Urolitina A en salud y enfermedad
La urolitina (UA)
pertenece a la familia de urolitinas, las cuales se caracterizan por una
estructura química que contiene un dominio α-benzo-coumarina. Las urolitinas
son producidas en el colon siguiendo la transformación mediada por el
microbioma de los polifenoles naturales elagitaninas (ET) y ácido elágico (AE),
los cuales están contenidos en productos de la dieta, como granada, fresa,
frambuesa y nueces. La UA fue identificada inicialmente como metabolito de AE
en ratas en 1980, y la conversión de ET en UA por el microbioma intestinal demostrada posteriormente en varias especies,
incluyendo ratones. Un estudio pionero también demostró la producción de UA a
partir de ET por el microbioma intestinal humano, haciendo a la UA la especie
urolitina más común producida en la naturaleza. La conversión de precursores de
la dieta en UA no ocurre en todos los individuos, el proceso es variable y
tiene lugar solo en aproximadamente 40% de la población de adultos mayores. La
producción de UA requiere de un microbioma intestinal apropiado y varía con la
edad, el estado de salud y la composición de la dieta.
Los polifenoles ET y AE están presentes en una variedad de productos
de plantas y alimentos y son los principales precursores de UA en la dieta. Los
ET tienen muy baja biodisponibilidad y son eliminados directamente en las heces
o convertidos en derivados más biodisponibles. Los ET son hidrolizados en AE
por las enzimas bacterianas del intestino llamadas tanasas. Reacciones enzimáticas
posteriores convierten el AE en UA y otras urolitinas. La UA y la
urolitina B (UB) son los
productos finales más abundantes y la UA es la urolitina más ampliamente
estudiada en las diversas especies. La bacteria que produce UA en el intestino
humano es aún desconocida. Después de su producción y absorción en la
circulación sanguínea, la UA experimenta la fase 2 del metabolismo para formar
conjugados de UA principalmente UA-glucurónido y UA-sulfato. La UA-glucurónido
es la forma más abundante de UA detectada en el plasma humano. El rol biológico
de los conjugados de UA in vivo aún no está claro. Los experimentos in vitro
sugieren que los conjugados de UA, en comparación con la UA, tienen menor o ninguna actividad
biológica.
El efecto más consistente de la UA a través
de las especies es la mejoría de la salud mitocondrial, un efecto que se ha
observado en ratones y humanos. Este beneficio es manejado por el aclaramiento
y reciclaje de la disfunción mitocondrial, un proceso selectivo de autofagia,
llamado mitofagia. La mitofagia es alterada con el incremento de la edad y varias enfermedades relacionadas con
la edad. La restauración de los niveles correctos de mitofagia es una
estrategia prometedora para contrarrestar la disminución de la función de los
órganos relacionada con la edad.
La mitofagia ocurre cuando las mitocondrias
son dañadas o después de la exposición a inductores externos de mitofagia. El
proceso procede a través de varias rutas que la UA puede activar. La mitofagia
dependiente de quinasa 1 inducida por PTEN (PINK1)/Parkin comienza con la
estabilización de la quinasa PINK1, la cual recluta y fosforila la proteína
Parquin conjugada con ubiquitina. La Parkin1 a su vez promueve la
ubiquitinización de proteínas mitocondriales, las cuales son fosforiladas por
PINK1 y sirven como sitios para proteínas adaptadoras como la proteína asociada
a microtúbulos LC3 y membranas de fagosomas. Una vez que las mitocondrias son
enceradas por las membranas de fagoporo, los lisosomas se encargan del
aclaramiento de organelos. La UA también activa rutas de mitofagias independientes de PINK1/Parkin
que activan proteínas mitocondriales como BNIP3, NIX y FUNDC1, las cuales
reclutan directamente LC3 para promover la formación de autofagosoma. La LC3
permite la formación de una membrana de autofagosoma alrededor de la
mitocondria. El autofagosoma se fusiona con lisosomas, y el bajo pH
conjuntamente con las enzimas de los lisosomas se encargan de degradar la
mitocondria. La estabilización de PINK1
por UA ha sido reportada en neuronas de hipocampo en modelos de ratones con enfermedad de
Alzheimer (EA). La mitofagia mejora la calidad del pool de mitocondrias
celulares y está relacionada con la generación de nuevos organelos, provocando
mejoría de la capacidad respiratoria mitocondrial.
