Las neuronas del
hipotálamo y la homeostasis de la glucosa
Las neuronas hipotalámicas tienen un rol jerárquico con
respecto a la regulación de la ingesta de alimentos, el gasto de energía, la
homeostasis del peso corporal y la homeostasis de la glucosa. El tejido más relevante para la producción y
secreción de glucosa es el hígado. Los hepatocitos tienen glucosa 6-fosfatasa,
una enzima necesaria para convertir glucosa 6-fosfato en glucosa, la cual es
secretada para que sea utilizada en otros tejidos. Por ejemplo, después de los
períodos fisiológicos de ayuno, el hígado aporta glucosa a los tejidos que no
son capaces de almacenarla y/o sintetizarla.
Desafortunadamente, en la diabetes,
aumenta la producción hepática de glucosa aun en condiciones de suficiente
energía, un defecto que contribuye a la
hiperglucemia que caracteriza la enfermedad. Los principales sitios
involucrados en la captación de glucosa son el hígado, el músculo esquelético y
el tejido adiposo. En condiciones fisiológicas, la captación de glucosa ocurre
de manera dependiente -e independiente- de la insulina. Sin embargo, en la
diabetes, la captación de glucosa inducida por insulina es alterada y en
algunos casos abolida. Las neuronas del hipotálamo influyen en la cantidad de
glucosa producida y/o usada por tejidos
específicos. Las neuronas del hipotálamo
que funcionan metabólicamente como “sensoras” coordinan el metabolismo de la
glucosa a través de rutas directas, o indirectamente regulando la secreción de
hormonas en el páncreas y el intestino.
Los datos de estudios en roedores sugieren que las
neuronas del hipotálamo controlan el
metabolismo hepático de la glucosa, afectando, por ejemplo, la acción de la
insulina sobre los hepatocitos. La insulina es secretada por las células β del
páncreas en respuesta a un incremento en los niveles circulantes de glucosa.
Entre otros efectos, la insulina para mantener normal la glucemia suprime la
producción y secreción de glucosa por los hepatocitos. Además de la acción
directa de la insulina sobre los hepatocitos, estos efectos pueden ser mediados
por el receptor de insulina (IR) de las neuronas cerebrales (al menos en
roedores). Por ejemplo, varios estudios
reportan que el IR expresado en el hipotálamo mediobasal, una estructura
cerebral que incluye al núcleo arcuato y áreas del núcleo ventromedial (VMH),
es importante para mediar el efecto regulador de la insulina sobre la
producción hepática de glucosa. Más aún, un estudio reciente ha demostrado que
la supresión de la producción hepática de glucosa inducida por insulina es mediada al menos en parte por el IR de las neuronas AgRP
(agouti-related peptide) del núcleo arcuato. Este estudio también demostró que
en los ratones que carecen de IR sólo en las neuronas AgRP, la captación de
glucosa inducida por insulina en músculo esquelético es normal, lo que sugiere
un control jerárquico específico de la
función hepática por parte de las neuronas AgRP.
Las neuronas pro-opiomelanocortina (POMC) del núcleo
arcuato también afectan selectivamente
la acción de la insulina sobre el hígado. El IR de estas neuronas no es
requerido para la supresión inducida por insulina de la producción hepática de glucosa. Las neuronas POMC aumentan los efectos de la
insulina sobre el hígado mediando la acción de la leptina, una hormona producida por los adipocitos. Los ratones que
carecen de receptores de leptina tienen una respuesta muy pobre a la supresión inducida por insulina de
la producción hepática de glucosa, pero la reactivación fisiológica de la
expresión de ese receptor solamente en
las neuronas POMC, normaliza la respuesta. La leptina activa la ruta de
señalización intracelular fosfatidil inositol 3-kinasa (PI3K) y cuando esta
señal aumenta solamente en las neuronas POMC se incrementa la sensibilidad a la
insulina en el hígado. Por otra parte,
un estudio reciente sobre las neuronas POMC reporta que lesiones en el receptor
del péptido glucagonoide 2 (GLP2), una hormona producida por las células L del
intestino y las neuronas preproglucagonérgicas en el cerebro, causan resistencia a la insulina en el hígado.
