La plasticidad de las células β pancreáticas
Los niveles de
glucosa sanguínea en el cuerpo son regulados por hormonas secretadas por
células endocrinas pancreáticas. Más del 95% del páncreas humano está hecho por
tejido exocrino y 3-5% por los islotes pancreáticos. El páncreas humano
contiene 3,2-14, 8 millones de islotes, con un volumen total de 0,5-2,0 cm2.
Las células β representan aproximadamente 60% de los islotes pancreáticos en
humanos, mientras en roedores representan aproximadamente 80%. Los islotes
pancreáticos están hechos por cinco tipos de células: β, α, δ, PP y ε que
secretan hormonas como insulina, glucagón, somatostatina, polipéptido
pancreático y ghrelina, respectivamente. La glucosa sanguínea es regulada
principalmente por insulina, glucagón y somatostatina para mantener la
homeostasis de la glucosa sanguínea. La diabetes tipo 2 (DT2) es causada por la
secreción anormal de estas hormonas, lo cual está relacionado con cambios en el
número y la masa de células de los islotes pancreáticos.
La función y la masa de células β
pancreáticas aumentan en la etapa temprana de la DT2, debido a la resistencia a la insulina, pero
eventualmente son reducidas. La cantidad de células β en autopsias de pacientes
con DT2 ha sido estimada en 24-65% de la correspondiente a individuos sanos.
Inicialmente, se pensaba que la principal causa de disminución de función/masa
de células β era la apoptosis. La apoptosis de
células β puede ser explicada por toxicidad de la glucosa,
lipotoxicidad, deposición de amiloide y/o senescencia. La hiperglucemia crónica induce estrés oxidativo o estrés de retículo
endoplásmico (RE), provocando la muerte de células β. La lipotoxicidad crónica
provoca disfunción de células β debida a alteración de rutas intracelulares,
incluyendo estrés oxidativo, estrés de
RE, autofagia y formación de gotas de ceramida/lípido. El polipéptido amiloide
de los islotes (IAPP, amilina) es secretado por las células β junto con
insulina e incrementa su expresión con la hiperglucemia, provocando deposición
en- y daño de- las células β. Más aún, la senescencia es acelerada debido al incremento de la resistencia a la insulina
y de inhibidores del ciclo celular como P21Cis1 y P16Ink4a.
Hasta ahora, la apoptosis puede explicar
la causa de la disfunción de células β. Sin embargo, en años recientes, un
nuevo concepto sugiere que la principal causa de pérdida de células β es la
desdiferenciación y no la apoptosis o
los desórdenes proliferativos. En un estudio con ratones FoxO1 (forkhead box-O1) knockout específico de células β, en
condiciones de estrés metabólico como envejecimiento y alta fertilidad, se
observa una disminución de células β y un incremento de células α que resulta
en hiperglucemia. Adicionalmente, las células β expresaron el factor de
transcripción neurogenina 3 (Ngn3), un marcador de células endocrinas pancreáticas.
Esto sugiere que las células β fueron desdiferenciadas. Algunas células β se
convirtieron en células α, lo cual puede explicar la patogénesis de la
alteración de la secreción de insulina y la relación células β/células α
anormal en los pacientes diabéticos.
La disfunción de células β en la DT2 sugiere
disminución de la síntesis y secreción de insulina. La hiperglucemia crónica
provoca activación de la glicación de proteínas y un sistema de transferencia
de electrones en las mitocondrias que
resulta en estrés oxidativo. Las células β son particularmente vulnerables al
estrés oxidativo debido a sus bajos niveles de expresión y actividad de enzimas antioxidantes. El estrés oxidativo
reduce la expresión de MafA y Pdx-1 (páncreas duodenal homeobox gene-1), los
cuales son factores de transcripción esenciales para el desarrollo y
mantenimiento de células β, resultando en disminución de la síntesis y
secreción de insulina. El FoxO1, un factor de transcripción involucrado en la
señal insulina, suprime el estrés oxidativo y protege a las células β a través
de la inducción de NeuroD y MafA. El Pdx-1 es importante para la supervivencia,
muerte celular y desdiferenciación de células β. En el estado hiperglucémico,
la activación de c-Jun N terminal quinasa (JNK) aumenta debido al estrés
oxidativo, lo cual a su vez reduce la expresión de Pdx-1 resultando en
disminución de la expresión de insulina y alteración de su secreción. Más aún,
la sobre expresión de Pdx-1 en modelos de ratones diabéticos restaura la función de las células β y mejora el
control glucémico, sugiriendo que el Pdx-1 está involucrado en la función de las
células β. El MafA también está involucrado en la función de las células β, y en los islotes pancreáticos de modelos de
ratones diabéticos se observa aumento de la expresión de c-Jun y disminución de
la expresión de MafA e insulina. La sobre expresión de MafA en las células β en
modelos de ratones obesos con DT2 causa la recuperación de su capacidad para
sintetizar insulina y mejora la secreción de insulina estimulada por glucosa
así como también los niveles de glucosa sanguínea. Estos hallazgos indican que
la expresión de c-Jun regula a MafA y está involucrado en la disfunción de
células β. La carencia de MafA en células β resulta en disminución de la
expresión de Pdx-1 indicando una estrecha relación entre MafA y Pdx-1.
