Andrógenos, estrógenos y endometrio
En el útero de la
mujer, el endometrio se encuentra entre el miometrio y el epitelio luminal y
está dividido en una capa interna/funcional (“funcionalis”) y una capa basal (“basalis”).
En la capa interna, las células epiteliales columnares forman una separación entre
la luz uterina llena de líquido y el tejido endometrial que contiene glándulas,
una vasculatura bien desarrollada, mesénquima estromal (fibroblastos, células
perivasculares) y una población diversa de células inmunes. Entre la menarquia
y menopausia, el endometrio responde a los niveles fluctuantes de los
esteroides sexuales ováricos
(principalmente 17β-estradiol (E2) y progesterona (P)) con proliferación
y diferenciación cíclicas para apoyar un eventual embarazo. En un ciclo menstrual
de no embarazo, la capa funcional del endometrio se desprende durante la
menstruación, pero en pocos días la integridad tisular de la superficie luminal
es restaurada para un nuevo ciclo. Los esteroides sexuales son esenciales para
el mantenimiento de la función uterina normal y la fertilidad, pero también
pueden contribuir al desarrollo de desórdenes endometriales dependientes de
hormonas.
Aunque la duración del ciclo menstrual puede variar entre las
mujeres, típicamente se considera un ciclo promedio de 28 días: menstruación
(día 1), fase proliferativa (día 4 a 14) y fase secretora (día 16 a 28) en el
endometrio. Histológicamente, el grosor de la capa funcional del endometrio
varía desde 2 mm inmediatamente después de la fase menstrual hasta 14 mm antes
de la ovulación en el día 14. Después de la ovulación y la formación del cuerpo
lúteo (CL) en el ovario hay una rápida elevación de las concentraciones
circulantes de P lo cual, en el endometrio, estimula la transformación
funcional de los fibroblastos del estroma (decidualización) que resulta en un cambio de forma y reprogramación de la
expresión de genes que provocan la secreción de factores que regulan el reclutamiento de células inmunes y la
receptividad. En ausencia de un blastocisto saludable, la regresión del cuerpo
lúteo resulta en una rápida disminución de las concentraciones circulantes de
los esteroides ováricos y dispara una
cascada de cambios en el tejido endometrial que resultan en degradación tisular
y cicatrización durante la menstruación.
Los cambios en la expresión de genes
dependiente de estrógenos y andrógenos son orquestados por la interacción de
sus receptores con dominios unidos a ADN en los promotores/aumentadores de los
genes así como también rutas de señalización no genómicas iniciadas en la
membrana celular. Los receptores de esteroides contienen tres dominios claves:
un dominio amino terminal variable, un dominio de unión a ADN (DBD) altamente
conservado y un dominio carboxilo terminal de unión a ligando (LDB) menos conservado. Las diferencias en la
secuencia de aminoácidos en el sitio de unión de ligando en el C-terminal juegan un rol
crítico en la selectividad de ligando. Una región que sirve como enlace entre
el DBD y el LDB funciona como una
bisagra flexible con una señal de localización nuclear: las proteínas también
contienen múltiples sitios para fosforilación.
Hay dos receptores de estrógenos (ERα y ERβ) codificados por genes
separados, ESR1 y ESR2, respectivamente. El E2 tiene alta afinidad por ambos
receptores, mientras la estrona (E1) tiene alta afinidad por el ERβ. Además de
ESR1 y ERS2, una familia de genes relacionados ha sido identificada como
codificadores de “proteínas relacionadas con receptor de estrógenos” (ESRR1,
ESRR2, ESRR3) las cuales no se unen directamente a E1 o E2 porque carecen del sitio de unión a ligando
en el C-terminal, pero pueden ser activadas como cofactores.
El gen de receptor de andrógenos (AR) está
localizado en el cromosoma X. Varias isoformas de AR han sido identificadas,
con particular atención sobre su rol en la activación de genes independiente de
ligando en cáncer de próstata avanzado. Por otra parte, la expresión de
variantes AR, incluyendo AR-V/ (exones 1/2/3CE3) que ha sido reportada en
cáncer de mama.
La unión del ligando esteroide a ER y
AR induce un cambio conformacional en el
dominio de unión a ligando, dimerización y reclutamiento de co-reguladores que
juegan un rol crítico en la regulación de la repuesta hormonal. Los receptores
activados por ligando se unen directamente a secuencias de ADN en las regiones
reguladoras de genes: secuencias que son
reconocidas por estrógenos (elementos de respuesta a estrógenos, ERE) o
andrógenos (elementos de respuesta a andrógenos, ERA). Los estudios de unión
han identificado a los llamados factores “pioneros” como FOXA1 y GATA2 que
pueden aumentar la unión directa de ER o AR al ADN. Los ER también regulan la
expresión de genes a través de interacciones proteína-proteína con otros
factores de transcripción ya unidos al ADN como el factor de transcripción Sp1 el cual ha sido implicado en la
regulación del gen de receptor de progesterona y la inducción dependiente de ER
de la expresión de genes en células endoteliales endometriales humanas.
Los estrógenos y los andrógenos también
pueden inducir cambios en la función celular a través de la unión a ER o AR
localizados en la membrana celular. Estas cascadas de señalización pueden ser
iniciadas a través de receptores de membrana después de la palmitoilación e
interacción con proteínas plegadas o por receptores transmembrana
acoplados a proteína G (GPCR) que
responden a hormonas. Uno de los GPCR más extensamente investigado es el GPER (originalmente
llamado GPR30, también conocido como GPER1), clonado a partir de células de
cáncer de mama en 1997 y une estrógenos
con afinidad nanomolar. La información sobre GPCR que unen andrógenos es menos
extensa, pero entre varios candidatos se incluye al GPERC6A identificado en
células de cáncer de próstata.
