Metabolismo mineral
perinatal
La homeostasis mineral perinatal difiere de la
homeostasis mineral en el adulto, y los niveles plasmáticos de calcio (Ca),
fosfato inorgánico (Pi) y magnesio (Mg)
son más altos que los niveles maternos durante la gestación tardía para
satisfacer los requerimientos del feto
en desarrollo. La placenta juega un rol crítico en el mantenimiento del metabolismo mineral específico del estado
fetal. El transporte activo de Ca, Pi y Mg
en la placenta en la dirección materno-fetal ocurre principalmente en la gestación tardía, resultando en gradientes feto-madre en los niveles
plasmáticos de estos minerales. Las hormonas calciotrópicas y
fosfotrópicas juegan roles importantes
en el periodo perinatal, distintos a los
de la vida postnatal.
En la gestación tardía, los niveles plasmáticos fetales
de Ca y Pi se mantienen 1,2-2,0 mg/dl y
1,5 mg/dl por arriba de los niveles maternos, respectivamente. Aunque el nivel
fetal de Mg también aumenta con respecto
al valor materno, el gradiente es menor (0,12 mg/dl) que los de Ca y Pi. Los altos
niveles de estos minerales en el feto
son necesarios para la formación y
calcificación normal de los huesos. En modelos animales, a pesar de la hipocalcemia
materna inducida por una dieta pobre en Ca, deficiencia de vitamina D,
paratiroidectomía o lesión del receptor de vitamina D, los fetos se mantienen
normocalcémicos. La concentración de Ca en el feto es independiente del nivel
de Ca materno. En el caso del Pi, hay reportes que indican que el nivel
fetal de Pi se mantiene en el rango normal a pesar de la hipofosfatemia materna.
La placenta, en la gestación tardía, transporta grandes cantidades de Ca y Pi para permitir una rápida
mineralización del esqueleto fetal. La
transferencia materno-fetal de Ca y Pi usa un mecanismo de transporte activo
transcelular que produce un gradiente de concentración a través de la placenta. Este mecanismo de
transporte activo ocurre a través del
sinciotrofoblasto que cubre la superficie
de las vellosidades en dirección
del espacio intervelloso lleno con sangre materna. En el caso del Ca, el
mecanismo de transporte activo es
similar al que ocurre en el intestino. El canal de cationes potencial de
receptor transitorio, subfamilia V, miembro 6 (TRPV6), el cual es un canal de
Ca, abre en la membrana basal del sinciotrofoblasto en el lado materno para
permitir la entrada de Ca en la célula. En el interior de la célula, el Ca se une a la calbindina D9k y es
transportado a la membrana basal
opuesta. Finalmente, el Ca es transportado activamente a través de las
membranas basales del lado fetal hacia la circulación fetal por la Ca2+-ATPasa. La expresión
de TRPV6, calbindina D9k y Ca2+-ATPasa aumenta considerablemente
durante las últimas semanas de la gestación. Estos datos sugieren que estas
moléculas son importantes en el
transporte activo placentario de Ca
durante la gestación tardía.
El mecanismo de transporte transplacentario de Pi es poco
conocido. Algunos trabajos señalan que la transferencia placentaria de Pi en la dirección materno-fetal ocurre de
manera transcelular a través de un transporte activo dependiente de pH y Na+.
Más aún, la sensibilidad al pH del sistema de transporte placentario de Pi es
similar al del sistema intestinal. En los mamíferos, se han identificado tres tipos de co-transportadores Na+/Pi.
Los co-transportadores Na+/Pi tipo II está involucrado en la regulación de la concentración
plasmática de Pi. Los co-transportadores IIa (Npt2a) y IIc (Npt2c) son
expresados predominantemente en los
túbulos proximales renales y
contribuyen en la reabsorción de Pi,
mientras el tipo IIb (Npt2b) es expresado predominantemente en el intestino y
absorbe Pi. El gen para Npt2b/NPT2B es ha sido identificado en la placenta y su expresión incrementa durante el
desarrollo placentario. En adultos, el factor de crecimiento de fibroblastos 23
(FGF23) tiene un rol central en la regulación de la homeostasis de Pi. Para ejercer sus efectos, el FGF23
requiere un receptor (FGFR) y un co-receptor (α-kloto). La placenta expresa
ambas moléculas, pero no está claro si el FGF23 puede regular el transporte
tranplacentario de Pi. Poco se conoce
del mecanismo placentario de transporte
de Mg. El flujo bidireccional de Mg ha sido
demostrado en modelos animales con el flujo matero-fetal excediendo
al flujo feto-madre.