La UA activa la mitofagia mediada por
PINK1/Parkin y por tanto favorece la biogénesis mitocondrial. Consistente con
esto, la UA induce proteínas de la fosforilación oxidativa mitocondrial
(OXPHOS) en tejido muscular y riñón de ratones. En humanos, la UA regula la
función mitocondrial sistemáticamente y en músculo esquelético. Los datos de
la fase I de la administración de UA en
humanos indican disminución de varias acilcarnitinas plasmáticas, marcadores
que reflejan la eficacia de la oxidación de ácidos grasos mitocondrial y un
incremento en la expresión de genes mitocondriales en músculo esquelético.
Un efecto común en los modelos preclínicos
expuestos a UA es la atenuación de la respuesta inflamatoria. Esto es
clínicamente relevante porque el envejecimiento y la mayoría de enfermedades
relacionadas con el envejecimiento están asociadas con inflamación de bajo
grado crónica. Este proceso, llamado “inflamm-aging”, contribuye a la disminución
relacionada con la edad de la función celular y corporal. El efecto
anti-inflamatorio de la UA fue reportado inicialmente como una disminución en
los niveles de mARN y proteínas de los marcadores inflamatorios ciclooxigenasa
2 (COX2) en el colon en modelos de ratas con colitis aguda. Estudios
posteriores demostraron una reducción en plasma de las citoquinas
proinflamatorias interleuquina 1β (IL-1β), interleuquina 6 (IL-6) y factor de
necrosis tumoral α (TNFα). Las mismas citoquinas fueron reducidas en el plasma
de ratones diabéticos tratados con UA, donde también se notó un incremento en
la citoquina anti-inflamatoria IL-10. La IL-1β es reducida por la UA en hígado
de ratones obesos alimentados con dieta rica en grasas. En tejidos neuronales,
la UA reduce los niveles de las citoquinas proinflamatorias en el cerebro de
modelos de ratones con EA. Estos estudios sugieren que la promoción de la
actividad fagocítica de las microglias, células que son cruciales para limpiar de
restos celulares al sistema nervioso central (SNC) y controlar las respuestas
inflamatorias, contribuye a la protección de la UA contra la neuroinflamación.
Una reducción de la infiltración de células inflamatorias ha sido reportada en
la sustancia blanca en modelos de ratón con encefalomielitis autoinmune
tratados con UA.
Los mediadores de los efectos
anti-inflamatorios de la UA han sido estudiados principalmente in vitro. Estos
incluyen al NF-κB, el cual es requerido para la transcripción de varios
marcadores inflamatorios y cuya actividad es inhibida por la UA en macrófagos y
condrocitos. El mecanismo de acción de la UA en el contexto de la inflamación
varía entre los tejidos y las condiciones.
El envejecimiento altera múltiples procesos
celulares y sistémicos y provoca un progresivo declive fisiológico en las
funciones del cuerpo. El envejecimiento es también un factor de riesgo para
varios desórdenes debilitantes, como enfermedad neurodegenerativa,
osteoartritis y desórdenes metabólicos. Una característica fisiológica del
envejecimiento es la disfunción mitocondrial, la cual impacta especialmente
órganos con alta demanda metabólica, como músculo esquelético, corazón, riñones y cerebro. Un
estudio clínico en humanos muestra seguridad y alta biodisponibilidad de UA en
adultos mayores sanos en todas las dosis examinadas. Otros estudios revelan que
la UA reduce acilcarnitinas en el plasma y aumenta los genes mitocondriales en
músculo esquelético de adultos mayores. Estos biomarcadores proporcionan
evidencia que la UA promueve una mejor salud mitocondrial y muscular.
La UA incrementa los marcadores de función
de músculo esquelético en varias especies. El impacto positivo de la UA sobre
la salud muscular durante el envejecimiento es conservado en mamíferos. Cuando
es administrada intragástricamente a ratones de mediana edad durante 16 semanas,
la UA incrementa los marcadores de angiogénesis en músculo esquelético. Esta es
una observación relevante pues la alteración de la neovascularización juega un
rol importante en las enfermedades musculares del envejecimiento.
