Biología de la lactoferrina
La lactoferrina
(LF) o lactotransferrina es producida por el cuerpo como una secreción de
glándulas exocrinas (como leche materna
o lagrimas) y gránulos de neutrófilos humanos. La LF también puede ser ingerida
como un nutriente que se encuentra en la leche de mamíferos y actúa como un
nutracéutico o nutriente funcional.
La LF
humana es una proteína glucosilada catiónica de 691 aminoácidos, plegada en dos
lóbulos globulares (80 kDa) que están conectados por una α-hélice. La LF bovina
contiene 689 aminoácidos. La LF fue descubierta y aislada de leche bovina en
1939 y es miembro de la familia transferrina (60% de secuencia de
aminoácidos idéntica con la transferrina
sérica). LF y transferrina tienen similares composiciones de aminoácidos,
estructura secundaria (incluyendo sus enlaces disulfuro) y terciaria, aunque
difieren en términos de funciones
biológicas. Hay tres isoformas diferentes de LF: LF-α es la isoforma que se une
al hierro, mientras LF-β y LF-g tienen
actividad ribonucleasa pero no se unen al hierro. La LF unida al hierro es referida como
hololactoferrina y cuando está libre de hierro, apolactoferrina. La estructura
terciaria de las dos formas son
significativamente diferentes: la apolactoferrina se caracteriza por una
conformación abierta del lóbulo N y una conformación cerrada del lóbulo C,
mientras en la hololactoferrina, los dos lóbulos son cerrados. La LF humana y
LF bovina poseen una alta secuencia homóloga y tienen actividades antibacteriana, antimicótica, antiviral,
antiparasitaria, antiinflamatoria e inmunomoduladora similares. En
consecuencia, es común usar la forma
bovina más que la forma humana recombinante como suplemento. La LF bovina es
generalmente reconocida como una sustancia segura por la Food and Drug
Administration (FDA, USA) y comercialmente está disponible en grandes
cantidades.
Debido a su similitud con la transferrina,
la principal molécula transportadora de hierro en el plasma, la LF-α posee la
capacidad de unirse al hierro y puede quelar dos iones férricos (Fe3+).
La LF une un átomo de hierro férrico en cada uno de sus dos lóbulos. Un
atributo importante de la LF es que no libera su hierro, aun a pH 3,5. Esta
propiedad asegura que la LF conserve el hierro en el tejido infectado donde
generalmente el pH es ácido, lo cual limita la disponibilidad de hierro para
los microbios.
En los individuos sanos, el hierro es
predominante intracelular y secuestrado por la ferritina, o también como cofactor de citocromos y proteínas FeS y
en forma de hemo en la hemoglobina en los eritrocitos. El hierro circulante es
tomado rápidamente por la transferrina. Cuando ocurre lisis de eritrocitos y la
hemoglobina o el hemo son liberados en la circulación sanguínea, la hemoglobina
es capturada por la haptoglobina y el hemo por la hemopexina. En este contexto,
la ceruloplasmina ferroxidasa es importante porque la LF puede unirse a la ceruloplasmina
y es posible una transferencia directa de hierro férrico entre las dos
proteínas. La transferencia de ion férrico
previene la formación de radicales hidroxilos potencialmente tóxicos y
la utilización de hierro por las bacterias patógenas. Por tanto, la LF juega un
papel importante previniendo que las bacterias adquieran y secuestren el hierro
que requieren para su crecimiento y virulencia. La LF también actúa como
biomarcador y comúnmente es regulada al alza cuando el huésped sufre de varias
clases de enfermedad.
La LF ejerce sus principales
actividades biológicas mediante la
interacción con receptores en las células blanco. En efecto, hay muchos
receptores de LF, los cuales han sido detectados en múltiples tejidos y tipos
de células, incluyendo células epiteliales intestinales y linfocitos. Los
receptores que unen LF incluyen: CD14, proteína relacionada con el receptor de
LDL-1 (LRP-1/CD91), intelectina-1 (omentina-1), receptor similar a Toll 2 y 4 (TLR4)
y receptor de citoquina 4 (CXCR4). La LF también se une a heparan sulfato
proteoglucanos (HSPG), los cuales son moléculas de la superficie celular y la
matriz extracelular, y están compuestos por una proteína unida covalentemente a
cadenas de glucosaminoglucano (GAG). Estos receptores se expresan en diferentes
niveles en varios tejidos, pero la intelectina-1 solamente es expresada en
intestino. La entrada de bacterias, productos bacterianos o virus en las
células huéspedes también pude ocurrir a través de algunos de estos receptores.
Esta unión evoca sistemas de señales y rutas que involucran, entre otros, a la
proteína quinasa activada por mitogeno (MAPK), NFκB, proteína activadora-1
(AP-1) y varios factores reguladores de interferón (IRF). Durante la infección,
la activación de estas rutas de señalización resulta en una respuesta celular
con múltiples componentes citoplasmáticos que en última instancia provocan la
activación de una compleja red biomolecular. La fosforilación de sustratos
relevantes (enzimas, microtúbulos, histonas y factores de transcripción) juega
un rol crucial en la respuesta celular del huésped.
Los virus y las bacterias interactúan con –y
se unen a- HSPG, usando a este proteoglucano como entrada a la célula. La LF
actúa como un elemento importante en los mecanismos de defensa del huésped
uniéndose a los receptores, pero también
uniéndose a HSPG. Esta capacidad de unión permite a la LF competir con estas
moléculas por la ocupación de los
receptores y, por tanto, juega un rol vital en la inmunidad del huésped. La LF
también sirve para prevenir la nefrotoxicidad de, por ejemplo, la cisplatina.
