Aldosterona,
adipocitos e hipertensión
La evidencia emergente implica a la aldosterona en el
desarrollo de resistencia a la insulina, síndrome metabólico e hipertensión
resistente a tratamiento. Sintetizada en las células adrenocorticales, la
aldosterona es una hormona reguladora de la presión arterial que forma parte
del sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS). La aldosterona ejerce sus efectos fisiológicos a través del
receptor mineralocorticoide (MR), el cual es expresado en tejidos epiteliales
como el túbulo colector renal, el colon y las glándulas sudoríparas. La activación del MR provoca la inserción de
transportadores que incrementan la reabsorción de sodio y agua. El MR también se encuentra en tejidos no epiteliales como corazón, vasos sanguíneos y tejido
adiposo. La expresión de MR aumenta en
el tejido adiposo en la obesidad. Los
ratones con una dieta rica en grasas no solo desarrollan obesidad, sino que
también incrementan la expresión renal
de MR. El MR une aldosterona y glucocorticoides con alta afinidad. Sin embargo,
los glucocorticoides (cortisol en humanos y corticosterona en roedores)
circulan en concentraciones 100 a 1000 veces más altas que la de aldosterona (0,1-1 nM). En los
tejidos epiteliales, la enzima 11β-hidroxiesteroide deshidrogenasa tipo II
(11β-HSD2) convierte el cortisol en el metabolito inactivo cortisona, lo cual
permite que la aldosterona active selectivamente al MR. Por otra parte, los adipocitos pueden sintetizar y secretar aldosterona, la cual puede ejercer
efectos autocrinos y paracrinos que influyen en
el tejido adiposo y estructuras locales como los vasos sanguíneos. El
bloqueo del MR reduce efectivamente la
presión arterial en sujetos con hipertensión relacionada con la obesidad al tiempo
que beneficia significativamente al corazón con insuficiencia.
En la corteza adrenal, la biosíntesis de esteroides tiene
como precursor al colesterol. Inicialmente, el colesterol es convertido en
pregnenolona por la enzima mitocondrial P450scc codificada por el gen CYP11A1.
La etapa final es catalizada por dos
enzimas citocromo P450 que se diferencian en su actividad enzimática,
regulación y distribución zonal. La 11β-hidroxilasa (CYP11B1) sintetiza
cortisol a partir del 11-deoxihidrocortisol (DOC) en la zona fasciculada, mientras la aldosterona sintetasa (CYP11B2)
cataliza la conversión de DOC en
aldosterona en la zona glomerulosa. La angiotensina II (Ang II) y la
hiperpotasemia son los principales
reguladores de la producción de
aldosterona, mientras la hormona adrenocorticotrópica (ACTH) y otros
péptidos de la proopiomelanocortina, así
como la vasopresina, la dopamina, el sodio, el péptido natriurético atrial, los
agentes beta-adrenérgicos y la somatostatina
actúan como moduladores menores. La Ang II se une a receptores acoplados
a proteína G (ATR) que activan a la fosfolipasa C, la cual hidroliza PIP2 a IP3
incrementando la concentración intracelular de iones Ca2+ que a su
vez activan a la proteína quinasa dependiente de Ca2+-calmodulina
(CaMK) y la proteína quinasa C dependiente
de diacilglicerol. La ACTH se une
a receptores melanocortina -2 en la superficie celular, lo cual activa a la adenil ciclasa, produce AMPc y activa a
la PKA. La principal acción de la ACTH
es en la zona fasciculada de la corteza adrenal donde estimula la
fosforilación -mediada por PKA- de proteínas esteroidogénicas incluyendo a la reguladora aguda de la
esteroidogenesis (STAR), la cual promueve el transporte de colesterol en la mitocondria. Las
reacciones enzimáticas que ocurren en la mitocondria provocan la síntesis de glucocorticoides.
El tejido adiposo
contiene “factores liberadores de mineralocorticoides” que estimulan la
síntesis de aldosterona en las células adrenocorticales incluyendo la
producción de aldosterona en ratas espontáneamente hipertensas. Los factores
derivados del adipocito median sus efectos a través de las rutas de
señalización Wnt y ERK1/2-proteina quinasa activada por mitogenos (MAPK), lo
cual resulta en un incremento de la expresión de la proteína STAR y de la sensibilización a la Ang II. Dado que
hay adipocitos localizados en las glándulas adrenales, los factores liberados
por ellos pueden influir en la función de las adrenales de una manera paracrina.
