Vitamina B6 en salud y enfermedad
La vitamina B6 es
una molécula necesaria para la salud y el funcionamiento del cuerpo humano y
comprende un grupo de seis compuestos químicos solubles en agua. Estas
vitaminas son: piridoxal (PL), piridoxamina (PM), piridoxina (PN), piridoxal 5´-fosfato
(PLP), piridoxamina 5´-fosfato (PMP) y
piridoxina 5´-fosfato (PNP). La forma activa, PLP, sirve como cofactor en
aproximadamente 160 reacciones en el cuerpo. El término PLP es usado de manera
intercambiable con “vitamina B6” y se encuentra en eucariotes y procariotes.
Este compuesto no es producido por los humanos u otros organismos superiores,
pero las levaduras y las bacterias tienen la capacidad para producirlo aunque
de una manera diferente. Los humanos pueden convertir PL, PN y PM de los
alimentos en fosfatos activos debido a la presencia de una piridoxal quinasa
(PDXK) específica. La vitamina B6 participa en la transformación de
carbohidratos, lípidos, aminoácidos y ácidos nucleicos. Los procesos mejor
conocidos son la degradación de glucógeno, donde coopera con la glucógeno
fosforilasa, las transformaciones de aminoácidos, donde es una coenzima en las
reacciones de transaminación y descarboxilación, y reacciones catalizadas por
sintetasas de aminoácidos o racemasas.
Las rutas claves para la salud humana con el
rol regulador de vitamina B6 incluyen el
metabolismo de esfingosina fosfato, el catabolismo del triptófano y la acción
del factor de transcripción NF-κB. De acuerdo con investigaciones recientes, la
vitamina B6 tiene el efecto de reducir la inflamación en el cuerpo influyendo
en la actividad de inflamasomas y específicamente su componente, la proteína
sensorial NLRP3. El PLP controla
procesos como regulación de la presión sanguínea (influye sobre el sistema
renina-angiotensina) y la coagulación sanguínea, asegurando la integridad
endotelial y la agregación plaquetaria, las cuales tienen un impacto sobre la
salud humana y sus desórdenes. La ingesta diaria de vitamina B6 recomendada por
la OMS para adultos es de 1,3-1,7 mg por día.
El PLP está involucrado en la transformación
de la esfingosina-1-fosfato (S1P) formada en las plaquetas pero almacenada en
las células rojas sanguíneas, donde es protegida contra la descomposición. La
S1P es un poderoso regulador inflamatorio que juega un rol importante en la
liberación de linfocitos por los órganos linfoides. La S1P es un producto de la
actividad de la esfingosina quinasa y un regulador en las transformaciones de
células de los sistemas hematopoyético y nervioso. Es llamado el conductor
entre partículas e influye en su diferenciación, migración y adhesión así como
también en su tiempo de vida. Las células sobre las cuales actúa la S1P
tienen receptores para este compuesto en
su superficie. Se trata de receptores acoplados a proteína G. El rol del PLP es
la degradación de S1P actuando como cofactor de la S1P liasa.
Cuando hay deficiencia de PLP, la S1P liasa
es inhibida, y cuando la liasa es deficiente, los linfocitos son detenidos en órganos linfáticos secundarios y
en lugares donde hay procesos inflamatorios. Esto provoca linfopenia, inmunosupresión, exacerbación de procesos
inflamatorios locales y un incremento en la
liberación de citoquinas pro-inflamatorias. La restauración de la
función homeostática del sistema S1P con PLP puede permitir un incremento en la
inmunidad y el mantenimiento de un equilibrio que permita el control de replicación viral sin la expresión
descontrolada de citoquinas. En el metabolismo del triptófano (Trp), el PLP es
un cofactor de enzimas en la ruta kinurenina. Un ejemplo es la kinureninasa que
convierte 3-hidroxikinurenina en 3-hidroxiantranato. Cuando el PLP es
deficiente, en lugar de 3-hidroxiantranato se forma xantato. En caso de
deficiencia de PLP, los metabolitos kinurenina (incluyendo kinurenina, ácido
kinurénico y 3-hidroxikinurenina) se acumulan y participan en la inflamación
vía receptor aril hidrocarbono (AhR). El AhR es un factor de transcripción
involucrado en la regulación de los niveles de citocromo p450, la regulación de
la inmunidad y la diferenciación celular. La kinurenina induce inmunosupresión
reduciendo la actividad de células NK y el nivel de linfocitos T, provocando un
incremento en el nivel de su apoptosis. El ácido kinurénico puede estimular la
producción de citoquinas, en particular IL-1, IL-6, Il-10 y TNFα y aumentar la ruta de señalización
IL-6/JAK/STAT. Esto, a su vez, puede estimular la inflamación. El PLP disminuye
la producción de IL-1β, una potente citoquina proinflamatoria y la producción
de ROS a través de la inhibición del inflamasoma NLRP3. La deficiencia de
vitamina B6 puede resultar en incremento de la producción de IL-1β y daño
tisular debido a la presencia de radicales libres.
