Acción de la insulina en el cerebro
La evidencia
acumulada sugiere que la señal insulina en el cerebro no solo juega un rol
clave en la regulación del metabolismo, también en la regulación de la conducta
y la cognición. La desregulación de la señal insulina también ha sido implicada
en una diversidad de desórdenes cerebrales. La evidencia demuestra que la diabetes
mellitus tipo 2 (T2D) está asociada con enfermedades neurodegenerativas,
independientes de disglicemia. Los pacientes con diabetes tipo 1 tienen tasas
similares de depresión que la población general, mientras la prevalencia de
depresión en T2D es dos veces la de la población general e incrementa con la
resistencia a la insulina. Los estudios prospectivos indican una relación
bidireccional: la incidencia de depresión aumenta y los síntomas depresivos son
más persistentes y la remisión menos estable en los pacientes con T2D. Por otra
parte, la prevalencia de ansiedad en pacientes con T2D es 20% mayor que en la
población general. Los pacientes con T2D también tienen aumentada la
prevalencia de desórdenes de ansiedad, desórdenes de pánico, desórdenes de
estrés post-traumático y agorafobia. Un creciente cuerpo de evidencia indica
que las enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer (AD),
también tienen fuertes conexiones epidemiológicas con T2D y que la T2D es un
factor de riesgo para AD y otras demencias. En los pacientes con AD se observa
incremento de los niveles plasmáticos de
insulina y diminución de los niveles de insulina en líquido cefalo-raquídeo.
El receptor de insulina (IR) y el receptor
de IGF-1 son altamente expresados en el cerebro. Con el uso de ratones ha sido
posible explorar el rol de la señal insulina en subtipos específicos de
neuronas. Entre estos, el rol de la señal insulina en neuronas hipotalámicas
que expresan proopiomelanocortina (POMC) y neuropéptido relacionado con el
agouti/neuropéptido Y (agRP/NPY) en términos de ingesta de alimentos y gasto de
energía. Aunque el IR es expresados en ambos tipos de neuronas, la señal
insulina en las neuronas AgRP/NPY actúa para suprimir la producción hepática de
glucosa y disminuir el gasto de energía, mientras en neuronas POMC, la insulina
actúa para promover la producción hepática de glucosa y aumentar el gasto de
energía, al menos en parte, activando canales RTPC5 y PI3K y regulando la
plasticidad neuronal. La señal insulina también es crítica en otros tipos de
células neuronales. La orexina es otro péptido que juega un clave en la
regulación de la glucosa y la homeostasis energética en el SNC y la lesión de
las neuronas que producen orexina provoca resistencia a la insulina en el
hígado y altera la conducta alimentaria y el metabolismo.
En astrocitos, la insulina estimula la
fosforilación de la tirosina de Munc18c, el cual regula la formación del
complejo SNARE, provocando la exocitosis de ATP, el cual a su vez modula la
plasticidad sináptica en terminales axónicos dopaminérgicos a través del
receptor P2Y. La pérdida de la señal insulina en astrocitos reduce la
liberación de dopamina en el estriado dorsal y núcleo accumbens (NAc) en casi
50% provocando conductas similares a ansiedad y depresión. Los estudios
recientes sugieren que la activación de microglias y la inflamación ocurren en
el cerebro en AD y estados de resistencia a insulina y que la insulina puede
prevenir la activación de microglias vía reducción de la inflamación.
Recientemente, se ha demostrado que los tanicitos pueden jugar un rol
importante en la sensibilidad sistémica a la insulina, la acción de la ghrelina
y la actividad neuronal AgRP. Un estudio
reciente demuestra que la insulina también puede ser liberada en el plexo
coroideo y esta liberación es modulada por serotonina y no por glucosa.
La insulina modula la excitabilidad de las
neuronas dopaminérgicas en el área tegmental ventral (VTA) por dos mecanismos. Primero, la insulina
provoca depresión de larga duración (LTD) de los impulsos glutamatérgicos a las neuronas dopaminérgicas
de la VTA. Segundo, la insulina aumenta la actividad tónica espontanea de
neuronas dopaminérgicas de una manera autónoma. El efecto neto de la insulina
sobre la actividad neuronal dopaminérgica representa una integración de los
efectos presinápticos positivos y negativos autónomos. La insulina a través de
ruta PI3/Akt también promueve la expresión superficial de transportadores de DA, los
cuales contra balancean el incremento en la liberación de DA. En el NAc, la
insulina indirectamente potencia la liberación de DA a través de la comunicación astrocito-neurona
e interneurona-neurona. La insulina es un modulador primario del circuito
hipotalámico que se proyecta del núcleo arqueado (ARC) al núcleo
paraventricular (NPV) involucrado en la ingesta de alimentos y la saciedad. La
insulina se une a sus receptores en las neuronas AgRP y POMC del ARC. La modificación
en la microbiota intestinal debida a la ingesta de dieta rica en grasa está
asociada con alteración de la señal insulina e inflamación en centros que
procesan recompensa como NAc y amígdala.