En este sentido, hay tres factores derivados del adipocitos bien caracterizados
que influyen en la secreción de aldosterona: leptina, adiponectina y CTRP-1 (complement-C1q TNF-related
protein-1).
La leptina es una proteína de 16 kDa codificada por el
gen Ob y secretada principalmente por el tejido adiposo blanco, pero también
puede ser secretada en pequeñas cantidades
por otros tejidos como la glándula mamaria, el estómago, el músculo
esquelético, la médula ósea, la placenta y tejidos fetales. Los niveles plasmáticos de leptina son
significativamente elevados en la
mayoría de individuos obesos y se correlacionan con el índice de masa corporal.
Numerosas investigaciones clínicas y en modelos animales implican a la leptina en la patogénesis de
las enfermedades cardiovasculares
relacionadas con la obesidad. Los
individuos obesos pueden desarrollar “resistencia a la leptina” donde se
vuelven insensibles a los efectos
metabólicos de la leptina, pero no a los efectos sobre el sistema cardiovascular. Por otra
parte, en un estudio reciente sugiere que la leptina regula directamente la
secreción de aldosterona por las adrenales. Esta investigación demostró que: a) el receptor de leptina y la CYP11B2
son co-expresados en células de la zona glomerulosa adrenal en humanos y roedores; b) la reducción o el
incremento genético de la señal leptina, respectivamente, previene o aumenta la
expresión adrenal de CYP11B2 y la
liberación de aldosterona; c) la leptina endógena o exógena activa directamente a la CYP11B2, lo cual resulta en un incremento de la producción de aldosterona por
mecanismos dependientes de Ca2+.
Esto es independiente del RAAS y del sistema nervioso simpático.
La adiponectina es
una proteína secretada específicamente por el adipocito con acciones
metabólicas y anti-inflamatorias. La adiponectina mejora la sensibilidad a la
insulina y está inversamente asociada con la obesidad y la resistencia a la
insulina. Los receptores de adiponectina están presentes en las glándulas adrenales
en humanos y ratones. En las células
adrenocorticales de ratón, la adiponectina disminuye la producción de
aldosterona y corticosterona. Sin embargo, en células adrenales de rata, la
adiponectina incrementa la esteroidogénesis.
Por otra parte, en cultivos de células adrenocorticales humanas, la
adiponectina incrementa la expresión de STAR y la producción de cortisol, un
importante sistema de regulación pues los glucocorticoides disminuyen la secreción de adiponectina por los adipocitos.
La CTRP-1 es un paralogo de la adiponectina con 30-50% de
secuencia homóloga y algunas propiedades bioquímicas de la adiponectina. La
CTRP-1 es primariamente -y altamente- expresada por células de la fracción vascular del estroma del tejido adiposo y
también específicamente expresada en la zona glomerulosa de la corteza adrenal en humanos y roedores. La
evidencia reciente indica que la CTRP-1 regula la producción adrenal de
aldosterona a través de un
incremento en los niveles intracelulares
de Ca2+ y la inducción de la expresión de CYP11B2. Más aún, la
CTRP-1 no incrementa la transcripción de CYP11B1, la enzima responsable de la síntesis de glucocorticoides. La
secreción de aldosterona inducida por la CTRP-1 es independiente del mecanismo de regulación mediado por la
Ang II. La mayoría de estudios indican que los niveles circulantes de la CTRP-1 aumentan en la obesidad.
Adicionalmente, los pacientes con síndrome metabólico y diabetes tipo 2 tienen
niveles circulantes elevados de la CTRP-1 en comparación con individuos sanos.
Los niveles circulantes de la CTRP-1 también aumentan en pacientes hipertensos
no obesos.
La producción extra-adrenal de aldosterona puede
representar importantes mecanismos reguladores locales. En el sistema
cardiovascular, la maquinaria para la
producción de aldosterona se encuentra en las células endoteliales y en las
células de músculo liso. Los transcriptos de Cyb11b2 se encuentran aumentados
en aorta de ratas espontáneamente
hipertensas y la arteria mesentérica aislada de rata produce aldosterona. El
corazón de la rata también expresa las enzimas esteroidogénicas claves,
incluyendo las enzimas terminales para
la síntesis de corticosterona y aldosterona. Los niveles de aldosterona en el corazón de la rata son aproximadamente
17 veces mayores que en el plasma. En el
sistema nervioso central, la P450scc es expresada en sustancia blanca, neuronas
y glias. Cyb11b1 y Cyb11b2 también son expresadas en el cerebro. La proteína
Star es altamente expresada en el
cerebro con niveles máximos en el cerebelo. Por otra parte, los componentes
necesarios para la producción endógena de aldosterona están presentes en los adipocitos de roedores
y humanos. Presumiblemente, las acciones de la aldosterona derivada de adipocito contribuyen a los efectos de la aldosterona
circulante. La secreción de aldosterona por los adipocitos aumenta en animales
obesos y también ha sido implicada en la enfermedad renal y en la patogénesis
de la resistencia a la insulina en pacientes con enfermedad renal crónica. La
aldosterona derivada del adipocito puede a su vez impactar sobre la biología
del adipocito regulando la adipogénesis de una manera dependiente de MR.
