El hemo y la activación de la señal TLR4
Los receptores
similares a Toll (TLR) reconocen patógenos invasores y son sensores y
reguladores esenciales del sistema inmune innato. Las infecciones por
bacterias, hongos y virus activan varios TLR que juegan un rol en la defensa
del huésped pero también pueden causar sepsis y daño tisular. La estimulación
de los TLR por sus respectivos ligandos específicos inicia cascadas de
señalización que median la activación de factores de transcripción y la
secreción de moléculas pro-inflamatorias. Por ejemplo, el TLR4 es estimulado por los componentes de la pared
bacteriana, lipopolisacáridos (LPS), también conocidos como endotoxinas, los
cuales típicamente son pro-inflamatorios. Recientemente, se han descritos otros
compuestos que interactúan con –y estimulan- el TLR4, incluyendo ácido hialurónico,
la proteína Der p2, el níquel y varias
moléculas endógenas liberadas por las células dañadas, los cuales
colectivamente son llamados patrones
moleculares asociados al peligro (DAMP).
En particular, el hemo derivado de las células rojas sanguíneas ha sido
implicado en la señal TLR4 y ha sido propuesto como un DAMP que afecta la
respuesta inflamatoria en una variedad de condiciones fisiopatológicas.
El hemo es un tetrapirrol que contiene
hierro con funciones importantes en varios procesos biológicos como grupo
prostético de hemoproteínas tanto en su forma de unión covalente como no
covalente. Por ejemplo, en la hemoglobina y la mioglobina, el hemo es usado
para transporte y almacenamiento de oxígeno, mientras en los citocromos está
involucrado en el transporte de electrones y la generación de energía. El hemo
también es importante para enzimas como ciclooxigenasa-2, sintetasa de óxido
nítrico-1, NADPH oxidasa, catalasa y
peroxidasa. Por el contrario, el hemo no unido a proteína, también llamado hemo
“libre”, puede ser peligroso y causar efectos pro-oxidantes, pro-inflamatorios
y citotóxicos. Adicionalmente, el
hemo puede mediar el reclutamiento de
leucocitos, plaquetas y células sanguíneas rojas al endotelio vascular. Muchos
de los efectos pro-inflamatorios del hemo han sido asociados con la activación
de la señal TLR4, como ha sido demostrado en macrófagos. Sin embargo, la señal
TLR4 activada por hemo aparentemente involucra mecanismos reguladores altamente
complejos, los cuales dependen de los modelos aplicados y las condiciones
experimentales.
La activación de la señal TLR4 por el hemo ha sido estudiada primariamente en
modelos de ratones con deficiencia genética de TLR4 y con pequeñas moléculas
inhibidoras de TLR4. Por ejemplo, varios estudios demuestran que los macrófagos
con deficiencia de TLR4 que son tratados con hemo exógeno purificado fallan en
inducir la expresión de citoquinas pro-inflamatorias y la activación del
inflamasoma. Por otra parte, en estudios con células renales embrionarias
humanas, la aplicación conjunta de hemo y
LPS expresa efectos aditivos, sugiriendo que activan al TLR4 por mecanismos
diferentes. Aunque este hallazgo apoya un rol directo del hemos en la señal
TLR4, la identificación de un sitio para la unión del hemo en este receptor
todavía no ha sido reportada. La activación celular dependiente de TLR4 por LPS
requiere la interacción del TLR4 con el cofactor CD14, la proteína de
diferenciación mieloide 2 (MD-2) y la proteína de unión a lipopolisacáridos
(LBP). Aparentemente, la cooperación de estas proteínas también es crítica para
la señal TLR4 dependiente de hemo. Más aún, en la MD-2 humana ha sido
identificado un sitio de activación de hemo, el cual parece jugar un rol
regulador crítico en la señal TLR4. A
diferencia de los LPS, algunos ligandos
pueden mediar la señal TLR4 sin la interacción directa con el receptor. Por ejemplo,
el ácido hialurónico y el alérgeno Der p2 inducen la señal TLR4 de manera
indirecta. Asimismo, la evidencia reciente indica que ciertos efectos
pro-inflamatorios del hemo también ocurren de manera independiente a la unión
directa al TLR4.
Las propiedades pro-oxidantes del hemo libre
pueden causar la generación de especies reactivas de oxígeno (ROS) a través de
la reacción de Fenton de Fe (II) y H2O2. Dado que la
activación de TLR y la generación de ROS pueden ser complementarias en el
estrés oxidativo, es posible que la generación de ROS inducida por el hemo
puede también activar indirectamente la señal TLR4. Las ROS pueden oxidar
rápidamente los fosfolípidos, lo cual a su vez inicia respuestas
pro-inflamatorias vía TLR2 y/o TLR4. En este contexto, la inhibición de los
efectos pro-inflamatorios inducidos por 1-palmitoil-2-araquidonoil-sn-glicero-3-fosfocolina
oxidado (OxPAPC) ha sido reportada después de la regulación a la baja del TLR4.