Entonces, la hiperglucemia crónica incrementa el estrés oxidativo y causa
disfunción de células β debido a la disminución de MafaA y Pdx-1.
La hiperglucemia induce estrés de RE causado
por acumulación de proteínas pobremente
plegadas/no plegadas en las células β. En el estrés RE, el incremento en la
cantidad de proteínas chaperonas involucradas en el plegamiento de proteínas
remueve las proteínas no plegadas. Cuando las proteínas no plegadas no pueden
controlar el estrés RE, resulta la
apoptosis de células β. El estrés RE crónico induce numerosas señales
apoptóticas incluyendo estrés oxidativo, activación de caspasa-12, caspasa-3 y
rutas de muerte celular dependientes de mitocondrias. De esta manera, la
hiperglucemia crónica induce estrés oxidativo y estrés RE provocando disfunción
de células β y muerte celular.
En el año 2004, Gershengorn y sus
colaboradores propusieron la desdiferenciación de células β pancreáticas por
primera vez. Los investigadores observaron que células insulina-positivas
desaparecían de los islotes pancráticos humanos y eran reemplazadas por células
precursoras similares a fibroblastos. Más aún. Cuando los islotes pancreáticos
fueron cultivados en condiciones libre de
suero, las células insulina-positivas y las células glucagón-positivas
reaparecieron, sugiriendo que las células son capaces de transdiferenciación y
rediferenciación. Los reportes de autopsias de páncreas de pacientes con DT2
revelan que desdiferenciación de células β ocurre 3,5 veces más en los
pacientes con DT2 que en los controles. Adicionalmente, se observa una
correlación negativa entre desdiferenciación y la capacidad para secretar
insulina de las células β. Entonces, mientras la apoptosis es una causa de
insuficiencia de células β, la desdiferenciación es ahora considerada también
un factor causal de insuficiencia de células β.
La desdiferenciación de células β demuestra
la conversión de las células β maduras en células progenitoras endocrinas en
los islotes pancreáticos. Esto está definido por: (1) la pérdida de marcadores
de células β maduras como MafA, insulina, Nkx6.1 y Pdx-1. (2) El aparecimiento
de marcadores de células progenitoras endocrinas como Ngn3, Oct4, Aldh1a,
Nanog, L-Myc y Sox9. La hiperglucemia, las citoquinas inflamatorias, la señal
Hedgehog (Hh) (la cual está involucrada en diferenciación y desarrollo), el
sistema renina-angiotensina-aldosterona (RAAS) (el cual está involucrado en la
regulación de la presión arterial y el volumen sanguíneo circulante), los miARN
(ARN no codificantes que regulan la expresión de genes), la noradrenalina y el
receptor de dopamina D2 (DRD2) promueven la desdiferenciación de células β.