La insulina regula la plasticidad sináptica
regulando al alza las subunidades del receptor GABAA y proteínas
SNARE responsable de la liberación de neurotransmisor, mientras altera la
expresión de diferentes subunidades del receptor de glutamato. Adicionalmente,
en hipocampo, la insulina no solo aumenta la fosforilación de subunidades del
receptor NMDA y promueve la localización en la membrana del receptor NMDA,
también estimula la expresión en la superficie del receptor AMPA que contiene
GluR1. Con la pérdida crónica de la señal insulina/IGF1 en el hipocampo, ocurre
una dramática reducción de la expresión de GluR1. La insulina también estimula
la endocitosis de receptores AMPA que contienen GluR2 y dispara la
internalización de receptores AMPA en el hipocampo, contribuyendo a la
inducción de LTD. A través de la regulación transcripcional y post-traslacional
de receptores NMDA y AMPA, la insulina modula la plasticidad de larga duración
del hipocampo, un componente celular del aprendizaje y la memoria. Un estudio
reciente demuestra que la insulina produce efectos bidireccionales sobre la
transmisión sináptica en el NAc que involucran un mecanismo de desinhibición
mediado por receptor opioide.
El cerebro tiene una alta demanda de energía
y usa glucosa como su principal combustible. Adicionalmente, el cerebro es el
órgano más rico en colesterol del cuerpo, contiene aproximadamente 25% del
colesterol total del cuerpo. En el cerebro, el colesterol es importante no solo
en la formación de mielina, también en la función de la membrana neuronal. Dado
que las lipoproteínas que contienen colesterol no pueden cruzar la BHE, el
cerebro usa la producción local de colesterol para mielinización y formación y
remodelación sináptica. El efecto anabólico de la insulina sobre la síntesis de
colesterol en el cerebro es necesario para la formación normal de memoria. En
el cerebro, la insulina puede regular la biogénesis, morfología y función de
las mitocondrias, lo cual a su vez puede modular el metabolismo, las funciones
de orden superior y la cognición. La insulina también media la maquinaria de
la respuesta innata al estrés en las
mitocondrias regulando proteínas chaperonas, incluyendo Hsp60 y Hsp10.
EL IGF-1 y la insulina se unen a sus
receptores IGF1R e IR con alta afinidad
y modulan múltiples procesos, incluyendo crecimiento celular y diferenciación. Estos
receptores son expresados en diferentes niveles en las regiones cerebrales. A
pesar de muchas similitudes en la señal, estos dos receptores tienen rutas
preferenciales de señalización y ejercen distintos efectos biológicos. El IGF-1
es producido por muchos tipos de células y su expresión es alta en subgrupos
específicos de neuronas inhibidoras y esto puede ser un puente entre actividad
neuronal y función cognitiva relacionada
con el IGF-1. El IGF-1R está presente en neuronas y células gliales y la señal
IGF-1 en astrocitos parece ser responsable de su rol neuroprotector. El IGF-1
derivado de microglias también juega un rol en la protección de neuronas del
daño y la apoptosis.
En conclusión, la señal insulina regula un
amplio rango de procesos fisiológicos a nivel sistémico modulando la captación
y metabolismo de sustratos en órganos como hígado, tejido adiposo y músculo
esquelético. La insulina también juega roles importantes en el cerebro
modulando neuronas y células gliales a través de cambios en la expresión de
genes y la función celular a diferentes niveles. El cerebro es un órgano
sensible a insulina y la insulina juega un rol clave en distintos tipos de
células del cerebro. La evidencia acumulada demuestra que la desregulación de
la señal insulina juega un rol en desórdenes psiquiátricos y enfermedades
neurodegenerativas. La disfunción de la señal insulina en el cerebro subyace a
la comorbilidad de T2D y desórdenes como depresión y AD.
Fuente: Chen W et
al (2022). Insulin action in the brain: cell types, circuits and diseases.
Trends in Neurosciences 45: 384-399.
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