Acciones de la insulina en tejidos vasculares
Desde su
descubrimiento en 1921, se ha reportado que la insulina ejerce acciones en casi
todos los tipos de células y tejidos. Esto no es sorprendente porque la
insulina puede afectar las rutas de señalización celular que regulan el
metabolismo, la supervivencia celular y la replicación celular. Sin embargo,
los efectos de la insulina varían dependiendo de los tipos de células,
incluyendo células vasculares. El sistema vascular incluye arterias, venas,
capilares y vénulas y a menudo también el miocardio. Su misión primaria es
distribuir nutrientes, hormonas, citoquinas y otras moléculas de señalización
entre varios tejidos y remover sus productos. Igualmente importante es la
capacidad del sistema vascular para producir muchos de estos metabolitos de
señalización, hormonas y citoquinas con acciones autocrinas, paracrinas y
endocrinas, las cuales son importantes para muchos procesos fisiológicos. Pocos
años después de su descubrimiento, Eliott Joslin notó que la insulina tiene
importantes acciones indirectas sobre el sistema vascular a través de la
regulación de lípidos y el desarrollo de dureza en las arterias.
El sistema vascular está compuesto por
células endoteliales (CE), células de músculo liso contráctil vascular (CMLV) y
pericitos capilares. Las CE están en íntimas interacciones con células
plasmáticas y circulantes, regulando el tráfico celular, la homeostasis y la
permeabilidad a nivel capilar. Las CE forman varios tipos de capilares y tienen
funciones únicas en diferentes tejidos. Los capilares continuos son aquellos en
los cuales las CE están unidas por proteínas de unión con diferentes niveles de
barrera de difusión y ocurre en muchos órganos como músculo esquelético,
corazón, tejido adiposo, pulmón, piel, sistema nervioso central y retina. Los
capilares fenestrados son aquellos en los cuales existentes aberturas en o
entre las CE como en glomérulos renales,
islotes pancreáticos, intestino y capilares sinusoidales en hígado, bazo y
médula ósea que exhiben aberturas entre las CE. Las CMLV son críticas para el
mantenimiento de la presión y el flujo sanguíneos. Sin embargo, hay muchas
interacciones entre las células vasculares y las células del estroma,
incluyendo células adiposas, las cuales pueden causar células progenitoras en
el cuerpo. La insulina posee receptores (IR) en todas las células vasculares
diferenciadas y sus células progenitoras.
Las células vasculares tienen IR compuestos
por una cadena α que se une a insulina y una cadena β que contiene tirosina
quinasa comparable al IR de otros tejidos. La señal IR en células vasculares
ocurre principalmente vía los sustratos IR (IRS) 1/2 y las cascadas fosfoinositido (PI)-3
quinasa/Akt (IRS1/2/PI3K/Akt) y Src/proteína quinasa activada por mitogeno (MAPK),
similar a otros tejidos. Sin embargo, los procesos y acciones de IR en células
vasculares son inusuales y diferentes de otros tejidos. Cuando el IR fue
estudiado por primera vez en CE, se encontró que la mayor parte de la insulina
internalizada no fue degradada después de varias horas a 37oC lo
cual es muy diferente en hepatocitos, adipocitos y aún en CMLV. Esta carencia
de la insulina internalizada para ser degradada en CE permitió el
descubrimiento que el transporte mediado por receptor de la insulina ocurre de
la superficie apical a la superficie luminal de la CE, llamado transcitosis
mediada por receptor, la cual ocurre con otras hormonas o factores de
crecimiento como factor de crecimiento epidermal (EGF) y transferrina. Sin
embargo, el proceso de transporte de insulina a través del endotelio aún no
está completamente definido, aparentemente difiere dependiendo de los tipos de
capilares en los diversos órganos. Por ejemplo, en ciertas regiones del cerebro
y la retina donde las uniones estrechas están presentes en capilares continuos,
el transporte mediado por IR es importante. Por el contrario, los capilares
fenestrados en varias glándulas endocrinas y capilares sinusoidales en hígado y
bazo proporcionan muy pocas barreras a la insulina. Por otra parte, varios
estudios encontraron que el transporte de insulina a través del músculo
esquelético intersticial es saturable. Sin embargo, otros estudio demuestra que
el transporte de insulina a través de la barrera hemato-encefálica puede no ser
mediado por IR. Mientras el significado
fisiológico del rol del IR en el transporte de insulina en CE en los capilares
continuos aún no está claro aunque parece ser importante en tejidos como
cerebro y retina que tienen limitada permeabilidad capilar debido a una barrera
endotelial con uniones estrechas. En contraste con las CE, la insulina
internalizada es degrada en CMLV y no se
observa transporte direccional de insulina intacta.
