Péptido YY, cirugía bariátrica y diabetes tipo 2
La cirugía
bariátrica es considerada el procedimiento más efectivo para la remisión
temprana de la diabetes tipo 2 (DT2) y el síndrome metabólico. De acuerdo con
investigaciones de los últimos años, una combinación de factores puede explicar
tales cambios, independientemente de la pérdida de peso post-cirugía. Estos factores incluyen una alteración
en la señal de los ácidos biliares (AB), así como también productos de la
microbiota intestinal y liberación de hormonas intestinales, los cuales tienen
un efecto directo sobre las funciones de las células β de los islotes
pancreáticos.
La disfunción de los islotes pancreáticos es
una característica de la DT2, presentando alteración de la respuesta a la
glucosa y liberación anormal de las hormonas insulina y glucagón. Los estudios
en humanos y roedores han confirmado que la mejoría en la función secretora de
los islotes pancreáticos es clave en la restauración de la normoglucemia y la
resolución de la patogénesis de la DT2 después de las intervenciones de pérdida de peso. En
humanos, han sido documentados cambios significativos en la secreción de
insulina una semana después del bypass gástrico en Y de Roux (RYGB). Aunque
algunos estudios reportan que el incremento en la liberación de incretinas por
el intestino es el principal factor de la mejoría en la función de las células
β, varias líneas de evidencias sugieren cambios intrínsecos en la función y morfología
de los islotes pancreáticos después de la cirugía. El análisis transcriptoma en
islotes de ratones aislados dos semanas después de la gastrectomía indica
cambios intrínsecos en los genes involucrados en la señal de calcio y la ruta
de secreción de insulina, lo cual implica que los islotes pancreáticos experimentan una adaptación metabólica
post-cirugía a través de la remodelación de su perfil de expresión de genes que
afecta directamente la función de las células β y potencialmente, la de otros
tipos de células de los islotes. Estos hallazgos han sido confirmados en
islotes humanos cuyas propiedades
secretoras son mejoradas por cambios en los factores humorales después de la
cirugía bariátrica.
La cirugía bariátrica, además de alterar la
función de las células β, modifica algunos parámetros histo-morfológicos de los
islotes pancreáticos como el número de células β por islote. En ratas Wistar
sanas, este efecto está relacionado exclusivamente con el incremento en la
proliferación y maduración de células β a partir de stem cells, lo cual es
consistente con la regeneración de islotes descrita en ratones db/db después de
bypass gástrico a través de la ruta de señalización PDX-1/Notch-1/Ngn3. Por
otra parte, en ratas Goto-Kakizaki (GK) diabéticas, múltiples efectos sobre la
arquitectura de los islotes han sido reportados, incluyendo hiperplasia
pancreática, agrandamiento de la masa de células β e incremento de la relación células β/células endocrinas no β.
Aunque varios factores han sido involucrados en estos cambios, actualmente está
claro que la alteración en la liberación de hormonas intestinales es uno de los
mayores efectores.
Los niveles de varias hormonas intestinales
aumentan después de la cirugía bariátrica como consecuencia de cambios
estructurales y funcionales en el tracto gastrointestinal, incluyendo una
aceleración en el manejo y la absorción
de los alimentos. En los últimos años,
un rol mayor en la remisión de la diabetes después de la cirugía bariátrica ha
sido atribuido al péptido similar a glucagón-1 (GLP-1) cuyos análogos
(exenatide, liraglutide, dulaglutide, lixisenatitide) forman parte de los
actuales tratamientos anti-diabéticos. Sin embargo, su acción única ha sido
cuestionada por varios modelos de ratones GLP-1 KO que aunque carecen de la
señal GLP-1 retienen los beneficios metabólicos de la cirugía bariátrica y más
recientemente, por un modelo doble KO en el cual la pérdida combinada de GLP-1R
y NPY2R no previene los efectos beneficiosos de la RYGB sobre el peso corporal
y la homeostasis de la glucosa.