La alta demanda de Ca durante el embarazo y la lactancia
altera la homeostasis de Ca en la madre.
En el embarazo, 2-3% del Ca materno es transferido al feto en la gestación
tardía. Durante la lactancia, 300-400 mg/día
de Ca son transferidos en la leche materna. Para cubrir esta demanda de Ca, la
tasa de absorción intestinal y el recambio óseo aumentan durante el embarazo.
En el período de lactancia, la excreción renal de Ca es reducida para mantener el metabolismo óseo.
Durante el embarazo, la densidad mineral ósea disminuye aproximadamente 3,9% y algunos
estudios reportan 4-6% de pérdida
ósea durante los primeros seis meses de
lactancia.
El mecanismo de pérdida ósea durante la lactancia es acelerado por la supresión
hipotalámica de los niveles de
estrógenos, inducida por la succión del pezón, en combinación con incrementos
en los niveles del péptido relacionado
con hormona paratiroidea (PTHrP). Sin
embargo, experimentalmente se ha demostrado que la disminución de los niveles
de estrógenos y el incremento en los niveles de PTHrP no reproducen los
efectos completos de la lactancia sobre el esqueleto. Por lo tanto, se
especula que otros mecanismos también contribuyen a la pérdida ósea durante
la lactancia. En este contexto, se ha
reportado que la lactancia está asociada
con la activación reversible de
algunos genes relacionados con la osteolisis osteoclástica en el osteocito,
incluyendo fosfatasa ácida resistente a tartrato (TRAP), catepsina K, anhidrasa
carbónica, metalopeptidasa 13 (MMP13) y varias subunidades de la H+-ATPasa. La lesión del receptor PTH/PTHrP 1 (PTHR1) bloquea el
incremento en el tamaño lacunar y la
inducción de la actividad TRAP que se
observa durante la lactancia. Por lo tanto, la lactancia está asociada con la
osteolisis osteoclástica debida a la señal PTHR1.
En el feto, las concentraciones de algunas hormonas
calciotrópica se mantienen en niveles diferentes a las del adulto. Los niveles fetales de PTH
al final del embarazo (<4,72 pg/ml) son mucho más bajos que los niveles
maternos. Dado que los niveles maternos de PTH disminuyen durante el embarazo en comparación con la mujer
adulta no embarazada, aparentemente los niveles fetales de PTH son fuertemente
suprimidos. Las glándulas paratiroideas fetales producen PTH desde la 10ª semana de gestación. Se
desconoce si la placenta humana produce
PTH. Aunque los niveles fetales de PTH
son muy bajos, la hormona tiene un rol importante pues se ha demostrado en
ratones que los fetos que carecen de
glándulas paratiroideas o de PTHR son hipocalcémicos y tienen el esqueleto
desmineralizado.
Durante el embarazo, el 25(OH)D materno cruza la placenta
y al final del embarazo los niveles fetales alcanza 75-100 de los niveles
maternos. Por otra parte, el nivel fetal
de 1,25(OH)2D (o calcitriol) es más bajo que el de la madre
(<50%). Los riñones fetales y la placenta expresan la enzima 1α-hidroxilasa
que convierte al 25(OH)D, la mayor forma circulante de vitamina D, en 1,25(OH)2D,
la forma funcionalmente activa de vitamina D. Dado que el nivel de 1,25(OH)2D
en la arteria umbilical es mayor que en
la vena umbilical, los riñones fetales pueden contribuir en la producción del
1,25(OH)2D fetal. Sin embargo, se piensa que la síntesis de 1,25(OH)2D
en el feto es suprimida por los altos
niveles de Ca y Pi y los bajos niveles de PTH. El nivel materno de 1,25(OH)2D durante el
embarazo es 2-3 veces mayor que el de la
mujer adulta no embarazada. Los riñones maternos contribuyen a la abundancia de 1,25(OH)2D en la mujer
embarazada.
