El sistema canabinoide endógeno y la ingesta de
alimentos
La señal
intestino-cerebro juega un rol integral en la ingesta de alimentos, la
homeostasis de energía y probablemente la recompensa. Varias señales,
incluyendo péptidos derivados del intestino, han sido identificadas y controlan
la neurotransmisión de órganos periféricos al cerebro. Estos péptidos incluyen
a la colecistoquinina (CCK), liberada por subpoblaciones de células
enteroendocrinas en el epitelio del intestino delgado superior en respuesta a
la presencia de nutrientes en la luz intestinal y controla la ingesta de
alimentos y el tamaño de la comida activando aferencias del nervio vago. Estudios
recientes en ratones sugieren que células enteroendocrinas especializadas del
epitelio intestinal, llamadas “neuropodos”, forman sinapsis funcionales con las
fibras aferentes gástricas del nervio vago y participan en la transducción de
señales de alimentos a señales neurales que son trasmitidas al cerebro por las
neuronas aferentes del nervio vago. Los
neuropodos funcionan como sensores de alimentos en su lado luminal y, a su vez,
liberan glutamato y CCK de manera coordinada para inducir descargas rápidas o
prolongadas de las neuronas aferentes del nervio vago, respectivamente. Otros
estudios sugieren que la neurotransmisión de las aferencias del nervio vago recluta
circuitos recompensa del cerebro y puede participar en la recompensa por
alimentos.
El sistema canabinoide endógeno (eCB) es una
ruta de señalización derivada de lípidos
que controla la ingesta de alimentos, la homeostasis de energía y la
recompensa. En general, la activación del sistema eCB incrementa la ingesta de
alimentos y la inhibición de su
actividad reduce la ingesta de alimentos. El sistema eCB está localizado a través del cerebro y juega un rol
importante en estas funciones. Sin embargo, la evidencia también sugiere que el
sistema eCB está en órganos periféricos incluyendo el epitelio del intestino
delgado y tiene un rol integral. El bloqueo farmacológico de los receptores periféricos
canabinoides subtipo 1 (CB1R)
reduce la ingesta de alimentos y mejora
la disfunción metabólica asociada con la obesidad en roedores de manera
similar a los antagonistas CB1R que penetran en el cerebro. Estos
estudios sugieren que el sistema eCB periférico podría ser un blanco para
agentes anti-obesidad que carecen de los efectos psiquiátricos colaterales de las
drogas que tiene acceso a los CB1R del cerebro (por ejemplo,
rimonabant). En roedores, el sistema eCB en el epitelio del intestino delgado
se activa (i) durante la ingesta de una dieta rica en grasas, (ii) durante el
ayuno y (iii) después de la exposición crónica a dieta obesogénicas. Más aún,
la inhibición farmacológica de CB1R periféricos bloquea (i) la fase
cefálica del consumo de dietas ricas en grasas en ratas, (ii) la realimentación después del ayuno en ratas,
(iii) la hiperfagia asociada con obesidad inducida por dieta en ratones y (iv)
la restauración de la secreción inducida por nutrientes de péptidos de saciedad
en ratones con obesidad inducida por dieta. Estos estudios sugieren un rol
crítico de la señal eCB en el intestino en la ingesta de alimentos sabrosos.
El sistema eCB es expresado en células de
todos los órganos del cuerpo y comprende moléculas de señalización derivadas de
lípidos, incluyendo los eCB primarios 2-araquidonoil-sn-glicerol (2-AG) y
araquidonoil etanolamida (anandamida), sus enzimas metabólicas y los receptores
canabinoides subtipo 1 (CB1R) y subtipo 2 (CB2R) y
posiblemente otros. El eCB en el cerebro
ha sido extensamente estudiado por sus roles en el control de la ingesta y la recompensa
de alimentos sabrosos. Además de los sitios centrales, la evidencia reciente
sugiere que el sistema eCB localizado en células del epitelio intestinal es un
componente integral del eje intestino-cerebro que controla la ingesta de
alimentos sabrosos. Las grasas de la dieta reclutan un mecanismo eCB en el
intestino que proporciona retroalimentación positiva al cerebro y promueve la
ingesta de alimentos grasos. La evidencia también indica que los CB1R
en el epitelio intestinal de ratón son requeridos para la preferencia aguda por
alimentos sabrosos. Similar a los roedores, los humanos prefieren alimentos
grasos y dulces cuando tienen que escoger y su consumo está asociado con
niveles elevados de eCB en sangre. Más aún, los niveles de eCB aumentan en
sangre en humanos y roedores con obesidad. Sin embargo, el impacto que los eCB
circulantes pueden tener sobre la función intestino-cerebro asociada con
ingesta de alimentos, preferencias dietéticas y obesidad es desconocido. Es
posible que los eCB circulantes actúen como una señal humoral que interactúa
con receptores canabinoides en el eje intestino-cerebro para facilitar estos
procesos.
