Efectos cardiacos
del FGF21
El término cardiomioquinas describe proteínas secretada
por el corazón que tienen funciones autocrinas, paracrinas y/o endocrinas cruciales para el mantenimiento de la función cardiaca. En la actualidad, el
número de cardiomioquinas se encuentra
entre 30 y 60 e incluye factores de
crecimiento, hormonas y citoquinas. Varias líneas de evidencia indican que el
FGF21 puede actuar como una
cardiomioquina. El FGF21 es un miembro de la familia de factores de crecimiento
fibroblástico (FGF) que actúa como un regulador metabólico y juega un rol en el
control de la homeostasis de la glucosa, la sensibilidad a la insulina y la
cetogénesis. La expresión de FGF21 está bajo el control del receptor activado
por el proliferador de peroxisoma-α (PPARα) y el principal sitio de su
producción y liberación en la sangre es el hígado. Tejidos extra-hepáticos, como los tejidos
adiposos, blanco y marrón, y el músculo esquelético también expresan FGF21. Las acciones endocrinas del FGF21 incluyen la
promoción de la captación de glucosa por el tejido adiposo blanco a través de
la inducción del transportador de glucosa GLUT1, la activación de la termogénesis en el tejido adiposo
marrón y la promoción de células similares a los adipocitos marrones en el tejido adiposo blanco a través del
proceso conocido como “marronización”. El FGF21 también tiene efectos
autocrinos/paracrinos, como la inducción de la cetogénesis hepática. La acción del FGF21 sobre las células blanco
requiere receptores (FGFR), principalmente FGFR1 y FGFR4 en tejido adiposo e hígado, respectivamente y β-kloto, una
proteína transmembrana que funciona
como cofactor para la señal FGF21. Estudios recientes
demuestran que el FGF21 juega un rol importante en la regulación de la función
cardiaca.
Un estudio reciente proporciona el primer reporte de los efectos cardioprotectores del FGF21. Este reporte demostró que en las células cardiacas existen
cantidades significativas de FGF21, FGFR1 y β-kloto. Más aún, el tratamiento de
cardiomiocitos en cultivo con FGF21 activó la ruta de señalización quinasa
regulada por señal extracelular (ERK), considerada la principal ruta de
señalización responsable de las
acciones intracelulares del FGF21. In vivo, los corazones de ratones FGF21-knockout
exhiben un incremento de peso y desarrollan
signos de dilatación. Estos
ratones, en respuesta a la infusión de
isoproterenol, un modelo estándar usado para inducir hipertrofia cardiaca, incrementan
en gran extensión el tamaño del corazón y el volumen de los
cardiomiocitos. Más aún, el tratamiento
con FGF21 previene el desarrollo de hipertrofia cardiaca (al menos en modelos
de ratones neonatos), aumenta la oxidación de ácidos grasos y previene la inducción
de rutas pro-inflamatorias en el corazón, confirmando las propiedades
anti-hipertróficas del FGF21.
Una exploración de
los mecanismos moleculares que subyacen a los efectos protectores del FGF21
reveló que el tratamiento con isoproterenol de ratones FGF21 knockout regula
hacia arriba marcadores pro-inflamatorios en asociación con una disminución en
los niveles de expresión de PPARγ-1α (PGC1α). El PGC1α es un coactivador
involucrado en el control del metabolismo energético y el estrés oxidativo en
varios tejidos, incluyendo al corazón. Por otra parte, la expresión cardiaca de PGC1α
es reprimida por estímulos hipertróficos y pro-inflamatorios. En este contexto,
se ha demostrado que la acción inhibitoria
del FGF21 sobre la hipertrofia y la inflamación cardiacas está asociada con la inducción de PGC1. Más aún, el FGF21 induce rápidamente la
fosforilación de la proteína ligadora de
los elementos de respuesta del AMPc (CREB)
en los cardiomiocitos, como ocurre en otros tipos de células. Este efecto puede
ser la explicación de la observación que
el FGF21 induce la expresión de PGC1α,
un blanco de CREB y un reconocido represor
de la ruta pro-inflamatoria NF-κB. Entonces, la evidencia acumulada indica que el FGF21 ejerce efectos
protectores contra la hipertrófica cardiaca a través de un mecanismo que
involucra al PGC1α.