Otro rol interesante del PLP es la regulación
de la enzima serina hidroximetil-transferasa 2 (SHMT2) involucrada en el
metabolismo del folato. Esta transferasa también regula la producción de
interferones tipo 1. Más aún, el PLP juega un rol importante en la ruta
homocisteína como cofactor de dos enzimas cistationina sintetasa en la
conversión de homocisteína en cistationina, y cistationasa en la síntesis de cisteína a partir de
cistationina.
La vitamina B6 está presente en muchas
reacciones en el cuerpo. Por tanto, no es sorprendente que su deficiencia tenga
significativas implicaciones clínicas. La alta concentración de glucosa
promueve la producción de productos de glicación avanzados (AGE) y estrés
oxidativo con el consiguiente daño en algunos órganos como corazón, nervios,
ojos y riñones. La nefropatía es el daño renal más común en personas con
diabetes, caracterizada por albuminuria. En ratas, la suplementación con
vitamina B6 puede inhibir la albuminuria y la combinación de vitamina B6 y B1 reduce significativamente la glicación de ADN
nuclear en linfocitos. Los estudios en pacientes con diabetes tipo 2 (DT2)
demuestran una asociación de la DT2 con disminución en el nivel de vitamina B6
y cambios en su metabolismo, especialmente en pacientes con nefropatía inicial.
Otro estudio reporta bajas concentraciones de piridoxina, piridoxal y PLP, mientras
los niveles de PMP y ácido piridóxico son altos. Esto puede indicar que la DT2
está relacionada con la actividad variable de las enzimas involucradas en la
conversión de vitamina B6. Quizá la razón es la disminución de la conversión a
PMP en la reacción catalizada por la piridoxina oxidasa dependiente de flavina.
Esta oxidasa también cataliza la conversión de piridoxina fosfato en PLP. La
mayoría de estudios encontraron una relación inversa entre el nivel de PLP y la
ocurrencia de diabetes, entre más avanzada la enfermedad, mayor la dependencia.
Algunos estudios reportan un elevado nivel de vitamina B6 en la orina, lo cual
puede significar que su absorción está alterada. Sin embargo, no está completamente
claro si los niveles disminuidos de PLP contribuyen al desarrollo de la
diabetes o si la diabetes disminuye los niveles de PLP. Ambas hipótesis son
posibles.
Varios estudios demuestran que el consumo de
glucosa en personas sanas disminuye los niveles de PLP, mientras en la diabetes
esto puede ser debido al incremento en la tasa de metabolismo de proteínas
mediado por PLP en el cuerpo en una dieta baja en carbohidratos.
Investigaciones en ratas indican que los bajos niveles de PLP pueden interferir
con la secreción de insulina por los islotes pancreáticos. Por otra parte, el
PLP también es un cofactor de la glutamato descarboxilasa, en la reacción que
resulta en la formación GABA. Los
anticuerpos de esta enzima son un importante marcador de diabetes. Otra
hipótesis señala que el nivel disminuido de PLP puede disparar procesos
autoinmunes que destruyen los islotes pancreáticos. Algunos estudios sugieren
que la deficiencia de vitamina B6 incrementa el riesgo de intolerancia a la
glucosa en el embarazo. En ratones hembras embarazadas, la deficiencia de
vitamina B6 altera el metabolismo de Trp y la activación del receptor de
serotonina HTR2B en el páncreas, lo cual a su vez puede tener un impacto sobre
la proliferación de células β y reducir la secreción de insulina, lo que causa
diabetes gestacional.
