoría de tolerancia a la glucosa después del RYGB.
Sin embargo, mientras el efecto incretina del GLP-1 puede mejorar la tolerancia
a la glucosa después de la cirugía bariátrica, el incremento en la secreción de
insulina puede producir ganancia de peso. El GLP-1 también tiene efectos sobre
el apetito mediados centralmente a través de la interacción con fibras
aferentes del nervio vago. Aunque el
GLP-1 está asociado con saciedad, su rol en la promoción de pérdida de peso
después de una cirugía bariátrica es
pobremente entendido. Otro mecanismo de acción propuesto para los efectos
beneficiosos del GLP-1 es la alteración de la motilidad gástrica. Fisiológicamente y farmacológicamente, el
GLP-1 ha sido asociado con un retardo del vaciamiento gástrico que resulta en
al aporte gradual de nutrientes al
intestino, un fenómeno que mejora la tolerancia a la glucosa. Sin embargo, hay
estudios en humanos que indican que el GLP-1incrementa el tránsito gástrico de
calorías líquidas.
Las células L del intestino también secretan péptido similar a glucagón 2
(GLP-2). El GLP-2 estimula la
hipertrofia del intestino a través de
hiperplasia -y reducción de apoptosis-
de las células ileales. Después de una cirugía bariátrica, las concentraciones
de GLP-2 aumentan en roedores y humanos. Este incremento se acompaña con
proliferación de las células de las criptas intestinales. Sin embargo, también
hay estudios que no reportan ningún
efecto de la cirugía bariátrica sobre el GLP-2.
El péptido PYY1-36 es producido por las células L en intestino
delgado distal y colon. En la circulación, el PYY1-36 es convertido
por la enzima dipeptidil-peptidasa IV (DPP-IV) en PYY3-36, el
cual promueve saciedad a través de
receptores Y2. Aunque el PYY3-36 tiene muchos efectos en el cuerpo
incluyendo retardo del vaciamiento gástrico, reducción de la producción
postprandial de insulina y alteración de la motilidad del colon, su principal
rol está en la regulación central del apetito.
Hay estudios que indican que los niveles postprandiales de PYY3-36 disminuyen en pacientes obesos en
comparación con sujetos sanos y que la
infusión de PYY3-36 reduce la
ingesta calórica, lo que ha llevado a algunos investigadores a proponer que la obesidad es un estado de deficiencia de PYY3-36. Después
de una cirugía bariátrica, aumentan los niveles postprandiales de PYY3-36,
un efecto que es evidente dos semanas después de la cirugía y hasta después de un año de la operación. El incremento postprandial de PYY3-36 se
observa después de la banda gástrica, la
gastrectomía en manga y el RYGB.
La oxintomodulina y la glicentina son productos
adicionales de las células L que se originan, conjuntamente con el GLP-1, a partir del gen proglucagón. La
oxintomodulina es una hormona
peptídica de 37 aminoácidos con una
estructura similar al glucagón pero con un octapéptido adicional en el extremo
C-terminal. La oxintomodulina es un agonista de receptores de glucagón y GLP-1 y es un
agente farmacológico en el tratamiento de la obesidad. Los estudios en
roedores confirman que el agonismo
dual es responsable de los efectos metabólicos más potentes de la oxintomodulina en comparación con los
efectos separados de GLP-1 y glucagón. Como agente que promueve la pérdida
de peso, la oxintomodulina ha demostrado
ser efectiva en roedores y humanos. En humanos, la administración subcutánea de
oxintomodulina durante cuatro semanas
promueve pérdida de peso asociada con un incremento en el gasto energético
y una reducción de la ingesta de
alimentos. Sin embargo, muy poco se conoce acerca del rol de la oxintomodulina en la cirugía
bariátrica. Un estudio con humanos reporta que los pacientes con RYGB
incrementan significativamente los niveles de oxintomodulina después de ingerir
una comida de 50 g de glucosa. El rol de la oxintomodulina en la etiología de
la pérdida de peso en otros
procedimientos de cirugía bariátrica no ha sido dilucidado.
Hay otras hormonas
intestinales que podrían estar involucradas en los efectos de la cirugía bariátrica o que podrían alterar su tasa secreción o su función
después de la operación. La
secretina es un péptido de 27 aminoácidos
producido por las células S de la
mucosa intestinal en respuesta a un bajo
pH intraluminal y actúa promoviendo la producción pancreática de
bicarbonato y reduciendo la producción
de ácido gástrico. El polipéptido intestinal vasoactivo (VIP), de 28 aminoácidos, es liberado por el sistema
nervioso entérico y las fibras nerviosas eferentes parasimpáticas. El VIP actúa
incrementando la secreción de agua y electrolitos en el jugo pancreático y el intestino. También
causa relajación del músculo liso
gastrointestinal y reduce la producción de ácido gástrico. El polipéptido
pancreático (PP) tiene 36 aminoácidos y
es producido principalmente por células PP del páncreas y células enteroendocrinas del intestino. El PP
actúa regulando las actividades exocrinas y endocrinas del páncreas a través de
mecanismos centrales después de ingerir una comida rica en proteínas. El PP
también disminuye la ingesta de alimentos. Desafortunadamente muy poco se
conoce acerca de los efectos de la cirugía bariátrica sobre estas
hormonas.
El efecto de la cirugía bariátrica de remisión
de la diabetes está relacionado con su capacidad para mejorar la
sensibilidad a la insulina y la función de las células β del páncreas, pero los
mecanismos precisos no son bien entendidos. Algunos de los beneficios de la
cirugía bariátrica sobre la insulina y la homeostasis de la glucosa son
mediados por la pérdida de peso. Aunque
todas las formas de cirugía bariátrica tienen el potencial para ejercer
efectos beneficiosos sobre la tolerancia a la glucosa a través de la pérdida de
peso, el RYGB está asociado con una mayor mejoría en la salud metabólica. Otros
procedimientos como la banda gástrica tienen efectos más modestos sobre la
insulina y la homeostasis de la glucosa.
En conclusión, la cirugía bariátrica induce una
rápida y sostenida pérdida de peso con
efectos metabólicos beneficiosos como la remisión de la diabetes tipo 2. Los
estudios de las concentraciones de las hormonas
gastrointestinales después de la cirugía bariátrica a menudo ofrecen resultados
contradictorios. La pérdida de peso por
si misma puede causar cambios en la secreción de las hormonas, aún en
ausencia de cirugía bariátrica y es
difícil evaluar los efectos de la cirugía independientemente de la pérdida de
peso en los primeros meses después de la cirugía. Sin embargo, los incrementos
en las concentraciones de las hormonas gastrointestinales (GLP-1, GIP, PPY3-36,
gastrina y oxintomodulina) que promueven la saciedad y reducen la ingesta de alimentos pueden tener algún
rol. El efecto de la cirugía bariátrica
sobre la tolerancia a la glucosa está relacionado con un incremento en la
producción de hormonas incretinas
acoplado a la mejoría en la sensibilidad a la insulina que resulta de la pérdida
de peso.
Fuente:
Meek CL et al (2016). The effect of
bariatric surgery on gastrointestinal and pancreatic peptide hormones. Peptides
77: 28-37.
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