Asprosina, resistencia a la insulina, diabetes y
obesidad
El tejido adiposo
no es solamente un depósito de reservas grasas, también es un órgano endocrino
extremadamente activo. Como fuente de adipoquinas, juega un rol en la
regulación de numerosos procesos fisiológicos y patológicos. Numerosas
adipoquinas muestran acción
multifuncional, por ejemplo, irisina, leptina, adiponectina, adipsina,
resistina y visfatina. En años recientes, los estudios de investigación
describen otra adipoquina multifuncional conocida como asprosina, la cual es un
prometedor factor para combatir la obesidad.
La asprosina es una hormona glucogénica
inducida por el ayuno que fue descubierta por Romere y colaboradores en 2016. Es
una proteína de 30 kDa con 140 aminoácidos y tres potenciales sitios para
N-glucosilación. La asprosina es codificada por dos exones del gen FBN1 (exón
65:11 aminoácidos; exón 66:129 aminoácidos), el cual también codifica
profibrillina, y es formada por el clivaje del C-terminal de la proteína
fibrillina-1. El descubrimiento de la asprosina fue apoyado por investigaciones
en pacientes con síndrome progeroide neonatal (NPS), inducido por una mutación
rara, quienes se caracterizan por delgadez extrema, lipodistrofia y bajo
consumo de calorías y gasto de energía simultáneamente con bajo nivel de
insulina y euglucemia confirmando una alta sensibilidad a la insulina.
Romere et al demostraron que los
pacientes con NPS exhibe una mutación en el gen FBN1, la cual resulta en una
significativa y extrema reducción en el nivel de asprosina liberada por los
heterocigotos. Estas observaciones fueron confirmadas posteriormente en modelos
de ratón y conejo Fbn1NPS/+, donde se encontró que el fenotipo Fbn1NPS/+
protege a los animales contra el desarrollo de obesidad inducida por dieta y la
diabetes mellitus. La disminución de los niveles de asprosina también ha sido
observada en pacientes con acromegalia, un síndrome que se caracteriza por
resistencia a la insulina y diabetes, acompañados por disfunción del tejido
adiposo y reducción de la masa grasa. La asprosina es producida y secretada
principalmente por los adipocitos del tejido adiposo blanco durante el ayuno y
la concentración en suero de individuos sanos alcanza valores en el rango de
5,94±3,04 nmol/l en hombres y 4,02±0,49 en mujeres. La vida media de la
asprosina en la circulación es relativamente corta, aproximadamente 20 y 145
minutos para la forma His-Tag bacteriana recombinante y glucosilada,
respectivamente.
El principal órgano blanco de la acción de
la asprosina es el hígado, donde promueve la producción y liberación de
glucosa. La asprosina actúa a través del receptor Olfr734 e induce la
producción de glucosa en el hígado en estado de obesidad y de ayuno. El Olfr734
es un ortólogo de ratón del receptor humano OR4M1 (miembro 1 de la subfamilia M
de la familia de receptor olfatorio 4). La asprosina, como hormona gluconeogénica
inducida por el ayuno usa un sistema mensajero proteína G y AMP cíclico (cAMP)
para la activación de la proteína quinasa A (PKA) en el hígado e incrementa la
liberación de glucosa por los hepatocitos. La acción de la asprosina es
independiente de la activación de glucagón y el eje catecolaminas que también
están involucrados en la liberación de glucosa. Los altos niveles de insulina
revierten la acción de la asprosina inhibiendo el incremento inducido por
asprosina en la actividad PKA y la liberación de glucosa. De acuerdo con estos
hallazgos, la asprosina tiene una oposición funcional con la insulina. Más aún,
los niveles de asprosina se correlacionan fuertemente con los niveles de
glucosa, cuando los niveles de glucosa bajan estimulan la producción de
asprosina (estado de ayuno), mientras los altos niveles de asprosina inhiben la
producción de asprosina (estado alimentado). Los niveles de asprosina fluctúan
de acuerdo con el ritmo circadiano, después del ayuno de la noche, sus niveles
aumentan significativamente en humanos, ratones y ratas, y luego disminuyen
después de una comida. Una inyección de asprosina recombinante también provoca
un pico inmediato de glucosa e hiperinsulinemia.