Los estudios recientes en ratones sugieren
que los CB1R en las células del epitelio del intestino delgado
controlan la ingesta de alimentos bloqueando la secreción inducida por
nutrientes del péptido de saciedad CCK, lo cual incrementa la ingesta calórica
y el tamaño de la comida. Con la llegada de nutrientes a la luz del intestino
delgado, las células enteroendocrinas I liberan CCK que controla el tamaño de
la comida y la saciedad actuando sobre receptores CCKA en las
neuronas aferentes del nervio vago y posiblemente en el cerebro. La obesidad
inducida por dieta está asociada con
altos niveles de eCB en el epitelio del intestino delgado. Estos estudios
sugieren que el tono eCB elevado en el epitelio del intestino delgado maneja el
sobre consumo de alimentos ricos en
energía y promueve la obesidad. Sin embargo, los mecanismos en esta respuesta
no están claros. Otros estudios sugieren
que los CB1R en el epitelio intestinal controlan indirectamente la
neurotransmisión intestino-cerebro a través de la regulación de péptidos
derivados del intestino que interactúan directamente con las neuronas aferentes del nervio vago. Más aún, estos
procesos están desregulados en la obesidad inducida por dieta.
Estudios recientes sugieren que los CB1R
en las células del estómago influyen en la ingesta y preferencia de etanol en
ratones controlando la formación local de la hormona estimulante del apetito,
ghrelina, la cual interactúa directamente con el receptor de secretagogo de
hormona de crecimiento (GHS-R1a) en las
neuronas aferentes del nervio vago y el cerebro. Ghrelina y CCK afectan
inversamente la actividad neural de las aferencias del nervio vago, con la
ghrelina disminuyendo y la CCK aumentado la actividad neural. Es posible que
las señales eCB en CB1R (i)
en las células del estómago que producen ghrelina y (ii) en las células que
liberan CCK en el epitelio de intestino delgado superior resulten en reducción
de la actividad neural de las neuronas aferentes del nervio vago e incrementen
la ingesta de alimentos. Más aún, estas
rutas pueden coordinar la actividad neural de las neuronas aferentes del nervio
vago asociadas con el estatus de alimentación
y se encuentran desbalanceadas en la obesidad inducida por dieta.
Los eCB, además de mecanismos indirectos,
pueden activar CB1R localizados en el nervio vago e impactar
directamente la neurotransmisión intestino-cerebro y la ingesta de
alimentos. Varios estudios demuestran
que la expresión de CB1R en el ganglio nodoso es desregulada en
modelos de ratones con obesidad inducida por dieta. Estos estudios sugieren que la expresión de
CB1R en las neuronas aferentes de nervio vago es contralada por el
estatus de alimentación y su expresión relacionada con la comida es desregulada
por la exposición crónica a dietas ricas en grasas. Por otra parte, los CB1R
controlan la sensibilidad mecánica de las neuronas aferentes gástricas del
nervio vago, la cual puede ser desregulada en la obesidad inducida por dieta.
