Control de las propiedades de la matriz ósea por los
osteocitos
Los osteocitos,
embebidos en la matriz mineralizada del hueso, constituyente una población
celular de importancia en la biología del hueso y la medicina. En esta
localización, los osteocitos encuentran mayor longevidad a pesar de estar
aparentemente aislados. Los osteocitos son reconocidos como las células que
gobiernan la formación de hueso por los osteoblastos y la resorción ósea por
los osteoclastos. Los osteocitos representan al menos 90% del contenido celular
del hueso y forman una rica red de dendritas que permite la comunicación entre aproximadamente 50
osteocitos vecinos, resultando en un área de superficie total que excede
grandemente a la de osteoblastos y osteoclastos combinados. Por tanto, un
estímulo que dispara la interacción directa de los osteocitos con la matriz
ósea podría tener un gran impacto positivo o negativo sobre la integridad del
hueso.
Al final de su período de formación de
hueso, los osteoblastos son dirigidos, vía desconocida, a la apoptosis o la
diferenciación terminal. Una opción es la diferenciación en células quiescentes
que cubren la superficie ósea y median la remodelación en áreas localizadas del hueso. Algunos
osteoblastos se diferencian en osteocitos que forman dendritas vía regulación
al alza del gen E11/gp38 o podoplanina. La regulación al alza de MT1-MMP, una
metaloproteinasa que degrada colágeno, también es requerida para la formación
de dendritas y para mantener la viabilidad de las células a través de la
diferenciación. Estos hallazgos permiten sugerir que el osteocito embebido en
la matriz ósea es un proceso proteolítico activo en contraste con los estudios
iniciales que sugerían un proceso pasivo en la matriz ósea. Estudios recientes
sugieren múltiples mecanismos que
involucran diversos procesos. Una vez embebido, el osteocito comienza su rol en
la coordinación de las acciones de osteoblastos y osteoclastos como parte de la
rica red de osteocitos.
Las actividades de osteoblastos y
osteoclastos son reguladas por señales que se originan en los osteocitos, aunque
los mecanismos por los cuales las señales alcanzan estas células son pobremente
entendidos. Los osteoblastos son responsables de la formación de hueso nuevo,
lo cual ocurre primariamente en la superficie de hueso trabecular y cortical.
La formación de hueso es notablemente inducida por la ruta de señalización Wnt.
La ruta canónica involucra la unión con la proteína relacionada con el receptor
de lipoproteína de baja densidad 5/6 (Lrp5/6) y su correceptor frizzled. Esta
unión inhibe la actividad intracelular de la glucógeno sintetasa quinasa 3
(GSK3) y su complejo formado por axin y poliposis adenomatosa coli (APC), lo
cual resulta en hipofosforilación del factor de transcripción β-catenina. La
translocación de β-catenina intacta al núcleo resulta en la expresión de genes que
aumentan la supervivencia de los osteoblastos y su actividad en la formación de
hueso. Los osteocitos son un importante regulador de este proceso a través de
la secreción de esclerostina (Sost), un potente supresor de la señal Wnt mediante
la unión a Lrp5/6, inhibiendo competitivamente la unión de Wnt. Esto resulta en
la no inhibición de la fosforilación de β-catenina y su posterior degradación
por el proteasoma. La Sost también inhibe la formación de hueso relacionada con proteína morfogénica de
hueso (BMP). En humanos, las mutaciones en Sost resultan en esclerosteosis, una
condición que se caracteriza por incremento en la formación de hueso que
resulta en alta masa ósea y neuropatía craneal debida a compresión del nervio.
Por tanto, los osteocitos tienen el potencial para controlar cuando y donde
ocurre la formación de hueso e
interferir con este proceso puede tener efectos dramáticos sobre la salud
humana.
Los osteocitos también median el proceso de
resorción ósea por los osteoclastos. Un método de regulación de los osteocitos
es mediante la secreción de ligando activador del receptor de factor nuclear
kappa B (RANKL) a través de sus dendritas, el cual se une al receptor RANK en
los precursores de osteoclastos y maneja su diferenciación en osteoclastos
maduros. La expresión de RANKL por los osteocitos es esencial para la
remodelación de hueso trabecular y es secretado en regiones de apoptosis de
osteocitos. Adicionalmente, los osteocitos secretan osteoprotegerina (OPG), una
molécula que compite con el RANKL por el receptor RANK. Esta interacción
suprime la actividad de los osteoclastos y es la base de la droga
anti-resorción denosumab. Por tanto, los osteocitos pueden modificar el
contenido total y la actividad de osteoblastos y osteoclastos maduros,
demostrando su potente rol regulador en el proceso de remodelado óseo.