La asprosina es una hormona importante en la
regulación del apetito. La asprosina cruza la barrera hematoencefálica y
estimula el apetito activando las
neuronas orexigénicas péptido relacionado con el agouti (AgRP) en el hipotálamo
y, simultáneamente, provoca la inhibición indirecta de las neuronas
anorexigénicas proopiomelanocortina (POMC) en el núcleo arqueado del hipotálamo.
El efecto de la asprosina está asociado con la activación del eje Gαs-cAMP-PKA.
La activación de las neuronas orexigénicas en el núcleo arqueado libera AgRP,
un neuropéptido altamente orexigénico, neuropéptido Y (NPY) y GABA que son
importantes para promover la alimentación. Las investigaciones demuestran que
la mutación en el gen FNB1 (fenotipo Fbn1NPS/+) induce cambios en la actividad
de las neuronas AgRP+ en ratones (disminuye la tasa de disparo y el potencial
de membrana); esta condición es revertida después de la inyección
intracerebroventricular de asprosina. Adicionalmente, la administración de
asprosina revierte la hipofagia en ratones con la mutación del FBN1, la cual
también se observa en pacientes con NPS. La asprosina actúa directamente sobre
las neuronas AgRP+, causando su lenta y gradual activación, lo cual resulta en
un gradual incremento en el apetito y el consumo de alimento. Este modo de
interacción es más parecido a la acción
de la leptina que a la de la ghrelina, la cual causa un súbito y rápido
incremento en el apetito. En este sentido, la asprosina, como hormona inducida
por el ayuno estimula la ingesta de alimentos y participa en el mantenimiento
del balance energético en el cuerpo bajo condiciones fisiológicas. Una situación
diferente se observa en el caso de la obesidad y la resistencia a la insulina,
donde los niveles de asprosina son patológicamente elevados, lo cual a su vez,
incrementa el apetito y altera el mantenimiento de la homeostasis energética.
La administración de anticuerpos anti-asprosina reduce significativamente el
nivel patológicamente elevado de asprosina y disminuye la actividad de las
neuronas AgRP. Los investigadores han demostrado que un elevado nivel de asprosina puede acompañar
la anorexia nervosa y puede estar involucrado en el desarrollo de bulimia en
estos pacientes. Otros investigadores especulan que el nivel disminuido de asprosina que se observa en pacientes
oncológicos está involucrado en el desarrollo de anorexia cancerosa o podría
ser usado para combatir esta condición.
Sobre la base de estos hallazgos se ha propuesto que la asprosina es un
prometedor blanco para el tratamiento de la obesidad y enfermedades
relacionadas.
El nivel patológicamente elevado de
asprosina se observa en pacientes con obesidad, resistencia a la insulina y
diabetes mellitus tipo 1 (DMT1) y tipo 2 (DMT2), mientras es reducido en ratas
con diabetes inducida por estreptozocina. Los elevados niveles de asprosina son
un factor de riesgo para el desarrollo de DMT2, los pacientes con DMT2
desarrollan liberación anormal de asprosina en respuesta a los cambios en los
niveles de glucosa. Más aún, los elevados niveles de asprosina de los pacientes
con DMT2 se correlacionan no solo con resistencia a la insulina, sino también con
el riesgo ateroesclerótico de
enfermedades cardiovasculares. Considerando el efecto prodiabetogénico de la
asprosina, es importante señalar que la
liberación de asprosina también puede ser inducida por la hiperlipidemia, a
través de la ruta mediada por TLR4/JNK y puede provocar disfunción de células β
pancreáticas y, en consecuencia, alterar la liberación de insulina. Más aún, la
asprosina recombinante intensifica la respuesta inflamatoria de manera dosis
dependiente. La asprosina también altera la sensibilidad a la insulina en
células musculares promoviendo inflamación y estrés de retículo endoplásmico
(ER) provocando resistencia a la insulina en músculo esquelético, la cual
depende de la activación de la ruta PKCδ/SERCA-2 por la asprosina. El nivel de
asprosina también se correlaciona con la relación albúmina/creatinina urinaria,
considerada como un índice útil en la detección temprana de la nefropatía
diabética, y en combinación con el nivel de adiponectina, la asprosina podría
ser un marcador del diagnóstico temprano de la enfermedad hepática grasa no alcohólica (NAFLD). Por otra parte, el
nivel de asprosina aumenta en mujeres embarazadas con diabetes mellitus
gestacional (DMG) y su recién nacido, lo cual sugiere que la asprosina podría
ser un marcador del diagnóstico temprano de DMG. El nivel de asprosina es
elevado no solo en las mujeres con DMG, sino también en mujeres con
pre-eclampsia. La expresión de asprosina también se ha observado en la
placenta, pero no se ha encontrado una correlación significativa. El nivel de
asprosina también es elevado en niños obesos, con mayores niveles en hembras
que en varones. Entonces, la asprosina es un factor que favorece el desarrollo
de obesidad y enfermedades acompañantes como DMT2, mientras promueve el
desarrollo de resistencia a la insulina.
