PTH y homeostasis metabólica
La hormona
paratiroidea (PTH), también llamada paratormona o paratirina, induce incremento
en la formación de hueso y también incluye la regulación del metabolismo de
estas células y estas acciones influyen en la homeostasis del esqueleto. Sin
embargo, la función primaria de la PTH es la regulación de la homeostasis de
calcio. La PTH es exclusivamente producida y secretada por las células
principales de la glándula paratiroides. Por el contrario, el péptido
relacionado con PTH (PTHrP) es sintetizado y expresado por varios tejidos
incluyendo piel, vasos sanguíneos, condrocitos de la placa de crecimiento,
hueso, músculo esquelético y tejidos neurales para actuar de manera paracrina.
PTH y PTHrP tiene 16% de homología en sus secuencia, aunque mucha homología a
nivel de N-terminal, por lo que ambos péptidos pueden servir como ligandos para
el mismo receptor (PTH1R). La PTH
circulante regula la homeostasis del calcio que en condiciones fisiológicas se mantiene
en 2,0 mM y no experimenta más de 20% de variación. La mitad del calcio en la
circulación está unido a proteínas sanguíneas incluyendo albúmina. Es la
concentración de calcio iónico (Ca2+) (1,2mM) la que debe ser controlada con
precisión para mantener la potencial diferencia en las membranas de células
excitables. La PTH regula la homeostasis del calcio a través de múltiples
mecanismos, especialmente en tejidos con alta expresión de PTH1R como hueso y
riñón. El esqueleto sirve como reservorio de calcio almacenado, el cual puede
ser liberado vía activación de PTH1R en los osteoblastos para liberar el
ligando activador del receptor NF-κB (RANKL) para manejar la osteoclastogénesis
y la resorción ósea. Esto permite el mantenimiento, agudo y crónico, del calcio
circulante en un rango muy estrecho.
El esqueleto, como tejido dinámico, está en
una continua remodelación que involucra osteoclastos, osteoblastos y
osteocitos. La formación de hueso por los osteoblastos comienza con la
secreción de una matriz de colágeno tipo 1 llamada osteoide que esencialmente
constituye el templete para que ocurra la mineralización. Este mineral de
cristales de hidroxiapatita [Ca10(PO4)6(OH)2]
proporcionan mucho de la integridad estructural al hueso y también crean el reservorio para el calcio almacenado en el
hueso. Cuando los niveles extracelulares de calcio son bajos, el receptor
sensor de calcio (CaSR) promueve la liberación de PTH en la circulación
sanguínea. La PTH actúa estimulando la resorción ósea a través de la liberación de RANKL por los osteoblastos,
el cual maneja la osteoclastogénesis. Este mecanismo es fundamental para
entender las acciones de la PTH en el esqueleto, la cual en este contexto
podría ser considerada un “super remodelador” porque estimula la formación de
hueso nuevo pero acoplada a un incremento en la resorción ósea. La PTH estimula
directamente a los osteoblastos y la formación de hueso, pero si se sostiene
crónicamente, se forma un plateau
seguido por un incremento en la resorción ósea debido al aumento de
RANKL. Por el contrario, la administración intermitente de PTH capitaliza lo
que se conoce como ventana anabólica cuando la formación de hueso excede a
la resorción ósea, resultando en una
ganancia neta de hueso. Algunos investigadores especulan que la respuesta
inicial de la PTH para disparar la
osteoblastogénesis es proteger al esqueleto de un efecto calcémico agudo. Es
posible también que la señal PTH en los osteoblastos primero sintetice nuevo
osteoide capaz de proporcionar calcio después de la resorción ósea.
Múltiples mecanismos han sido propuestos
para las acciones anabólicas de la PTH intermitente en el hueso. Estos
mecanismos involucran diferentes rutas de señalización. Como otros receptores
acoplados a proteína G, el PTH1R incluye la cascada de señalización cAMP o
adenil ciclasa y fosfolipasa C (PLC). La ruta fisiológica predominante
involucra la estimulación de cAMP, provocando la fosforilación y activación de
proteína quinasa A (PKA). Esto, a su vez, puede regular varios procesos
celulares. Adicionalmente, la activación de PTH1R puede promover la acción de
la PLC sobre el fosfatidilinositol bifosfato (PIP2) para formar
inositol trifosfato (IP3) y diacilglicerol (DAG). Estos compuestos
pueden incrementar el calcio intracelular y activar la proteína quinasa C
(PKC), respectivamente, en los osteoblastos. La activación de la ruta PKC
solamente ocurre cuando un agonista es administrado en altas (micromolar)
concentraciones locales como se observa en la placa de crecimiento, mientras el
cAMP es activado en concentraciones subnanomolares (en el rango fisiológico de
PTH).