La vitamina B6 participa en el
funcionamiento del sistema inmune. Otros compuestos importantes para soporte de
la inmunidad son las vitaminas A, B12, C, D y E, ácido fólico y elementos
trazas incluyendo zinc, hierro, selenio, magnesio y cobre. Estas sustancias
apoyan la inmunidad innata y adquirida. De acuerdo con las investigaciones, la
mayor parte de la población tiene numerosas deficiencias de estas sustancias y
su suplementación es recomendada. Estudios recientes reportan un rol de la
vitamina B6 en aliviar los síntomas de la infección COVID-19 y sus
complicaciones como diabetes, hipertensión arterial y enfermedad cardiaca
después de la COVID-19. Los posibles mecanismos de mitigación incluyen
inhibición de la inflamación (deteniendo la tormenta de citoquinas), inhibición
del estrés oxidativo, regulación de los niveles de calcio, incremento en los
niveles de carnosina (como protector cardiaco) y mejoramiento de la función
inmune. La vitamina B6 juega un rol clave en la producción de linfocitos T e
interleuquinas. Su deficiencia provoca una disminución en la inmunidad,
incluyendo la formación de anticuerpos, disminución de la producción de IL-2 e
incremento de la producción de IL-4. Hay una relación inversa entre vitamina B6
y niveles de IL-6 y TNF-α en condiciones de inflamación crónica. Los niveles de
vitamina B6 son bajos en adultos mayores y en las personas con DT2 y enfermedad
cardiovascular.
El PLP influye en la formación de la
microbiota intestinal. La composición de la microbiota, por otra parte, afecta
la inmunidad humana. Como los mamíferos
no sintetizan vitamina B6, deben obtenerla con los alimentos y algunas
bacterias intestinales pueden llevar a
cabo la ruta de su síntesis (por ejemplo, Bacteroides fragilis, Prevotella
copri, Bifidobacterium longus, Collinsella aerofaciens, Helicobacter pilory).
Algunos organismos de la microbiota intestinal también necesitan obtener
vitaminas a partir de los alimentos consumidos por su huésped o a partir de otra bacteria intestinal. Las
bacterias que no sintetizan vitamina B6 incluyen, entre otras, Veillonella,
Ruminococcus, Faecalibacterium y algunos Lactobacillus spp. Los niveles de PLP
son bajos en personas que tienen inflamación crónica. Por el contrario, las
personas con altos niveles de esta vitamina tienen bajos niveles de
inflamación. La ausencia de vitamina B6 en el cuerpo puede tener serias
consecuencias para el sistema inmune. La
deficiencia de vitamina B6 altera el balance Th1-Th2, lo cual puede resultar en
alergias.
La inflamación crónica en el cuerpo puede
provocar procesos de neoplasias. Las investigaciones recientes reportan que la
vitamina B2 (riboflavina), B6 (piridoxina) y B9 (ácido fólico) ejercen
actividad antitumoral. Los potenciales mecanismos que subyacen a los efectos
anti-proliferativos y anti-migratorios de estas vitaminas incluyen
angiogénesis, alteración de la secreción
de citoquinas, alteración de la expresión de PD-L1 (ligando de muerte
celular programada), estrés oxidativo y síntesis de óxido nítrico (NO). En
efecto, las vitaminas B2, B6 y B9 incrementan la secreción de IL-8 e IL-10. El
PLP es un cofactor para enzimas críticas en las rutas del metabolismo de
metilos. La vitamina B6 juega un rol
clave en la ruta kinurenina como cofactor de la enzima kinureninasa. Esta ruta
produce moléculas anti-inflamatorias como
la kinurenina. Las investigaciones demuestran que un nivel óptimo de
kinureninasa con su cofactor puede inhibir la progresión del cáncer in vivo. Un
metabolito final de la ruta kinurenina, ácido 8-hidroxiquialdico, tiene efectos
anti-proliferativos y anti-migratorios en células de cáncer de colon. La
actividad kinureninasa es regulada por el nivel de PLP. Hay una relación
inversa entre riesgo de cáncer y la ingesta de vitamina B6 en la dieta y los
niveles de PLP.