Leptina, insulina y GLP2 trabajan en conjunto para
restringir la producción hepática de glucosa a través de sus correspondientes
receptores presentes en las neuronas del núcleo arcuato. Otras hormonas
(resistina, glucagón) también afectan indirectamente el metabolismo hepático de
la glucosa a través de sus receptores en las neuronas hipotalámicas. En modelos
de roedores se ha demostrado que el subgrupo de neuronas POMC capaz
de detectar y responder a los
cambios en el nivel de insulina es diferente
del subgrupo afectado por cambios en el contenido de leptina. Es
posible, por tanto, que diferentes
subpoblaciones de neuronas POMC respondan selectivamente a diversas hormonas.
Las neuronas hipotalámicas, además de los mecanismos
sensores de hormonas, cuentan con proteínas
(AMPK, mTOR, sirtuinas) involucradas en mecanismos para detectar y
responder a cambios en los niveles circulantes
de metabolitos (glucosa, aminoácidos, ácidos grasos). A través de esas
proteínas, las neuronas hipotalámicas pueden “sensar” los cambios de -y su actividad /función es influenciada
por- los nutrientes circulantes así como el estatus redox intracelular. Las neuronas transmiten esta información al
hígado (aumentado la sensibilidad a la insulina, por ejemplo) con el propósito de mantener la homeostasis de la glucosa. La
desrregulación de estos mecanismos hipotalámicos causada, por ejemplo, por
alimentación hipercalórica crónica es suficiente para provocar desbalances en
la homeostasis de la glucosa. Algunos autores sugieren que la alteración de los
mecanismos sensores del hipotálamo
subyace al menos en parte al incremento en la producción hepática de
glucosa que se observa en la diabetes inducida por dieta y apoyan la idea de una variedad neurogénica de diabetes,
referida como diabetes disparada por el cerebro.
¿Cuáles son los sustratos moleculares, anatómicos y/o
humorales que conectan la función de las neuronas hipotalámicas con la
sensibilidad hepática a la insulina? Con relación a los sustratos moleculares,
está claro que los mecanismos hipotalámicos sensores de insulina, leptina,
ácidos grasos y glucosa afectan de una u otra manera los
canales de potasio sensibles a ATP
(canales KATP) localizados en la membrana plasmática. Los
canales KATP son componentes moleculares cruciales de los mecanismos
sensores de glucosa en las células β del
páncreas y las neuronas POMC del
hipotálamo. Los incrementos en los niveles extracelulares de glucosa activan estas células causando un incremento en el nivel
intracelular de ATP que a su vez provoca el cierre de los canales KATP,
la despolarización de la membrana y el
aumento de la frecuencia de potenciales de acción. Los mecanismos sensores de las neuronas hipotalámica también
involucran rutas independientes de los canales KATP. Por ejemplo, la
leptina activa neuronas POMC disminuyendo los impulsos GABA y también a través
de la activación de canales TRP (transient receptor potential). Aunque hay
algunos indicios del sustrato anatómico
que conecta las neuronas hipotalámicas con la función del hígado, muy poco se
conoce acerca del sustrato humoral que
subyace esta ruta. Por ejemplo, hay estudios que demuestran que la
inervación eferente vagal es requerida para la inhibición de la
producción hepática de glucosa después
de la administración central de insulina o ácidos grasos.
Las neuronas del VMH controlan selectivamente el metabolismo de la glucosa en el músculo
esquelético. En modelos de roedores se
ha demostrado que la disminución o la sobre expresión de sirtuina 1(SIRT1) en
las neuronas del VMH que expresan factor esteroidogénico 1 (SF1) altera la sensibilidad a la insulina específicamente
en músculo esquelético. Los ratones que carecen de SIRT1 solamente en las
neuronas SF1 tienen reducida la sensibilidad a la insulina, mientras que los
ratones con sobre expresión de SIRT1 solamente en estas neuronas tienen
incrementada la sensibilidad a la insulina en este tejido específico. Por
tanto, la carencia de SIRT1 en las
neuronas SF1 predispone a (y la sobre
expresión protege de) la diabetes inducida por dieta. La leptina también afecta el metabolismo de
la glucosa (y los lípidos) en el músculo esquelético vía acción sobre receptores de leptina
expresados en neuronas hipotalámicas. En ratas, la administración i.c.v. de leptina incrementa la captación de glucosa en músculo
esquelético, corazón y tejido adiposo marrón,
resultados que fueron reproducidos con la infusión de leptina solamente en el VMH. Estos datos
apoyan la idea de un control selectivo del VMH sobre el metabolismo de la
glucosa en el músculo esquelético. Además de las señales hormonales en las
neuronas del VMH, se ha demostrado que los neuropéptidos también afectan el metabolismo de la glucosa
específicamente en el músculo esquelético. Por ejemplo, las orexinas secretadas
por neuronas localizadas en el hipotálamo lateral y el área perifornical, a
través de sus receptores en neuronas del VMH, incrementan la sensibilidad a la
insulina en el músculo esquelético.