El FGF23 disminuye la producción de 1,25(OH)2D
porque suprime la expresión de la 1α-hidroxilasa e induce la expresión de la
24-hidroxilasa, la enzima que cataboliza 25(OH)D y 1,25(OH)2D en
24,25(OH)2D y 1,24,25 (OH)3D, respectivamente. En las
condiciones patológicas que incrementan los niveles circulantes de FGF23, los altos niveles
maternos de FGF23 pueden actuar directamente sobre la placenta e incrementar la
actividad de la 24-hidroxilasa con la
consiguiente disminución de los niveles
fetales de 25(OH)D. Dado que en ratones, los valores fetales de Ca y el contenido mineral del esqueleto se encuentran
en los rangos normales en fetos con
deficiencia de vitamina D o con
deficiencia de receptor de vitamina D, se tiende a considerar que la vitamina D
no es importante para la homeostasis mineral fetal. Sin embargo, la deficiencia
de vitamina D en la madre está asociada
con menor densidad mineral ósea en sus niños. Por lo tanto, es posible que el metabolismo de vitamina D durante el embarazo pueda
afectar el metabolismo óseo en el niño.
En sangre de cordón umbilical, la concentración de PTHrP
es 15 veces mayor que la de PTH al final del embarazo. En el feto, la PTHrP es
producida en muchos tejidos, incluyendo
la placenta. El nivel de PTHrP en la
vena umbilical es mayor que en la
arteria umbilical, lo cual sugiere que la placenta puede ser una fuente
crítica de la PTHrP fetal. La PTHrP
juega importantes roles en el feto. En
modelos de roedores, los fetos con deficiencia de PTHrP presentan desarrollo
óseo endocondral anormal, hipocalcemia, hiperfosfatemia y disminución del
transporte placentario de Ca. Aunque los niveles plasmáticos de PTH incrementan tres veces en los fetos
con deficiencia de PTHrP en una forma de hiperparatiroidismo secundario, los
fetos aún tienen hipocalcemia. Esto
sugiere que la PTH no puede compensar completamente la carencia de PTHrP. Por
otra parte, los fetos que carecen de glándulas paratiroides o PTH también tienen hipocalcemia y no tienen
incremento compensatorio en los niveles
de PTHrP. Estos datos sugieren que la PTHrP tampoco compensa la ausencia de
PTH. Varios estudios han reportado niveles circulantes elevados de PTHrP
durante la lactancia. En las madres lactantes, la PTHrP producida por la
glándula mamaria juega un importante rol en la regulación de las demanda de Ca
de la lactancia.
Las células C de la glándula tiroides comienzan a
diferenciarse alrededor de la 12ª semana de gestación y la calcitonina es detectable alrededor de la 15ª semana. Los
niveles circulantes de calcitonina en el feto son dos veces mayores que los de la madre. El
trofoblasto de la placenta también
produce calcitonina y contribuye a los niveles fetales. En roedores, la
calcitonina materna no cruza la placenta por lo que la calcitonina del feto
deriva completamente de fuentes fetales.
Sin embargo, la mayor fuente de la
calcitonina circulante en el feto aún no ha sido determinada. En modelos de roedores, los fetos que carecen
del gen que codifica a la calcitonina exhiben niveles normales de Ca y Pi. Sin
embargo, los niveles fetales de Mg disminuyen significativamente, lo que sugiere que la calcitonina puede
contribuir a la homeostasis fetal de Mg.
En conclusión,
para satisfacer las demandas del feto en desarrollo, la homeostasis
mineral fetal difiere de la del adulto.
Los niveles plasmáticos de Ca y Pi son mayores en el feto que en la madre,
especialmente en la gestación tardía. Para mantener la homeostasis mineral en el feto, la placenta juega un rol crítico
a través de transporte activo
transcelular de minerales. La homeostasis mineral materna también es alterada durante el embarazo para suplir minerales al feto. En
la madre lactante, la osteolisis osteocítica esta involucrada en el aporte de
minerales al niño. Los niveles de las hormonas calciotrópicas y fosfotrópicas en el feto son diferentes a los del adulto. En el feto, el nivel de PTH es menor que en la madre y la concentración
de PTHrP es mucho mayor que la de PTH.
El nivel de 1,25(OH)2D en el feto es menor que en la madre, pero los
niveles circulantes de calcitonina son dos veces mayores que en la madre.
Fuente: Ohata Y et al (2016). Current concepts in perinatal mineral metabolism. Clinical Pediatric Endocrinology 25: 9-17.
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