El potencial beneficio de la UA en la
enfermedad cardiovascular (ECV) ha sido evaluado en modelos preclínicos de
isquemia cardiaca, ateroesclerosis y cardiomiopatía
diabética. Los efectos de la UA sobre la isquemia cardiaca han sido estudiados
en modelos de ratones con daño por isquemia reperfusión. Los animales
pretratados con UA mostraron una reducción del tamaño del infarto y una
preservación parcial de la fracción de eyección en comparación con los animales
controles. Esto fue acompañado por una reducción en los marcadores de daño por
isquemia reperfusión como los niveles circulantes de creatina quinasa y lactato
deshidrogenasa y por pocas células apoptóticas en el corazón. En otra
investigación, la UA protegió a las ratas de la ateroesclerosis, reduciendo los
niveles plasmáticos de lípidos y las lesiones aorticas. En modelos de ratas con
cardiomiopatía diabética inducida por estreptozotocina, el tratamiento con UA
mejoró la contractilidad miocárdica.
Varios estudios demuestran que la UA es
neuroprotectora. La molécula muestra beneficios en modelos animales de EA. La
UA mejora la memoria asociativa en respuesta a estímulos aversivos en animales
con sobre expresión de amiloide beta (Aβ1-42), un producto de la
degradación de la proteína precursora de amiloide (APP) que forma agregados
tóxicos en las neuronas. Adicionalmente, la administración de UA incrementa el
aprendizaje, la retención de memoria, la supervivencia de neuronas y la
neurogénesis en hipocampo en ratones modelos de EA. A nivel celular, la UA
disminuye las placas de Aβ1-42 y los niveles de tau fosforilado, los
más relevantes marcadores relacionados con el desarrollo, progresión y
severidad de la EA. La muerte neuronal y la alteración neurológica también
pueden ocurrir después de shock isquémico, cuando las células cerebrales
reciben oxígeno insuficiente por restricción de flujo sanguíneo. La UA protege
del shock isquémico inducido por oclusión de la arteria cerebral a través de la
reducción del volumen del infarto y el
consiguiente déficit neurológico. Recientemente, se ha demostrado que la UA
tiene efecto neuroprotector en modelos de ratón con esclerosis múltiple. La
administración de UA en los estadios tempranos y tardíos reduce la incidencia y severidad de
esclerosis múltiple acompañada por disminución de células dendríticas,
macrófagos, células T17, inflamación y desmielinización de sustancia blanca.
El envejecimiento es el principal factor de riesgo
para la degeneración de disco intervertebral, un desorden que se caracteriza
por daño progresivo de los discos intervertebrales. En ratas, la UA alivia la
destrucción del disco y el estrechamiento del espacio intervertebral. La UA
también incrementa la producción de proteoglucano y colágeno, moléculas claves
de la matriz extracelular. En otro estudio, la protección contra la
degeneración de disco intervertebral por la UA está asociada con un incremento
en la mitofagia y reducción de la apoptosis en células del núcleo pulposo. En
un modelo de osteoartritis, una enfermedad de las articulaciones relacionada con la edad causada por la
degeneración lenta de cartílago, la UA mejora la morfología del cartílago y
reduce el estrechamiento del espacio intra-articular.
La colitis ulcerativa y la enfermedad de
Crohn son dos de los principales tipos de enfermedad intestinal inflamatoria
(EII). La EII generalmente es causada por una disfunción del sistema inmune que
provoca inflamación crónica del tracto digestivo y disbiosis microbiana. La UA
tiene un efecto protector en modelos de EII reduciendo los niveles de
marcadores de inflamación en el colon y mejorando la integridad de la mucosa.
Estos datos están en línea con los resultados de estudios de suplementación de UA en modelos
de ratas con colitis ulcerativa y modelos de ratones con colitis aguda. Estos
hallazgos apoyan el uso de UA para tratar otras condiciones que involucran
disfunción de la barrera como síndrome de colon irritable, cáncer de colon y
enfermedad celiaca.