¿Cuáles son los sustratos moleculares, anatómicos y/o
humorales que conectan la función de las
neuronas del VMH con el metabolismo de la glucosa en músculo esquelético?
Aunque hay escaso conocimiento sobre el mecanismo molecular central y los eventuales enlaces humorales, los datos
disponibles apuntan hacia un importante rol del sistema nervioso simpático. Por
ejemplo, la abolición farmacológica de la señal nerviosa simpática disminuye
significativamente la capacidad de la
leptina administrada en el VMH para incrementar la captación de glucosa en
músculo esquelético. Asimismo, la alteración genética de los receptores
adrenérgicos β1, β2 y β3 inhibe la capacidad
de la orexina administrada en el VMH para inducir la captación de glucosa en
músculo esquelético.
En los humanos, la
insulina es considerada como un requerimiento para la supervivencia. Sin
embargo, en el año 2008, Yu y colaboradores
demostraron que los ratones que carecen de insulina son capaces de
sobrevivir y mantienen la glucemia casi normal después de la administración de
leptina. Estos resultados, reproducidos
por otros investigadores, contradicen al dogma que la vida es incompatible sin
insulina. En el año 2010, Fujikawa y colaboradores reportaron que la mayoría de acciones anti-diabetes de la
leptina son mediadas por el cerebro al demostrar que la
administración i.c.v. de leptina media
los efectos sistémicos de la hormona en
ratones deficientes de insulina. En el año 2013, estos mismos investigadores
identificaron los sustratos neurales y
demostraron que las neuronas hipotalámicas que expresan receptores de leptina y
transportador de GABA son los
principales mediadores de la acción anti-diabetes de la leptina. Ellos también demostraron que la acción
directa de la leptina sobre las neuronas
POMC o SF1 no es suficiente para para
mediar la acción anti-diabetes de la leptina, indicando que el control
jerárquico del metabolismo de la glucosa en el hígado y el músculo esquelético
por las neuronas POMC y SF1, respectivamente, requiere insulina. En condiciones de deficiencia de insulina, las neuronas GABAergicas que
expresan receptores de leptina tienen la capacidad para mediar la señal central
de leptina al hígado, tejido adiposo marrón y músculo esquelético. La modalidad
por la cual estas neuronas comunican los cambios en la señal central de leptina
a los tejidos periféricos es aún desconocida.
En conclusión, diversos estudios en modelos de roedores
indican que el hipotálamo es un sitio
crucial en la homeostasis de la glucosa. Específicamente, diversos mecanismos
sensores en discretas poblaciones neuronales del hipotálamo son importantes
para la homeostasis normal de la glucosa. Una peculiaridad de estos mecanismos
es que ciertas neuronas definidas bioquímicamente gobiernan el metabolismo de
la glucosa de una manera tejido-específica. Las neuronas del núcleo arcuato
(POMC y AgRP) controlan selectivamente el metabolismo hepático de la glucosa
vía sistema nervioso parasimpático y las neuronas del VMH (SF1) controlan selectivamente
el metabolismo de la glucosa en músculo esquelético vía división simpática del sistema nervioso autónomo. Dependiendo
de la presencia o ausencia de insulina, las diferentes redes hipotálamo-tejidos
periféricos son activadas para mantener la homeostasis de la glucosa. Por
ejemplo, en el contexto de resistencia a la insulina, las neuronas POMC mejoran
el desbalance de glucosa aumentado la sensibilidad hepática a la insulina. En
este mismo contexto, las neuronas SF1 desarrollan su acción anti-diabetes
aumentando la sensibilidad a la insulina en músculo esquelético. En un contexto
de deficiencia de insulina, las neuronas
GABAergicas que expresan receptores de leptina juegan un papel crucial en el
metabolismo de la glucosa en hígado, tejido adiposo marrón y músculo
esquelético. Sí estas redes están presentes y son fisiológicamente relevantes
en humanos es algo que aún no se ha determinado.
Fuente: Coppari R (2015). Hypothalamic neurones
governing glucose homeostasis. Journal
of Neuroendocrinology 27: 399-405.
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