El ayuno está asociado con niveles elevados
de eCB en el epitelio del intestino delgado superior de roedores y estudios
recientes sugieren que el nervio vago eferente es requerido para estos
procesos. La rama eferente del nervio vago comunica la neurotransmisión
parasimpática del cerebro a los órganos periféricos, incluyendo el intestino, a
través de rutas de la activación de receptores colinérgicos muscarínicos
subtipo M3 (m3 mAChR), y participa en una variedad de funciones motoras y posiblemente la
ingesta de alimentos. El bloqueo farmacológico de receptores colinérgicos
muscarínicos periféricos inhibe la realimentación después del ayuno. Las
investigaciones recientes sugieren que la neurotransmisión colinérgica por las
fibras eferentes del nervio vago
controla la biosíntesis del eCB, 2-AG, en el epitelio del intestino delgado
proximal durante el ayuno y participa en la realimentación después del ayuno. Un
mecanismo que incluye la activación de fosfolipasa C (PLC) y la generación del
precursor de diacilglicerol 2-AG, 1-estearoil 1,2- araquidonoil-sn-glicerol
(SAG) que posteriormente es hidrolizado por diacilglicerol lipasa (DGL) para
formar 2-AG, el cual activa CB1R locales y promueve la
realimentación después del ayuno en roedores. Estos resultados indican que la
producción intestinal de 2-AG en ratas en ayuno puede ser rápidamente reducida
con la realimentación de una manera que no depende del contenido de nutrientes.
El principal neurotransmisor liberado por
las fibras eferentes del nervio vago es la acetilcolina, la cual activa una
variedad de subtipos de receptores colinérgicos en la periferia, incluyendo
mAChR en el intestino. La activación de mAChR en el cerebro, incluyendo el
subtipo m3, aumenta la producción de eCB
que, a su vez, participan en el control de la plasticidad sináptica vía CB1R.
Adicionalmente, el 2-AG en el cerebro es formado por un mecanismo que incluye
la producción de SAG dependiente de PLC y la conversión de SAG en 2-AG por la
DGL. Los m3 mAChR son receptores acoplados a proteína Gq
responsables de la biosíntesis de 2-AG, incluyendo la activación de PLC y DGL.
Los estudios sugieren que las fibras eferentes del nervio vago son reclutadas
durante el ayuno y participan en la realimentación después del ayuno activando m3
mAChR en el intestino que, a su vez, manejan la producción de 2-AG y la
activación de CB1R locales. Además de las interacciones entre la
neurotransmisión parasimpática eferente y el sistema eCB, los estudios también
sugieren que la neurotransmisión simpática eferente es controlada por eCB, lo
cual puede impactar la ingesta de alimentos a través de un mecanismo que
requiere las aferencias del nervio vago.
Los estudios pre-clínicos en ratones
sugieren que el sistema eCB es un componente integral del eje intestino-cerebro
que controla la ingesta de alimentos y es desregulado en la obesidad. Los
estudios en humanos indican que los niveles de eCB están elevados en sangre
durante el consumo de alimentos sabrosos y en la obesidad. Los antagonistas de
CB1R son usados para el tratamiento de la obesidad en humanos. En
particular, el rimonabant, un antagonista/agonista inverso de CB1R,
muestra efectos anti-obesidad que incluyen reducciones en el peso corporal y
los niveles circulantes de triglicéridos e incremento en los niveles de
lipoproteína de alta densidad. Desafortunadamente, el rimonabant está asociado
con efectos colaterales psiquiátricos como depresión y ansiedad. Estos efectos
son resultado de su capacidad para acceder al cerebro y alterar las funciones
cognitivas.
En conclusión, las investigaciones
proporcionan evidencia que el sistema eCB en el tracto gastrointestinal es un
componente clave del eje intestino-cerebro que controla la ingesta de alimentos
y es desregulado en la obesidad inducida por dieta. Los eCB tienen acciones
indirectas y directas sobre la señal neural aferente del nervio vago, pero no
está claro cómo la señal eCB intestino-cerebro interactúa con los circuitos
recompensa del cerebro en el control de la ingesta de alimentos y la
recompensa. Las investigaciones identifican (i) un mecanismo indirecto que
controla la liberación de péptidos por el epitelio intestinal e interactúan con
los correspondientes receptores en las neuronas aferentes del nervio vago, (ii)
un mecanismo directo vía interacciones entre eCB y receptores canabinoides
expresados en las neuronas aferentes del nervio vago.
Fuente: DiPatrizio
NV (2021). Endocannabinoids and the gut-brain control of food intake and
obesity. Nutrients 13: 1214.
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