La reparación del microdaño óseo depende de
la acción coordinada de osteocitos y osteoclastos. El microdaño o pequeños
“cracks” en el hueso dispara la apoptosis de osteocitos e induce el remodelado
intracortical, un proceso que es atípico en el hueso cortical de roedores. Las regiones de remodelado óseo se
colocalizan con regiones de apoptosis de osteocitos en el contexto de microdaño
o deficiencia de estrógenos. Los estudios in vitro demuestran que los
osteocitos apoptósicos de ratones estimulan a sus vecinos para liberar RANKL,
el cual actúa como una señal quimiotáctica
para que los osteoclastos migren a la regiones de apoptosis y remodelen
el hueso. Entonces, los osteocitos utilizan los osteoclastos para reparar
regiones de microdaño a través de la liberación controlada de RANKL mientras
preservan las regiones no dañadas del hueso.
Los osteocitos están embebidos en la matriz
mineralizada protegidos en lagunas que rodean el cuerpo celular. Las células
están conectadas una con otra por procesos dendríticos que residen en
canalículos. Juntos forman la red lacunar-canalicular (LCN). Esta red interconectada
de células puede ser relevante para la estimulación mecánica y la señal y el transporte
de solutos. Como el líquido extracelular
fluye a través de LCN, los osteocitos liberan compuestos como óxido nítrico,
prostaglandinas y otros factores. Adicionalmente, el nivel de estimulación
mecánica está relacionado con la apoptosis de osteocitos lo cual promueve la
osteoclastogénesis y es un mecanismo por el cual los osteocitos regulan la
reparación y la forma del hueso. La carga aumenta el flujo de líquido y la
forma de la LCN puede afectar el flujo de líquido a través del sistema. Después
que un osteocito muere, la laguna se mantendrá vacía hasta que gradualmente es
llenada con restos mineralizados.
La LCN puede tener un efecto directo sobre
la calidad del hueso. Por ejemplo, cuando el volumen lacunar disminuye y la
laguna se hace más esférica se produce una disminución de la dureza y rigidez
de la matriz. La matriz pericelular (PCM) rodea los osteocitos y separa la célula de las paredes de lagunas y
canalículos. Esta matriz contiene proteoglucanos y ácido hialurónico y puede
amplificar el impacto de la carga mecánica para permitir a los osteocitos mayor
sensibilidad a la carga. Las integrinas forman parte de la PCM y afectan la
respuesta de los osteocitos a la estimulación mecánica. La PMC también se puede
alterar con la edad. In vitro, los osteocitos aislados de ratones envejecidos
producen menos PCM que los osteocitos de ratones jóvenes. Las células
envejecidas también tienen menos disrupciones de la membrana plasmática que las
células jóvenes en respuesta al fluido, indicando que la respuesta mecánica
puede ser dependiente de la PCM.
Mientras los osteoblastos y los osteoclastos
son los tipos de células clásicos involucrados en la formación y resorción de
hueso, la investigación emergente ha demostrado que muchos de los factores que
manejan estas células también pueden disparar la participación de los osteocitos en estas funciones. El
proceso de alteración de la matriz ósea por los osteocitos es conocido
actualmente como remodelado perilacunar (PLR), un concepto que está ganando
aceptación en la comunidad científica.
Una de las señales más importante que recibe
el hueso es la hormona paratiroidea (PTH), una hormona peptídica secretada por
la glándula paratiroides en respuesta a la disminución de calcio en la
circulación sanguínea. La PTH, además de aumentar la absorción de calcio en el
intestino, la elevación sostenida de PTH causa liberación de mineral del hueso.