La asprosina regula la función y
supervivencia de células del estroma mesenquimal (MSC) y tiene un efecto
positivo en la efectividad de su uso en el tratamiento de infarto de miocardio.
La administración intracardiaca de MSC pre-incubadas con asprosina mejora la
región cardiaca infartada y reduce la fibrosis cardiaca. Adicionalmente, la
asprosina reduce el daño de MSC inducido por radicales libres y la apoptosis
activando las rutas ERK1/2 y PI3K/AKT, regulando al alza la enzima oxidativa
SOD-2 e inhibiendo la producción de radicales libres. El efecto cardioprotector
de la asprosina ha sido demostrado en un modelo celular, en el cual la
asprosina protege a los cardiomiocitos a través de la apoptosis inducida por
hipoxia. Sin embargo, en estudios clínicos, los pacientes con cardiomiopatía
dilatada con alto nivel de asprosina tienen un menor riesgo de consecuencias
clínicas adversas que los pacientes con bajos niveles de asprosina (<210
ng/ml). En otros estudios, la asprosina tiene un efecto protector contra el
daño de células endoteliales microvasculares cardiacas causado por altas
concentraciones de glucosa. Considerando estos hallazgos, se puede pensar que
la asprosina es un factor cardioprotector y citoprotector contra el daño
celular relacionado con la hipoxia o la acción de los radicales libres.
La asprosina y su interacción con el OLFR734
afecta la fertilidad masculina, especialmente en individuos obesos. El OLFR734
es altamente expresado en el testículo y en una pequeña cantidad en el ovario.
El efecto de la obesidad sobre el eje hipotálamo-hipófisis-gónada está bien
descrito y es conocido que la obesidad reduce la capacidad de los testículos
para producir la cantidad correcta de testosterona y también reduce el número
efectivo de espermatozoides. La discapacidad del gen OLFR734 en ratones no
afecta la viabilidad y morfología de los espermatozoides, pero reduce
significativamente su motilidad progresiva, la cual es importante para el
movimiento del espermatozoide en el tracto reproductor femenino. El tratamiento
con asprosina mejora significativamente la motilidad de los espermatozoides con
un impacto positivo en la fertilidad. Adicionalmente, la administración de
asprosina incrementa el nivel de ATP y cGMP
revirtiendo la disminución de la fertilidad relacionada con la edad al
mejorar la motilidad de los espermatozoides.
El rol de la asprosina y el OLFR734 en la
función del ovario no está muy claro. Sin
embargo, algunos estudios sugieren que la asprosina puede ser un factor
importante que regula la función de los folículos ováricos. La expresión del
precursor de asprosina, FBN1, y su potencial receptor OR4M1 varía
significativamente en células granulosas y tecales. Más aún, la asprosina
incrementa la producción de androstenediona inducida por LH sin afectar la
producción de progesterona. El nivel de asprosina cambia en el curso del ciclo
menstrual de la mujer y el uso de anticonceptivos se acompaña con una
disminución en el nivel de asprosina. El rol de la asprosina en la patogénesis
y progresión del síndrome de ovario poliquístico (PCOS) aún no está claro.