En los últimos años, además del GLP-1, el
rol de otra hormona intestinal, propiamente el péptido tirosina tirosina (PYY),
ha recibido mucha atención en el control quirúrgico de la diabetes, extendiendo su clásico efecto
sobre la regulación del apetito. El PYY es un péptido de 36 aminoácidos
liberado principalmente por las células L en el tracto gastrointestinal distal.
Dos formas endógenas de PYY han sido identificadas, el PYY(1-36) y el PYY(3-36)
que es la forma circulante predominante. La enzima dipeptidil péptidas IV
(DPP-IV) convierte al PYY(1-36) en PYY(3-36), alterando su especificidad por el
receptor y sus efectos biológicos. La señal
PYY es mediada por receptores pertenecientes a la familia neuropéptido Y
(NPY), de los cuales hay cuatro subtipos: NPY1R, NPY2R, NPY4R y NPY5R. Mientras
el PYY(1-36) se une a todos los subtipos, el PYY(3-36) muestra alta afinidad
por el subtipo NPY2R, cuya activación media los efectos anorexigénicos en el
cerebro.
El impacto del PYY sobre los islotes
pancreáticos fue sugerido por primera vez en modelos de ratones genéticamente
modificados con alteración de la expresión del péptido. En ratones hembras, la
sobre expresión ectópica de PYY en las células β provoca un incremento en el
número/tamaño de los islotes, agrandamiento de la masa de células β y mejoría
de la secreción de insulina inducida por glucosa. Por el contrario, la ablación
específica de PYY en el intestino y en el páncreas reduce la viabilidad de
células β, causa pérdida de insulina e induce hiperglucemia. Mientras el
reemplazo farmacológico con un análogo
PYY de larga duración puede revertir estos efectos, el tratamiento con
la forma PYY(3-36) no restaura la pérdida de insulina pancreática. Este
resultado no es sorprendente tomando en cuenta que el PYY(3-36) es un agonista
selectivo para NPY2R, el cual es expresado en niveles muy bajos en los islotes
pancreáticos y un rol insignificante de
este receptor ha sido demostrado en la restauración de la homeostasis de la
glucosa después de la cirugía bariátrica. Los efectos proliferativos y
protectores del PYY contra varios estresores celulares han sido reportados por
diferentes laboratorios en islotes aislados y células β inmortalizadas de
roedores y humanos, sugiriendo un rol crucial de este péptido en la función y
supervivencia de los islotes pancreáticos. Por otra parte, la aplicación
crónica de PYY recombinante mejora la respuesta a la glucosa y la liberación de
hormonas por islotes de roedores y humanos diabéticos en una extensión similar
a la reportada después de la cirugía bariátrica. Es importante señalar que
junto con un incremento en la circulación sanguínea, el contenido intra-islote
de PYY también aumenta después del bypass gástrico en islotes de ratas GK
diabéticas, alcanzando niveles mayores que los reportados en ratas Wistar
sanas. Mientras esto es una posible consecuencia de la adaptación post-cirugía
de los islotes, varios investigadores especulan que el PYY pancreático es un
contribuyente adicional a la mejoría de función de los islotes después de procedimientos bariátricos.