La hiperglucemia promueve la
desdiferenciación de células β a través del estrés oxidativo (especies
reactivas de oxígeno (ROS)). La acumulación de ROS en las células β suprime la
expresión de los factores de transcripción Pdx-1 y MafA y reduce la síntesis de
insulina. Las citoquinas inflamatorias (IL-1, IL-6, TNF-α) promueven la
desdiferenciación de células β y regulan a la baja la expresión de FoxO-1,
MafA, Nkx6.1 y Pdx-1. La activación de la señal Hh también promueve la
desdiferenciación de células β, disminuyendo la expresión de marcadores de
células β maduras como MafA, Nkx6.1 y NeuroD1 y marcadores de células
progenitoras endocrinas como Ngn3, mientras incrementa la expresión de
marcadores de stem cells como Sox9 y Hes1. El RAAS induce desdiferenciación y
disfunción de células β vía NF-κB. Los ARN no codificantes que regulan la
expresión de genes como miR24 y miR302s promueven la desdiferenciación de
células β. En particular, el miR302s suprime la expresión de genes marcadores
de células β maduras como NeuroD1, PPARA, DRD1 y SLC7A2. El miR24 aumenta la
expresión de Ngn3 y Sox9 y también suprime la apoptosis inducida por estrés
oxidativo. Recientemente, las neuronas noradrenérgicas han sido involucradas en
la desdiferenciación y disfunción de las células β humanas. Las fibras
nordrenérgicas tirosina hidroxilasa (TH) positivas aumentan en los islotes
pancreáticos de pacientes diabéticos y se correlacionan positivamente con los
marcadores de desdiferenciación de células β y negativamente con la secreción
de insulina. El DRD2 también promueve la desdiferenciación de células β y la
administración de domperidona, inhibidor de DRD2, a células de islotes
pancreáticos de ratón reduce la desdiferenciación celular.
El principal factor que promueve la
desdifernciación de células β es el estrés oxidativo. En condiciones
hiperglucémicas, la hipersecreción de
insulina es acompañada con activación de la función mitocondrial en las células
β, resultando en la producción de ROS. La administración de antioxidantes
protege contra el estrés oxidativo a
través de la modulación de los niveles de dopamina en las células β, resultando
en inhibición de la desdiferenciación y la muerte celular. Recientemente, el FoxO1 ha
ganado mucha atención como inhibidor de la desdiferenciación de células β. El
FoxO1 se localiza en el citoplasma de la célula β y translocado al núcleo en
condiciones de estrés metabólico debido a hiperglucemia (incluyendo el estrés
oxidativo). Cuando la hiperglucemia persiste, el FoxO1 es proteolizado y
eliminado. Posteriormente, la expresión de Ngn3, que es suprimida por el FoxO1,
aumenta y promueve la desdiferenciación
de células β.
La desdiferenciación de células β pancreáticas
es definida como la transdiferenciación en células indiferenciadas. Esto
provoca el incremento de la glucosa sanguínea debido a la disminución de la
secreción de insulina en la diabetes. Si la pérdida de masa de células β puede
ser suprimida y la regeneración de células β así como la transdiferenciación de
células no β en células β maduras progresan, entonces la masa de células β será
mantenida y hasta podría ser incrementada. Esto mejoraría la diabetes
contrarrestando la hiperglucemia. En otras palabras, la transdiferenciación de
células no β en células β maduras puede ser una nueva estrategia terapéutica
para la diabetes. En este contexto, la transdiferenciación de las células α de
los islotes pancreáticos, las cuales secretan glucagón y están involucradas en
la elevación de la glucosa sanguínea, en células β secretoras de insulina tiene
el potencial de mejorar dramáticamente los niveles de glucosa sanguínea.
La transdiferenciación en células β maduras
ha sido reportada en muchos tipos de células, incluyendo células de los
conductos pancreáticos, hepatocitos, células intestinales así como células α y
δ de los islotes pancreáticos. Hay también reportes de transdiferenciación de
células α en células β in vivo usando un modelo de ratones diabéticos.
Adicionalmente, un estudio usando adenovirus que expresan GLP-1 en ratones
reporta que el GLP-1 promueve la transdiferenciación de células α en células β
vía FGF21. Esto es apoyado por el hecho que el análogo de GLP-1
liraglutide y el inhibidor de la dipeptil peptidasa 4 (DDP-4) sitagliptin
suprimen la conversión de células β en células α en un modelo de ratones
diabéticos. Por otra parte, la administración de ácido g-aminobutírico (GABA) a
ratones y humanos induce la transdiferenciación de células α en células
similares a las células β de los islotes
pancreáticos. La suplementación con GABA en islotes pancreáticos humanos
aislados resulta en la pérdida de masa de células α y en el incremento de la
masa de células β. En islotes pancreáticos humanos, la administración de la
droga antimalárica artemisinina aumenta la señal GABA y promueve la
transdiferenciación de células α en células β a través de la regulación a la
baja de Arx, un gen específico de células α.