Las lipoproteínas de baja densidad oxidadas
causan activación de TLR4 y el hemo pude unirse rápidamente a lipoproteínas
oxidasa en el suero. Dado que la unión de hemo ocurre más rápido que a las
proteínas ligadoras de hemo en el plasma (HBP) como hemopexina (Hx) y albúmina,
es posible que las lipoproteínas puedan inducir señales inflamatorias mediadas
por TLR4 y la expresión de citoquinas inflamatorias. Dependiendo del tejido,
estos efectos inflamatorios pueden contribuir a la arterioesclerosis,
enfermedades reumáticas y otras patologías.
Debido a su naturaleza lipofílica, el hemo
puede formar agregados e interactuar con la bicapa de fosfolípidos hidrofóbicos
en las membranas afectando la señal TLR4. Las balsas lipídicas de la membrana
son ensambles celulares dinámicos de esfingolípidos saturados, colesterol y
proteínas. Hay algunas proteínas transmembrana localizadas en las balsas
lipídicas incluyendo CD44 y CD36, las cuales están involucrados en la señal
TLR4. Los datos indican que el TLR4 y las proteínas accesorias pueden asociarse
con las balsas lipídicas y que la
asociación TLR4-balsa lipídica es estimulada por los LPS bacterianos. Dependiendo
del ligando del TLR4, pueden estar involucrados diferentes co-receptores. Por
ejemplo, la capacidad de los LPS para activar al TLR4 depende de CD14, una
proteína anclada a glicofosfatidilinositol y co-receptor de MD-2 para el
reconocimiento de LPS. Lo cual también puede controlar la internalización del
hemo vía TLR4. Por otra parte, un reporte reciente indica que el co-receptor
CD14 soluble puede mediar de los efectos pro-inflamatorios del hemo.
La extracción o secuestro de colesterol
altera la asociación del TLR4 con las proteínas accesorias en las balsas
lipídicas e inhibe la producción de
TNF-α inducida por LPS. De acuerdo con un reporte reciente, el alto contenido
de colesterol en las células rojas sanguíneas normales o enfermas proporciona
protección contra el estrés oxidativo inducido por hemo libre y la membrana dañada en condiciones normales y
hemolíticas. Dado que la depleción de colesterol afecta el ensamble de la balsa
lipídica, el tráfico en la membrana y la señal TLR4 es posible que el hemo
libre o los complejos hemo-HBP específicas puedan tener efectos modulares sobre
la señal TLR4 a través de las balsas lipídicas. El hemo, dependiendo de su
estado conformacional puede ser incorporado en las balsas lipídicas de la membrana plasmática,
afectar en la balsa la fluidez de lípidos, la polaridad, el grosor y las
propiedades de tensión, lo cual a su vez puede influir en el reclutamiento y la
señal de TLR4. Entonces, a través de interacciones hidrofóbicas no específicas
con las balsas lipídicas, el hemo solo o en asociación con HBP puede afectar la
señal TLR4.
La toxicidad del hemo libre y sus efectos
pro-inflamatorios han sido demostrados en modelos experimentales de enfermedad
como la enfermedad de células falciformes, malaria, sepsis, síndrome urémico
hemolítico atípico, arterioesclerosis o daño por isquemia-reperfusión. Los
efectos perjudiciales del hemo libre pueden ser bloqueados por factores
intracelulares como hemo oxigenasa y ferritina, y factores extracelulares como
varias proteínas plasmáticas incluyendo Hx, albúmina, α1- microglobulina (A1M)
y α1-antitripsina (AAT). Solamente si los mecanismos intracelulares y
extracelulares son superados, tiene lugar la toxicidad celular. Varios reportes han proporcionado evidencia
que la neutralización del hemo vía Hx, la proteína plasmática con la más alta
afinidad de unión a hemo en humanos, contrarresta los efectos perjudiciales del
hemo. Sin embargo, las concentraciones de Hx en plasma son bajas (alrededor de
0,6-1,2 g/L) y, en condiciones de hemólisis severa, los disminuidos niveles sistémicos de Hx pueden no ser suficientes para neutralizar
las grandes cantidades de hemo libre. Por tanto, otras proteínas plasmáticas,
incluyendo albúmina, A1M y AAT también están involucradas en la unión y
neutralización del hemo libre. Aunque la albúmina se une al hemo con una
afinidad aproximadamente 100 veces menor que la Hx, la alta concentración plasmática
de albumina puede compensar cualquier potencial deficiencia en Hx. Esto, en
parte, puede explicar los efectos beneficiosos de la infusión de albúmina a los
individuos con sepsis severa. La
albúmina es una proteína de fase aguda negativa en humanos y es concebible que
durante las condiciones de inflamación severa, cuando la capacidad
neutralizante de hemo de la albúmina disminuye, participen otras proteínas de
fase aguda como la AAT. La AAT es una HBP con afinidad de unión con el hemo
similar a la de la albúmina que reduce marcadamente los efectos del hemo libre
sobre la activación de neutrófilos, incluyendo la producción de ROS. Las HBP
plasmáticas no solo unen y neutralizan hemo libre con diferentes afinidades,
también adquieren nuevas actividades biológicas a través de interacciones
específicas con el hemo. Por ejemplo, Hx y A1M exhiben funciones
transportadoras de hemo diferentes y son reguladas recíprocamente durante la
enfermedad de células sanguíneas falciformes. Mientras la Hx dirige el hemo
hacia el hígado y media su captación vía proteína relacionada con el receptor
de lipoproteínas de baja densidad-1 (LRP-1, sinónimo con CD-91), la A1M dirige
al hemo hacia el riñón donde puede causar efectos perjudiciales, incluyendo
daño renal agudo. Por otra parte, la interacción de las inmunoglobulinas con el
hemo puede alterar su afinidad de unión con los antígenos bacterianos.