Funcionalmente, las acciones de la insulina
en CE y CMLV se relacionan principalmente con el metabolismo y son
vascular-específicas. En el metabolismo de la glucosa, la insulina no tiene
acciones significativas sobre la captación de glucosa pues el GLUT1 es el
transportador de glucosa predominante en células vasculares con la excepción de
las células del miocardio. Sin embargo, la insulina puede afectar el
metabolismo de glucosa y ácidos grasos vía glucolítica y flujos mitocondriales
que indirectamente pueden alterar muchas funciones celulares. Entonces, la
combinación de hiperinsulinemia, hiperglucemia e hiperlipidemia en la diabetes
puede ejercer acciones profundas sobre las células vasculares y provocar
diferentes complicaciones vasculares. Por ejemplo, la hiperinsulinemia asociada
con resistencia a la insulina puede causar complicaciones macrovasculares. La
hiperglucemia puede causar disfunción endotelial directamente y acelerar
complicaciones vasculares, especialmente cuando está combinada con otros
factores de riesgo como hiperlipidemia o resistencia a la insulina. La
presencia de resistencia a la insulina y la carencia de autoinmunidad en las
células β pancreáticas en la diabetes tipo 2 (DT2) son factores importantes a
considerar cuando se evalúa el riesgo de varias complicaciones relacionadas con
la diabetes. La presencia de autoinmunidad, en particular, está asociada con insuficiencia
cardiaca en las personas con diabetes tipo 1 (DT1). Las acciones de la insulina
en las células vasculares están integradas con las acciones del factor de
crecimiento similar a insulina (IGF1) debido a la similitud de los receptores
IGF1 (IGF1R) con los IR en estructura y actividad metabólica y promotora de
crecimiento.
La asociación entre hiperinsulinemia y
enfermedad cardiovascular (ECV) ha sido reportada en estudios observacionales
con poblaciones pre- y no diabéticas y se ha encontrado que es independiente de
otros factores de riesgo de ECV tradicionales. Algunos estudios clínicos
demuestran que la proinsulina y algunos productos de la síntesis de insulina
pueden contribuir al riesgo de ECV. En el extremo opuesto del espectro, los
estados con deficiencia de insulina como
DT1 también son factores de riesgo de ECV. Esto se debe no solo a la
deficiencia de insulina y la hiperglucemia, sino también a otras anormalidades
metabólicas como hiperlipidemia, oxidación patológica, glicación e inflamación.
Varios estudios en animales han caracterizado el efecto directo de la insulina
sobre la pared arterial y la severidad de la ateroesclerosis. La
hiperinsulinemia inducida endógenamente en ausencia de resistencia sistémica a
la insulina no altera el desarrollo de la ateroesclerosis. Los estudios
sugieren que ni la hiperinsulinemia endógena ni la exógena por si solas tienen
un efecto directo para acelerar el desarrollo de ateroesclerosis. Entonces, la
pérdida de las acciones directas de la insulina sobre las CE está relacionada
con disfunción endotelial y puede causar ECV en la resistencia a la insulina y
la diabetes.
El endotelio puede regular el transporte de
insulina en órganos periféricos que poseen conexiones vasculares continuas como
el sistema nervioso central (SNC), tejido adiposo y músculo esquelético en
contraste con los órganos con capilares
fenestrados como hígado, glomérulos renales e hipófisis. Un efecto vascular
específico de la insulina es su regulación del flujo sanguíneo. Múltiples
estudios demuestran que la insulina puede mediar la vasodilatación estimulando
directamente la liberación de óxido nítrico (NO) por el endotelio. Estudios in
vivo también demuestran que la hiperinsulinemia fisiológica puede incrementar
el flujo sanguíneo en músculo esquelético y reclutar rápidamente capilares
musculares (por relajación de la resistencia y las arteriolas terminales) de
una manera dependiente de NO, lo cual precede a los efectos de la insulina de
incrementar la captación muscular de glucosa o activar rutas quinasas. La
activación del sistema renina-angiotensina-aldosterona en resistencia a la
insulina también puede contribuir a inhibir la formación de sustancias
reactivas de oxígeno (ROS) inducida por la insulina, provocando resistencia a
la insulina, disfunción endotelial, hipertensión arterial y ECV.
En el endotelio vascular, la insulina activa
la ruta PI3K/Akt (a través de IRS) o la ruta MAPK/Erk y regula la expresión
de heme oxigenasa 1 (HO-1), factor de
crecimiento de endotelio vascular (VEGF) y molécula de adhesión de célula
vascular-1 (VCAM-1). En CMLV, la ruta PI3K/Akt eventualmente provoca la
activación de NO y la relajación muscular, mientras la ruta MAPK/Erk provoca la
activación de endotelina-1 (ET-1) y, por consiguiente, la contracción muscular
así como la proliferación y migración celular. En los pericitos vasculares, la
insulina también puede ejercer acciones anti-apoptosis inhibiendo la caspasa-9
y el factor de transcripción FOXO e incrementando HO-1. La ruta IRS1/2/PI3K/Akt
también es capaz de aumentar la contractilidad cardiaca e incrementar la
sensibilidad de los filamentos de los cardiomiocitos al calcio.