El primer reporte sobre el mecanismo
molecular de la transdiferenciación de células α pancreáticas en células β fue
un experimento con la línea de células α-TC1-6, secretoras de glucagón. La
expresión del gen Ins1 fue inducida por la sobre expresión de PDX-1 en las
células α-TC1-6. Similarmente, la expresión ectópica de Pax4 en células α que
producen glucagón causó la transdiferenciación en células β resultando en un
engrandecimiento del páncreas con hiperplasia de células β. La transdiferenciación
inducida por Pax4 de las células α en células β fue dependiente de Ngn3. A
partir de esto hallazgos, la inhibición específica de Arx en células α está
involucrada en la conversión de células α en células β y el Pax4 es esencial
para este proceso. Más aún. En ratones adultos, la inactivación simultánea de
ADN-metiltransferasa 1 (Dnmt1) y Arx promueve la transdiferenciación de células
α en células similares a las β. Las células similares a las β transformadas
adquieren funciones electrofisiológicas similares características de células β
y exhiben secreción de insulina estimulada por glucosa. Adicionalmente, la MafaA
actúa sobre el Pdx-1 para promover la inducción de células β a partir de
progenitoras endocrinas Ngn3-positivas. Las células α también son convertidas
en células β funcionales cuando son infectadas con virus que inducen la
expresión de Pdx-1 y MafA a través de los conductos pancreáticos. En otras palabras, en las células α, la
supresión de marcadores de células maduras como Arx y la promoción de
marcadores de células β maduras como MafaA y Pdx-1 puede aumentar la
transdiferenciación de células α en células β. Entonces, es posible convertir
recíprocamente células en los islotes pancreáticos usando técnicas de
manipulación genética.
Actualmente, el remedio para la diabetes es
el tratamiento sintomático. En este contexto, el reemplazo de la masa de células β perdida y
la restauración de su función es la manera ideal para resolver este problema.
Adicionalmente, la transdiferenciación de células α en células β puede proporcionar
una cura para la diabetes insulinopénica. Las ventajas de este procedimiento
son: (1) la transdiferenciaciación de células α en células β puede mejorar dramáticamente
los niveles de glucosa sanguínea, (2)
las células α son embriológicamente similares a las células β y tienen un alto
potencial de reprogramación, (3) las células α y β están localizadas en los
islotes pancreáticos, (4) la proporción de células α es particularmente alta en
los islotes pancreáticos humanos en comparación con los islotes de roedores. No
hay duda que mejorar la hiperglucemia es la manera más útil para proteger y
regenerar células β. Por otra parte, actualmente varias drogas (por ejemplo,
ácido tauroursodeoxicólico, artemisinina
e imeglimina) están siendo desarrolladas y examinadas para la protección de
células pancreáticas. Estas drogas que suprimen la muerte y desdiferenciación
de las células β pancreáticas y contribuyen a su protección han atraído mucha
atención.
En conclusión, la DT2 es causada por alteración de la secreción de insulina y/o
resistencia a la insulina. La pérdida de
masa de células β pancreáticas detectada en pacientes diabéticos humanos es
considerada una causa mayor de alteración de la secreción de insulina. La
pérdida de masa de células β es inducida cuando la muerte celular (por ejemplo,
por apoptosis) excede a la proliferación de
células β. Sin embargo, recientemente, la desdiferenciación de células β
en células progenitoras endocrinas pancreáticas y la transdiferenciación de
células β en células α han sido reportadas en islotes pancreáticos humanos, lo
cual permite un nuevo mecanismo molecular subyacente. La hiperglucemia inhibe
la translocación nuclear y expresión de
FoxO1 e induce la expresión de Ngn3, la cual es requerida para el desarrollo y
mantenimiento de células progenitoras endocrinas pancreáticas. Esta nueva
hipótesis ha atraído la atención porque explica los mecanismos moleculares que
subyacen a la plasticidad de las células β. Las investigaciones revelan que la contribución
de la desdiferenciación es mayor que la de la apoptosis de células β en la
pérdida de masa de células β. Adicionalmente, las células de los islotes
pancreáticos se transdiferencian unas con otras, como, por ejemplo, la transdiferenciación de células β en células
α y viceversa. Las células de los islotes pancráticos pueden exhibir plasticidad
y tienen la capacidad para
rediferenciarse en cualquier tipo de
célula.
Fuente: Honzawa N,
Fujimoto K (2021). The plasticity of pancreatic β-cells. Metabolites 11:218.
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