Los osteoblastos tienen la maquinaria para las
rutas cAMP/PKA y PKC. La señal PTH impacta estas células disparando
genes/proteínas importantes para la formación de hueso como efrina B2, factor
de crecimiento similar a insulina-1 (IGF-1), factor de crecimiento de
fibroblastos-2 (FGF-2), Wnt-β catenina y metaloproteinasa de la matriz-13
(MMP-13). La señal a través de estas rutas, incrementa la deposición de matriz
mineralizada y suprime la apoptosis. Además de aumentar el número de
osteoblastos, la PTH también promueve el depósito de matriz para que más hueso sea formado por los
osteoblastos. Fundamental para estos procesos celulares es la capacidad de los
osteoblastos para adquirir y utilizar sustratos para la producción de energía
celular o ATP. En este sentido, las acciones anabólicas de la PTH requieren la
generación y coordinación de ATP en los osteoblastos para aumentar
efectivamente la formación de hueso.
Hay sustancial evidencia que la secreción de
proteínas de la matriz y vesículas de mineralización que resultan en la
formación de hueso por los osteoblastos
es un proceso que demanda energía. El ATP es requerido para apoyar estos
procesos. La capacidad bioenergética de los osteoblastos generalmente deriva de
dos mecanismos glucólisis y fosforilación oxidativa vía respiración
mitocondrial. La PTH modula el metabolismo intracelular incrementando la
glucólisis aeróbica. La fosforilación oxidativa predomina tempranamente en la
diferenciación de las células del estroma, mientras la glucólisis es la
principal ruta metabólica en la diferenciación de los osteoblastos. Es de hacer
notar que aunque en los osteoblastos maduros incrementan la glucólisis, la
fosforilación oxidativa es aún activa y contribuye al pool de ATP. La PTH
también puede incrementar en los osteoblastos la captación de aminoácidos, como
prolina y glutamina, para aumentar la síntesis de colágeno. Estos aminoácidos
son capaces de alterar la bioenergética de los osteoblastos, la glutamina apoya
el ciclo de ATC vía producción de α-cetoglutarato y la prolina coordina
reacciones de la cadena transportadora de electrones.
La PTH interactúa con el tejido adiposo de
una manera única. PTH y PTH1R son capaces de estimula la lipólisis vía
activación de la lipasa sensible a hormona (HSL). La PTH puede impactar al
esqueleto a través de mecanismos
autónomos que involucran al tejido adiposo blanco. Adicionalmente a la
estimulación de la lipólisis, la PTH tiene la capacidad para reprogramar
adipocitos blancos en marrones o beige.
El riñón interviene en la regulación de
calcio y vitamina D con alta expresión de PTH1R en los túbulos renales. En el
riñón, la PTH promueve la reabsorción de calcio e incrementa la formación de
1,25-dihidroxicolecalciferol mientras disminuye la reabsorción de fosforo. Los
ácidos grasos son la principal fuente de energía en el riñón con captación
mediada por CD36, seguida por β- oxidación mitocondrial para generación de ATP.
En conclusión, la PTH tiene la capacidad
para alterar la bioenergética de los osteoblastos y procesos metabólicos
sistémicos en otros tejidos, incluyendo adipocitos, riñón y músculo
esquelético. La administración de PTH aumenta la formación de hueso a través de
cambios transcripcionales en los osteoblastos por varias rutas, la principal es
la vía adenil ciclasa y PKA. La PTH y el PTH1R también inducen la glucólisis y
la oxidación de ácidos grasos en células ósea y manejan el programa termogénico
en adipocitos, lo cual puede indirectamente pero positivamente influir en el
metabolismo del esqueleto.
Fuente:
Rendina-Ruedy E, Rosen CJ (2022). Parathyroid hormone (PTH) regulation of
metabolic homeostasis: an old dog teaches us new tricks. Molecular metabolism
60: 101480.
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