Algunos estudios demuestran una relación significativa entre nivel elevado de
asprosina en suero y el riesgo de desarrollo de PCOS en mujeres con resistencia
a la insulina. Otros estudios indican que el nivel de asprosina es elevado en
mujeres con PCOS y se correlaciona positivamente con el nivel de testosterona y
prolactina, pero negativamente con los niveles de estradiol y globulina
ligadora de hormonas sexuales (SHBG). Por el contario, algunos estudios
demuestran que los niveles de asprosina no aumentan significativamente en
mujeres con PCOS.
La expresión del gen FBN1 que codifica a la
asprosina se encuentra no solo en tejido adiposo sino también en músculo
esquelético. Varios estudios indican que el nivel de asprosina es modulado por
la actividad física. Los autores indican que un programa de ejercicio aeróbico
de 8 semanas reduce efectivamente el nivel de asprosina en ratones con DMT1.
Los investigadores observaron que la ruta PKA/TGF-β hepática dependiente de la
asprosina fue afectada por una reducción en los niveles de PKA y TGF-β y un
incremento en la ruta AMPK. Estos hallazgos sugieren que la actividad física
adecuadamente seleccionada puede ser un factor que podría reducir el alto nivel
de asprosina observado durante el curso de la diabetes o el síndrome
metabólico. Hasta ahora, ningún estudio ha verificado el efecto de las diversas
formas de actividad física para caracterizar completamente las posibilidades de
modular el nivel de asprosina en el evento de su sobre expresión patológica.
Sin embargo, los datos disponibles indican que la actividad física tiene un
gran potencial para su uso en este campo. Los estudios en individuos sanos
demuestran que el ejercicio anaeróbico de alta intensidad y corta duración
incrementa significativamente los niveles plasmáticos de asprosina en mujeres
pero no en hombres. Más aún, el nivel de
asprosina se correlaciona positivamente con los niveles de adiponectina
e irisina, pero negativamente con el nivel de leptina. El efecto del ejercicio
aeróbico agudo sobre el nivel de asprosina fue explorado en un estudio con
hombres sanos y obesos. Los
investigadores demostraron que una sesión de entrenamiento de 30 minutos reduce
significativamente el nivel de asprosina, pero este efecto es más pronunciado
en el grupo de hombres obesos si el entrenamiento se lleva a cabo en horas de
la noche (8:00 pm a 10:00 pm). Estos resultados sugieren que la duración y la
intensidad del ejercicio pueden tener un efecto diverso, algunas veces opuesto,
sobre la liberación de asprosina.
En conclusión, la asprosina, como hormona
inducida por el ayuno, regula la ingesta de alimentos y el aporte de energía a
través de un incremento gradual en el apetito. Su nivel de correlaciona con el
contenido de tejido adiposo blanco, su principal fuente. Por tanto, niveles
aumentados de asprosina se observan en personas obesas y con sobrepeso. Como
factor que incrementa el apetito e induce liberación de glucosa, contribuye al
desarrollo de obesidad, síndrome metabólico y diabetes. Por otra parte, la
asprosina es un potencial blanco para combatir la obesidad y enfermedades
metabólicas mediante el uso de anticuerpos anti-asprosina. Los niveles
plasmáticos de asprosina pueden ser modulados diferencialmente por la actividad
física; el ejercicio anaeróbico intenso incrementa el nivel de asprosina
mientras el ejercicio aeróbico lo disminuye. La asprosina es una molécula
multifuncional debido a la localización de sus receptores en numerosos tejidos
como hígado, riñones, corazón, músculos esqueléticos, testículos y ovarios.
Fuente:
Mazur-Bialy AI (2021). Asprosin-a fasting-induced, glucogenic, and orexigenic
adipokine as a new promising player. Will it be a new factor in the treatment
of obesity, diabetes, or infertility? A review of the literature. Nutrients
13:620.
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