La PTH regula al alza la ATPasa H+ transportador V0 subunidad D2 (ATP6V0D2),
una bomba de protones en la membrana celular que acidifica el ambiente
extracelular, indicando que los osteocitos pueden acidificar su ambiente
extracelular para degradar mineral. El péptido relacionado con PTH (PTHrP)
también estimula la acidificación del ambiente extracelular de los osteocitos regulando
al alza a la ATP6VD2 durante la lactancia, y este proceso depende de la señal
PTH intacta en los osteocitos. Mientras la acidificación de la matriz es requerida
para remover mineral, también promueve la actividad colagenolítica de la catepsina K (CTSK), indicando que los
osteocitos pueden degradar mineral y colágeno. Los osteocitos pueden
incrementar la actividad para la resorción
de los osteocitos vecinos además de reducir la actividad de los
osteoblastos vía señal Sost.
Los osteocitos pueden alterar la porosidad
del hueso removiendo o agregando mineral a sus lagunas. La red de osteocitos
también influye en la calidad del mineral. En áreas con alta densidad de
osteocitos, el engrosamiento mineral y la orientación de partículas es mayor que
en las áreas menos organizadas. Por otra parte, se ha observado un efecto sobre
las propiedades mecánicas debido a la disminución de masa ósea durante la
lactancia. Entonces, los cambios en el mineral de la matriz extracelular
producidos por los osteocitos pueden afectar la calidad del hueso.
El colágeno tipo I es el componente orgánico
más prevalente en la matriz extracelular del hueso y proporciona ductibilidad
al tejido. El colágeno es producido primariamente por los osteoblastos durante la formación de hueso. La estructura en
hélice del colágeno está compuesta por secuencias Gli-X-Y repetidas donde X e Y
son típicamente prolina e hidroxiprolina, respectivamente. El colágeno consiste
de dos cadenas peptídicas pro-α1 y pro-α2 sometidas a modificaciones
post-translacionales en el retículo endoplásmico incluyendo hidroxilación de
los residuos prolina y lisina y glucosilación de algunos residuos de prolina.
Las cadenas forman una triple hélice y son almacenadas en el complejo de Golgi
como procolágeno. En la secreción por osteoblastos, los dominios N- y C-
terminal son procesados para formar tropocolágeno. Finalmente, las bandas de
tropocolágeno se auto-ensamblan en fibrillas y son entrecruzadas con las
moléculas de tropocolágeno vecinas en sus residuos hidroxilisina por la lisil
oxidasa, estabilizando la estructura fibrilar.
La calidad de colágeno depende del nivel
correcto de modificaciones post-translacionales. El alineamiento de las
fibrillas de colágeno está relacionado
con el tipo de carga que cada hueso
experimenta. Por ejemplo, durante la carga fisiológica de las extremidades
inferiores, la porción anterior del fémur y la tibia experimentan tensión
mientras la porción posterior está bajo compresión. De acuerdo con los
estudios, las fibras de colágeno tienden a alinearse perpendicularmente a la
sección transversal del hueso bajo tensión, mientras son alineadas en paralelo
a la sección transversal en las regiones bajo compresión. Está demostrado que inicialmente los
osteoblastos secretan colágeno desorganizado, el cual eventualmente será
alineado con el eje mayor de osteoblastos o el eje bajo el mayor estímulo
mecánico. Los osteocitos pueden ser responsables de alinear el colágeno en la
región perilacunar. Por otra parte, los osteocitos tienen la capacidad para degradar colágeno en
respuesta a estímulos catabólicos, incluyendo la PTH. La degradación de
colágeno es una etapa esencial en el remodelado perilacunar. Adicionalmente, la
expresión de metaloproteínasa de
matriz-13 (MMP13) por los osteocitos es crítica para la capacidad del hueso de
resistir la formación y propagación de cracks, una propiedad que es altamente
dependiente de la incorporación y entrecruzamiento de colágeno. Algunos estudios sugieren que el TGF-β
también puede estar involucrado.
En conclusión, los osteocitos representan
90-95% del contenido celular del hueso y forman una rica red dendrítica con una
amplia área de superficie. Los osteocitos están bien posicionados para jugar un
rol en la homeostasis del hueso y tienen un profundo efecto sobre la matriz
ósea con señales a osteoblastos y osteoclastos y por modificación directa de su
ambiente. Hay evidencia in vitro e in vivo indicando que los osteocitos pueden
modificar directamente mineral y colágeno a su alrededor.
Fuente: Creecy A
(2021). Control of bone matrix properties by osteocytes. Frontiers in
Endocrinology 11:578477.
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