El daño renal agudo es un episodio
transitorio de insuficiencia renal que puede requerir diálisis, una fracción de
pacientes con daño renal agudo desarrolla enfermedad renal crónica. El impacto
de la UA, oral o intraperitoneal, ha sido estudiado en ratas y ratones. La UA
reduce el daño tubular como ha sido demostrado por histopatología y por una
reducción de los niveles circulantes de marcadores de daño renal (creatinina).
La administración de UA disminuye el número de células tubulares apoptóticas o
la expresión de marcadores de apoptosis en el riñón (actividad de caspasa-3).
Cuando es administrada como nanopartícula para incrementar su
biodisponibilidad, la UA mejora la supervivencia de ratones que reciben una
dosis letal de cisplatina.
Varios experimentos in vivo han explorado el
rol de la UA en los tejidos metabólicos y han documentado su efecto protector
contra disfunciones metabólicas como dislipidemia, obesidad e intolerancia a la
glucosa. En un modelo de ratón con obesidad inducida por dieta rica en grasas,
la administración intraperitoneal diaria de UA atenúa la acumulación de
triglicéridos en el hígado y reduce los niveles plasmáticos de colesterol
total, lipoproteínas de baja densidad (LDL) y adiponectina. En otro estudio, el
tratamiento oral con UA redujo el número de adipocitos y disminuyó la masa
grasa y el peso corporal. Estos datos fueron reproducidos en un modelo genético
de obesidad de ratones con deficiencia de leptina ob/ob. Además de disfunciones
metabólicas relacionadas con lípidos, la UA mejora la sensibilidad sistémica a
la insulina medida por la prueba de tolerancia a la glucosa y los niveles
plasmáticos de insulina en modelos de ratón con obesidad y diabetes tipo 2. La
UA muestra potencial para el manejo de la obesidad y la intolerancia a la
glucosa.
La UA ha sido investigada en dos tipos de
estudios clínicos: (i) estudios de asociación, donde los sujetos reciben un alimento fuente de ET y posteriormente se
explora su perfil de producción de urolitina, (ii) intervención clínica, donde
los sujetos reciben directamente UA por administración oral. En los estudios de intervención, la UA es
administrada directamente a humanos por primera vez en el contexto de fase I de
una investigación doble ciego, controlado por placebo. La UA muestra un perfil
de seguridad favorable sin efectos colaterales después de la administración de
2000 mg o una dosis múltiple de 1000 mg diarios por 28 días. La UA también
tiene un perfil farmacológico favorable con una vida media de 17-22 horas
debido principalmente a una
recirculación enterohepática activa. Los estudios clínicos demuestran que la UA
es segura, biodisponible e impacta positiva a las mitocondrias.
En conclusión, la UA es un compuesto natural derivado del
microbioma intestinal que solo 40% de las personas adultas mayores pueden
convertir los precursores de la dieta en UA. Los efectos positivos de la
administración de UA en la salud, el envejecimiento y las condiciones
relacionadas con la edad que afectan músculo esquelético, cerebro,
articulaciones y otros órganos han sido identificados en varios estudios. Los
modelos experimentales demuestran que la UA incrementa la mitofagia y la
función mitocondrial y reduce la respuesta inflamatoria. La UA incrementa los
biomarcadores de función mitocondrial en adultos mayores sanos. El uso de
suplementación nutricional con UA para promover un envejecimiento saludable es
apoyado por dos factores claves. Primero, la edad puede reducir la capacidad
natural para producir UA a partir de sus precursores. Segundo, las personas
necesitan una composición específica del microbioma intestinal para llevar a
cabo la conversión de los precursores en UA.
La disbiosis intestinal, una característica común de varias condiciones
relacionadas con la edad puede contribuir a la alteración de la producción de
UA en el intestino con la edad. Los estudios clínicos en humanos reportan un
impacto favorable de los efectos de la
UA en las condiciones relacionadas con disfunción mitocondrial, como declive
cognitivo y distrofia muscular.
Fuente: D´Amico D
et al (2021). Impact of natural compound urolitin A on health, disease, and
aging. Trends in Molecular Medicine 27: 687-699.