Uno de los mecanismos moleculares que causa
resistencia a la insulina selectiva es la activación de quinasas del estrés,
incluyendo p38/MAPK y proteína quinasa C (PKC).
Múltiples estudios demuestran que las elevaciones de glucosa y metabolitos
lípidos combinadas con incrementos en oxidantes y citoquinas inflamatorias
aumentan la síntesis de novo de diacilglicerol (DAG), un activador de muchas
isoformas de PKC. Entre las isoformas PKC, PKCβ y PKCδ, son activas en muchos
tejidos vasculares en estados de resistencia a la insulina y diabetes,
incluyendo retina, glomérulo renal, aorta y corazón. La activación de la PKCβ
media muchos de los efectos adversos de la hiperglucemia inhibiendo
selectivamente la ruta IRS1/2/PI3k/Akt en el endotelio. La inhibición de la
isoforma PKCβ disminuye la severidad de la ateroesclerosis, la retinopatía y la
nefropatía en animales diabéticos, sugiriendo que esta inhibición es una
atractiva opción terapéutica.
La resistencia a la insulina selectiva en CE
es inducida por angiotensina II, elevados niveles de ácidos grasos libres,
altos niveles de glucosa y citoquinas pro-inflamatorias en estados de diabetes
y resistencia a la insulina que estimulan las isoformas PKC y otras quinasas
del estrés para inhibir la ruta IRS/PI3K/Akt a través de la fosforilación de
IRS1/2. Por el contrario, la estimulación por la insulina de la ruta
SOS/Grb2/MAPK es aumentada en diabetes y resistencia a la insulina. Esta
pérdida selectiva de la acción de la insulina vía ruta IRS/PI3K/Akt causa la
reducción de la acción anti-ateroesclerosis de la insulina y contribuye a la aceleración
de la ateroesclerosis y otras patologías cardiovasculares en la diabetes y la
resistencia a la insulina.
Las CMLV, las cuales rodean a las CE, son
reguladas por la insulina indirectamente a través de la activación NO/cGMP
(provoca vasodilatación) y la activación de ET-1 (provoca vasoconstricción). La
insulina y el IGF-1 pueden promover la proliferación de CMLV y acelerar la
ateroesclerosis en estados de hiperinsulinemia y resistencia a la insulina. Las
CMLV, el tipo de célula predominante en la pared vascular, regulan el tono
arterial en condiciones fisiológicas normales. En condiciones fisiopatológicas,
como hipertensión arterial, ateroesclerosis y aneurismas, las CMLV cambian su
fenotipo contráctil por un fenotipo sintético, lo cual incrementa la
proliferación y secreción de matriz extracelular. La abundancia de IGF1R es
aproximadamente 8 a 10 veces mayor que la de IR en la mayoría de células vasculares incluyendo las CMLV. Los
niveles fisiológicos de insulina (1-10 nM) solo pueden unirse a la forma homo
IR, mientras los niveles fisiológicos de IGF1 pueden activar tanto la forma
homo IGF1R como la forma híbrida IR/IGF1R. Por tanto, el IGF1R puede inhibir
los efectos de la insulina al unirse a IR y formar híbridos IR/IGF1R,
reduciendo la cantidad de la forma homo IR: La insulina también juega un rol en
la apoptosis de CMLV, un importante proceso que puede promover la
ateroesclerosis induciendo inflamación.
En conclusión, la insulina media muchas
funciones importantes en las células vasculares vía su receptor y cascadas de
señalización. Sus acciones directas sobre CE y CMLV son importantes para el
transporte y comunicación de nutrientes, citoquinas, hormonas y otras moléculas
de señalización. Estas acciones vasculares de la insulina son también
importantes para regular el metabolismo sistémico de combustibles y el balance
energético. Las anormalidades en las acciones de la insulina sobre la pared
vascular contribuyen a enfermedades macro- y microvasculares. La inhibición o
el incremento de estas rutas provocan resistencia selectiva a la insulina y exacerban el
desarrollo disfunción endotelial, ateroesclerosis y disfunción miocárdica que
son complicaciones relacionadas con la diabetes y la resistencia a la insulina.
Fuente: Fu J et al
(2021). Insulin´s actions on vascular tissues: physiological effects and
pathophysiological contributions to vascular complications of diabetes.
Molecular Metabolism 52: 101236.
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