Entonces, los efectos pro-inflamatorios del hemo libre dependen de sus
interacciones con HBP plasmáticas, las cuales pueden variar grandemente en
diferentes condiciones fisiopatológicas.
La hemoglobina libre y el hemo derivado de
lisis de células sanguíneas rojas actúan sinérgicamente con los efectos
pro-inflamatorios de agonistas TLR4 en cultivos de macrófagos de ratón. Estos
hallazgos sugieren que el hemo libre puede agravar sustancialmente la respuesta
inflamatoria en las infecciones bacterianas y virales con hemólisis
intravascular simultánea. El hemo libre activa sinérgicamente al inflamasoma
NLRP3 en macrófagos y células endoteliales. El inflamasoma NLRP3 es un complejo
proteico multimérico que comprende un sensor, un adaptador y el zimógeno
procaspasa-1, lo cual provoca la activación de la caspasa-1 y la liberación de
las interleuquinas IL-1β e IL-18. El hemo activa al inflamasoma NLRP3
provocando la producción de IL-1β. Adicionalmente, el hemo libre puede
contribuir a la activación inflamatoria del endotelio vía activación del
complemento. Estos estudios proporcionan evidencia experimental que el hemo
libre puede ser una importante señal secundaria para las condiciones pre-existentes de activación
endotelial pro-inflamatoria.
Las respuestas a la activación del TLR4 en
humanos y ratones tienen algunas similitudes, pero también profundas
diferencias. Por ejemplo, el lípido A de las endotoxinas actúa sinérgicamente
sobre el complejo TLR4/MD2 en ratones, pero no en humanos. El TLR4 humano y
murino muestra 67-71% y 79-81% de similitud en los niveles de nucleótidos y
aminoácidos, respectivamente. En ratones y humanos, las células de origen
mieloide como monocitos, macrófagos, microglias y granulocitos exhiben los
niveles más altos de expresión de TLR4. Sin embargo, en claro contraste con los
macrófagos y monocitos humanos, los cuales aumentan la expresión de TLR4 en
respuesta a LPS, los macrófagos y neutrófilos de ratón disminuyen su expresión
de TLR4 en respuesta a estimulación con LPS. Por otra parte, existen datos que
sugieren que el cerdo y el conejo pueden ser más cercanos al humano que el
ratón con relación a la secuencia y función del TLR4. En efecto, humanos, cerdos y conejos son
sensibles a LPS con cambios fisiológicos inducidos por una dosis de ng/ Kg
mientras los ratones son altamente resistentes. Más aún, la Hx es inducida
durante la respuesta de fase aguda en ratones, pero no en humanos. Otro ejemplo
es la AAT, porque las concentraciones plasmáticas de AAT en ratones son
aproximadamente cuatro veces mayores que en humanos, lo cual puede ser
importante para neutralización y/o susceptibilidad de la toxicidad del hemo
libre. Por tanto, no es sorprendente que la señal TLR4 de ratones y humanos
exhiba sustanciales diferencias.
En conclusión, el hemo como grupo prostético
de hemoproteínas tiene funciones celulares vitales, pero en su forma libre
puede tener efectos pro-oxidantes y pro-inflamatorios. El hemo es un agonista
de TLR4, el receptor para LPS, un componente bacteriano pro-inflamatorio. El
rol regulador del hemo en la señal TLR4 puede depender de interacciones
directas e indirectas. En particular, la interacción del hemo con HBP
específicas juega un rol moderador mayor en condiciones inflamatorias. Debido a
las diferencias entre las especies en la señal TLR4 dependiente de hemo, los
hallazgos de modelos de ratones en
enfermedades inflamatorias experimentales deben ser cuidadosamente
interpretados cuando son trasladados a situaciones clínicas.
Fuente:
Janclauskiene et al (2020). TLR4 signaling by heme and the role of heme-binding
blood proteins. Frontiers in Inmunology 11:1964.
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