El PYY, además de las células L del
intestino, es expresado en el páncreas de roedores y otros mamíferos incluyendo
humanos, con diferencias relacionadas con la especie. En islotes de roedores,
la inmunoreactividad-PYY se localiza específicamente en células PP y δ, mientras en humanos está confinada
principalmente en células α. Aunque conservada, la expresión de PYY en islotes
pancreáticos humanos es significativamente menor que en roedores, sugiriendo un
potencial rol menor del PPY intra-islote en humanos. Sin embargo, la acción
prolongada de la forma PYY(1-36) producida localmente puede modular la
secreción de insulina aun en islotes aislados. La inhibición farmacológica de
la DPP-IV con sitagliptina potencia la liberación de insulina inducida por
glucosa, lo cual implica que la exposición a un factor local normalmente
degradado por la DPP-IV media tal efecto. Además del PYY, otros sustratos
biológicos para la acción de la DPP-IV son producidos en los islotes
pancreáticos, incluyendo la forma activa del GLP-1 (7-36), la cual es
convertida en la forma inactiva GLP-1 (9-36) por la DPP-IV. Debido a su bien
conocido efecto potenciador de la secreción de insulina, el GLP-1 (7-36)
intra-islote con su prolongada vida media, es considerado el principal mediador
de los efectos beneficiosos de la inhibición de la DPP-IV. Sin embargo, contrario a lo que ocurre con el
PYY, el bloqueo de la señal GLP-1 no revierte el potencial efecto de la
sitagliptina sobre la secreción de insulina inducida por glucosa, lo cual
sugiere que la regulación local del PYY pancreático, más que el GLP-1, es el
principal modulador de la liberación de insulina. Desde una perspectiva
clínica, estos resultados impactan sobre el mecanismo de acción de varios
inhibidores de DPP-IV usados en tratamiento de la DT2. Mientras los efectos
beneficiosos de estos fármacos han sido atribuidos primariamente a la estabilización del GLP-1
activo, en la actualidad también hay que considerar una acción prolongada del
PYY(1-36), como ha sido corroborado por los resultados de estudios con
sitagliptina que demuestran un incremento significativo en los niveles de
PYY(1-36) en asociación con una mejoría de la secreción en las células β
pancreáticas.
El hecho que la aplicación de PYY o
inhibidores de DPP-IV modifiquen la respuesta de la insulina a la glucosa en
islote de roedores y humanos, a pesar de su localización especie-específica,
sugiere un mecanismo común que puede estar en la distribución del receptor. En
este contexto, la expresión de NPY1R parece ser conservada y confinada a las
células β, lo cual es consistente con la acción y señal del PYY(1-36) en
islotes de roedores y humanos. En línea con esto, la supresión farmacológica o
genética de la ruta de señalización del NPY1R impacta negativamente la función
de los islotes pancreáticos y la tolerancia a la glucosa. En experimentos in
vitro, la adición de BIBP3226, bloqueador de NPY1R, elimina el efecto potenciador de la
sitagliptina sobre la liberación de insulina, mientras la activación del NPY1R
protege a los islotes pancreáticos de roedores y humanos de la apoptosis
inducida por citoquinas y restaura su respuesta a la glucosa. En estudios in
vivo, los resultados indican que los ratones que carecen de NPY1R en las
células β tiene alterada la tolerancia a la glucosa.
La cirugía bariátrica causa alteración de la
microbiota intestinal cambiando la abundancia de phyla bacterianos específicos
y la identidad de varios metabolitos bacterianos como los ácidos grasos de
cadena corta (AGCC), los cuales son producidos por fermentación bacteriana con
acetato, butirato y propionato como los más abundantes. Varias líneas de
evidencia relacionan la elevación de los niveles de PYY con cambios en la
microbiota fecal y también sugieren un efecto directo de los AGCC sobre la
expresión del gen PYY y la liberación por las células L. Por otra parte, varios
estudios demuestran que los niveles aumentados de AB después de la cirugía
bariátrica estimulan la secreción enteroendocrina de GLP-1 y PYY a través de la
activación de TGR5, receptor de AB acoplado a proteína G. La elevación de PYY
parece depender del manejo intraluminal de AB en el intestino y de la expresión
de TGR5 en la membrana basolateral de las células intestinales, aunque la
presencia de este receptor también ha sido reportada en islotes pancreáticos. Entre
los factores que disparan la liberación de PYY por los islotes pancreáticos
encontramos al propionato, el cual puede inducir un modesto incremento en la
producción pancreática de PYY y también estimula la respuesta de la insulina a
la glucosa. A diferencia del efecto mediado por propionato, el cual está
conservado en islotes pancreáticos de ratones y humanos, la activación del
receptor TGR5 por los AB en islotes pancreáticos aislados resulta en una
prominente inducción de la producción de PYY solamente en ratones, sugiriendo
un posible impacto especie-específico de los cambios en AB sobre la producción
de PYY. No obstante, los elevados niveles de AB post-cirugía contribuyen a la
restauración de la función secretora de los islotes pancreáticos no solo a través
del incremento de la liberación de PYY por el intestino sino también con un
efecto directo sobre los islotes pancreáticos.