En el endometrio, la expresión de ERα es
intensa en las glándulas epiteliales y el estroma de las capas funcional y
basal. La expresión es regulada a la
baja en la capa funcional durante la fase secretora en respuesta al aumento en
los niveles de P. Los estudios en ratones sugieren un rol complejo para el ERα
en los compartimentos epitelial y estromal del endometrio. Por ejemplo, el ERα
epitelial es indispensable para la respuesta proliferativa y tiene un rol
crítico en la decidualización en esta especie. El patrón de expresión del ERβ
es distinto al del ERα: el ERβ en la capa funcional no es regulado a la baja
durante la fase secretora. Por otra parte, la expresión de GPER es máxima en la
fase proliferativa. El GPER puede estar involucrado en la transformación
neoplásica del endometrio o en la promoción de la expresión de
metaloproteínasas de la matriz (MMP)
inducida por el factor inducible por hipoxia 1α (HIF1α) en células del estroma
endometrial en mujeres con endometriosis.
El AR
es expresado en los fibroblastos del estroma, los cuales exhiben variaciones
cíclicas en la capa funcional, pero se mantienen sin cambios en el
compartimento basal durante el ciclo menstrual. Las células epiteliales de la
capa funcional regulan al alza la expresión de AR en respuesta a la disminución
de los niveles de P en un ciclo menstrual normal o después de la
administración de anti-progestinas y
esto está asociado con reducción de la proliferación endometrial. Algunos genes
regulados por andrógenos en las células del estroma endometrial como CITED2,
HIF1α y CD4 están implicados en redes que protegen a las células contra el
estrés y la apoptosis. Aunque el conocimiento sobre el rol de los andrógenos en
la función del tejido endometrial es todavía incompleto, se han identificado
cambios en la expresión de MMP3 y MMP9, las cuales están implicadas en la
degradación del endometrio humano.
El
esteroide adrenal dehidroepiandrosterona (DHEA) es un importante
precursor de andrógenos bioactivos en la mujer. Todas las enzimas que regulan
la conversión de DHEA a testosterona,
dihidrotestosterona (DHT) o estrógenos han sido detectadas en el endometrio. La
interconversión de andrógenos y estrógenos es mediada vía 17β-hidroxiesteroide
deshidrogenasa (17βHSD), de la cual varias isoformas son expresadas en el
endometrio. Por ejemplo, la 17βHSD tipo 1 es responsable de la producción de
testosterona y E2 a partir de DHEA y E1, respectivamente, mientras la 17βHSD2
cataliza la reacción opuesta. La HSD17B2, expresada en células epiteliales
glandulares, incrementa marcadamente en la fase secretora. La sobre expresión
de 17βHSD2 en el endometrio es una característica de mujeres con desórdenes
como endometriosis, adenomiosis y/o leiomiomas (fibroides). La expresión de
esteroide sulfatasa (STS) en el tejido endometrial puede catalizar la
conversión de sulfato de dehidroepiandrosterona (DHEAS) a DHEA pero también
puede incrementar la concentración de E1 removiendo el sulfato de E1S. En un
modelo in vitro de decidualización, ha sido confirmada la expresión de STS y
aromatasa (CYP19A1) en células del
estroma endometrial con evidencia que ambas enzimas contribuyen a la producción
de estrógenos durante la decidualización.
La decidualización a tiempo y eficiente de
las células del estroma endometrial en respuesta a la P derivada del ovario es
esencial para la generación de un microambiente endometrial que pueda apoyar y
alimentar al blastocisto durante la implantación. La disrupción de la
decidualización está implicada en fracaso de la implantación y aborto. Los estudios con ratones usando inhibidores
de la aromatasa demuestran que la producción local intra-uterina de E2 es
crítica para el establecimiento del embarazo. En la mujer, el E2 es producido durante
la decidualización de las células del
estroma endometrial y regula la migración de células “killer” naturales (uNK).
Las alteraciones en número/localización de células uNK pueden predisponer a la
mujer a experimentar un aborto. Durante
la decidualización de las células del estroma endometrial hay un incremento
significativo en la expresión de AKR1C3, la enzima responsable de la conversión
de androstenediona en testosterona, acompañado con un aumento de la secreción
de testosterona. Los andrógenos producidos localmente, además de aumentar la
decidualización, modulan la expresión de genes que codifican proteínas, como la
osteopontina, involucradas en la receptividad endometrial humana. Por otra
parte, la DHT tiene un impacto positivo sobre la decidualización de las células
del estroma endometrial y la resistencia al estrés oxidativo. Entonces, la
disminución relacionada con la edad de esteroides adrenales puede tener un
impacto sobre la capacidad del endometrio para sostener el embarazo.
En conclusión, el endometrio es un tejido
multicelular, complejo y dinámico, el
cual en virtud de su expresión de receptores de alta afinidad es muy sensible a
las acciones de los estrógenos y los andrógenos. Los cambios temporales y
espaciales en la función tisular en respuesta a los esteroides sexuales juegan
un rol crítico en la preparación para el embarazo y en la degradación y
desprendimiento si no ocurre el embarazo. La regulación balanceada de la acción
de los esteroides sexuales es esencial para la función endometrial y es
controlada a través de metabolismo local y la expresión célula y
tejido-específica de receptores de esteroides.
Fuente: Gibson DA
et al (2020). Androgens, oestrogens and endometrium: a fine balance between
perfection and pathology. Journal of Endocrinology 246: R75-R93.
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