Otros estudios han reportado que el FGF21 también ejerce efectos
cardioprotectores después de un infarto de miocardio, inhibiendo la apoptosis de los cardiomiocitos, atenuando la remodelación patológica del
miocardio y reduciendo el tamaño del infarto. Más aún, el FGF21 modula al
estrés oxidativo, el cual juega un rol
en la patogénesis de la insuficiencia
cardiaca. El FGF21 cardiaco también regula los genes involucrados en rutas
antioxidantes y, por consiguiente, previene
la producción de especies reactivas de oxigeno (ROS) por las células
cardiacas. El FGF21 induce en los
cardiomiocitos la expresión de genes que
codifican proteínas involucradas en rutas antioxidantes, especialmente
proteína desacopladora 3 (UCP3) y superóxido dismutasa 2 (SOD2). Más
aún, la expresión de genes antioxidantes
en respuesta a señales que
estimulan rutas prooxidativas/proinflamatorias
en el corazón es reducida en
ratones FGF21 knockout.
El FGF21 es un regulador clave del metabolismo en general y proporciona
significativos beneficios a la salud al
tiempo que protege contra desordenes
metabólicos asociados con la obesidad
como resistencia a la insulina, diabetes tipo 2 y dislipidemias. Sin embargo,
los estudios en ratones y humanos demuestran que la obesidad está asociada con
elevados niveles circulantes de FGF21, lo que sugiere alguna alteración en la
señal FGF21. En este sentido, se ha propuesto que la obesidad es un estado de
resistencia al FGF21. Este fenómeno, observado en modelos de roedores de
obesidad e individuos obesos, ha sido atribuido a una reducción anormal de
β-kloto en el tejido adiposo blanco. En ratas obesas, la expresión de β-kloto
en el corazón en el corazón está reducida, indicando que el estado de resistencia al FGF21 también ocurre en el
corazón. Más aún, la deficiencia de FGF21 en ratones exacerba la cardiomiopatía
diabética incrementando la acumulación
de lípidos en el corazón. Un estudio
reciente demuestra que el FGF21 previene la apoptosis cardiaca
activando la ruta ERK-p38MAPK-AMPK. Estos datos apoya la idea de FGF21 como un regulador clave del metabolismo cardiaco y un potencial
blanco terapéutico para el tratamiento
de la cardiomiopatía diabética.
La isquemia miocárdica activa procesos innatos de protección no solamente en el
corazón sino también en órganos remotos. Varias investigaciones recientes han
demostrado que el hígado responde a la isquemia miocárdica incrementando la secreción de proteínas
cardioprotectoras. Una de esas proteínas es el FGF21, el cual se encuentra
aumentado en el hígado y el tejido adiposo después de un infarto de
miocardio. Estos estudios también
reportan que el FGF21 secretado actúa sobre los cardiomiocitos para mitigar la
lesión miocárdica aguda. Entonces, el FGF21 sistémico generado principalmente
por el hígado contribuye a la protección del miocardio contra el daño
isquémico.
El FGF21 es expresado y secretado por las células del
corazón en respuesta a diferentes estímulos como hipertrofia cardiaca e infarto
de miocardio. El FGF21 secretado por el corazón puede funcionar de manera autocrina y, en algunos casos, de
manera endocrina. Un análisis de
diferentes poblaciones celulares del corazón
demostró que el FGF21 es producido principalmente por los cardiomiocitos. Modelos de roedores con hipertrofia e infarto
de miocardio inducidos experimentalmente
también mostraron incrementos significativos en la expresión de FGF21 en el corazón. El corazón humano es también fuente de FGF21,
incrementando su producción en pacientes que sufren insuficiencia cardiaca.
Estos estudios indican que el FGF21 es una molécula cardioprotectora y que su expresión
en el corazón es inducida en situaciones de estrés patológico (infarto,
hipertrofia) o fisiológico.
La ruta Sirt1-PPARα está involucrada en el control
transcripcional de FGF21. Esta ruta transcripcional interviene en la
regulación de la expresión de FGF21 en
el hígado en el contexto del control del metabolismo de carbohidratos y lípidos
y también juega un rol importante en el
control de la expresión y liberación de FGF21 en las células cardiacas.
Estudios in vitro con cardiomiocitos demostraron que la inhibición del PPARα
altera la inducción de la expresión de FGF21 causada por la Sirt1, indicando
que la Sirt1 actúa a través del PPARα. El estrés celular incluyendo el
estrés del retículo endoplásmico (RE) y
la disfunción mitocondrial induce la expresión de FGF21 en el corazón. En este
contexto, inductores de estrés del RE como los ácidos grasos saturados
incrementan significativamente la expresión de FGF21 en células cardiacas. Por
otra parte, deficiencias de la cadena respiratoria mitocondrial en humanos se
correlacionan fuertemente con niveles
plasmáticos aumentados de FGF21. El
factor de transcripción ATF4 esta
involucrado en el control de la expresión cardiaca de FGF21 en respuesta a
situaciones de disfunción mitocondrial o estrés RE, Se desconoce si la producción cardiaca de FGF21 en estos
casos resulta en alteraciones de los
niveles sistémicos.