Además del propionato y los AB, otros
factores contribuyen a incrementar la producción de PYY en el intestino y los
islotes pancreáticos después de la cirugía bariátrica. Está bien establecido
que la pérdida de peso después de la operación reduce la inflamación de bajo
grado asociada con la obesidad y el síndrome metabólico. Por otra parte, los
niveles de interleuquina-22 (IL-22), una
citoquina producida principalmente por células Th1, Th17, Th22 e ILC3, se
encuentran elevados en suero de pacientes 6 meses después de la cirugía
bariátrica, lo cual a su vez puede estimular la producción de PYY. La IL-22 es
una citoquina de doble faceta que juega roles pro-inflamatorios y regenerativos
en diferentes tejidos. Los efectos de la IL-22 sobre el páncreas y la función
de los islotes pancreáticos han sido estudiados en varios modelos de diabetes
donde consistentemente muestra un impacto protector y beneficioso.
La IL-22 protege a los islotes pancreáticos del estrés oxidativo y del estrés
de retículo endoplásmico, restaura la tolerancia a la glucosa y la sensibilidad
a la insulina en ratones con dieta rica en grasas. Debido a su rol único en
aliviar desórdenes metabólicos y su efecto restaurador sobre las células β
pancreáticas, el incremento en el nivel de IL-22 es un potencial mediador de
los efectos anti-diabéticos y metabólicos beneficiosos de la cirugía
bariátrica. Entre sus múltiples influencias positivas sobre la enfermedad
metabólica, la inyección de IL-22 en ratones obesos provoca un incremento en
los niveles plasmáticos de PYY, lo cual contribuye a la reducción de la ingesta
de alimentos y la ganancia de peso. Este incremento en PYY es causado por la
estimulación mediada por IL-22 de la expresión de PYY en las células L
intestinales y, en menor extensión, en los islotes pancreáticos. Entonces, bajo
condiciones fisiológicas, parte de los efectos metabólicos de la IL-22 sobre la función y supervivencia de
los islotes pancreáticos son activados a través de la modulación de la
secreción de PYY.
Si bien en la actualidad no hay manera de
diferenciar entre la contribución del PYY circulante y el PYY intra-islote, los
datos en humanos y roedores sugieren que ambos pueden contribuir a restaurar la
función de los islotes pancreáticos y sostener los beneficios de la cirugía bariátrica por largo tiempo. Está claro que otros
factores también contribuyen a activar los beneficios metabólicos derivados de
la cirugía bariátrica y una combinación de terapias puede ser requerida para
cubrir satisfactoriamente la necesidad de este procedimiento invasivo e
irreversible. Poe ejemplo, la infusión subcutánea de tres hormonas: GLP-1, PYY
y oxintomodulina por un período de cuatro semanas mejora la tolerancia a la glucosa
en pacientes diabéticos con un efecto superior a la RYGB y la restricción
calórica. Este resultado permite pensar en alternativas libres de cirugía que
no solo tienen más (o similares) beneficios sino también menos riesgos de
efectos adversos, como eventos de hipoglucemia potencialmente secundarios a la
RYGB.
En conclusión, el impacto de la hormona
intestinal PYY sobre los beneficios metabólicos post-cirugía bariátrica no está
restringido a la reducción de la ingesta de alimentos y la pérdida de peso sino
que se extiende a la mejoría de la función y supervivencia de los islotes
pancreáticos. El PYY pancreático (producido en células de los islotes) también
puede contribuir a la restauración de la respuesta de la insulina a la glucosa
como resultado de su incremento y acción
prolongada después de la cirugía bariátrica. Debido a sus conocidos y bien
establecidos efectos anti-obesidad y anti-diabetes, el PYY representa una
herramienta terapéutica en el tratamiento de la DT2. La identificación de
factores que disparan la liberación de PYY y otras incretinas, sistemáticamente
y en los islotes pancreáticos, puede contribuir al diseño de una valiosa
estrategia terapéutica.
Fuente: Guida C,
Ramracheya R (2020). PYY, a therapeutic option for type 2 diabetes? Clinical Medicine Insights: Endocrinology and
Diabetes 13:1-6.
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