Una de las funciones de la vitamina B6 es su
rol en las enfermedades cardiovasculares (ECV) y la disminución de la presión
sanguínea. Los bajos niveles plasmáticos de PLP en humanos también están
asociados con alto riesgo de
ateroesclerosis y trombosis. La
deficiencia severa de vitamina B6 es rara, mientras los niveles subóptimos o la
deficiencia leve son más comunes. Las concentraciones de PLP en plasma se
relacionan inversamente con el riesgo de infarto de miocardio. El mecanismo de
la acción cardio-protectora de la vitamina B6 aún no está claro, pero puede ser
debido a que los folatos y la cobalamina disminuyen el nivel de homocisteína.
Este aminoácido es transferido en la cisteína por la cistationina sintetasa y el PLP es un cofactor de esta
enzima. Es conocido que un alto nivel de homocisteina es un factor de riesgo
para la ateroesclerosis y la presión sanguínea alta. La inflamación
crónica es también un mecanismo clave
que subyace a la ateroesclerosis y su progresión. Los niveles plasmáticos de
PLP se correlacionan inversamente con marcadores sistémicos de inflamación, por
ejemplo proteína C reactiva (CRP). La suplementación de vitamina B6 disminuye
los niveles de IL-6 e incrementa los linfocitos totales en pacientes con
enfermedad crónica. La vitamina B6 también regula la entrada de Ca2+
en las células vía receptores purinérgicos dependientes de ATP, sugiriendo su
rol en la regulación de la hipertensión arterial y la disfunción cardiaca.
En años recientes, ha sido identificada una
nueva función de la vitamina B6 en la protección del corazón: imidazol
dipéptidos. El PLP regula la homeostasis de, por ejemplo, carnosina, homocarnosina
y anserina, las cuales son protectores cardiacos con propiedades antioxidantes
y anti-inflamatorias. Las enzimas involucradas en la síntesis de β-alanina, un
precursor de carnosina, dependen de PLP. Las investigaciones confirman la contribución de la vitamina B6
en la protección cardiaca a través de la acción de histamina, GABA e imidazol
dipéptidos y, adicionalmente, a través de la inhibición del inflamasoma P2X7R-NLRP3.
Más aún, la modulación de anserina, carnosina. histamina, GABA y el inflamasoma
P2X7R-NLRP3 puede estar involucrada en la reducción de la inflamación y el
estrés oxidativo.
La suplementación de vitamina B6 puede
prevenir la neumonía. Una investigación sobre el efecto anti-inflamatorio de la
vitamina B6 en ratones con neumonía aguda inducida por la administración de LPS
midió los niveles de IL-1β, IL-6 y TNF-α. Los investigadores demostraron que la
vitamina B6 puede estimular la fosforilación de AMPK en el residuo Thr172 y,
por tanto, estimular su actividad. Esta quinasa, a su vez, es un inhibidor de
procesos inflamatorios en la célula. Los investigadores también estudiaron
ratones AMPK “knockout” y observaron que los efectos anti-inflamatorios de la
vitamina B6 en macrófagos tratados con LPS fueron abolidos. Sin embargo, la expresión de DOK3 aumentó en los
macrófagos. Por tanto, postulan que la vitamina B6, activando la ruta AMPK-DOK3,
podría prevenir la neumonía.
En conclusión, la vitamina B6 es una
molécula involucrada en una variedad de cambios metabólicos en el cuerpo humano
porque participa como coenzima en más de 150 reacciones bioquímicas. Es activa
en el metabolismo de carbohidratos, lípidos, aminoácidos y ácidos nucleicos.
Adicionalmente, participa en rutas de señalización intracelular. La vitamina B6
es un antioxidante y un compuesto con capacidad para disminuir el nivel de AGE.
La deficiencia de vitamina B6 está asociada con varias enfermedades como
diabetes, enfermedad cardiaca y cáncer.
Fuente: Stach K et
al (2021). Vitamin B6 in health and disease. Nutrients 13: 3229.
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