Las moléculas pequeñas requieren de
transportadores de solutos de la familia SLC para su captación. La LF, como
proteína, es muy grande para esta ruta y en cambio atraviesa la pared del
tracto gastrointestinal a través de células epiteliales, especialmente en las
placas de Peyer cuando está encapsulada en liposomas, y a la sangre mediante
endocitosis. Esta captación ocurre principalmente por los vasos linfáticos más que por la
circulación porta. La LF también puede entrar y ser reabsorbida a partir de la
bilis. La LF de la sangre es transportada en el SNC a través del líquido
cerebroespinal y la barrera hematoencefálica.
La LF liberada por los neutrófilos juega un
rol importante en la defensa del huésped. La LF también puede aumentar la
actividad de las células killer naturales en la defensa inmune y puede
restringir la entrada de virus en las células del huésped durante la infección.
106 neutrófilos humanos pueden liberar 15 µg de LF. Como parte de la respuesta inflamatoria del
huésped, los leucocitos, incluyendo
neutrófilos, liberan LF de sus gránulos donde normalmente es almacenada. Los
neutrófilos activados también liberan fibras de cromatina, conocidas como
trampas extracelulares de neutrófilos (NET), las cuales atrapan y matan
bacterias. Estas NET modulan la inflamación aguda y crónica. Las NET también se
encuentran en varias condiciones autoinmunes como artritis reumatoidea y lupus
eritematoso sistémico. Las fibras NET, además de ADN e histonas, contienen
proteínas extranucleares como elastasa, mieloperoxidasa (MPO) y LF. La LF
también puede servir como inhibidor intrínseco de NET liberadas en la
circulación sanguínea y, por tanto, controlar la liberación de NET.
La LF es conocida por sus propiedades
antibacteriana, antiviral, antimicótica, anti-inflamatoria y
anti-carcinogénica. La capacidad de la LF para limitar la disponibilidad de
hierro a los microbios es una de sus propiedades antibacterianas cruciales. Sin
embargo, las bacterias han desarrollado varias maneras de secuestrar hierro.
Las bacterias adquieren hierro a través del reconocimiento mediado por receptor
de transferrina, hemopexina, hemoglobina, complejo hemoglobina-haptoglobina y
LF. Adicionalmente, las bacterias a través de sideroporos pueden obtener hierro
directamente removiéndolo de transferrina, LF o ferritina. El complejo hierro-sideroporo
es luego reconocido por receptores de la bacteria. Las funciones inmunes
innatas del huésped son apoyadas por la proteína circulante, siderocalina,
también conocida como lipocalina asociada a gelatinasa de neutrófilo (NGAL),
lipocalina2 o Lcn2, la cual inhibe la adquisición de hierro mediada por
sideroporos.
Aunque la LF tiene varias maneras de
contrarrestar las bacterias como parte de su función inmune, también puede ser
secuestrada para beneficiar las actividades de las bacterias. Las bacterias
pueden remover el hierro férrico de la LF. Este proceso involucra (1) la
síntesis de queladores de ion férrico de alta afinidad, (2) la adquisición de
hierro de la LF mediada por receptores de la superficie bacteriana, (3) la
adquisición de hierro a través de reductasas que reducen iones férricos a
ferrosos.
Varias bacterias Gram-negativas, incluyendo
miembros de los géneros Neisseria y Moraxella, han desarrollado sistemas de dos
componentes que pueden extraer el hierro de la LF y la ferritina del huésped.
Mientras la mayoría de bacterias patógenas adquieren hierro emplean sideroporos
para quelar y secuestrar hierro, la Neisseria ha desarrollado una serie de
proteínas transportadoras que secuestran directamente el hierro de LF,
transferrina y hemoglobina. El sistema comprende un transportador unido a la membrana que extrae y transporta
el hierro a través de la membrana externa y una lipoproteína que maneja
LF/ferritina cargadas de hierro hacia el transportador. Sin embargo, más del 90% de la LF en la leche
humana está en la forma de apolactoferritina, la cual compite con la bacteria
siderofílica por el ion férrico y altera la proliferación de estos microbios y
otros patógenos.
La LF tiene actividad contra un amplio
espectro de virus ADN y ARN e inhibe la entrada de partículas virales en las
células del huésped adhiriéndose
directamente a las partículas virales o bloqueando sus receptores celulares. La
LF previene la entrada a las células del huésped de virus como herpes simplex
virus, papilomavirus humano, virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y
rotavirus. Estos virus utilizan moléculas comunes en la membrana celular para
facilitar su invasión en las células, incluyendo HSPG. Los HSPG proporcionan el
primer sitio de anclaje en la superficie celular y ayudan al virus a hacer el
primer contacto con las células del huésped. Los HSPG pueden estar unidos a la
membrana o en vesículas secretoras y en la matriz extracelular. La LF es capaz
de prevenir la internalización de algunos virus uniéndose a HSPG.
En conclusión, la LF es un nutriente que se
encuentra en la leche de mamíferos que tiene beneficios inmunológicos así como
también un importante rol antibacteriano y antiviral. La unión de la LF a los
HSPG previene el primer contacto entre los virus y las células del huésped y,
por tanto, previene la infección posterior. La LF aumenta la actividad de las
células killer naturales, estimula la agregación y adhesión de neutrófilos en
la defensa inmune y puede restringir la entrada de virus en las células del
huésped durante la infección.
Fuente: kell DB et
al (2020). The biology of lactoferrin,
an iron-binding protein that can help defend againts viruses and bacteria. Frontiers in Immunology 11: 1221.
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