Los mecanismos de regulación de la producción de
aldosterona por los adipocitos incluyen
la ruta de señalización calcineurina/factor nuclear de células T
activadas (NFAT) y rutas dependientes de sustancias reactivas de oxígeno (ROS).
En los adipocitos, la señal Ang II/AT1R regula la expresión de
Cyb11b2 y la secreción de aldosterona de
una manera dependiente de calcineurina/NFAT. Adicionalmente, la Ang II estimula
la translocación nuclear de NFAT. Por otra parte, inhibidores de la proteína
que transfiere esteres de colesterol (CETP)
incrementan los niveles de las lipoproteínas de alta densidad. Las investigaciones
clínicas de estos inhibidores revelan
hiperaldosteronismo e hipertensión como efectos adversos relevantes. En los adipocitos humanos, los inhibidores de
CETP incrementan la expresión de CYP11B1, CYP11B2 y STAR. Este incremento está
asociado con un aumento en la generación de ROS y la activación del
receptor activado por proliferación de
peroxisomas-gamma (PPAR-γ) y el activador de transcripción y transductor de
señal 3 (STAT3).
Las ROS son reguladores clave de la producción de
aldosterona en las glándulas adrenales. En las células adrenocorticales de
humanos y roedores, la Ang II incrementa los niveles de ROS a través de la
regulación positiva de la NADPH oxidasa,
lo cual resulta en un incremento en los niveles de CYP11B2 y la producción de
aldosterona. Este proceso es bloqueado o atenuado por antagonistas de AT1R y
antioxidantes. El H2O2 exógeno incrementa la actividad
CYP11B2, provocando un aumento en la producción de aldosterona por las células
adrenocorticales. Varios reportes demuestran niveles aumentados de ROS en el
tejido adiposo de animales obesos y/o hipertensos, lo cual apoya la posibilidad
de las ROS derivadas de tejido adiposo como la conexión molecular entre los niveles elevados de aldosterona y la
hipertensión relacionada con la obesidad. Por otra parte, varios
estudios demuestran que los activadores farmacológicos de la AMPK incrementan
la secreción de aldosterona por los adipocitos humanos. Aunque este efecto
inicialmente fue inesperado, los investigadores sugieren que puede ser un
efecto directo sobre el número de mitocondrias y por lo tanto de la producción
de esteroides.
La activación del MR regula importantes funciones
fisiológicas en el tejido adiposo incluyendo la diferenciación de preadipocitos
en adipocitos maduros y la promoción de la inflamación del tejido adiposo
blanco a través de la inducción de
citoquinas como la IL-6, el TNF-α y la proteína quimiotáctica de monocitos
(MCP-1), mientras disminuye la actividad termogénica en el tejido adiposo
marrón a través de la disminución de la transcripción de la proteína desacopladora 1 (UCP-1). Esto
sugiere que la sobre activación de MR en el tejido adiposo dispara efectos
deletéreos en el tejido adiposo; en particular, contribuye a la resistencia a
la insulina, al estrés oxidativo y al desarrollo de complicaciones
cardiovasculares asociadas con la obesidad.
En conclusión, dado que los adipocitos pueden regular la
secreción local y adrenal de aldosterona, se puede concluir que los adipocitos
son responsables de la elevación de la presión arterial en la obesidad. La
inflamación asociada con la obesidad
contribuye al desarrollo de resistencia a la insulina. La aldosterona
tiene efectos directos en el tejido
adiposo incluyendo la inducción de
resistencia a la insulina e inflamación, lo que sugiere que la aldosterona
puede ser un enlace entre obesidad,
resistencia a la insulina e hipertensión.
Fuente: Dinh AN et al (2016). Adipocytes, aldosterone and obesity-related hypertension. Journal of Molecular Endocrinology 57: F7-F21.
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