El hecho que el corazón
sea fuente –y blanco- de FGF21 eleva la posibilidad de una potencial asa
autocrina para el FGF21 en el miocardio. Esta posibilidad fue explorada en un estudio
que describe que el FGF21 liberado por los cardiomiocitos funciona como un
factor antioxidante en el corazón, previniendo la acumulación de ROS. En esta
asa autocrina, el FGF21 regula hacia abajo a la Sirt1, la cual es activada por
señales disparada por el FGF21 liberado al espacio extracelular. Entonces, el
FGF21 liberado por las células cardiacas es al mismo tiempo una respuesta
cardiaca al estrés oxidativo y una señal para prevenir la acumulación de ROS.
En modelos fisiológicos de hipertrofia cardiaca como el embarazo, aumentan los
niveles circulantes de FGF21 así como
los niveles de expresión en el corazón.
En esta hipertrofia fisiológica, el
FGF21 puede tener roles cardioprotectores
autocrinos y endocrinos. Por el contrario, en la hipertrofia patológica,
los niveles circulantes de FGF21 no
cambian y los niveles de expresión aumentan sólo en el tejido cardiaco,
indicando un rol predominantemente autocrino del FGF21 en el corazón. En un
contexto de daño cardiaco, la secreción local de FGF21 puede servir como una ruta de señalización
cardioprotectora, endógena y
autoreguladora. El FGF21 liberado por el corazón tiene el potencial para actuar
a distancia de una manera endocrina. Sin
embargo, la contribución del corazón al pool sistémico de FGF21 es relativamente baja comparada con la de otros tejidos como el hígado y
ocurre predominantemente en condiciones
patológicas.
Varios estudios clínicos
han explorado el rol del FGF21 en
las enfermedades cardiovasculares de humanos. Los niveles circulantes de FGF21 son elevados en sujetos con perfil lipídico adverso,
obesidad, síndrome metabólico, tolerancia a la glucosa alterada, diabetes mellitus
tipo 2 e hipertensión. Niveles circulantes elevados de FGF21 también han sido
reportados en sujetos con enfermedad coronaria o placas en la arteria carótida
independientemente de los factores de riesgo cardiovascular establecidos, lo
que sugiere un potencial rol del FGF21 como biomarcador de ateroesclerosis. Más
aún, los niveles plasmáticos de
FGF21 están asociados con un mayor
riesgo de eventos cardiovasculares en
pacientes con diabetes tipo 2. Adicionalmente, los niveles circulantes de FGF21
están elevados en pacientes con fibrilación auricular. Un estudio reciente
reporta que los niveles circulantes de FGF21 aumentan marcadamente un día
después del inicio del infarto de miocardio
y se mantienen altos durante 3-7 días. Por otra parte, se encontró que
los niveles de FGF21 están estrechamente
relacionados con los niveles de péptido
natriurético cerebral (BNP), un marcador
de enfermedades cardiacas. Los autores de este estudio concluyen que los
altos niveles de FGF21 podrían estar
relacionados con la incidencia de re-infarto hasta 30 días después del primer
infarto.
En conclusión, varios tejidos del organismo son
potenciales productores de FGF21 con el hígado como el principal contribuyente
de los niveles circulantes de FGF21. El corazón es sensible a los efectos del
FGF21 tanto sistémico como generado
localmente. Después de un infarto de miocardio, el hígado y el tejido adiposo producen
grandes cantidades de FGF21. La expresión de FGF21 en el corazón es inducida en respuesta a daños cardíacos como
hipertrofia e infarto de miocardio en roedores, y en humanos con insuficiencia cardiaca. La acción endocrina del FGF21 liberado por el
hígado y posiblemente por el tejido adiposo conjuntamente con la acción
autocrina del FGF21 originado en el corazón pueden proteger contra el daño
cardiaco. En humanos, los niveles circulantes de FGF21 aumentan en la enfermedad cardiaca coronaria
y la ateroesclerosis y están asociados
con un mayor riesgo de eventos
cardiovasculares en pacientes con
diabetes tipo 2. La extensión en la cual el corazón contribuye a los niveles sistémicos de FGF21 aún no ha sido establecida completamente.